En economía hay estos desafíos:
Los cinco desafíos con los que la economía española cierra 2024 y encara 2025
El crecimiento del PIB es potente en el corto plazo, pero la consolidación fiscal y la inversión empresarial son asuntos pendientes, junto con un mercado laboral con inestabilidad
España cerrará 2024 con un crecimiento del PIB del entorno del 3% y se espera un avance por encima del 2% en 2025, según el consenso de últimas previsiones. Las cifras se han ido revisando progresivamente al alza a lo largo del año y han estado impulsadas por el consumo público, la llegada de inmigrantes, el sector exterior y la fortaleza del mercado laboral. Las perspectivas macroeconómicas son positivas en términos agregados y se ubican en un contexto favorable de bajadas de tipos de interés por parte del BCE y de inflación acercándose al objetivo del 2%.
No obstante, el panorama es más complicado en el ámbito fiscal y España tiene retos pendientes para recuperar la inversión empresarial, el único componente del PIB que todavía se encuentra por debajo del nivel anterior a la pandemia y que es un motor relevante para el crecimiento a medio plazo. Estos desafíos se han puesto de manifiesto durante el I Foro del Observatorio Económico de Mapfre Economics y El Confidencial, en el que se han debatido las perspectivas de la economía española y la evolución de la política económica.
El primer desafío es el fiscal. España registra todavía desequilibrios presupuestarios elevados y una deuda pública por encima del 100%, superior al nivel anterior a la crisis de 2020, que tendrá que reducir de manera constante durante los próximos 15 años en cumplimiento de las nuevas reglas fiscales. Una tarea compleja teniendo en cuenta que el gasto público se encuentra tensionado (el segundo desafío) por el envejecimiento de la población y por las necesarias inversiones en la transformación verde y digital, además de por los compromisos en defensa.
Según ha señalado Gloria Hernández, consejera de DIA y directora general del Tesoro Público entre 1999 y 2003, la situación fiscal de partida de España para afrontar la consolidación “es débil" debido a un déficit "asentado en un gasto estructural muy consolidado". Sin embargo, confía en que las reglas fiscales faciliten "una mayor disciplina" y no prevé problemas cercanos en la capacidad de financiación del Estado español a pesar de la incertidumbre geopolítica y de que pueda subir la prima de riesgo. “Soy optimista, creo que hay una serie de anclas en el sistema", ha afirmado, entre las que señala la situación "controlada" del endeudamiento del sistema financiero y de las familias respecto a otros periodos históricos.
Sobre el contexto financiero global, José Manuel Amor, socio director de AFI, considera que "los tipos de interés reales y la inflación van a estar más volátiles en un mundo más viscoso", a lo que se añade "una serie de incrementos de gastos", como los destinados a afrontar el cambio climático. Cree que España sigue teniendo un problema con la deuda pública y ha instado a las administraciones a actuar para "cambiar la forma en la que crecemos" a través de reformas estructurales que hagan compatibles el crecimiento con la reducción de la deuda para evitar futuros problemas en los mercados.
En cuanto a los gastos, el director adjunto de Fedea, Ángel de la Fuente, ha señalado como "principal elemento de preocupación" el destinado a las pensiones. La evolución demográfica amenaza con duplicar la tasa de dependencia, de manera que se pasaría de una ratio actual de trabajador por pensionista superior a dos personas a 1,5 en 2050. A esto se suma el efecto de indexar la revalorización de las pensiones al IPC, lo que "elimina los mecanismos de autocontrol para que el gasto no se dispare".
El riesgo, considera de la Fuente, es que las pensiones "se coman todo lo demás" y quede poco margen para inversiones en otras partidas. Más aún teniendo en cuenta el ajuste fiscal de 0,4 puntos de PIB al año que España tiene que realizar entre 2025 y 2031, según el Plan Fiscal Estructural. Es en este punto donde entra en juego el tercer desafío: cómo generar más ingresos si no se quieren recortar gastos.
Impuestos e inversiones
Para ganar margen fiscal y cumplir con parte de las reformas fijadas en el quinto pago de los fondos Next Generation, el Gobierno y sus socios de investidura aprobaron el pasado jueves en el Congreso un paquete fiscal. Las medidas, que elevan los impuestos a las empresas y a los hogares más pudientes, aumentarán la recaudación en unos 6.000 millones de euros al año. Esta cantidad hará más posible que el gasto público siga creciendo, ya que la variable que Bruselas controla es el crecimiento del gasto primario neto de medidas de ingresos. No obstante, los expertos del foro han criticado que las medidas aprobadas se parezcan poco a las recomendaciones de los expertos del libro blanco para la reforma fiscal de 2022.
"La reforma fiscal está en un cajón y en su lugar ha habido ocurrencias no muy sensatas (...) alguna cosa puede tener sentido, pero aumentar la inseguridad jurídica nunca ayuda a la competitividad", ha considerado de la Fuente sobre el nuevo impuesto a la banca. En la misma línea se ha manifestado Íñigo Fernández de Mesa, presidente del Instituto de Estudios Económicos y de Rothschild España, que ha pedido un sistema impositivo "previsible". "Estamos en diciembre y aún no sabemos los impuestos que vamos a pagar el año que viene. Eso no es bueno para la inversión", ha criticado.
En su opinión, serían necesarias bajadas de impuestos para mejorar las inversiones empresariales, el cuarto desafío, especialmente en I+D+i. Según ha explicado, actualmente existen deducciones en el Impuesto de Sociedades "que no se usan por inseguridad jurídica", generada al ser necesaria una doble autorización por parte de la Agencia Tributaria. Para evitarlo, propone agilizar y ampliar la deducción existente y que cuando se desarrolle un software con inteligencia artificial tenga calificativo de I+D+i.
Lo cierto es que la mayor parte de la brecha de España con la UE en inversión en este campo procede del sector empresarial. Según los últimos datos de Eurostat, referentes a 2022, el gasto de las empresas españolas en I+D solo alcanzó el 0,81% del PIB, 0,66 puntos menos que en la media de la UE. En contraste, el gasto del sector público español (que engloba a las administraciones y universidades públicas) está ya en el promedio comunitario, pero es de menor tamaño que el que procede del sector privado, lo que explica el atraso de España.
Mercado laboral
El quinto desafío, poco relacionado directamente con el resto, pero transversal y vital para el crecimiento, es solucionar los problemas que persisten en el mercado laboral. La reforma laboral de 2022, acordada entre las patronales, los sindicatos y el Gobierno, ha logrado reducir la temporalidad contractual, pero la inestabilidad continúa a través de otras fórmulas. Esto lleva a ingresos bajos y a retrasar decisiones de consumo de mayor envergadura y a medio plazo. Además, el desempleo desciende lentamente (en parte por el aumento de la población activa), de manera que España continúa con una tasa de paro por encima de los dos dígitos y con 2,8 millones de parados.
"La reforma intentaba dar más de poder a los trabajadores poco protegidos, con contratos temporales, pero no sé hasta qué punto se ha conseguido", ha reconocido de la Fuente. En su opinión, "hay un agujero muy grande en los fijos discontinuos", de los que no se conoce la duración, la frecuencia de los llamamientos ni los periodos de inactividad al no existir estadísticas específicas. Aunque esta modalidad de contratación ha crecido más desde la reforma laboral que la indefinida ordinaria, supone un peso menor. Son el 3,6% de los asalariados totales en el tercer trimestre de 2024 y el 4,4% de los indefinidos.
Abrazos,
PD: No es tan difícil… Bueno, lo de regar y leer sí: