25 febrero 2016

mira como crecía EEUU en los años 60, 70 y 80

Interesante este gráfico que muestra la evolución del crecimiento del PIB de EEUU y lo compara con la deuda pública allí alcanzada:
Es interesante porque recoge otros momentos en que su economía crecía muy fuerte a tasas anuales entre el 5% y el 15%, durante los años sesenta, setenta y ochenta. Espectacular boom de crecimiento en medio de dos crisis del petróleo, era un país emergente como los actuales... Luego siguió creciendo su PIB muy fuerte, por encima del 4% de media, aunque con una clara tendencia a la desaceleración. Como me recuerda a la evolución de los últimos 20 años de China, que ahora se crece algo menos. Esto es lógico ya que es imposible seguir con las tasas de crecimiento previas... Para EEUU no le supuso ningún problema desacelerar su crecimiento. Su mercado de valores siguió subiendo, con nuevas compañías tecnológicas y mucha ganancia en productividad con la masificación de los ordenadores y sus aplicaciones…
Su bolsa, el SP500:
Multiplicó por 20 desde entonces…
Pero en los últimos años, a raíz de la explosión de la deuda pública le empezaron los problemas. Se pasaron de tener déficits que se convertían en deudas y más deudas…
Aunque es todo tan ridículo en esta crisis de deuda que soportamos desde 2008 que aparecen cosas como estas:
El bono a 10 años alemán ya da menos rendimientos que la letra a 3 meses estadounidense:
Esto es ridículo, y se va a ajustar antes de lo que nos imaginamos. Ya en 2015 hubo un fuerte movimiento al alza de las rentabilidades para sacar a muchos de rendimientos negativos (mira el gráfico de arriba del bono alemán):
Este es el colchón que tienen las bolsas. ¿Cuánto tiempo van a aguantar perdiendo dinero los ahorradores? Van a aceptar más riesgo frente a este dislate.
Y el error japonés de impulsar con lo que sea su economía a base de paquetes de estímulo financiero, uno tras otro, hasta alcanzar estas cotas:
Hasta comprando acciones, ETFs y REITs…
Abrazos,
PD1: Toda la semana esperando el “finde”. Todo el año esperando las vacaciones…
Toda la vida esperando a encontrar la felicidad… Hay que dejar de esperar. El dinero no la da. Nos la da las personas que queremos y nos quieren, tener objetivos humanos ambiciosos, querer el bien de los demás, amar a Dios y al prójimo… Lo demás nunca llena, ni las juergas o comilonas del fin de semana, ni las vacaciones, ni esa larga espera que solo llenamos de mierdas materiales…

24 febrero 2016

Draghi sin muchas opciones

Lucha por tener inflación y que no se japonice Europa…, aunque no consigue ninguna.

El dominó diabólico de Mario Draghi


Habrá quien piense que los 385.860 euros que gana Mario Draghi, presidente del BCE, son demasiados. Sin embargo, hay que reconocer que lo complicado de su tarea le está haciendo sudar cada uno de ellos, en opinión de unos para bien y de otros, no tanto.  
"The primary objective of the ECB's monetary policy is to maintain price stability. The ECB aims at inflation rates of below, but close to, 2% over the medium term", se destaca en la web del BCE, es decir: el mandato es situar la inflación en el entorno del 2%, cuando ahora es el 0,4% y no se ven expectativas de subidas en el horizonte.
Este mandato tiene su origen en el pavor que generó la hiperinflación alemana de la década de los 20 en el siglo pasado, pero también se basa en un nuevo temor a una deflación (caída sostenida de los precios durante varios trimestres) que paralice las economías y las haga recaer en una recesión duradera. De ahí que el BCE acabe de reiterar que habrá nuevos estímulos en marzo ante una inflación más baja de lo esperado.
¿Esto es bueno o malo?
Si hacemos caso a lo que expertos como @JESUSQ opinan, "un bajo nivel de inflación debido a la disminución de los precios de nuestras importaciones debería ser considerado una magnífica noticia, no luchar contra ello".
Y a la vista está que no es lo mismo tener en cuenta la evolución de los precios en la Eurozonaque figura en la web del BCE:
Que observar la inflación armonizada en la Eurozona (fiebre azul) y mucho menos que mirar a lainflación subyacente, sin energía ni alimentos no elaborados (línea rosa):
Sin embargo, Draghi no solo se enfrenta al problema de si la inflación es demasiado alta (no es el caso) o demasiado baja (parece que sí). También tiene que dar respuesta a otros elementos distorsionadores del mercado que se mueven en un verdadero dominó diabólico.
La ficha de los mercados y la banca
Vivimos un exceso de liquidez sin prececedentes, pero ¿dónde va el dinero? Ya hemos visto que con la enorme volatilidad existente hay quien prefiere incluso pagar a la hora de aparcar su dinero en deuda, por ejemplo española.
Ahora, Draghi amaga con volver a rebajar la tasa de interés de depósito, por la que remunera el dinero que los bancos depositan a un día (como puntas de tesorería), hoy en el -0,30%, para ver si logra que ese dinero se mueva más.
Al mismo tiempo,  los tipos reales a largo plazo cercanos a cero unidos a las exigencias de capital derivadas de las nuevas normativas europeas están castigando los márgenes bancarios, lo que explica en buena parte la enorme volatilidad y caídas del sector en Bolsa.
Por si esto fuera poco, los efectos en principio beneficiosos del bajo precio del petróleo (principal causante de la baja inflación) para los países más dependientes, como España, están siendo demoledores para las bolsas y a medio o largo plazo podrían tornarse en negativos también para esos países.
En primer lugar, porque las naciones productoras frenen sus inversiones (recordemos grandes proyectos como el AVE a la Meca) o sus compras en el exterior; además, podría afectar seriamente, ya lo hace, a sus inversiones en deuda de países como España y, en tercer lugar y a más largo plazo, la falta de reinversión en la propia producción de crudo podría desatar una brusca escalada de precios en el futuro.
La ficha de los gobiernos
Francia, por la lucha contra el terrorismo; Grecia y Portugal, con gobiernos de los llamados de progreso; España, con su alta incertidumbre política, solo atenuada a corto plazo por contar con unos Presupuestos aprobados... Por una u otra razón, la relajación en los criterios de déficit se impone en las agendas.
Mario Draghi no se ha cansado de repetir por activa y por pasiva que si los gobiernos no hacen sus tareas de nada servirán las actuaciones del banco central.
La ficha de la guerra de divisas
"A la luz de las experiencia de países europeos y otros que han decidido irse a tasas negativas, vigilamos esa posibilidad, porque queremos estar preparados en el caso de que necesitásemos aumentar la expansión", aseguró recientemente Janet Yellen, presidenta de la Fed estadounidense.
Nadie quiere ceder en lo que se ha convertido en una guerra de divisas soterrada para evitar perder competitividad en una economía enormemente globalizada. Desde hace meses esa ha sido la sensación que China ha dejado en los mercados.
Así pues, mientras Draghi asegura que el BCE hace todo lo necesario (siempre se recordará su famosa frase de julio de 2012) para estimular la economía, el problema es que en el baile del dominó de los mercados, los efectos positivos de sus políticas (y las de los otros bancos centrales) podrían tornarse en negativas. Y peor, cuanto más se prolonguen en el tiempo.
Abrazos,
PD1: En EEUU, la inflación se comporta de forma distinta a Europa: Allí sí que tienen inflación subyacente (la que se calcula sin energía, ni alimentos no elaborados)
My sense of the consensus on inflation: it's very low, threatens to go negative; central banks seem powerless to boost it, but they need to keep trying because very low inflation is a sign that monetary policy is too tight and threatens widespread corporate bond defaults. The reality, however, is quite different. As I've been pointing out for a long time, if you strip out energy prices you find that the underlying rate of consumer price inflation has been running at a 2% pace for more than a decade. Nothing has changed of late. And there's no reason to think the current rate of inflation is too low.
The chart above says it all. It's the CPI ex-energy index, plotted on a log scale. It's been following a 2% growth rate ever since 2003. Whatever the Fed has been doing or trying to do, they have delivered 2% inflation.
The chart above compares the CPI to the CPI ex-energy. I've highlighted two periods when oil prices suffered a significant decline. I think the current period is playing out almost exactly like 1986. Headline inflation collapsed, but bounced back once oil prices stopped declining.
I note that in the late 1990s inflation was about the same as it is today (about 2%) yet that was a period of very strong growth (about 4% a year for several years). Low and stable inflation is a good thing. The problem today is that oil prices have been incredibly volatile. But as I pointed out the other day, the fundamentals of the oil industry have changed dramatically thanks to new drilling technologies. Governments no longer have the monopolistic control over oil supplies that they used to have. There's a new and important source of supply, and his name is Fracking. Oil prices are not going to decline much more than they already have. Oil demand is on the rise, and new drilling has been shut down dramatically—until prices start to rise again.
Oil prices are likely to be more stable in the future than they have been in the recent past, and that will allow the underlying trend of inflation—2%—to be revealed once again.
As an aside, I should note that the "core" rate of consumer price inflation is up at a 2.3% annualized pace over the past six months. Lower oil prices may be helping other prices to rise, because consumers have more money to spend on other things.
PD2: Los bancos centrales se han quedado sin munición, se han gastado todos los cartuchos para enfrentarse a una crisis que ha demostrado que más liquidez no sirve para que crezcan las economías… ¿Ahora qué? Crecimiento muy flojito sin inflación…, estancamiento.
Según The Economist:

