05 marzo 2021

la inflación es un problema para los inversores conservadores...

Se comerá su dinero…

La inflación no siempre es buena

Uno de los principales problemas de la economía mundial es el creciente y elevadísimo endeudamiento, principalmente de los Estados. Se repite hasta la saciedad que la aparición de la inflación sería la mejor forma de reducir la elevada carga de la deuda.

Se argumenta que si existe inflación será más fácil repagar las deudasMe permito cuestionar dicha premisa que es considerada casi como dogma. No necesariamente la inflación ayuda a menguar las deudas, sino que, en ocasiones, la aparición de la inflación puede llevar al impago de las deudas.

Se entiende por inflación la variación de los precios de una cesta determinada de productos y servicios de consumo (IPC - Índices de Precios al Consumo). Se supone que la composición de la cesta recoge, de forma ponderada, el conjunto de bienes y servicios que un hogar medio destina al consumo, sin considerarse los gastos de inversión, ni los pagos asociados a la adquisición de vivienda o pago de hipotecas.

Tanto el BCE como la Reserva Federal se fijan un nivel objetivo de inflación cercano al 2%. Ahora, incluso se toma dicho nivel como media deseable durante un periodo de tiempo. De tal manera que, tras haber estado años por debajo del 2% de inflación, se permitirá que la inflación se sitúe incluso en el 3% durante un tiempo y el banco central no subiría los tipos de interés.

La inflación puede subir por distintas causas y no todas son positivas para la población que las sufre. Una subida de los precios no necesariamente se debe a un mayor dinamismo de la economía. De hecho, las dos únicas veces que la inflación en la Eurozona ha estado por encima del 3% (2008 y 2011) se debió a una escala del precio del petróleo a $145 y $126, respectivamente. En ambas ocasiones el BCE subió los tipos de interés.

Una subida de los precios de los productos importados lleva a un incremento de la inflación sin que por ello exista mayor dinamismo de la economía. En la práctica supone una transferencia de renta al exterior. Equivale a un pago de un impuesto que lo recauda otro Estado, reduciendo la renta disponible interna.

La inflación también puede incrementarse por un incremento de la demanda interna que presione los precios al alza. En Estados Unidos, con los cuantiosos planes fiscales de ayudas directas a familias y empresas, el riesgo de un incremento de la inflación es evidente. Se estima que las familias americanas han recibido, en conjunto, un billón de dólares ($1.000.000.000.000) más de renta en 2020 que la disminución de ingresos por salarios, gracias a las ayudas recibidas. Adicionalmente, el gasto se ha reducido en dicho año en medio billón de dólares. Como consecuencia, hay un ahorro embalsado en las familias, en sólo un año, de $1,5 billones.

Con el nuevo plan fiscal de $1,9 billones, cuya aprobación podría producirse antes de fin de marzo, el peligro de un fuerte repunte del consumo y un incremento inmediato de los precios es real.

Volviendo a la discutible premisa de la mayor facilidad de devolver las deudas si existe inflación, dicha premisa no necesariamente es cierta. Sólo será así, siempre y cuando los ingresos del deudor aumenten al menos en la misma proporción que la inflación. De no ser así, el deudor tendrá que dedicar mayor parte de sus ingresos a los gastos incrementados por el aumento de la inflación, teniendo menos renta disponible para pagar sus deudas.

Una familia con deudas de consumo o hipoteca que no vea incrementar sus ingresos con la inflación, ante el aumento del IPC tendrá menor renta disponible para hacer frente a los pagos periódicos de las deudas. Adicionalmente, en el caso en el que el tipo de interés aplicado al pago de las deudas aumente con la inflación, el problema se agrava, al tener que destinar mayor cantidad al pago de intereses.

En el caso de una empresa la situación es similar. Nada asegura que un aumento de los costes que soporta pueda ser repercutido en la misma proporción en los precios de venta. Por lo tanto, si los ingresos no aumentan en igual o mayor proporción que los gastos, la cantidad disponible para reducir las deudas se reduce.

Las Administraciones Públicas juegan con ventaja. El incremento de la inflación sí les genera más ingresos, simplemente por no deflactar la tarifa de los impuestos. A modo de ejemplo, si un trabajador ve aumentar su salario en el porcentaje de la inflación, a efectos del IRPF es posible que pase a tributar a un tipo superior, pagando más impuestos y, en consecuencia, reduciendo su capacidad adquisitiva.

Aunque el tema de la inminente inflación es recurrente (ver artículos sobre el mismo tema de 20162019), en esta ocasión sí hay elementos para considerar que durante este año 2021 asistiremos a fuertes repuntes de los precios, al menos en Alemania y EE.UU. En cualquier caso, ni la Reserva Federal, ni el BCE subirán los tipos de interés.

Como se ha comentado, los deudores no siempre salen beneficiados por la inflaciónQuien sí sale inevitablemente perjudicado es el ahorrador más conservador. Con inflación y tipos de interés nulos, o incluso negativos, la pérdida de poder adquisitivo le empuja cada vez más a convertirse en inversor y asumir riesgos.    

Abrazos,

PD1: Siguiendo los pasos de San Pablo, hoy tendremos al Papa en Iraq. Hagamos tres días de rezos por el Papa…, para que sea un viaje apostólico bueno. Hay un millón de cristianos en Iraq, en torno al 6% de la población de un país musulmán… Tan valiente como lo fuera Pablo en su momento…