No paramos de saber los daños que producen en las economías la inflación tan elevada que tenemos. Mucho más en las familias, ahogadas por las facturas. Se paralizan las decisiones de compra ya que ha sido todo muy rápido y el temor cunde…
La realidad es que posiblemente hayamos visto lo peor en materia de inflación. El precio del crudo se estabiliza por debajo de los 100 dólares y no se está trasladando la subida de precios a los salarios… Falta el gas y la electricidad que no se encarrilan todavía.
Y los inversores no se decantan por las ventas. Saben que son las acciones las que se ajustan antes a la inflación. Y que el proceso de depreciación es imparable en activos monetarios y bonos. Por eso no se vende a pesar de los horribles datos macro que van saliendo… Y cuando no bajan los mercados con malos datos, subirá cuando vengan datos mejores de precios, que llegarán más pronto que tarde…
Inflación transitoria, daño permanente
El análisis de la mayoría de indicadores económicos es difícilmente entendible por un ciudadano corriente. Este suele tener una percepción de la realidad completamente distinta al mensaje que recibe. Un caso claro de lo anterior es la evolución del coste de la cesta de la compra de millones de familias y los mensajes tranquilizadores sobre la inflación basados en que sus fuertes incrementos son sólo temporales.
La inflación, medida a través del Índice de Precios al Consumo (IPC), pretende reflejar el incremento del coste de la vida para una familia (media o estándar). El IPC es un indicador que recoge la cesta de productos y servicios consumidos por las familias. Cada grupo de bienes y servicios tiene una ponderación en el IPC en función del porcentaje del gasto total que se estima se destina a dicho grupo de bienes o servicios. En el cuadro adjunto se observa el peso asignado a cada grupo de bienes y servicios. Lógicamente, dicha distribución del gasto varía de una familia a otra. El gasto de un hogar con tres hijos en edad escolar tiene una composición totalmente distinta al de un matrimonio jubilado y sin cargas familiares. Por ello, el IPC no deja de ser una convención que se supone que representa el gasto de una familia estándar.
Hay gastos en los que todas las familias incurren necesariamente: alimentación, vivienda, luz y agua. Otros gastos como "enseñanza" o "restaurantes y hoteles" no necesariamente forman parte de los gastos de todos los hogares.
La inflación (o el IPC) sirve para medir el aumento del coste de la vida. Se expresa como porcentaje de variación respecto a los precios del mismo mes del año anterior. Por lo tanto, cualquier dato que refleje un IPC por encima de cero implica que el coste de la vida es superior al del año anterior.
Cuando la inflación es del 10% y el año siguiente pasa al 5%, se suele vender como un éxito por la senda de control de la inflación. La realidad, para cualquier familia, es que el primer año los precios suben un 10% y el segundo año se incrementan de nuevo sobre una base incluso superior. Cuando se dice que baja la inflación, el ciudadano corriente percibe que los precios siguen subiendo, eso sí, a menor ritmo.
Fuente: INE, elaboración propia
Actualmente, tanto la Fed de EE.UU. como el BCE consideran que la inflación, pese a ser elevada, es transitoria.
En la Eurozona, aunque la inflación se sitúe actualmente en el 8,9%, el BCE ha situado los tipos de interés en el 0%.
La realidad para una familia cuya "cesta de la compra" sea equivalente a la del IPC es que en el caso de una inflación del 10% un año, un 5% el siguiente año y un 2% al tercer año, su poder adquisitivo se habrá visto mermado en más de un 17% si sus ingresos no aumentan a la misma velocidad que la inflación.
Adicionalmente, una familia con estrecheces económicas podrá restringir su gasto en determinadas partidas como "Ocio y Cultura" y "Restaurantes y hoteles". Aunque estas partidas (que pesan casi el 20% del IPC) tengan reducción de precios, las familias más vulnerables se verán afectadas por el incremento de precios del resto de los componentes que necesariamente consumen, como "Alimentos" y "Vivienda y suministros" (entre ellos la electricidad).
Los indicadores económicos son necesarios para tener una aproximación a la situación económica en cada momento. Desafortunadamente, en demasiadas ocasiones el análisis de dichos indicadores dista mucho de la realidad percibida por el ciudadano de a pie.
El incremento de la inflación podrá ser coyuntural, pero el daño infligido a millones de familias (y de ahorradores) es permanente.
Abrazos,
PD1: Este verano me he dedicado a descansar, a contemplar la naturaleza, y a disfrutar de la vida con mi familia y amigos…He estado en Galicia con mis hijos y nietos. Hemos sido un montón, con muchas risas y sin parar…
También he tenido mucho tiempo para pensar sobre la vida, para rezar y a mantener mi vida espiritual como lo más importante del día. En mis madruguetas rezaba mirando a la Ría, viendo amanecer y cómo salían los pescadores a faenar. Esas gaviotas que no sirven para nada, pero que nos las puso Dios para que las miráramos. Tantas cosas nos pone Dios para nuestro deleite y solo nos damos cuenta de pascuas a ramos, cuando nos fijamos…
Hemos tenido la suerte de tener un cura bueno que nos platicaba con calma todos los días. Una gozada de sermones que, a mí, me servían…
Ahora toca trabajar, servir y ayudar a todos los que se ponen a nuestro lado. Luchar cada día para hacerle la vida más fácil a los demás.