06 noviembre 2024

La dana nos va a costar mucho dinero

Los pícaros de los políticos piensan que van a conseguir un presupuesto nuevo para 2025 gracias a ese plan de ayudas que se tiene que establecer. Presupuestos que no se iba a lograr, pero ahora con las victimas detrás, nos van a colar lo que quieran… Y como siempre, lo van a improvisar con una hoja de cálculo.

Se va a frenar el PIB. Valencia es muy grande…

El colapso en Valencia frenará el crecimiento económico de España en el último tramo del año

El PIB reflejará la pérdida de actividad en Valencia, con un peso relevante en la economía del país. A la par, subirá la deuda pública para financiar las ayudas

Sólo la provincia de Valencia supone nada menos que el 5% del PIB nacional. Su peso relevante en la economía española anticipa un freno en el crecimiento del país, que ha venido sorprendiendo trimestre tras trimestre. Entre octubre y diciembre estaba previsto un avance trimestral superior al 0,5%, unos números que ahora revisan los servicios de estudios tras la tragedia provocada por la DANA.

La paralización de buena parte de la actividad "puede tener un impacto visible en las cifras de crecimiento del PIB nacional del cuarto trimestre, le puede restar unas pocas décimas", advierte Mª Jesús Fernández, economista senior de Funcas. La duración del colapso será clave, pues se teme que algunas empresas tardarán "meses" en recuperar la producción, hasta que repongan equipos y maquinarias, y otras no volverán.

Además de la importancia de la industria, la agricultura supone casi el 2% del PIB de la provincia, y en este sector el impacto puede ser incluso más duradero. "Los cultivos de esta temporada habrán desaparecido, y campos de árboles frutales no volverán a producir en varios años porque hay que plantar nuevos", señala Fernández, quien recuerda el efecto en toda la cadena: emaquetamiento, transporte, logística, etc.

Este impacto en el crecimiento del PIB nacional, que los expertos aún no son capaces de estimar con precisión, será en todo caso menor al impacto económico real del desastre. Gregorio Izquierdo, director del Instituto de Estudios Económicos (IEE) apunta que "la Contabilidad Nacional sólo va a recoger la pérdida directa de actividad y empleo consecuencia de la catástrofe en los municipios afectados". 

La primera señal se emitirá en los datos de empleo de noviembre que publican los Ministerios de Seguridad Social y Trabajo. Sin embargo, "el mayor coste económico de la DANA es la pérdida de infraestructuras públicas y bienes privados tanto de familias como de empresas", y estas pérdidas no se reflejan como tal en la Contabilidad Nacional, aunque suponen un incuestionable empobrecimiento económico", añade Izquierdo.

Aumento de la deuda pública

Para ayudar a las familias y las empresas a recuperarse de los daños ocasionados por la DANA, el Gobierno ha anunciado una necesaria batería de medidas que ha cuantificado en 10.600 millones de euros y que tendrá que financiar con deuda pública. Las administraciones públicas sufren un déficit que en 2023 se situó en el 3,5% del PIB (algo más de 50.000 millones), lo que conduce al Estado al endeudamiento para hacer frente al aumento del gasto.

La ratio de deuda pública sobre PIB no ha logrado bajar del 100% desde antes de la pandemia, con 1,6 billones de deuda acumulada frente a un PIB anual que en 2023 aún no llegaba a los 1,5 billones. El hecho de que la economía española frene su crecimiento por la DANA (menor denominador del previsto) y el aumento del volumen de deuda pública (mayor numerador) harán, previsiblemente, que esa ratio empeore. 

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, destacó este martes, durante la presentación de las medidas, que a la luz de estas ayudas es necesaria la aprobación de unos nuevos Presupuestos. "Estamos hablando de cifras muy importantes (10.600 millones), muchos recursos económicos que tendremos que desembolsar de nuestras cuentas públicas y lógicamente eso nos hará revisar el impacto sobre el déficit y la deuda pública (...), y, por supuesto, necesitaremos unos nuevos PGE", dijo.

En todo caso, Mª Jesús Fernández recuerda también que "al ser gastos imprevistos, se pueden aprobar partidas de gastos que no estuvieran presupuestadas". El presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, había pedido al Ejecutivo central un plan de recuperación de 136 medidas que valoró económicamente en 31.400 millones de euros, una cifra similar a la del presupuesto anual de la Administración autonómica, que también está pendiente de aprobarse.

Y en EEUU ganó Trump como se esperaba, Y consiguió las cámaras de representantes. La reacción ha sido subida del dólar, subida de su bolsa y bajada del petróleo, como se esperaba también. Por fin pasó. Ahora a esperar los aranceles…

Abrazos,

PD: Hoy te escribo lo que le pedimos a la Virgen todos los días en el Avemaría: “Ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte…” Le pido que ruegue por los afectados de la dana.

05 noviembre 2024

llegó el Super MARTES electoral

Interesante los escenarios de Carmignac: go.carmignac.com/l/170872/2024-10-30/2zzbqt/170872/1730312783LzowcziS/Note_Perspectives_ES_VF__1_.pdf

Elecciones en EEUU: en juego más de lo que parece

En las elecciones de hoy, cinco de noviembre de 2024, nos jugamos mucho más que tener un estruendoso y con frecuencia intolerante Presidente como Trump o una advenediza Presidenta como Harris

Nunca me ha atraído el “american way of life” y siempre he repudiado las elevadas dosis de hipocresía con que los estadounidenses enfocan la política, la religión y la sociedad en general. Pero la decadencia de Europa tanto en lo económico como en su escala de valores y en su clase política la cual por mantenerse en el poder no duda en mentir y engañar sin rubor, me obliga a reconocer la trascendencia cada vez mayor de Estados Unidos en el devenir del planeta en que vivimos. Como contaba aquí hace dos meses, en las elecciones de hoy, cinco de noviembre de 2024, nos jugamos mucho más que tener un estruendoso y con frecuencia intolerante Presidente como Trump o una advenediza Presidenta como Harris a la que nadie quería como candidata en su propio partido.

La economía siempre importa

En líneas generales, un triunfo de Trump implicaría una reducción de impuestos y, por tanto, más déficit fiscal y, previsiblemente, más deuda. Por un lado, el crecimiento se vería favorecido por el consumo en el corto plazo (menos impuestos supone más capacidad de gasto) y por la palanca de una menor regulación en diversos sectores empresariales, pero, por otro, la fuerte subida de los aranceles comerciales que prevé implementar sería inflacionista y dificultaría la continuidad en el ciclo de bajadas de tipos de interés por parte de la Fed, lo que podría ralentizar el crecimiento. Algunos sectores, como el de las energías renovables, saldrían perjudicados en el corto plazo y otros, como el financiero, el energetico y, parcialmente, el tecnológico, serían beneficiados por una mayor liberalización y flexibilidad normativa.

Si gana Harris las empresas americanas y muchos particulares pagarían más impuestos, lo que, con una buena gestión del gasto público podría reducir el déficit y el peso de deuda sobre PIB, claves para la imagen de solvencia de EEUU y la estabilidad del sistema financiero global. Pero los deseos de beneficiar en exceso a las energías verdes y las ayudas en salud y en compra de vivienda le podrían salir caros al ocasionar un aumento del gasto público que dañaría las ya deterioradas finanzas públicas estadounidenses. Salvo que Harris transmitiera contundencia y agilidad en su gestión, contingencia más que dudosa con un Congreso previsiblemente en contra, la cotización del Dólar sufriría también por las dudas que despertaría su administración.

En cuanto al comercio internacional, no creo que la política de aranceles de una administración dirigida por Harris sería muy distinta con respecto a la de Trump y me temo que la guerra comercial con China está garantizada gane quien gane. Veremos en qué medida y hasta qué punto se extiende o no a Europa.

Huelga decir que hay muchas más cuestiones relevantes para la economía americana, como la inmigración legal e ilegal (ésta se ha disparado con Biden) y la gestión de los riesgos geopolíticos (Ucrania, OTAN e Israel), pero estimo que lo explicado, de manera muy resumida, describe bien el marco en el que cada candidato se moverá y las principales consecuencias de ello. Con todo, creo que el crecimiento de la economía en Estados Unidos continuará, a mayores tasas con Trump, business man con triunfos y fracasos pero siempre cercano a los trabajadores, que con Harris, sonriente jurista conocedora de los entresijos de Washington pero alejada del mundo de la empresa. El avance económico seguirá apoyándose en el emprendimiento e innovación empresariales unidos a la capacidad de sacrificio y flexibilidad laborales que continuarán siendo bandera de la sociedad y de la economía americanas, lo que me hace sentir envidia sana como europeo.

Lo más trascendente: lo que no vemos

En EEUU, lo que no vemos en el proceso electoral y después de él, resulta ser lo más trascendente. Me refiero a las múltiples fuerzas económicas y lobbies que condicionan la gestión de los políticos y que, hoy en día especialmente, manejan los movimientos que subyacen en las decisiones de la Administración. En esa amalgama de intereses se mueve lo que muchos denominan el "Estado Profundo" o Deep Estate, que no es otra cosa que la existencia de un Estado dentro del Estado.

Según los defensores de la teoría del Deep State, existe una red de funcionarios públicos que operaría secretamente para impedir que la “Administracion oficial” lleve adelante sus políticas. Su actividad no se limitaría a EEUU y también alcanzaría a otros países. Dicho de otra manera y según fuentes de la BBC, hay gente que secretamente en algún lugar, a cubierto de la burocracia, estaría manipulando la vida pública y filtrando informaciones, verdaderas o falsas, a favor o en contra de determinados políticos cuyas actuaciones estarían de este modo coartadas. Así de nervioso reaccionaba Rishi Sunak, anterior primer ministro del Reino Unido, en marzo pasado, a preguntas de un diputado conservador sobre si su predecesora en el cargo, la también conservadora Liz Truss, había sido condicionada por el Deep State. De hecho, la ex primera Ministra, se pronunció sobre ello públicamente afirmando que algunas de sus políticas de reducción de impuestos estaban siendo saboteadas por el Deep State.

¿Obsesion conspiranoica? Creo que, como cuenta en su blog Fernando del Pino Calvo Sotelo, “la cuestión de fondo de estas elecciones es saber qué candidato plantará cara al poder desbocado del Deep State, (…) que se ha convertido hoy en una grave amenaza para el proceso democrático y para la libertad de expresión en EEUU”.

En unas horas conoceremos quién será el Presidente y la reacción de los mercados

Lo que escribo en el antetítulo sucederá siempre que se produzca una victoria limpia, es decir, holgada, por parte de uno u otro candidato, lo que es clave para la estabilidad política, social y económica americanas y, sin duda, para los mercados financieros, que se moverían inseguros y vacilantes ante un resultado ajustado y el riesgo de impugnaciones.

Un Trump como claro ganador traería un impulso añadido para la Bolsa americana pero, atención, solo en el corto plazo. Luego vendrán valoraciones en función de las cuentas de resultados del último trimestre del presente año y, aunque la inercia corporativa es favorable, está por ver qué sucederá. En cambio, el precio de los bonos soberanos probablemente caerá (sus rentabilidades, siempre a la inversa, subirán), como lleva descontando el mercado en recientes semanas. El Dólar se reforzará un poco más, aunque también aquí, el mercado ya lo ha descontado durante el mes de octubre.

¿Sucedería exactamente lo contrario en caso de una victoria de Harris? No automáticamente, si bien el corto plazo sería sin duda más volátil, pero sÍ conforme se confirmaran sus principales políticas descritas al comienzo de la columna, lo que supondría una rotación en la inversión en sectores bursátiles resultando ganadores los asociados a la transición energética, las marcas líderes en la fabricación de coches eléctricos y las empresas vinculadas con la construcción de vivienda.

