20 enero 2025

desafíos de la economía española

Muy interesante:

Juan María Nin: "La 'tenaza fiscal' conduce a la economía sumergida y al fracaso económico de la sociedad"

El presidente del Círculo de Empresarios reflexiona sobre los cambios geopolíticos y los desafíos de la economía española

No es fácil encontrar un perfil directivo con tantos méritos acreditados como el de Juan María Nin. Nació en Barcelona, se hizo abogado en Deusto y remató el currículum con un máster en la London School of Economics and Political Science. Dos apuntes más: es teniente de Infantería de la Marina y tiene la Gran Cruz de la Orden del Mérito Civil. En el plano profesional, Nin ha remado como pocos en la transformación del sistema financiero español. Fue consejero delegado del Sabadell y lideró la estrategia de La Caixa durante siete años, primero como director general y luego como vicepresidente y CEO de CaixaBank

El banquero vivió -y sufrió- en primera fila la crisis monumental que asoló el sector. Fruto de aquella experiencia es el testimonio que plasmó en su ensayo 'Por un crecimiento racional: De la Gran Recesión al estancamiento'. Nin ocupa hoy la presidencia de distintas sociedades (como Itinere ITP Aero). Y lidera, desde marzo de 2024, el Círculo de Empresarios, uno de los 'think tanks' con más solera de España. Desde esa atalaya, Nin y su equipo analizan los profundos cambios que están experimentando la economía y la sociedad. Y proponen soluciones para abordar los desafíos.

¿El mundo se complica un poco más tras la victoria de Trump y el ascenso de figuras como Elon Musk? ¿A la UE le esperan tiempos difíciles?

No creo que el mundo se complique más. Lo que sucede es que el mundo evoluciona y debemos adaptarnos. Donald Trump es un personaje interpretado por una persona. El verdadero subyacente importante del cambio no es ni Trump ni Elon Musk. Lo que hay es un movimiento muy interesante del péndulo ideológico, después de que en el país líder en el mundo haya habido un cambio ideológico muy profundo. 

Los demócratas en EEUU o los socialistas de nuevo cuño en Europa están siendo sustituidos por otras ideologías y otros códigos de valores. A mí me parece que el cambios simplifica las cosas de cara al futuro. La tensión natural de la evolución de la humanidad está ahí y eso se refleja en política democrática con elecciones. Entre los cambios profundos, habrá un fenómeno del que se habla poco, que es la preponderancia de las grandes urbes de cara al futuro, lo que conllevará concentraciones de decenas de millones de personas. Otros factores revolucionarios son la inteligencia artificial y el contraste definitivo de los códigos de valores.

¿Qué debe hacer la UE? ¿Cómo debe reaccionar, teniendo en cuenta que sus dos motores históricos, Alemania y Francia, están más débiles que nunca?

La Unión Europea es el depositario -desde el punto de vista de los valores, las ideas y la cultura- del punto máximo de calidad de la humanidad. Nuestros orígenes son la cultura griega y la romana. A través de una evolución complicada, los modelos de bienestar de Estado social, de Derecho de convivencia, tienen su representación política en la UE. ¿Qué papel tiene que jugar la Unión Probablemente, ninguno de liderazgo militar ni económico; no podemos mandar tanto por volumen de población como por capacidad económica, sobre todo capital disponible. Pero sí tenemos un papel clarísimo en el mundo, de liderazgo en valores, de progreso humano, de libertad, de Estado social. 

Esos valores democráticos tradicionales están sujetos a una gigantesca tensión en el mundo, porque, en momentos de cambio, las propuestas autoritarias simples de grupos pequeños son mucho más eficaces. Pero nosotros, como europeos, creemos en algo mucho más sofisticado y complejo, y por lo tanto, más humano. Ese papel tiene que ir acompañado necesariamente de progreso económico. Hace falta un impulso económico potente. No podemos competir con el resto del mundo, si el mercado de capitales no acude a financiar las gigantescas inversiones necesarias. Inversiones de todo tipo: en medio ambiente, defensa, inteligencia artificial, industria... El Informe Draghi cifra ese programa de inversión los 800.000 millones, y exige ortodoxia tanto económica como política, además de avanzar en la Unión Política como subyacente final.

