Hincharon el balance en la crisis de deuda de 2008, siguieron en 2012 y lo petaron con el COVID. Fue una locura: se aparcaban los bonos en la FED que siempre dijo que los dejaría amortizar y que el balance volvería donde estaba antes…
Marc Ribes escribe:
Powell anuncia el fin del ajuste cuantitativo: el retorno de la ilusión monetaria
1. Introducción: La trampa del dinero fácil
Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal, ha afirmado que el banco central “puede estar acercándose al final del proceso de contracción del balance en los próximos meses”.
Traducido a lenguaje real: la Fed considera detener el quantitative tightening (QT), es decir, el drenaje de liquidez y la reducción de activos en su balance. En otras palabras, el banco central que imprimió más de 8 billones de dólares desde 2020, ahora se plantea frenar el único mecanismo de corrección que le quedaba.
Desde una óptica libertaria, esto no es una decisión técnica, sino una rendición moral y económica. El sistema financiero estadounidense vuelve a depender de la anestesia monetaria: imprimir, sostener y rescatar.
2. Contexto: de la expansión a la “pseudo-normalización”
Tras los excesos del quantitative easing (QE) desde 2008 —una expansión monetaria sin precedentes justificada por la crisis bancaria, la pandemia y los estímulos fiscales— la Fed inició en 2022 un proceso inverso: el QT, que consistía en dejar vencer bonos sin reinversión y reducir progresivamente su balance.
El objetivo teórico: retirar liquidez para contener la inflación y “normalizar” la política monetaria.
El problema, como advirtieron Mises y Huerta de Soto, es que no se puede normalizar lo que nunca fue natural.
El tipo de interés actual no refleja el equilibrio entre ahorro y consumo, sino la manipulación continua del banco central.
Por eso, cada intento de retirar liquidez genera tensiones en los mercados financieros: repuntes en las tasas repo, caídas en la liquidez bancaria y estrés en el Tesoro. El sistema se ha vuelto adicto.
3. La verdadera razón: el Estado no puede pagar sus deudas sin inflación
La explicación oficial es que la Fed teme “disfunciones en los mercados monetarios”. La explicación real es más sencilla:
el Tesoro de EE. UU. no puede financiar su déficit con tasas altas y balance en contracción.
El endeudamiento público supera ya los 35 billones de dólares. Cada punto porcentual adicional de interés implica centenares de miles de millones en gasto adicional.
Si la Fed continúa drenando liquidez, los rendimientos subirán aún más, la deuda será impagable y el Estado se enfrentará a una crisis de solvencia encubierta.
Detener el QT es, por tanto, una maniobra de supervivencia política, no una decisión técnica. Powell está haciendo de banquero del Tesoro, no de guardián de la moneda.
4. Consecuencias: inflación estructural y burbujas perpetuas
Desde la teoría austriaca, el final del QT significa una vuelta a la expansión monetaria disfrazada.
Aunque la Fed no anuncie un nuevo QE, detener la contracción del balance es equivalente a mantener un exceso de reservas que alimentará nuevas burbujas financieras, especialmente en:
+Bonos del Tesoro (donde volverán las compras indirectas)
+Bolsa y activos de riesgo (por expectativas de más liquidez)
+Vivienda (a través de menores tasas hipotecarias a medio plazo)
Esto condena a la economía a un nuevo ciclo de malinvestment: inversiones artificialmente rentables bajo tipos falsamente bajos, seguidas por otra recesión cuando la realidad se imponga.
La inflación, por su parte, se volverá estructural:
no porque los precios suban de golpe, sino porque el valor del dinero se erosiona lentamente a través del exceso de liquidez. Es el impuesto invisible de la intervención monetaria.
5. Perspectiva austriaca: el precio del “equilibrio forzado”
Mises lo advirtió hace un siglo:
“No hay medio de evitar el colapso final de un boom provocado por la expansión del crédito. La única alternativa es si la crisis llega antes, como resultado del abandono voluntario de la expansión, o más tarde, como catástrofe total del sistema monetario.”
La Fed, una vez más, ha elegido “más tarde”.
El sistema necesita tipos reales positivos y destrucción de capital mal asignado para purgar los excesos.
Sin embargo, los bancos centrales modernos actúan como bomberos pirómanos: apagan el fuego de cada crisis con la gasolina del crédito.
El resultado es un capitalismo intervenido, donde los precios ya no son señales, sino instrumentos políticos.
6. Conclusión: el fin del QT no es una victoria, es la confirmación del fracaso
La Reserva Federal está reconociendo implícitamente que su modelo de política monetaria ha llegado a su límite.
No puede reducir su balance sin destruir la liquidez del sistema.
No puede subir tipos sin quebrar al Estado.
Y no puede volver a imprimir sin desvalorizar la moneda.
Estamos ante la trampa keynesiana definitiva: la economía solo sobrevive mediante estímulos, y el banco central se convierte en rehén del endeudamiento público.
Desde la óptica libertaria, este anuncio no es un signo de estabilidad, sino la evidencia de que el mercado libre de dinero ha sido abolido.
La Fed seguirá existiendo, pero su credibilidad está muerta: ya no puede normalizar nada porque el sistema entero depende de su inflación permanente.
7. Epílogo: el precio de la ilusión
El capitalismo norteamericano se sostiene hoy sobre una ficción contable: la ilusión de que se puede crear prosperidad a golpe de balance.
Powell no está terminando el QT; está reconociendo que el dinero fiduciario ya no puede sostener su propio peso.
La Fed, como todo banco central, se ha convertido en el prestamista final de un sistema que ya no confía en el ahorro, sino en la deuda.
The never-ending easing cycle. Powell admits the Fed has been completely wrong. Again. Now he says that "labor-market prospects continue to worsen" because their rates policy obliterated SMEs. Powell now says the Fed may stop shrinking the balance sheet in the months ahead
Abrazos,
PD: Cada aniversario importante, ayer el de la Santa carmelita, se lee en Twitter mucho interesante. Me ha gustado esto: