28 noviembre 2014

28 noviembre 2014 Pensiones

Los países cuyo Estado aporta más a pensiones, las personas aportan menos de forma individual a los planes privados:

La sostenibilidad del sistema de pensiones en España

Tres cosas no faltan nunca cuando llega el tramo final del año: el Adviento, las Navidades y las campañas de los dichosos Planes de Pensiones. Productos muy interesantes a nivel fiscal, muy rentables para los Bancos y Aseguradoras, pero sobre todo, útiles si se comienza a ahorrar a tiempo. Pero vayamos al quid de la cuestión: ¿Es sostenible el Sistema Nacional de Pensiones español? La respuesta es clara. Tal y como lo conocemos, NO.
Un hecho es irrefutable, y es el envejecimiento de la población española. Pero claro, vamos al detalle: ¿qué generaciones están envejeciendo? Las gráficas piramidales tienen la respuesta.
¡Eureka! El Baby Boom español de la década de los 60 es el “culpable” de la futura insostenibilidad del Sistema de Pensiones. El punto crítico se espera entre el 2040 y 2050, cuando esa generación entre en su grado máximo de dependencia. Mi punto de vista es que será un problema que requerirá un cambio de modelo, pero no tan extremadamente urgente como nos quieren hacer creer. Hay tiempo hasta el año 2020 o 2025, pero sí o sí habrá que cambiar de modelo. La otra opción sería recortar -y mucho-.
El Sistema actual se mantiene con las cotizaciones, lo que usted cotiza hoy, no es para su pensión, es para la de su padre, que la está cobrando hoy. Las reformas realizadas han incrementado el periodo de cotización para el cálculo de la base reguladora de las pensiones, que en la práctica significa una reducción de las pensiones de jubilación. No se va al problema raíz, no se cambia el sistema. Se dilata el problema, sin solucionarlo.
¿Hay solución posible? Sí, si hay voluntad política. Cambiemos el Sistema. Parece casi seguro que vamos hacia un Sistema mixto, o lo que es lo mismo, obligar a los trabajadores a que se hagan un plan de pensiones privado. Solución liberal. Pero últimamente, varios economistas sugieren que las pensiones dejen de ser sufragadas por la Seguridad Social, y vayan directamente a cargo de los Presupuestos Generales del Estado, es decir, que las pensiones se paguen vía impuestos, como sucede con la Defensa, Sanidad o Educación. Solución antiliberal. Esto supondría mayor carga fiscal o más déficit para el Estado. ¿Qué hacer entonces?
Personalmente, no lo sé, no tengo una bola de cristal, y si llevamos 30 años discutiéndolo, por algo será. Sólo tengo clara una cuestión. Dentro de 10 años, los gobernantes tendrán que haber elegido entre subir las cotizaciones, forzar el ahorro privado a la ciudadanía, subir los impuestos (especialmente a aquellos que no pagan o pagan poco) o aumentar el déficit del Estado. Y esto, como todo, son decisiones políticas. En las próximas dos legislaturas, nos jugamos nada más, y nada menos, que los próximos 50 años… Solo les pido una cosa: Gobierne quien gobierne, háganlo pensando en el bien común, ¡por favor!
Abrazos,
PD1: Aquí unos trucos para actuar a tiempo:
Empezar pronto, ser constante y apostar por la renta variable
¿Es posible ahorrar 150.000 euros para la jubilación teniendo un sueldo normal? La respuesta es sí. Y sin realizar un esfuerzo titánico. Aunque todo depende de qué se considere un salario “normal” o cuál es la situación familiar de cada persona. La clave para llegar a acumular ese capital está en empezar cuanto antes, apostar por la renta variable durante los primeros años de ahorro, e ir incrementando la aportación a lo largo de la vida laboral.
De acuerdo con la simulación elaborada por Francisco Marín, presidente del comité de servicios a asociados de EFPA(asociación europea de planificación financiera, en sus siglas en inglés), para alcanzar un ahorro de esa magnitud habría empezar a ahorrar con 35 años, o incluso antes. Un trabajador de esa edad, con un sueldo bruto anual de 30.000 euros (algo por encima del, salario medio en 2013), casado y con hijo a su cargo, debería comenzar a aportar 150 euros al mes, y seleccionar un plan en el que haya un fuerte componente de Bolsa.
Para evitar que las aportaciones estén condicionadas por los vaivenes del mercado, los expertos recomiendan ir poniendo dinero en el plan periódicamente (una vez al mes o, como mucho, una vez al trimestre), de modo que el ahorro no esté condicionada por una Bolsa demasiado cara. Si las aportaciones son sistemáticas, se irá acumulando el patrimonio tanto en los momentos buenos, como en los malos.
A medida que ese trabajador vaya teniendo menos cargas familiares, debería ir incrementando la aportación mensual. Así, en la simulación realizada por Marín, esta persona, con 45 años, dos hijos, y un sueldo de 40.000 euros brutos al año, debería aportar 250 euros al plan de pensiones.
En la última etapa de la vida laboral, en la que previsiblemente la persona no tendrá hipoteca ni hijos a su cargo, debería ser en la que se haga el mayor esfuerzo de ahorro. En el supuesto planteado, el trabajador contribuiría a partir de los 60 años (con un sueldo de 50.000 euros), con 350 euros al mes.
Manteniendo estas premisas, en el momento de la jubilación (a los 67 años) podría haber acumulado un capital de 144.000 euros, tomando como referencia una rentabilidad media anual del 3%, descontando gastos y comisiones. En caso de que optara por rescatar su plan de pensiones por medio de una renta vitalicia, el trabajador tendría derecho a cobrar una renta mensual de 795 euros, suponiendo que llegara a los 87 años.
Si se cumplen las previsiones de que las pensiones públicas sufrirán una importante merma durante las próximas décadas (por el alargamiento de la esperanza de vida y la bajísima tasa de natalidad de España), esos casi 800 euros serían un buen complemento para la pensión pública. Según los cálculos del simulador de pensiones del Instituto BBVA de Pensiones, en la simulación realizada, la pensión a la que tendría derecho ese trabajador representaría menos del 60% del sueldo que tendría justo antes de jubilarse.
Carta para los mayores de 50 años
Para aumentar la información con la que cuentan los cotizantes a la Seguridad Social, el Gobierno va a empezar a enviar cartas a los mayores de 50 años ofreciéndoles una estimación sobre lo que cobrarán al retirarse. Los expertos del sector financiero consideran que este paso será fundamental para que la gente pueda tomar una decisión más formada sobre su planificación de cara a la jubilación.
Una de las ventajas de empezar a ahorrar pronto (algunos especialistas creen que las primeras aportaciones deberían coincidir con el acceso al mercado laboral) es que en las primeras décadas se pueden elegir productos volcados en renta variable. Como faltaría mucho tiempo para el rescate del plan, una mala evolución de la Bolsa durante varios ejercicios sería asumible, y el partícipe podría beneficiarse de la tendencia alcista contrastada de los mercados bursátiles en el largo plazo.
En la simulación elaborada por Francisco Marín, el trabajador empezaría aportando dinero a un plan de pensiones muy volcado en renta variable (un 80% del total de la inversión), evolucionaría hacia un producto mixto (renta fija-renta variable) y finalizaría su vida laboral con un plan de pensiones que estuviera concentrado en renta fija, para garantizarse que al vencimiento no perdiera parte del capital acumulado.
Rentabilidad estimada
Si en esta simulación se incluyeran rentabilidades superiores al 3% para la fase agresiva y moderada (que suponen 25 años), el capital acumulado superaría con creces los 150.000 euros. En los planes de pensiones individuales, la media de rentabilidad en los últimos 20 años ha sido del 4,39%, según datos de Inverco.
Hasta ahora, uno de los factores que echaba para atrás a los jóvenes a la hora de plantearse contratar un plan de pensiones era la iliquidez del producto: tan solo podía recuperarse el dinero aportado en el momento de la jubilación. Sin embargo, los supuestos de rescate se han ido ampliando. Enfermedad grave, invalidez, desempleo, riesgo de embargo de la vivienda habitual... El Gobierno ha querido dar una vuelta de tuerca a este producto y, a partir de 2015, se introducirá un nuevo supuesto de liquidez: las aportaciones mantenidas al menos 10 años. Esto permitirá que desde 2025 se puedan retirar los cerca de 100.000 millones de euros de patrimonio acumulados a día de hoy en planes de pensiones.
En las simulaciones elaboradas por la EFPA también se aprecia la dificultad de ahorrar si se empieza muy tarde. El trabajador de 60 años que aporta 350 euros al mes hasta los 67 tan solo dispondría de un patrimonio en su plan de pensiones de 32.666 euros
PD2: Las pensiones tienen dos problemas: a corto la crisis y la generosidad de los políticos que siguen pagando más (este año subida del 0,25% a los pensionistas cuando la inflación ha sido del -0,4%) y a largo de demografía… ¿Llenamos España de africanos para que nos paguen las pensiones como hizo ZP al abrir España? No te quepa duda que es la única alternativa, lo que dudo es que en 30 años puedan tener trabajo todos estos africanos y quieran pagar su Seguridad Social…
Este es un gráfico que a todos debería hacernos reflexionar en materia de pensiones. Muestra la evolución previsible de la población ocupada y del número de pensionistas. Aunque es un gráfico aterrador, se basa en dos hipótesis harto optimistas: la primera es que en España trabajará el 70% de la población con edad para hacerlo, algo que apenas conseguimos en plena burbuja; la segunda, es que el número de pensiones a pagar coincide con el de personas mayores de 67 años, cosa que hoy tampoco ocurre, pues el sistema de Seguridad Social también cubre las pensiones de incapacidad permanente, de orfandad y en favor de familiares (hoy la Seguridad Social abona 9,1 millones de pensiones, y el número de personas mayores de 65 años es de poco más de ocho millones).
Evolución demográfica previsible de España
Fuente: INE
Si con ocho millones de personas mayores de 65 años y 16,7 millones de trabajadores no podemos sostener las pensiones actuales, imaginaos qué sucederá en las próximas décadas conforme ese diferencial se vaya volviendo todavía más estrecho. Algunas implicaciones:
+ Las pensiones que hoy promete pagar la Seguridad Social (no en cuantía, sino en método de cálculo: 100% del sueldo medio en los últimos 25 años si has cotizado 37 años a lo largo de tu vida laboral) son absolutamente insostenibles. Ni la tibia reforma que prepara Mariano Rajoy será capaz de sostener el sistema, salvo que experimentemos mucha inflación (en cuyo caso, las pensiones se diluirán sistemáticamente en términos reales).
+ Que la relación entre trabajadores y pensionistas vaya a descender abruptamente no implica necesariamente que las pensiones vayan a caer en el futuro. Si la economía crece lo suficiente, las pensiones podrían hacerlo. Lo que sí significa es que la renta relativa de los pensionistas con respecto a la renta media de la sociedad va a hundirse (a menos que se saquee a impuestos a los trabajadores en activo).
+ La inmigración podría parcialmente paliar el problema, haciendo la transición demográfica algo más suave, pero si devenga nuevos derechos a pensiones futuras, sólo retrasa el problema. En todo caso, podría ser una buena idea permitir la inmigración libre a España a cambio de no devengar derechos a la Seguridad Social.
+ Sea como fuere, el consejo práctico más importante que debe extraer del gráfico anterior es sencillo: ahorre e invierta. Si confía su jubilación a los políticos, terminará sintiéndose pobre y estafado.
PD3: El Señor no eligió para enseñarles su mensaje de amor a las altas esferas judías de la época. No, no se dirigió a los ricos, ni a los sacerdotes de las sinagogas, ni a Herodes y su séquito, ni a los jefes romanos, ni a los escribas (los abogados de la época), ni a los fariseos, esos que se creían mejor que los demás porque se veían superiores (como los soberbios de ahora)…
Se dedicó a curar y sanar enfermos, curo hasta los más parias de esa época, los leprosos, a perdonar los pecados a las prostitutas, hablaba con los publicanos (lo peor y más odiado de los habitantes de entonces, los que cobraban impuestos para mandarlos a Roma), se juntaba con lo peorcito de entonces, con los pecadores…
Incluso eligió como ayudantes a unos cuantos pescadores y a un publicano (recaudador de impuestos). Pudo haber elegido para su labor a unos pastores de ovejas, o unos sacerdotes, o unos escribas que dieran cuenta de lo que hacía… Pero no, eligió a unos valientes que lo dejaron todo, sabedores de que era el que esperaban.
Por eso si te crees que tu eres diferente, que tus pecados son muy grandes, no te debes preocupar. El Señor nos ama a cada uno con todos nuestros defectos, y ha venido a salvarnos, a perdonarnos de nuestras miserias, a nosotros grandes pecadores…

27 noviembre 2014

27 noveimbre 2014 Optimista

Hoy me encuentro más optimista después de leer esta entrevista a:

Emilio Ontiveros

“Toda decisión de reducir incertidumbre y fortalecer la confianza está en la base del crecimiento económico”. Emilio Ontiveros, catedrático de Economía de laUniversidad Autónoma de Madrid, presidente de Analistas Financieros Internacionales y finalista de la iniciativa #Twecos de Crédito y Caución, arroja luz sobre la actualidad económica en España centrándose en aspectos tales como “exportación”, “creación de empleo” y “seguro de crédito”.
¿Todavía existe riesgo de que la Eurozona, y arrastrado por ella nuestro país, caigan en una nueva recesión o en un mayor estancamiento?
Más que en una recesión en el sentido estadístico del término, veo riesgo claro de que el núcleo de la Eurozona se estanque, que no crezca muy por encima del 1% y, de esa forma, contamine al resto de las economías. Los datos que hemos conocido a partir del segundo trimestre para las tres grandes no son expresivos precisamente de recuperación. Hemos visto como en países como Alemania la producción industrial y las exportaciones, que son los dos indicadores claves, han hecho una inflexión.
Por lo tanto, sin llegar al dramatismo de anticipar una tercera recesión, es verdad que ha habido riesgos de prolongación de un estancamiento, combinado con una tasa de variación de los precios, con una inflación que en algunos países está ya directamente en la frontera deflacionista, como es nuestro caso.
El 60% del PIB español procede del consumo de las familias, pero parece difícil que este consumo aumente por la contención de salarios. ¿Por qué vía puede crecer entonces la economía española?
La única vía posible, respetando el cuadro presupuestario al que nos hemos comprometido, es que Europa adopte decisiones claras de estímulo de la demanda en dos direcciones. Que Alemania utilice el margen de maniobra que tiene en sus finanzas públicas para aumentar la inversión pública. Y que se anticipe el plan de inversión que el nuevo presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, ha puesto sobre la mesa, esos 300.000 millones de euros destinados a inversión paneuropea, a inversión conjunta en la Unión en áreas que fortalecerán su capacidad competitiva, como las redes eléctricas y las telefónicas.
No hay otra alternativa que seguir los pasos que llevaron a cabo economías como la de Estados Unidos o la británica, que hoy afortunadamente están fuera de la recesión. Mantener el tono de la política monetaria, incluso si llega el caso comprar deuda pública en el mercado secundario; y utilizar los recursos, que no son muchos pero que pueden constituir una señal fortalecedora de la confianza, para inversión pública tanto a nivel nacional como a nivel de las instituciones europeas.
Y en esta hoja de ruta ¿es optimista o piensa que el camino es muy complicado?
Es complicado, pero no soy pesimista. Creo que se ha dado un paso en la cesión que han hecho el gobierno francés y el italiano de corregir, una vez que su presupuesto había sido objetado por Bruselas; es una cesión en la dirección de que, efectivamente, hay que tender a cumplir las reglas, el pacto de estabilidad. Y ahora le toca dar la contrapartida a Alemania; y esa contrapartida tiene que venir por una mayor tolerancia a la inversión pública, tanto nacional como europea. Es verdad que la experiencia nos obliga a ser muy escépticos, pero el riesgo de japonización de la Eurozona es tan elevado y la inflexión en el crecimiento alemán ha sido tan clara que entiendo que la coalición de gobierno alemana, poco a poco, irá cediendo.
Durante los últimos años hemos diversificado nuestras exportaciones. ¿Qué riesgos y beneficios conlleva esta evolución a corto y medio plazo?
Es verdad que hemos diversificado las exportaciones. Yo diría que hemos hecho dos cosas muy buenas. En primer lugar, hemos aumentado la propensión exportadora y ahora hay más exportadores que antes. Y, en segundo lugar, hemos diversificado los destinos de las exportaciones, y esto es objetivamente bueno porque ya no solo dependemos de la Eurozona, aunque la mayoría aplastante de las ventas al exterior siguen dirigiéndose allí.
El único riesgo de esa diversificación geográfica es que el euro no siga depreciándose; es necesario que lo siga haciendo fundamentalmente frente al dólar. Y el otro riesgo es esa suerte de desaceleración que han experimentado las economías emergentes, a algunas de las cuales –Brasil, por ejemplo- habíamos intensificado nuestras exportaciones en los últimos años.
¿Qué nuevas medidas cree necesarias para acelerar la creación de empleo?
Yo diría que decisiones que tuvieran que ver con el fortalecimiento de la capacidad para emprender. Creo que, aún cuando se están liberando obstáculos, España es todavía uno de los países donde es más difícil y cuesta más tiempo crear una empresa, abordar nuevos negocios. En momentos como éste, liberar todo tipo de obstáculos para que buenos talentos puedan asignarse a nuevas empresas sería una forma ya no solo de liberar empleo -a través de los propios autónomos que se puedan convertir en empresarios-, sino también de crear empresas en sectores con algo más de tecnología, en sectores más intensivos en valor añadido que puedan contribuir, en definitiva, a la creación de empleo.
A lo largo de su trayectoria usted ha recibido diversos premios por su actividad de investigación, pero también por la divulgación de la cultura económica y financiera. ¿Qué lecciones de economía hemos aprendido mejor los españoles durante estos últimos años, aunque algunas hayan sido a base de malas experiencias, y qué nos queda aún por aprender?
Quizás la primera de las lecciones es que el mundo está absolutamente interrelacionado, que no basta ser ciudadano de un determinado país para estar afectado, positiva y negativamente, por lo que ocurre en otras latitudes. Esta crisis nació en Estados Unidos, pero sus principales daños los estamos registrando en Europa. Por lo tanto, la fácil interdependencia económica es una lección.
Otra lección es que en política económica no hay que tener excesivos prejuicios. Hay que anteponer ante todo la minimización de los riesgos de recesión prolongada y, por lo tanto, hay que hacer uso de todas aquellas políticas de estímulo de la demanda agregada que eviten males peores. Y la tercera lección, muy concreta para el ciudadano de a pie, es que es bueno aumentar la propia cultura económica y financiera. Disponer de elementos de juicio y contar con un grado de alfabetización económica suficiente es casi tan necesario como tener el carné de conducir.
En este sentido, ¿nos queda un largo recorrido por delante o vamos avanzando?
Vamos avanzando, pero como decías tú antes, a fuerza de coscorrones. Por tanto, sería bueno asumir ese gap de información y cultura económica y financiera; y que el ciudadano se preocupara de conocer que es lo que determina su prosperidad y la evolución de sus ahorros, con el fin de ser libre, evitar engaños y convertirse en última instancia en dueño de sus decisiones económicas.
¿Qué sabe del seguro de crédito y del papel que está jugando en esta crisis?
Es fundamental. Toda decisión que suponga trasladar certeza, reducir incertidumbre y fortalecer la confianza está en la base del crecimiento económico. Por lo tanto, el fortalecimiento de las modalidades de seguro de crédito constituye un avance esencial para que, sobre todo medianos y pequeños empresarios, recuperen la necesaria confianza, que es el fundamento de la inversión y, tras ella, de la creación de empleo.
Ahora solo resta esperar a que Draghi inyecte al mercado esa liquidez que esperamos con las manos abiertas, para que suban las bolsas, ya que poca llega a la economía real…, y a Juncker para que nos de a todos esos 300.000 millones de euros prometidos, que no tiene la UE…, para que el crecimiento aparezca, aunque me temo que va a ser con cuentagotas y en tres años, y solo si los empresarios emprenden proyectos atractivos. Abrazos,
PD1: Pero luego miro la realidad española de corrupción total y me deprimo. Ojo, que no es solo corrupción de los políticos, que están desatados y no hacen nada para combatirla, estamos en un país corrupto hasta las entrañas… TODOS somos los culpables, no solamente los políticos:
Pequeña lista, no exhaustiva, de pequeñas y no tan pequeñas corruptelas, que la mayoría de los españoles practicamos, en un país de pícaros y amorales…
1.- Si me dejan elegir, sin IVA, por supuesto
2.- Engañando en las declaraciones para obtener becas, ayudas escolares de todo tipo, paro, subvenciones,  etc etc
3.- Mentir en la Declaración de Hacienda
4.- Llamar, siempre que se puede, a un chapuzas, sale mucho más barato
5.- Trabajar haciendo chapuzas, o en negro, después del trabajo habitual, unos euritos nunca vienen mal