No creo que el mundo se complique con Trump. El mundo evoluciona y debemos adaptarnos

¿Este escenario abre oportunidades para España? Tenemos una situación geoestratégica envidiable, unos precios energéticos cada vez más competitivos o el 'tesoro' de nuestro idioma.

En España, con los fondos NextGeneration y con el plan Draghi de fondo, tenemos una posición potencial que probablemente no tiene ningún país de la UE. No estoy siendo nacionalista, sino racional. Esta oportunidad solo se puede aprovechar con un gran acuerdo nacional para progresar en un liderazgo europeo que no tenemos, pese al peso proporcional de España en Europa. Es decir, pintamos mucho menos de lo que deberíamos. Es necesario un acuerdo de los dos grandes partidos políticos para ganar peso en las instituciones europeas, y hacer valer los méritos y las oportunidades que brinda nuestro país.

España es algo que no pertenece a ninguno de los dos grandes partidos, es una plataforma física envidiable, imbatible en Europa, en infraestructuras de transportes, puertos, gasoductos, fibra óptica... Desde el punto de vista energético, tenemos unas centrales nucleares que funcionan perfectamente y que aportan el 'backup' a una energía eólica y fotovolcaica extraordinaria. Y el español es el segundo más hablado del mundo. Lo que nos falta es más mentalidad empresarial de ventas, aunque poco a poco hayamos sido capaces de construir grandes corporaciones, pero es insuficiente.

Para que España dé un salto adelante es imprescindible el papel de los empresarios. Pero la Administración no lo pone fácil. La presión fiscal está entre las más altas de la UE; los impuestos al trabajo, también. 

El sector público es necesario y vive gracias a que los que pagamos impuestos y contribuimos al progreso. ¿Qué nos dice la historia? Que los excesos conducen a los fracasos. Los excesos impositivos, necesarios para alimentar administraciones ineficientes, conducen al fracaso económico de toda la sociedad. La 'tenaza fiscal', si se puede llamar así a los tipos excesivos o los impuestos especiales, conduce a una competitividad baja y a 'fugas' hacia la economía sumergida. Una vez más, se necesita un efecto péndulo, para corregir y mejorar todos estos aspectos. La carga fiscal y de contribuciones sociales sobre las empresas españolas está por encima de la media europea. La economía sumergida y la estructura de pequeñas y medianas empresas sin consolidar son un lastre para que la recaudación se corresponda con los tipos impositivos que no son el problema en el estado actual. Es un problema de bases imponibles.

Al conjunto de trabas se añade ahora las propuestas de reducir la jornada laboral y seguir subiendo el SMI. ¿Cómo pueden afectar al día a día de los empresarios?

Las sociedades han evolucionado con sabiduría y éxito, a pesar de retrocesos temporales marcados por los líderes 'visionarios' y golpes de timón extemporáneos. La jornada laboral o el salario mínimo de hoy no tienen nada que ver con lo que ocurría en el siglo XIX. Ha habido un movimiento natural que conducirá a una última revolución, que es la inteligencia artificial. Esta llevará a su vez, según la visión que algunos tenemos, a una sociedad donde se trabajará mucho menos o trabajará quien quiera.

Pero para llegar a este punto, lo último que se puede hacer es introducir en el camino un 'ordeno y mando' visionario o, peor aún, una ingeniería social electoral. La retribución mínima irá aumentando, pero esto debe hacerse por acuerdo de los agentes sociales; si no, se puede provocar un retroceso de la productividad. Y si se rompe la productividad, ese espacio de mejora del bienestar social que se persigue, se convierte en un espacio de malestar social. Otros ocuparán ese lugar, porque el mundo es competitivo, y la recuperación es dolorosa y más esforzada que una evolución natural. 

¿Es peligroso cambiar tanto las reglas en mitad del partido? ¿Se echa en falta una mayor seguridad jurídica y regulatoria en España? 

Las reglas del juego se deben respetar y están en la Constitución y su desarrollo con las leyes de nuestro país. El correcto funcionamiento del Estado otorga la seguridad de una amplia base social legítima a través de elecciones y en contacto con la alternancia de las diferentes ideologías. Saltarse estas reglas del juego e introducir factores sorpresa o de variabilidad grandes, además de ocultar transparencia, genera incertidumbre y, por supuesto, fallos importantes para los actores que cuentan con reglas de juego diferentes. 