Central bankers are running down their arsenal. But other options exist to stimulate the economy

WORLD stockmarkets are in bear territory. Gold, a haven in times of turmoil, has had its best start to a year in more than three decades. The cost of insurance against bank default has surged. Talk of recession in America is rising, as is the implied probability that the Federal Reserve, which raised rates only in December, will be forced to take them back below zero.
One fear above all stalks the markets: that the rich world’s weapon against economic weakness no longer works. Ever since the crisis of 2007-08, the task of stimulating demand has fallen to central bankers. The apogee of their power came in 2012, when Mario Draghi, boss of the European Central Bank (ECB), said he would do “whatever it takes” to save the euro. Bond markets rallied and the sense of crisis receded.
But only temporarily. Despite central banks’ efforts, recoveries are still weak and inflation is low. Faith in monetary policy is wavering. As often as they inspire confidence, central bankers sow fear. Negative interest rates in Europe and Japan make investors worry about bank earnings, sending share prices lower. Quantitative easing (QE, the printing of money to buy bonds) has led to a build-up of emerging-market debt that is now threatening to unwind. For all the cheap money, the growth in bank credit has been dismal. Pay deals reflect expectations of endlessly low inflation, which favours that very outcome. Investors fret that the world economy is being drawn into another downturn, and that policymakers seeking to keep recession at bay have run out of ammunition.
Bazooka boo-boo
The good news is that more can be done to jolt economies from their low-growth, low-inflation torpor (see Briefing). Plenty of policies are left, and all can pack a punch. The bad news is that central banks will need help from governments. Until now, central bankers have had to do the heavy lifting because politicians have been shamefully reluctant to share the burden. At least some of them have failed to grasp the need to have fiscal and monetary policy operating in concert. Indeed, many governments actively worked against monetary stimulus by embracing austerity.
The time has come for politicians to join the fight alongside central bankers. The most radical policy ideas fuse fiscal and monetary policy. One such option is to finance public spending (or tax cuts) directly by printing money—known as a “helicopter drop”. Unlike QE, a helicopter drop bypasses banks and financial markets, and puts freshly printed cash straight into people’s pockets. The sheer recklessness of this would, in theory, encourage people to spend the windfall, not save it. (A marked change in central banks’ inflation targets would also help: see Free exchange.)
Another set of ideas seek to influence wage- and price-setting by using a government-mandated incomes policy to pull economies from the quicksand. The idea here is to generate across-the-board wage increases, perhaps by using tax incentives, to induce a wage-price spiral of the sort that, in the 1970s, policymakers struggled to escape.
All this involves risks. A world of helicopter drops is anathema to many: monetary financing is prohibited by the treaties underpinning the euro, for example. Incomes policies are even more problematic, as they reduce flexibility and are hard to reverse. But if the rich world ends up stuck in deflation, the time will come to contemplate extreme action, particularly in the most benighted economies, such as Japan’s.
Elsewhere, governments can make use of a less risky tool: fiscal policy. Too many countries with room to borrow more, notably Germany, have held back. Such Swabian frugality is deeply harmful. Borrowing has never been cheaper. Yields on more than $7 trillion of government bonds worldwide are now negative. Bond markets and ratings agencies will look more kindly on the increase in public debt if there are fresh and productive assets on the other side of the balance-sheet. Above all, such assets should involve infrastructure. The case for locking in long-term funding to finance a multi-year programme to rebuild and improve tatty public roads and buildings has never been more powerful.
A fiscal boost would pack more of a punch if it was coupled with structural reforms that work with the grain of the stimulus. European banks’ balance-sheets still need strengthening and, so long as questions swirl about their health, the banks will not lend freely. Write-downs of bad debts are one option, but it might be better to overhaul the rules so that governments can insist that banks either raise capital or have equity forced on them by regulators.
Deregulation is another priority—and no less potent for being familiar. The Council of Economic Advisors says that the share of America’s workforce covered by state-licensing laws has risen to 25%, from 5% in the 1950s. Much of this red tape is unnecessary. Zoning laws are a barrier to new infrastructure. Tax codes remain Byzantine and stuffed with carve-outs that shelter the income of the better-off, who tend to save more.
It’s the politics, stupid
The problem, then, is not that the world has run out of policy options. Politicians have known all along that they can make a difference, but they are weak and too quarrelsome to act. America’s political establishment is riven; Japan’s politicians are too timid to confront lobbies; and the euro area seems institutionally incapable of uniting around new policies.
If politicians fail to act now, while they still have time, a full-blown crisis in markets will force action upon them. Although that would be a poor outcome, it would nevertheless be better than the alternative. The greatest worry is that falling markets and stagnant economies hand political power to the populists who have grown strong on the back of the crisis of 2007-08. Populists have their own solutions to economic hardship, which include protectionist tariffs, windfall taxes, nationalisation and any number of ruinous schemes.
Behind the worry that central banks can no longer exert control is an even deeper fear. It is that liberal, centrist politicians are not up to the job. 
PD3: He leído en el evangelio que debemos amar a nuestros enemigos, aunque nos hagan el mal. ¿Quiénes son mis enemigos? ¿Los separatistas catalanes, el coletas y sus secuaces, Rajoy, Pedro Sanchez, Ribera? No sé si lo son, pero hay tanta enemistad de muchos contra ellos que me impresiona. La gente está asustada de lo que se nos viene encima y se aterra de los dirigentes que tenemos, odian a varios de los que te he nombrado… ¿No habría que amarlos? Cuando rezo el Rosario, al final se reza una Padrenuestro por los gobernantes y su buen hacer. ¡Qué buena costumbre! Debemos rezar por ellos para que se iluminen y hagan cosas eficaces para el bien común y, sobre todo, no podemos odiarlos, sino todo lo contrario, debemos amarles y perdonarles, incluso si hacen el mal, hasta a “el coletas”…

