No sirve el PIB. La gente tiene la percepción de que estamos peor que antes, a pesar del buen PIB que tenemos. Y como consecuencia, se consume menos… Interesante lo que ha publicado el Banco de España:
Más allá del PIB: cómo medir el bienestar económico
Gabriel Quirós Romero
El PIB o la renta per cápita son usados a menudo como sinónimos de bienestar, pero este concepto es más amplio y complejo. La evolución económica y social de las últimas décadas hace cada vez más evidente la necesidad de complementar el PIB con otros indicadores para cuantificar nuestro nivel de bienestar, aunque resulta difícil concretar cuáles serían tales indicadores y cómo medirlos de manera precisa.
Los analistas y los medios de comunicación hablan continuamente del Producto Interior Bruto (PIB) y su crecimiento. Todos entendemos que a mayor PIB, mejor estaremos. Pero, ¿hasta qué punto esta variable refleja nuestro “bienestar”? El PIB es, en realidad, una medida de actividad económica. Usarlo como indicador de bienestar económico tiene limitaciones y resulta impreciso. Esta entrada explica las diferencias básicas entre PIB, bienestar económico y bienestar en general, y cuáles son los indicadores adicionales para medir estos dos últimos conceptos. También muestra cómo varía la posición relativa de España en una comparación internacional, según se use uno u otro indicador.
El PIB mide el valor monetario de la producción de bienes y servicios en un territorio. Se puede definir, alternativamente, como:
+la suma del consumo, la inversión y las exportaciones netas (exportaciones menos importaciones), o
+la suma de la producción de todas las empresas del país, o
+la suma de las rentas (salarios, beneficios, etc.) de los agentes económicos.
El PIB y la renta per cápita, es decir, el ingreso por habitante, son medidas muy utilizadas para medir el desarrollo económico de un país (gráfico 1). De acuerdo con estas métricas, España se sitúa entre las 20 mayores economías del mundo y se considera un país de ingreso alto.
Gráfico 1
EVOLUCIÓN DEL NIVEL DEL PIB Y DE LA RENTA PER CÁPITA EN ESPAÑA Y OTROS PAÍSES. 2000-2023
FUENTE: FMI, World Economic Outlook, abril de 2024.
NOTAS: Las cifras están expresadas en Paridad de Poder de Compra (PPP) en dólares ($). La diferencia entre la evolución del PIB y el PIB o renta per cápita viene dada por la evolución demográfica. En casos de alto crecimiento de la población, como la India, la diferencia en el perfil de evolución de ambas variables puede ser notable.
Del PIB a las medidas de bienestar
El PIB tiene importantes carencias cuando se usa como medida del bienestar, que es un concepto mucho más amplio y complejo, pues éste se refiere a aquellos aspectos que contribuyen a la calidad de vida de la sociedad en su conjunto.
El bienestar se refiere a la calidad de vida. El PIB es un indicador de la actividad económica. Cuando se usa para aproximar el bienestar, se hacen evidentes sus carencias
Tales limitaciones son conocidas desde hace tiempo. Ya hacia el final de la prodigiosa fase de crecimiento económico de la posguerra mundial, en 1973, William Nordhaus y James Tobin, ambos premios Nobel, criticaron el concepto y medición del crecimiento a partir del PIB en Is Growth Obsolete? (¿Es obsoleto el crecimiento?). En este artículo ahondaron, en particular, en la sostenibilidad del crecimiento, sobre todo cuando éste conlleva la extracción de recursos naturales y el deterioro del medio ambiente.
Más de tres décadas después, en 2009, la Comisión Stiglitz –otro premio Nobel– recomendó en su informe Beyond GDP el desarrollo de indicadores “más allá del PIB”, que cuantificaran otros aspectos del bienestar económico, pero no criticaron el PIB como tal. Así se empezó a prestar más atención a indicadores ya existentes, pero poco usados, y se desarrollaron otros que abordan distintos aspectos relevantes para el bienestar, como ilustra el esquema 1:
+El Bienestar Económico (economic welfare, en inglés). A pesar de la importancia del concepto, no existe una definición consensuada de bienestar económico. Para medirlo, habitualmente se considera, además del PIB y de diversos elementos de las cuentas nacionales (como el consumo y la renta disponible), otros conceptos como la educación y la distribución de la renta. En efecto, estos aspectos no están incluidos en el PIB pero, indudablemente, son críticos para el bienestar económico de un país. Así, por ejemplo, cuando la desigualdad de la renta es grande (una situación que es frecuente en países en vías de desarrollo y con poca redistribución), el bienestar económico agregado de la sociedad tiende a ser menor.
+El Bienestar (well-being en inglés) es un concepto aún menos concreto que el de bienestar económico, y está aún más abierto a discusión, pues depende de las preferencias sociales y culturales. Como se ilustra en el esquema 1, suele incluir una larga y variable lista de dimensiones adicionales, como la salud, el medio ambiente, la seguridad o la calidad de las instituciones. Incluso la felicidad ha llegado a incluirse bajo este concepto.
Esquema 1
DEL PIB AL BIENESTAR. AMPLITUD FRENTE A PRECISIÓN Y CONSENSO
FUENTE: Quirós y Reinsdorf (2020).
NOTAS:
-Los círculos concéntricos indican distintos perímetros y conceptos de bienestar. Los elementos dentro de cada círculo detallan algunos de los indicadores para medir cada concepto.