España necesita captar capital extranjero porque -insisto- es una gran plataforma con un gran futuro y con este factor que no tenemos para los retos actuales producir bienestar y avanzar en el estado social de Derecho. Si eso se interrumpiera con actuaciones de abruptos y corto plazo, se estarían impidiendo inversiones de futuro que irán a parar a empresas, sectores y países competidores. La aleatoriedad de proceso de decisión y la  seguridad jurídica en estos momentos son un punto a mejorar.

Controversias como la promesa de un cupo catalán o la creación de una Hacienda independiente en Cataluña no ayudan demasiado a generar estabilidad...

Este es un capítulo de discusión legítimo. Cuando hay elecciones, hay propuestas de ingeniería social, porque el Ejecutivo quiere mandar. Lo que pasa es que hay unos límites. Y los límites están en el sistema democrático, nuestro Estado Social de Derecho, en la división de poderes y en la conveniente alternancia de la impregnación ideológica mayoritaria de la sociedad. Todo eso está bien, lo que están mal son los excesos o el condicionamiento extremo de las minorías. La clave es la seguridad jurídica. Como hemos señalado en el Círculo de Empresarios, no sabemos cuál es el acuerdo de los dos partidos, PSC y ERC. No se ha hecho público. Oficialmente, salvo error mío. De nuevo, tenemos un tema de incertidumbre, de inseguridad jurídica de cara al futuro. 

No se trata tanto el contenido, sino una cuestión de seguridad jurídica. A mí me parece que la receta es el modelo de la Transición española y la subsiguiente evolución. Ha sido un modelo de éxito seguido, contrastado y admirado por todo el mundo. Ese es el modelo que hay que seguir, siempre mejorando pero evitando inventos o nostalgias por el pasado que han demostrado el fracaso de nuestra sociedad.

En este campo de juego lleno de barreras, los fondos europeos suponían una gran oportunidad para las empresas. Sin embargo, no están funcionando como se esperaba. De hecho, hay sensación de hastío o desánimo entre muchos empresarios. ¿Qué ha fallado? 

La historia nos enseña que España ha sido un país ejemplar con las subvenciones europeas. La gestión de las ayudas de cohesión se ha desarrollado con habilidad, con seriedad, con seguridad, sin corrupción. Ahora, tenemos dos bloque de fondos NextGeneration, y España es el país beneficiario número 1 en cifras absolutas. 75.000 millones en préstamos de los que se han resuelto el 58,2%. Se han desembolsado 48.000 millones de los 79.000 millones en subvenciones, un 60%. Son números colosales y debemos hacer un seguimiento de su utilización en beneficio de todos, socios europeos y nosotros

¿Cuál es el reto? Como Círculo de Empresarios le decimos al Gobierno y a la sociedad en general que nos tiene para promover, fomentar y facilitar el uso del 100% de los fondos. El plazo vence en 2026, estamos convencidos de que entre todos lo lograremos. Aprovechemos al máximo, empujando y colaborando, porque sería una decepción que por un mal funcionamiento del sector privado o del sector público se renuncie a este dinero, en un país que necesita capital para seguir compitiendo y progresando con éxito.

¿Ha habido un exceso de burocracia en la gestión de los NextGeneration?

La UE, al igual que España, ha entrado en una zona de burocratización insoportable y peligrosa para la competitividad que exigen los nuevos tiempos. La gestión de la PAC es un buen ejemplo en fase de correción por la nueva administración comunitaria. Es un camino burocrático de tal dificultad que el beneficiario sólo puede solventar contratando a terceros especialistas para que hagan papeles, lo cual es absurdo. Esto se produce además por una causa profunda e injusta que es la desconfianza del sector público en el recto y ágil comportamiento del sector privado, lo que provoca a su vez la desconfianza del privado respecto a la administración pública. ¿La UE es consciente de que hay que simplificar la burocracia? ¿Está en el camino de la rectificación? Yo creo que sí y que se va a conseguir. Es condición necesaria para corregir un exceso que nos atenaza.