Una presidencia de Harris junto con un control parcial o total del Congreso por los republicanos, como sucede en estos momentos (recordemos que en estas elecciones, además de elegir presidente, se renueva la totalidad de la Cámara de Representantes y un tercio del Senado), no sería un mal escenario para los mercados, pues se evitaría un aumento desmesurado del gasto público y acotaría potenciales subidas de impuestos.

Y quizás el mercado ni se mueva, todo se ha descontado ya… Abrazos,

PD: Cuántas veces te he contado aquí que todo es para bien, que todo lo que nos pasa lo quiere Dios por algo que ya conoceremos en el futuro.

Y esto sirve para los valencianos también, aunque cueste mucho creerlo hoy.

Hay que tener mucha fe para pensar que, cuando hay una catástrofe como esta, sirve para algo bueno. Presumiblemente está siendo bueno desde el punto de vista de la inmensa solidaridad que generan estas hecatombes. Para las familias que tienen que empezar de nuevo, que han perdido a sus seres queridos, su trabajo, su casa, sus recuerdos, esto está siendo un calvario. Lo qué sí es una verdad es que van a salir muy reforzados y unidos después de estos días agotadores. Eso sí, con ayuda psicológica que la necesitarán…

04 noviembre 2024

Europa resiste a pesar de la fragilidad

Esto dicen desde PIMCO:

El viaje de la economía europea: de la fragilidad a la resiliencia

Tras el covid, la región europea experimentó una recesión más profunda y una recuperación más tibia que la mayoría de los demás países desarrollados

Tras el inicio de la pandemia, el crecimiento en la zona euro ha sido débil. La región experimentó una recesión más profunda y una recuperación más tibia que la mayoría de los demás países desarrollados. La proximidad de la eurozona al conflicto entre Ucrania y Rusia la hizo más vulnerable a la subida de los precios de la energía, las medidas de apoyo fiscal fueron menos generosas que en Estados Unidos y las hipotecas a más corto plazo han amplificado el impacto de una política monetaria más restrictiva.

A primera vista, muchos de los efectos perturbadores de la pandemia se han desvanecido. La eurozona parece más "normal" que en cualquier otro momento desde que empezó la pandemia. La inflación general ha vuelto al objetivo del BCE, la actividad económica real creció a un ritmo similar al tendencial en el primer semestre del año y el crecimiento del crédito se ha estabilizado. Además, los déficits fiscales se han reducido en general, la política monetaria está empezando a normalizarse y el BCE ya ha recortado los tipos de interés tres veces este año.

No obstante, las perspectivas siguen siendo frágiles. La debilidad de China y del sector manufacturero mundial está lastrando la actividad económica, mientras que los hogares han agotado los excedentes de ahorro que acumularon durante la pandemia. El crecimiento de la productividad sigue siendo débil y, a diferencia de la mayoría de los demás países, el gasto en inversión en la eurozona se ha desplomado en los dos últimos años. El informe de Mario Draghi presentó una lista exhaustiva de recomendaciones políticas encaminadas a mejorar las perspectivas de crecimiento a largo plazo. Sin embargo, es poco probable que la mayoría de ellas se apliquen y, en el caso de que sí, dudamos que alteren de forma significativa la trayectoria del crecimiento a corto plazo.

En general, esperamos que el crecimiento en la zona euro siga siendo lento, en torno al 1%, lo que se aproxima a la tasa de crecimiento a largo plazo. Aunque no prevemos una recesión inminente, el riesgo de que se produzca sigue siendo elevado, sobre todo teniendo en cuenta la incertidumbre en torno a las perspectivas del comercio mundial a la luz de las próximas elecciones estadounidenses. Pero a pesar de la fragilidad de las perspectivas de crecimiento, somos más optimistas sobre un aspecto crucial: es improbable que la economía europea vuelva a la inestabilidad de hace una década.