-El PIB es un indicador dentro de las Cuentas Nacionales. El Bienestar Económico incluye el PIB, junto a otros indicadores de las cuentas nacionales y algunos adicionales. La medición del Bienestar general incluye, además, otros conceptos.
-Cuanto más amplio es el concepto a medir, menos precisos son los indicadores y el consenso sobre las medidas.
Cuando se consideran estos conceptos más amplios, España –como otros países europeos– escala posiciones en la clasificación global. Así lo refleja el gráfico 2, que muestra nuestra posición en el Índice de Desarrollo Humano del Banco Mundial. Este índice incluye, además de la renta per cápita, indicadores de salud y educación. Es posiblemente la medida más utilizada para aproximar el bienestar, pero no deja de ser una medida más, sobre la que no hay consenso.
Gráfico 2
LA POSICIÓN DE ESPAÑA EN TÉRMINOS DE BIENESTAR ES MEJOR QUE EN TÉRMINOS DE RENTA PER CÁPITA
FUENTE: Índice Desarrollo Humano (IDH), Naciones Unidas.
NOTAS: El IDH agrega distintos tipos de indicadores en tres dimensiones: nivel de vida, educación y salud y nivel de vida. La renta per capita (más concretamente el ingreso nacional neto) es el indicador del nivel de vida; los años esperados de escolarización se toman como indicador de nivel educativo; y la esperanza de vida al nacer como indicador de salud. El Índice Desarrollo Humano es una media geométrica de los indicadores utilizados. El resultado es un ranking que se debe usar con cautela.
Retos de medición y presentación
Cuanto más nos alejamos del concepto del PIB, más complejo resulta definir y cuantificar el bienestar. Es lógico: frente a la “objetividad” del PIB y los precios de mercado, ¿cómo medir el bienestar de la sociedad cuando hay tantos elementos, y tan heterogéneos, que lo determinan?
Definir y cuantificar el bienestar resulta complejo, ya que abarca elementos heterogéneos y difíciles de medir
De hecho, la propia medición del PIB tiene sus dificultades. En tal medición, el precio de los bienes y servicios juega un papel crítico. Pero los precios reflejan, en muchos casos, la escasez de unos bienes con relación a otros, y no necesariamente su contribución al bienestar. Por ejemplo, a pesar de que sin agua no hay vida, el precio del agua es mucho menor que el de los diamantes, ya que estos últimos son, en términos relativos, muy escasos. Por lo tanto, la aportación del agua al PIB es muy baja y la de los diamantes muy alta, con relación al bienestar que generan (esquema 2).
Esquema 2
EL PRECIO DEL AGUA Y EL DE LOS DIAMANTES NO REFLEJAN SU VALOR EN TÉRMINOS DE BIENESTAR
FUENTE: Reinsdorf y Quirós (2020).
NOTAS: La balanza ilustra la comparación entre el agua y los diamantes, según se midan en términos de bienestar o PIB: el agua es fundamental para el bienestar pero aporta poco al PIB, al contrario que los diamantes. La razón es que los precios, que se usan para medir la contribución de un producto al PIB, están determinados en muchos casos por su escasez. Esto significa que los precios no necesariamente representan el valor que un bien, como el agua, aporta en términos de bienestar.
Además, la creciente digitalización económica y social añade desafíos adicionales a la estimación de los indicadores macroeconómicos y, más aún, de los relacionados con el bienestar. Por ejemplo, algunas plataformas digitales nos ofrecen el consumo de servicios “gratis”, como vídeos, redes sociales, comunicación o mensajería. Son transacciones fuera de mercado, gratuitas o sin precios explícitos, cuyo coste para el usuario es “sólo” la cesión de algunos datos personales.
Pero ¿ha aumentado su bienestar o el de su hogar el uso de dispositivos digitales y de las redes sociales? Es una pregunta para reflexionar. En cualquier caso, hay un considerable consenso entre los economistas que el efecto neto de la digitalización es una infraestimación del consumo, del PIB y, sobre todo, del bienestar económico y general, y una cierta sobreestimación de la inflación.
Una cuestión adicional es cómo presentar las medidas de bienestar: ¿un indicador compuesto o un panel de indicadores complementarios?
El indicador compuesto más conocido es el Índice de Desarrollo Humano del gráfico 2. Los indicadores compuestos tienen el atractivo de resumir en un número toda la información disponible, pero es necesario asignar ponderaciones a cada uno de sus componentes, lo que tiene siempre algo de arbitrariedad.
Este problema no se da en los paneles de indicadores, puesto que éstos presentan la información de un modo desagregado. Sin embargo, la comunicación de dichos paneles es difícil para el público en general y suele requerir un conocimiento más detallado del tema.
En definitiva, el PIB es la medida más relevante para valorar la actividad económica, pero debe complementarse con otros indicadores para tratar de aproximar mejor el nivel de bienestar en la sociedad. En todo caso, debemos explicitar qué se entiende por bienestar y concretar sus distintas dimensiones. Se sigue trabajando en muchos frentes, pero la medición del bienestar está lejos de ser un asunto resuelto y mucho menos consensuado.
Abrazos,
PD: Hoy se celebra la Virgen de la Esperanza, la Virgen de la O, y la Virgen de la Macarena… Esta es la que más me gusta. Tengo a 4 Macarenas: mi mujer, mi hija mayor y dos nietas, con lo cual, hoy fiesta… En esto estamos, esperando que nos nazca el Señor de María:
¡O!