6.- Practicar el sano deporte de las bajas simuladas
7.- Ahora vuelvo, salgo a hacer un recado, y no volver en tres horas
8.- Llevarse a casa material de oficina…
9.- Esta gestión te la agilizo yo, que mi primo trabaja en…España es el país de los enchufes
10.- Echarle varias horas en el trabajo a leer el periódico, a contestar los emails personales, a actualizar las redes sociales, a asuntos propios, a leer estas memeces, a costa de no sacar la tarea, a costa de no hacer el trabajo encomendado
11.- etc etc etc
Interesante lo que dicen aquí:
Tomaré palabras prestadas de Xosé Alvilares, escritor gallego que escribió hace años un ensayo como la corrupción política en aquella región. Dice Alvilares: “Una política, un determinado estilo de gobierno, crean en la sociedad actitudes colectivas, mentalidades. La clase política puede también corromper a una sociedad. La mentalidad del vasallo crea al cacique, pero la política del cacique crea la mentalidad de vasallo”. España no tiene clara su identidad nacional, pero no hay dudas de su identidad sociológica. Somos un país de moral sui generis en el que el que roba a un ladrón tiene cien años de perdón; un pueblo en el existe una envidia que es sana y en el que la expresión de la ‘vista gorda’ significa, en realidad, hacer la vista mínima, mirar para otro lado.
Haber conquistado América, convertir España en un imperio en el que jamás se ponía el sol y ser uno de los estados más viejos de la vieja Europa no nos ha servido para mirarnos en una sola bandera, pero sí para crear esta moral que nos atraviesa sin fronteras regionales; es un poso de moral alambicada, valores retorcidos, principios contradictorios que se dan la mano. La implantación de la  picaresca se debe a un pueblo que la llevó a las más altas cotas del aprecio social. Ser pícaro tiene siempre un pase en España. Si no hubiera sido así, el pícaro no habría entrado en la literatura. Cervantes no habría escrito de  Rinconete y Cortadillo, y no existiría el Lazarillo de Tormes o el Guzmán de Alfarache. Sólo en España podría darse esta naturalidad:
–¿Es vuesa merced, por ventura, ladrón?
–Sí –respondió él–, para servir a Dios y a las buenas gentes. (...) Cada uno en su oficio puede alabar a Dios, y más con la orden que tiene dada Monipodio a todos sus ahijados.
PD2: ¿Estaremos llegando a esto? Estaremos locos, o nos falta poco…
Mi hija cumplía años y le organizamos la fiesta en un salón para que invitara a todos sus amigos.
Esa noche, a medida que iban llegando, se acomodaban en el lugar asignado y enseguida abrían sus móviles y se ponían a conversar por medio de mensajes de texto, o a jugar con esos aparatitos maravillosos entre mensaje y mensaje.
Era muy tierno verlos concentrados cada uno en la pantalla de sus sobrios y negros aparatos, como especificaba la invitación “elegante sport y celulares negros”. Qué grandes están todos, pensar que los conozco desde que hablaban entre ellos...
Todavía les recuerdo la voz, algunos no me creen que cuando eran chicos hablaban y se miraban a los ojos. Yo no los corregía, claro; “ya van a crecer y van a aprender solos a no hablar”, pensaba.
Cuando llegó el momento del baile, cada uno conectó los auriculares a su móvil, eligió la carpeta de canciones que más le gustaba y entró a la pista. Daba la sensación de que todos estaban bailando el mismo tema.
La entrada de mi hija fue apoteósica, exultante de emoción. Sus amigos se desesperaban por ser los primeros en hacerle llegar su texto de felicitaciones, moviendo a toda velocidad sus pulgares. Algunos, los más previsores, ya tenían el mensaje preparado y lo único que debían hacer era apretar “ok”. El teléfono de mi hija no paraba de vibrar y como era imposible leerlos todos, guardó algunos para más tarde.
Me acerqué a ella y sin darme cuenta le dije:
- Feliz cumpleaños, hijita.
Ella me miró horrorizada y se apartó de mí. Preocupado, fui tras ella y le pregunté si le pasaba algo, si había hecho algo que la incomodara. Tomó el móvil y me mandó un mensaje de texto:
- M kieres avergnzar frnte a ms amgs? Hzme fvor, pra q stn ls tlfnos?
No tuve más remedio que abrir el mío y mandarle mis felicitaciones
- prdon, fliz cmplños, hjta. Tqm. Papa.
Fue el cumpleaños perfecto. Cómo pasa el tiempo, qué viejo estoy, pensar que casi le doy un beso...
Habría que tirarlos a la basura… ¡Qué hartura tanta conexión online!