23 febrero 2016

van a bajar las pensiones

Y los precios inmobiliarios no van a servir, como en otros casos, para compensar una renta a futuro. Si vamos a un largo periodo de crecimiento bajo sin inflación como parece, seguiremos con una bajada de precios general de todo: sueldos, precios, casas…

Las pensiones bajarán un 30% hasta 2050

La prestación máxima bajará de 2.561 euros mensuales a 1.797 euros constantes
(Alejandro Meraviglia)
Las cuantías de las pensiones públicas perderán de forma acelerada poder de compra en los próximos años, si no se introducen modificaciones normativas inmediatas. Tanto la pensión máxima del sistema, como la mínima habrán perdido nada menos que un 30% de su valor en 2050: la máxima de ahora de 2.561 euros brutos por 14 pagas se reduciría a 1.797 euros mensuales de hoy, y la mínima de 634 euros por 14 pagas quedaría en el ecuador del siglo en 445,2 euros; en ambos casos, la pérdida relativa sería de un 29,8%.
La pensión mínima actual de 634 euros por 14 pagas quedaría en el ecuador del siglo en 445,2 euros
Esa es la conclusión de los cálculos realizados por los profesores Javier Díaz-Giménez (IESE Business School) y Julián Díaz-Saavedra (Universidad de Granada). Los números que arrojan sus exploraciones salen manteniendo el absentismo regulatorio, aplicando la legislación actual –incluido el factor de sostenibilidad financiera que entra en vigor en 2019– y considerando un comportamiento moderado de las tres variables básicas que afectan al sistema de pensiones: una inflación del 2% de media cada año, un crecimiento económico medio anual del 2% real y una evolución demográfica que se ajuste a las estimaciones centrales diseñadas por Estadística hasta 2064.
La evolución de la economía y de los precios tiene visos de credibilidad, y la de la demografía, aún con flujos migratorios moderados, calcula que España perderá un millón de habitantes (ahora tiene 46,42 millones) en los próximos 15 años y hasta 5,6 millones en los próximos 50 años; eso supone que en 2064 los moradores en España serán menos de 41 millones de personas, con un grado de envejecimiento muy superior al actual.
Estas proyecciones económicas y demográficas manejadas en el estudio citado suponen un alejamiento paulatino pero inevitable de los estándares de protección que la OCDE marca para los sistemas de Seguridad Social maduros en Europa. Este organismo internacional establece que el nivel de protección económica de los jubilados (la llamada tasa de sustitución) debe ser de un 60% de su remuneración como activo.
Todas las proyecciones económicas y financieras realizadas a tan largo plazo están sujetas a un elevado grado de incertidumbre, puesto que hay un sinnúmero de variables, tanto políticas como económicas o demográficas, de muy complicado cálculo. John Maynard Keynes siempre recelaba de este tipo de planteamientos tan prolongados en el tiempo, y replicaba que “a largo plazo, todos muertos”. Pero el informe El futuro de las pensiones en España, aunque hace cábalas hasta 2080, deja claro que el efecto de la normativa y la evolución económica y demográfica esperada sobre las cuantías de las pensiones es inmediato, con bajadas sensibles en el poder de las pensiones ya en los próximos años.
En solo cinco años, el poder real de las pensiones de la Seguridad Social habrá descendido en un 6,3% en todos los tramos de cuantías, y la pérdida se elevará al 8,9% en 2025, dentro de únicamente nueve años. Así, la pensión máxima de 2.561 euros al mes por 14 pagas habrá descendido a 2.399 euros de hoy en 2020 y a 2.333 euros de hoy en 2025.
