La incertidumbre en materia de política comercial comenzará a afectar la confianza empresarial y la inversión europeas a partir de 2025, y el crecimiento de las exportaciones y la producción industrial se verán más afectados en 2026. Alemania, la mayor economía de Europa, es la más expuesta a los aranceles estadounidenses debido a su gran superávit comercial con ese país, la apertura de su economía y su gran sector industrial. Se espera que el crecimiento anual alemán, que ha sido mediocre desde la pandemia, alcance una media del 0,9% en 2025-27.
La Encuesta de Expertos Económicos (EEE) del cuarto trimestre al 24 muestra que las expectativas de inflación se mantienen en niveles más altos a nivel mundial y se mantendrán por encima del objetivo en el mediano plazo. En promedio, se espera que la inflación sea del 3,9% a nivel mundial en 2025, luego del 3,5% en 2026 y en 2028, pero con variaciones muy significativas en los niveles y la dinámica entre regiones. (Fuente: Instituto Ifo)
Como siempre, es un problema de “sentimiento”. Nos pilla fatal el futuro arancelario:
Factory orders declined by a whopping 5.4% in November, where just -0.2% was expected. The level of German factory orders lies 22%(!) below the peak of July 2021.
Ha roto la tendencia:
Abrazos,
PD: La Semana de oración por la unidad de los cristianos se celebra del 18 al 25 de enero. Estas fechas fueron propuestas en 1908 por Paul Watson para cubrir el periodo entre la fiesta de san Pedro y la de san Pablo.
Son unos días de súplica a la Santísima Trinidad pidiendo el pleno cumplimiento de las palabras del Señor en la Última Cena: “Padre Santo, guarda en tu nombre a aquellos que me has dado, para que sean uno como nosotros” (Juan 17,11). La oración de Cristo alcanza también a quienes nunca se han contado entre sus seguidores.
En el Octavario por la Unión de los Cristianos pedimos por nuestros hermanos separados; hemos de buscar lo que nos une, pero no podemos ceder en cuestiones de fe y moral. Junto a la unidad inquebrantable en lo esencial, la Iglesia promueve la legítima variedad en todo lo que Dios ha dejado a la libre iniciativa de los hombres. Por eso, fomentar la unidad supone al mismo tiempo respetar la multiplicidad, que es también demostración de la riqueza de la Iglesia.