26 noviembre 2014

26 noviembre 2014 Propuestas económicas de Podemos

¿Reestructuración de la deuda, salida del euro, sueldo sólo a ciertos sectores sociales? Uff, pero hay que estar al tanto de lo que van diciendo. Es posible que lo que propongan sea objeto de debate. Nadie se ha atrevido a decir que no tenemos capacidad de repago de todas nuestras deudas, salvo unos cuantos economistas y ellos.

Nacho Álvarez: “En Podemos ni estamos por salir del euro, ni a favor de hacer más sacrificios por él”

Profesor de Economía Aplicada de la Universidad de Valladolid, Nacho Álvarez es candidato al Consejo Ciudadano de la lista ‘Claro que Podemos’ que defiende Pablo Iglesias. Y es uno de los economistas de cabecera de la formación. Le entrevistamos en 'Vozpópuli'.
Nacho Álvarez (Madrid, 1977) es madrileño y tiene la suerte de seguir viviendo en Madrid, porque aunque da clases en la Universidad de Valladolid ejerce en el campus de Segovia, a media hora escasa en tren de la capital. Profesor de Economía Aplicada y uno de los economistas más influyentes de Podemos, acaba de entrar en la lista de Claro que Podemos, defendida por el equipo de Pablo Iglesias.
Es una lista donde economistas como él o Alberto Montero Soler tendrán un papel preponderante por el deseo de Iglesias de reforzar la posición económica. Quiere el politólogo dar solidez a las propuestas y no ahuyentar a los inversores con medidas como la reestructuración de deuda o la renta básica. “Precisamente uno de nuestros objetivos”, señala Álvarez, “es tratar de conseguir que el Estado no dependa tanto de los mercados de capitales para su financiación”.
De viaje académico por Portugal, Nacho Álvarez encuentra tiempo para responder por correo electrónica a las preguntas de Vozpópuli.
¿Cómo es la quita a la deuda que propone Podemos?
Lo que está proponiendo Podemos es una reestructuración de la deuda. Dicha reestructuración debe abarcar, como indica la resolución que se aprobó en la Asamblea Ciudadana, varias dimensiones: una renegociación de los tipos de interés y periodos de carencia, una ampliación de los plazos de amortización y, finalmente, quitas parciales. Cómo se concrete la renegociación de estos distintos elementos dependerá, entre otros aspectos, de las propias necesidades y la evolución de la economía española. En los próximos meses Podemos deberá ir concretando su propuesta. Eso sí: para que la reestructuración sea efectiva tiene lógicamente que producirse una reducción significativa de la deuda actual.
¿A qué se le hace la quita? ¿A la deuda pública o a la privada?
La reestructuración de la deuda –y por lo tanto la renegociación de los distintos términos de esta, incluido el principal a devolver– se plantea para ambas. En el sector privado, lo que se plantea por ejemplo es una reducción en el valor nominal de las hipotecas de primeras viviendas para aquellas familias que cumplan ciertos criterios sociales. Cuando se hayan llevado a cabo este tipo de reestructuraciones sobre la deuda hipotecaria, la capacidad adquisitiva de las familias se habrá recuperado significativamente.
“Toda la deuda española se contrajo de acuerdo a la legalidad vigente. Otra cosa es su legitimidad...”
Pablo Iglesias dijo a Jordi Évolé que se auditaría toda deuda generada por quien haya estado robando a los españoles. ¿Quiénes son los acreedores? 
Las emisiones de deuda soberana no son finalistas en nuestro país. Además, los bonos vendidos en el mercado primario son después negociados e intercambiados en el secundario, por lo que los acreedores pueden cambiar –y de hecho así sucede– a lo largo del tiempo. Por eso es necesario auditar con detalle la deuda, para identificar correctamente las condiciones, el objeto y las responsabilidades del endeudamiento español.
¿Hay deuda que se ha contraído de manera ilegal y que no se puede pagar? 
No, toda la deuda española ha sido emitida y contraída de acuerdo a la legalidad vigente. Otra cosa distinta es que la legitimidad de parte de la deuda contraída sea muy cuestionable. Pongo un ejemplo: hay deuda que ha servido para construir infraestructuras de muy dudoso impacto económico y social, como el aeropuerto de Castellón.
Al margen del carácter legítimo o ilegítimo de parte de la deuda, la cuestión de fondo es que desde el punto de vista estrictamente económico ésta supone una losa enorme sobre las posibilidades de desarrollo de nuestra economía. Por eso debe ser reducida a través de una reestructuración, para posibilitar la salida de la crisis.
Un precedente histórico interesante en este sentido es la reestructuración de la deuda alemana que tuvo lugar en el Tratado de Londres de 1953 –la más importante, por el montante negociado, que ha tenido lugar en el siglo XX–. Entonces se acordó que Alemania solo devolvería al resto de países europeos aproximadamente la mitad de la deuda contraída, y que lo haría además a partir de un determinado umbral de crecimiento de sus exportaciones. Es decir, se supeditó el pago de la deuda a la recuperación económica.
“En los años cincuenta Alemania negoció una reestructuración: solo devolvería la mitad, y supeditó el pago a su recuperación económica”