La pérdida se intensifica a medida que pasan años, con una merma del poder de compra de algo más de un 14% en 2035, dentro de 20 años, y de un 29,8% en 2050, un escenario temporal muy alejado para quienes ahora llegan a la jubilación, pero real para quienes tienen 40 años o menos. La merma de poder de renta de las pensiones afecta a todos los tramos de cuantías, incluidas las mínimas, pues también a ellas es aplicable el factor de sostenibilidad financiera aprobado en la última reforma de la Seguridad Social. Así, la pensión mínima de 634 euros mensuales se reduciría en 40 euros al mes (un 6,3%) en 2020; en 56 euros (un 8,8%) en 2025, o en 189 euros al mes (un 29,8%) en el ecuador del siglo.
Llevados hasta su extremo temporal, los cálculos de los profesores Díaz-Giménez y Díaz-Saavedra revelan que las pensiones reales sin cambios normativos adicionales se reducirían casi a la mitad en el año 2080. En concreto, la pensión máxima descendería desde los 2.561 euros mensuales actuales a los 1.580, con un descenso de 981 euros al mes; nada menos que una pérdida de poder de compra del 38,3%. En el caso de la pensión mínima, descendería desde los 634 euros mensuales a los 391,5. El descenso sería de 243 euros al mes, un 38,3%.
Evolución de la pensión media
Si la pensión media actual está en torno a los 1.000 euros al mes por 14 pagas, su evolución en los próximos años no supondrá cambios, y se mantendrá en esos términos hasta 2050. Este cálculo se realiza igualmente teniendo en cuenta que no se introduzca ningún tipo de modificación normativa en el sistema público de pensiones y que se respete la aplicación del factor de sostenibilidad financiera, que está previsto que entre en vigor a partir de 2019 y que afecte a todos los tramos de pensiones.
Este factor de sostenibilidad tendrá en cuenta el crecimiento de la economía, los precios, la estimación de ingresos y los gastos, la evolución demográfica y la esperanza de vida de quienes se jubilan cada año.

El milagro del interés compuesto

El ahorro que todo cotizante debe hacer si se mantiene en activo durante 45 años y quiere disponer de una renta del 60% de su último sueldo durante 25 años es del 25% de su renta. En concreto, para un mileurista (sueldo de 1.000 euros mensuales) que empiece a trabajar a los 25 años y se jubile a los 70, la cantidad a ahorrar debe ser de 250 euros cada mes. Ese ahorro puede configurarse tanto como aportación al sistema público de pensiones, como aportación a un sistema privado o como financiación de activos líquidos o liquidables en el momento del retiro. En el caso de una persona con una renta de 10.000 euros al mes, debería hacer también una aportación del 25% de su sueldo, unos 2.500 euros cada mes.
Este ensayo de aportaciones está diseñado para el caso de que el ahorro no estuviese sometido a ningún tipo de rentabilidad, en el caso de que si fuere un ahorro financiero, el tipo de interés de retorno fuese del 0%. Dado que una buena parte del ahorro tiene carácter financiero y se pone en manos de profesionales para obtener la máxima rentabilidad, un estudio de los profesores J. Díaz-Giménez y J. Díaz-Saavedra señala que con una rentabilidad de un 1%, se reduciría notablemente el ahorro necesario para lograr disponer de la renta señalada al principio (60% del sueldo); en concreto, solo sería preciso ahorrar el 20,98%. Este sacrificio se reduciría hasta el 17,26% si los tipos de interés fuesen de forma constante del 2%, y al 11% si fuesen del 4%. Es lo que los economistas llaman el milagro del interés compuesto.
Este tipo de interés debe considerarse después de restar los rendimientos que los gestores de los fondos percibirían por la gestión, así como la merma en la renta que provocarían los impuestos.
Abrazos,
PD1: Se debe ahorrar para complementar la pensión…