Por un lado, las medidas políticas han demostrado ser más eficaces y oportunas que en el pasado. El BCE fue un fiable prestamista soberano de última instancia durante la pandemia, comprando activos y añadiendo nuevas herramientas –como el Instrumento de Protección de la Transmisión– para mitigar la inestabilidad. La política fiscal también ha sido más proactiva con la introducción de transferencias fiscales transfronterizas a través del Fondo de Recuperación de la UE, sentando potencialmente un precedente para futuras recesiones. Además, el contexto político actual parece menos perturbador, con un apoyo cada vez menor a la salida de la unión monetaria en la mayoría de los países.

También hay menos desequilibrios económicos en la región. Muchos de los desequilibrios externos que existían antes de la crisis financiera han retrocedido. Tras una década de superávit por cuenta corriente, la zona del euro es ahora un prestamista neto del resto del mundo, con más activos internacionales que pasivos. El crecimiento económico también ha convergido dentro de la región, con países que antes iban a la zaga, sobre todo en la periferia, superando a los países centrales y a Alemania en particular desde el inicio de la pandemia.

La zona del euro es ahora un prestamista neto del resto del mundo, con más activos internacionales que pasivos

Por último, la ausencia de tensiones financieras significativas en los últimos años es un signo de resiliencia. Es cierto que el crecimiento ha sido débil, pero los diferenciales soberanos se han mantenido en general estables a pesar de numerosos desafíos. Por supuesto, persisten algunos riesgos de cola dada la falta de una unión fiscal y financiera completa. Aun así, la región parece más estable que hace una década.

¿Qué significa todo esto para la política monetaria? A corto plazo, la dirección está clara. A medida que los factores relacionados con la pandemia sigan desapareciendo, esperamos que la inflación subyacente vuelva al objetivo del BCE el próximo año y que los tipos de interés sigan disminuyendo.

Las perspectivas a largo plazo de la política monetaria son más confusas. ¿Dónde está el tipo de interés oficial neutral? Aunque la incertidumbre sigue siendo elevada, no esperamos que los tipos de interés vuelvan a sus niveles anteriores a la pandemia. Las expectativas de inflación han vuelto a anclarse al alza, y los riesgos de inflación parecen ahora más equilibrados en torno al objetivo del 2% que antes de la pandemia. Además, los diferenciales de los bonos soberanos son en general más estrechos hoy en día, en parte debido a un marco institucional más sólido. Esto significa que para lograr el mismo coste global de endeudamiento, el BCE puede mantener un tipo de interés oficial más alto que antes. En ausencia de recesión, esperamos que el tipo de interés oficial se sitúe entre el 1,5% y el 2%. Aunque una recesión podría dar lugar a tipos de interés más bajos, creemos que sigue habiendo un listón muy alto para que el BCE vuelva a tipos de interés negativos.

Nicola Mai, gestor de carteras de renta fija, y Peder Beck-Friis, economista, de PIMCO

Abrazos,

PD: Ayer el Rey le decía a unos chicos desolados que quieren el CAOS, que les va bien cuanto más caos haya. Es completamente marxista. Buen aviso que unos ya sabíamos pero que el propio rey se atrevió a decir. Efectivamente, en un momento de pérdida de confianza total sobre el sistema político, con una desazón por lo poco que se hace, y una sensación que la clase política es desastrosa, el CAOS les va bien a los marxistas…

Pero lo que más me incomoda es la cantidad de muertos que ha habido por salvar los coches. Un auténtico desastre perder la vida por el coche que te lo va a pagar el seguro.

Y mi otra desazón es lo poco que se reza por las víctimas, los muertos (que no muestran) y desaparecidos, por sus familias. Decían ayer que la cifra ronda las 1700 personas, pero que no quieren darlas para no asustar, que las irán dando poco a poco. Siempre mintiendo…

¡Cuánta solidaridad de la buena genera el pueblo español en momentos dramáticos! La gente se da por los demás de forma insuperable. Pero que poco se reza por los que faltan, por los que se han quedado sin nada, sin casa, sin empleo, sin tienda… Por los que tienen un calvario a partir de ahora…