En el caso de los Next Generation creo que ha habido un punto de complejidad sobrevenido en la ejecución de los fondos, en el camino entre la administración central y las comunidades autónomas. Ha sido un factor clave de dilación de los trámites burocráticos. Debe corregirse y probablemente ya se está corrigiendo. Ese es el nudo gordiano para que la ejecución funcione mejor en los próximos años.

¿El Estado debe abordar reformas para recortar el gasto público o la estructura administrativa? El Círculo de Empresarios puso sobre la mesa una propuesta valiente para reducir el número de ayuntamientos y diputaciones.

Absolutamente. Los excesos son malos. No cabe duda que la sociedad actual es muy compleja y, por lo tanto, necesita organizarse a través de la administración -la municipal, la autonómica y la estatal-. Esa organización exige unos trámites, unas leyes, unos reglamentos, unas instrucciones administrativas... Pero no, en absoluto, un trasvase de facto de poderes institucionales a decisiones individuales de niveles bajos de la administración, que además y de forma creciente están siendo cada vez menos profesionales y más politizadas. La reducción de la tramitación administrativa y la recuperación de la confianza del sector privado en el público es absolutamente necesario, porque si no va a salir perjudicada la productividad. El circuito debe funcionar al revés y la presunción del punto de partida es la del correcto comportamiento del ciudadano y, si procede, la sanción o correción cuando no se dé.

¿Se podría afirmar que la vivienda es hoy el problema más urgente que tiene este país? Ya aparece entre las primeras preocupaciones de los españoles en el CIS.

Sin duda. La vivienda castiga fundamentalmente a las nuevas generaciones, tanto por la falta de oferta de vivienda en alquiler como de vivienda nueva. Si se castiga a las nuevas generaciones, se dificulta también la construcción de un sistema económico racional. Si el acceso a la vivienda está complicado, también lo estará la movilidad geográfica. Condenar a la gente joven a no poder moverse porque no tiene un sitio donde vivir es un atentado a la libertad de esa parte de la población y a la construcción de un Estado Social justo de futuro. 

La vivienda es el problema número uno, porque afecta a la parte más débil de la sociedad. Estamos en una zona de tensión peligrosa. La aproximación a este problema desde las decisiones municipales, autonómicas y estatales tiene un componente ideológico excesivo. Lo que falta es el componente empresarial y la racionalidad del entendimiento de la base del problema: es un problema de oferta ante una demanda muy importante. Todas las medidas que no faciliten la construcción a precio competitivo de la oferta, empezando por el suelo y terminando por la tramitación administrativa, son un sobrecoste de la vivienda que lo hace inaccesible. 

No podemos competir con el resto del mundo, si el mercado de capitales no acude a financiar las gigantescas inversiones necesarias

¿Qué papel debe jugar en este contexto un 'think tank' como el Círculo de Empresarios? ¿Cuáles son sus prioridades? 

Tenemos que jugar el papel para el que fuimos creados en 1977, cuando ya entrábamos en la Transición como 'think tank', en paralelo con la creación de la CEOE como patronal y, por lo tanto, en la Democracia. Antes otros pensaban y decidían por las empresas. Como centro de pensamiento, nuestra obligación es promover y fomentar en la sociedad de valores de la democracia liberal occidental, la actividad empresarial libre y constructiva, con un propósito de la empresa que contribuya al progreso de nuestra sociedad.

La empresa debe desarrollar su contribución a la sociedad. Como 'think tank' nosotros tenemos que promover y fomentar la empresa y los valores de los empresarios. Y lo hacemos como reto permanente. Tenemos que ser algo que haga evolucionar los componentes tradicionales troncales, de nuestra actividad de acuerdo con la evolución de las sociedades, gestionando así el  futuro mediante el desafío y reto con el pensamiento desde una institución privada.

Y lo de nacionalizar Telefónica, comprando acciones, es NEFASTO!!!!

Buena suerte a Trump. Espero que haga cosas sensatas…

Abrazos,

PD: Cada día podemos:

Agradecer a Dios por el don de la vida y lo que tenemos

Ofrecerle nuestro esfuerzo y actividades diarias

Ser amable. Al menos regalar sonrisas

Ponerse metas pequeñas y alcanzables

Alimenta tu cuerpo y nutre tu alma con oración