Cuánto ahorrar para mantener el nivel de vida después de jubilarse

Los pensionistas precisan el 60% del último sueldo
Para disponer tras la jubilación del mismo nivel de renta real que cuando se está trabajando (un 60% de los ingresos de activo, según la OCDE) hay que contabilizar tanto la pensión que recibe de la Seguridad Social como aquella que haya ahorrado de forma particular. En el caso de España, la Seguridad Social solo proporciona el nivel del 60% citado para mantener el nivel de vida a los cotizantes que en media hayan tenido rentas iguales o inferiores a los 22.000 euros. Quienes ganen por encima de esa cantidad tendrán que generar fuentes alternativas y complementarias de ingresos para utilizarlas en el retiro.
Dando por hecho que cada cotizante lo es durante 45 años y que puede estar jubilado durante 25 años, el sistema público de pensiones proporciona unas tasas de sustitución (retorno vía pensión pública sobre el último sueldo) superiores al 100% (125,9%) para quienes ganan unos 10.000 euros, y de hasta un 63% para quienes ganan unos 20.000 euros anuales. Pero una vez sobrepasados los citados 22.000 euros al año de remuneración, las tasas de sustitución no llegan a los niveles óptimos marcados por la OCDE para los países occidentales y se hacen decrecientes a medida que crece la renta de los cotizantes.
Con 40.000 euros de salario solo se puede satisfacer un 31,4% de renta de sustitución tras jubilarse; un 25%, con sueldos de 50.000 euros, o un 12,2% para rentas anuales de 100.000 euros. Es decir, todos los colectivos de cotizantes con estos sueldos tienen que buscar fórmulas de ahorro adicional con retornos también crecientes si quieren mantener su nivel de vida. Un informe elaborado por los profesores Javier Díaz-Giménez (IESE) y Julián Díaz-Saavedra (Universidad de Granada) ha determinado cuál es el nivel de ahorro para cada colectivo, y revela que quienes ganan 30.000 euros anuales deben ahorrar además un 9,1% de su renta cada año, un ahorro creciente a medida que se eleva el nivel de remuneración. Quienes ganan 50.000 euros deben aportar a mecanismos complementarios un 16,3% de su renta cada ejercicio, y hasta un 21% si el cotizante es de los que tiene la suerte de percibir unos 100.000 euros anuales.
El sistema de Seguridad Social de reparto español, como la mayoría de los modelos europeos, tiene límites a la aportación y límites a la prestación, y es por ello que la inmensa mayoría de los niveles de renta, aunque cuantitativamente sean menos numerosos, no ven cubiertas las expectativas de renta en el retiro y tienen necesidad de complementarla. Y tienen necesidad de hacerlo porque el ahorro que generan cotizando al sistema público es decreciente e inversamente proporcional al nivel de la renta de los cotizantes. Si la base máxima de cotización (43.272 euros en 2015) a un tipo universal del 28,3% (el resto de aportaciones son para contingencias especiales, no para la pensión) genera una aportación de 12.246 euros (entre la cotización empresarial y la cotización laboral), los ahorros efectivos de cada nivel de renta son muy diferentes, y oscilan entre el 22,9% para quienes ganan hasta 40.000 euros anuales, hasta el 11,1% para quienes están en la barrera de los 100.000 euros al año.
El informe de los dos profesores citados concluye que el ahorro proporcionado por el sistema español es muy bajo, sobre todo para quienes tienen niveles de renta que superan la base máxima de cotización, que se ha elevado en los últimos años muy por encima de la inflación. Llegan al detalle de asegurar que la rentabilidad no compensa para rentas de más de 24.000 euros, mientras que tiene unos niveles aceptables para quien gana menos de esa cantidad.
Concluyen igualmente que una combinación de los tipos efectivos de cotización y de ahorro efectivo que se logra con ellos para cada tramo de renta para ejercer la solidaridad dentro del sistema público evidencia que el modelo es especialmente gravoso para quienes ganan más de los citados 24.000 euros y hasta quienes tienen rentas de 50.000 euros anuales, y que se alivian a partir de ese nivel.

Pagar el mínimo legal para tener la pensión más rentable

La rentabilidad del ahorro que proporciona la cotización al sistema público, si no hay cambios legales, es de un 1,44% para quien aporte durante 45 años la cotización máxima (1.020 euros al mes) y percibiese la prestación durante 25 años. Si el periodo de aportaciones se hubiere reducido a 40 años, la rentabilidad sería de un 2,18%, y si se reduce hasta 35 años, la rentabilidad anual sería del 3,19%. Pero las rentabilidades reales de las aportaciones a la Seguridad Social se disparan si la cotización se produce por un periodo mínimo legal (15 años) y una base de cotización mínima legal. Así, quien más rentabilidad obtendría sería quien pagase en esas condiciones y percibiese durante 25 años la pensión mínima (634 euros), y llegaría al 21,9%. Tal tasa es imposible de obtener para el sistema de capitalización.
PD2: Don't make decisions when you're angry.  Don't make promises when you're happy.

22 febrero 2016

garantía de los depósitos bancarios

De los bancos españoles no dicen ni pío. Nosotros tenemos un Fondo de Garantía de Depósitos que cubren los bancos para atender a los depositantes en caso de default. Está medio vacío ya que se usó en 2012 para sanear las cajas… ¿Cómo de seguros están nuestros ahorros? ¿Y por ahí fuera?

French and Italian Bank Deposits vs. Guarantees: How Safe is Your Money?

Inquiring minds might be interested in stats on French and Italian bank deposits and deposit guarantees.

Let's start with a look at equity in FGDR, the French guarantee company vs. the amount of deposits according to ECB stats.
FGDR Equity
The above chart from page 25 of the FGDR Deposit Guarantee 2014 annual report.
The mechanism has about €3.13 billion equity as of December 2014.
French and Italian Bank Deposits
French bank deposits total €4,068 billion as of December 2015 according to the ECB Euro Residents Deposit Report.
Not all of those deposits are covered by insurance. The guarantee is limited to the first €100,000.
Look at things this way: €3.13 billion would cover a mere 31,000 accounts of €100,000 each.
From the same report above, Italy has €2,395 in deposits.
Italy's Guarantees
No doubt, you are now wondering how big Italy's guarantee fund is.
So am I.
In fact I wonder if Italy and nine other eurozone contries have them at all, or if they do, what shape those deposit guarantee funds are in.
10 Eurozone Countries Cited for Noncompliance on Deposit Guarantees
Please consider this December 2015 European Commission Press Release on Deposit Schemes.
The European Commission has formally requested Belgium, Cyprus, Estonia, Greece, Italy, Luxembourg, Poland, Romania, Slovenia and Sweden to fully implement the Deposit Guarantee Schemes Directive (DGSD).
The European Commission has formally requested Belgium, Cyprus, Estonia, Greece, Italy, Luxembourg, Poland, Romania, Slovenia and Sweden to fully implement the Deposit Guarantee Schemes' Directive (Directive 2014/49/EU, DGSD). This Directive, which builds upon the previous Directive 94/19/EC of 1994, improves the protection of deposits. Depositors will benefit from quicker pay-outs and a stronger safety net as more unified funding requirements will ensure that deposit guarantee schemes are pre-funded and will be able to fulfil their obligations towards depositors more efficiently. It is a step towards a fully-fledged Banking Union to create a safer and sounder financial sector in the wake of the financial crisis.
The deadline for transposing these rules into national law was 3 July 2015 (see MEMO/13/1176). However, 10 EU countries have failed to implement these rules into their national law. The Commission's request takes the form of a reasoned opinion. If these Member States fail to comply within two months, the Commission may decide to refer them to the Court of Justice of the EU.
Italy Bank Bailout Coming Up?
Leaving the issue of deposit guarantees aside, some of which obviously exist in name only, recall that Italian banks have about €200 billion in nonperforming loans.
Italy and the ECB would like nothing more than to sweep those loans under the rug.
Thus, it should be no surprise to discover ECB in Talks with Italy Over Buying Bundles of Bad Loans.
The European Central Bank is in talks with the Italian government about buying bundles of bad loans as part of its asset-purchase program and accepting them as collateral from banks in return for cash, the Italian Treasury said.
Nonetheless, it would likely fuel a debate in other countries about whether the ECB is taking on too much risk by buying asset-backed securities (ABS) based on loans that have not been repaid for roughly three months.
Italian Treasury officials told reporters the ECB may buy these securities as part of its 1.5 trillion euros asset-purchase program or accept them as collateral from banks in return for cash, in so called repurchase agreements.
The ECB declined to comment.
In November last year, an ECB source said that buying rebundled non-performing loans could be an extreme option if the euro zone's economic situation became "really bad".
Are things "Really Bad" Enough?
I am quite certain things are far worse than anyone is willing to admit.
Abrazos,
PD1: No tiene nada que ver, pero me ha encantado la visión de Mohamed El-Erian que cuenta aquí: https://soundcloud.com/bloombergview/interview-with-mohamed-el Es largo y en inglés, pero es un tipo brillante y cuenta en donde estamos nítidamente.
Para los inversores que buscan razones para preocuparse por los bancos, aquí tienen otra: Han prestado una gran cantidad dinero en monedas a prestatarios que tendrán dificultades para pagar. El fenómeno ilustra cómo funcionan los flujos de capital en un mundo económicamente integrado - y cómo pueden contribuir a las subidas y bajadas bursátiles.
Mientras la Reserva Federal de EE.UU. y el Banco Central Europeo mantenían las tasas de interés extremadamente bajas para apoyar a sus propias economías, provocaron que los bancos buscaran una mayor rentabilidad en otros lugares, y también prestaron dinero en monedas atractivas en todo el mundo. El resultado fue que la cantidad total de préstamos en dólares y euros a prestatarios no bancarios fuera de EE.UU. y de la zona euro crecieron un 57 por ciento durante los últimos seis años, hasta 12,7 billones de dólares, según el Banco de Pagos Internacionales. El gráfico adjunto lo muestra claramente.
Un crecimiento del crédito tan rápido es un precursor clásico de crisis financieras, y el elemento de tipo de cambio añade un giro negativo. Los planes de la Fed para aumentar las tasas de interés, junto con las preocupaciones sobre el crecimiento de los mercados emergentes, han hecho que el valor del dólar se eleve bruscamente contra una serie de monedas. El euro también se ha revalorizado contra algunas monedas. Así que para los prestatarios de países como Brasil y Turquía, cuyas monedas se han debilitado sensiblemente, el coste de pagar esa se ha disparado.
El segundo gráfico desglosa el crecimiento de la deuda a bancos en valor local del dólar como porcentaje del producto interior bruto durante los últimos dos años, debido sólo al cambio de divisas.
El resultado tiende a ser lo que hemos visto en los mercados globales. Las preocupaciones por impagos hacen que los inversores huyan - una respuesta que, presiona aún más a las divisas y detienen el flujo del crédito, haciendo más probables los impagos.
La pregunta entonces es si los prestamistas - los mismos bancos cuyos precios de las acciones se han desplomado en los últimos días - tienen suficiente capital para absorber las pérdidas. Si no es así, la angustia financiera puede propagarse rápidamente, como ya vimos en 2008.
¿Se puede hacer algo? Sí. Como el economista Helene Rey ha señalado, unos límites más estrictos de apalancamiento - es decir, la cantidad que los bancos y otras personas pueden tomar prestado por cada dólar de patrimonio - podría suavizar el ciclo global de auge y caída, sin ningún o casi ningún coste a la economía. Los prestatarios tendrían menos oportunidades de excederse y el sistema financiero estaría mejor preparado para absorber las pérdidas si las tuvieran. Los reguladores se han movido hacia esa dirección desde el año 2008, pero no lo suficiente.
PD3: El viernes, el BCE dijo que había 5 bancos europeos que no cubrían sus requisitos mínimos de capital. ¿Cuáles? NPI
A report by the ECB figure in five eurozone institutions that do not meet the minimum capital requirements required by the institution, but has not detailed the names of these banks.
Specifically, the report indicates that five banks have failed to meet the requirements of Tier 1 capital required by the SREP, but has not disclosed which ones. A sixth bank  achieved the level of  "almost" capital impaired.
Mientras, el Deutsche Bank no consigue remontar:
Y el HSBC inglés ha presentado resultados horribles…
PD4: El matrimonio es como el vino, si no se cuida, con los años se vuelve vinagre… Hay que esforzarse continuamente, cada día, cada mañana cuando sales a trabajar, una llamada al mediodía, cuando vuelves a casa, los fines de semana. Los niños y el trajín nos quitan mucho tiempo, pero no hay que descuidarlo nunca…