¿Es viable una renta básica?
Depende lógicamente del formato. Es perfectamente viable si se trata de de una Renta Básica de Inserción similar a la del País Vasco, por ejemplo. Pero, si se le concede la prioridad necesaria y se acompaña de una profunda reforma fiscal, también podría llegar a ser viable la Renta Básica Universal. El debate en todo caso entre un modelo u otro está sobre la mesa, no sólo en Podemos sino en buena parte de la sociedad, y responde a cuestiones de viabilidad, pero también de idoneidad y prioridad política.
Aunque en Alaska existe desde hace tres décadas una renta básica para todo ciudadano, su ejemplo no es fácilmente extrapolable a países de la OCDE, dado que dicha renta está financiada básicamente con los ingresos derivados de la explotación del petróleo. En este momento la Renta Básica Universal no existe en ningún país.
¿Cómo hará Podemos para que la gente pueda jubilarse a los 60 en un contexto europeo adverso? 
Las prestaciones por jubilación, como cualquiera de las grandes partidas de gasto social de un país, tienen una dimensión política de primer orden: recogen las prioridades de una determinada sociedad en un momento dado. Si la sociedad lo considera una prioridad, las fórmulas para su viabilidad pueden ser diversas. Adelantar la edad de jubilación a los 60 años rondaría los 15.000 millones de euros anuales, cifra que no supone ni la mitad del rescate de la UE al sistema bancario español. Así, por ejemplo, simplemente con equiparar la presión fiscal española con la media de la zona euro, la Hacienda Pública recaudaría 90.000 millones de euros más al año, lo que permitiría financiar una medida como esta.
“Alaska o el País Vasco tienen modelos de renta básica, aunque es verdad que ésta no existe en ningún país”
Muchos dicen que vivimos más tiempo y trabajamos menos. 
Todas las reformas de las pensiones en las últimas décadas han sido implementadas con esa excusa: la proporción entre el número de jubilados y trabajadores activos no deja de crecer, al tiempo que la esperanza de vida se incrementa progresivamente, lo que, supuestamente, debería traducirse en la insostenibilidad del sistema público de pensiones. Y sin embargo no es así.
Más bien lo que ha pasado es lo contrario: en 1970 la ratio entre pensionistas y trabajadores ocupados era del 15%; actualmente es del 45%. Y esto en ningún momento ha entrañado la insostenibilidad del sistema; más bien ha sido compatible con superávits de caja hasta la llegada de la crisis. La razón fundamental está en el incremento de la productividad, que permite que aumente también la ratio entre pensionistas y trabajadores ocupados sin poner en riesgo el sistema. Para ello hace falta seguir socializando las ganancias derivadas del incremento de la productividad, y no lo contrario, que es lo que hace la última reforma de las pensiones.
¿Financiaría la jubilación con impuestos?
Un sistema mixto es una posibilidad, aunque nosotros no cuestionamos el modelo actual de la Seguridad Social, que nos parece totalmente viable. En todo caso, la idea es reforzar el carácter de derecho de ciudadanía de las pensiones frente a la dimensión contributiva. Recordemos que las pensiones son financiadas mediante impuestos en diversos países de la OCDE, tal y como sucede en España con las no contributivas.
“Todas las reformas de las pensiones han sido implementadas con la excusa de la insostenibilidad del sistema. Pero éste es sostenible”
¿Teme que los mercados financieros den la espalda a España?
Uno de los objetivos de transformación económica de Podemos es precisamente impulsar la suficiencia financiera, y tratar de conseguir que el Estado no dependa tanto de los mercados de capitales para su financiación. Para ello es necesaria una reforma fiscal que incremente significativamente la progresividad sobre las rentas más altas y los grandes patrimonios.
En todo caso, si a algo temen los mercados en este momento es al escenario de deflación. Se ha observado en las últimas semanas. La política económica de Podemos plantea precisamente medidas que nos alejarían de dicho escenario.
¿Salir del euro es una posibilidad?
En Podemos hemos reiterado por activa y por pasiva que no contemplamos la salida del euro. No es ese nuestro objetivo. Ahora bien, tampoco estamos dispuestos a hacer que la población española siga cargando con el terrible coste de unos ajustes económicos que se derivan del actual diseño institucional de la Unión Económica y Monetaria. No estamos dispuestos a hacer más sacrificios por el euro. Un gobierno de Podemos impulsaría por tanto una renegociación de los Tratados fundamentales de la zona euro en coalición con los restantes países periféricos de la unión, haciendo valer para ello el peso de la economía española.
Si hacemos una QUITA de la deuda, cerramos la financiación de los bancos europeos, que acabarían volviendo en unos años a financiarnos, pero hacemos a España viable antes. De otra forma, nos esperan 20 años de agonía…
Y la respuesta de Münchau del Financial Times les da la razón: Nadie se atreve a hablar en serio de los problemas de Europa de exceso de deuda y del euro, salvo los radicales… En inglés:

Radical left is right about Europe’s debt

En castellano:

La extrema izquierda y la deuda europea

Podemos y otras formaciones de izquierda radical son los únicos que ofrecen un plan coherente de reestructuración de la deuda, ya que el centro-izquierda no se atreve a aplicarlo. Podemos debería organizarse a nivel de la eurozona.
Asumamos que comparten la opinión global sobre lo que la eurozona debería hacer en este momento. En concreto, quieren más inversiones del sector público y una reestructuración de la deuda.
Ahora háganse esta pregunta: si fuesen ciudadanos de un país de la eurozona, ¿a qué partido político respaldarían para ello? Puede que les sorprenda descubrir que no hay muchas opciones. En Alemania, los únicos que se aproximan a esa agenda son Die Linke, los antiguos comunistas. En Grecia, sería Syriza; y en España, Podemos, que salió de la nada y actualmente lidera los sondeos de opinión. Es posible que no se consideren partidarios de la extrema izquierda. Pero si viviesen en la eurozona y estuviesen a favor de esas políticas, esa sería su única opción.
¿Qué ocurre con los partidos de centro-izquierda de Europa, los socialdemócratas y los socialistas? ¿No defienden esa agenda? Pueden hacerlo cuando están en la oposición. Pero una vez en el Gobierno, sienten la necesidad de hacerse respetar, momento en el cual descubren sus genes partidarios de la oferta. Recordemos que François Hollande, el presidente de Francia, explicó el cambio de política de su Gobierno argumentando que la oferta crea demanda. De los partidos radicales que han surgido recientemente, al que hay que prestar atención es Podemos. Aún es joven, y está elaborando su programa. De lo que he leído hasta el momento, puede ser el partido que más cerca esté de toda la eurozona de ofrecer un enfoque coherente para gestionar el riesgo económico posterior a la crisis.
En una entrevista reciente, Nacho Álvarez, un importante miembro del equipo económico del partido, expuso su programa con una claridad renovadora. El profesor de economía de 37 años asegura que el volumen de deuda español, tanto pública como privada, es insostenible y ha de reducirse. Esto podría conllevar algún tipo de combinación de renegociación de los tipos de interés, periodos de gracia, renegociación de la deuda y una quita. También explicó que el objetivo de Podemos no es abandonar la eurozona, pero que el partido tampoco insistiría en la permanencia a cualquier coste. El objetivo es el bienestar económico del país.
A alguien de fuera, puede parecerle una postura equilibrada. Pero no sucede así en España. La clase dirigente teme que este programa convierta al país en una versión europea de Venezuela. Pero no hay nada de polémico en declarar que si la deuda es insostenible, necesita ser reestructurada. O que si el euro conllevase décadas de sufrimiento, sería perfectamente legítimo cuestionar las instituciones y políticas de la eurozona.
La postura de Podemos reconoce una sencilla verdad sobre la eurozona a finales de 2014. No tiene lógica que la moneda única entre en un estancamiento secular y no se reestructure su deuda. Como no se está haciendo nada para evitar lo primero, existe una probabilidad cercana al 100% de que suceda lo segundo. Por el momento, sin embargo, los gobiernos europeos siguen jugando al juego de «prolongar y fingir». Grecia es un ejemplo de a dónde puede llevar una estrategia con tan poca visión de futuro. Tras seis años de depresión económica, el Gobierno se halla sumido en una profunda crisis política. Syriza lidera los sondeos, y hay posibilidades de que asuma el poder en las próximas elecciones generales, posiblemente en 2015.
España no se encuentra aún en esa tesitura. Podemos puede privar a los dos grandes partidos –el Partido Popular del presidente Mariano Rajoy, y el Partido Socialista en la oposición– de una mayoría absoluta en las elecciones del año que viene. Puede forzar a ambos a formar una gran coalición similar a la de Alemania, que convertiría al nuevo grupo en la principal oposición.
La situación en Italia es diferente pero no menos seria. Si el primer ministro Matteo Renzi no logra propiciar una recuperación económica en los tres años que le quedan en el cargo, el Movimiento Cinco Estrellas de la oposición ocuparía el primer puesto para formar el próximo gobierno. A diferencia de Podemos, es un partido verdaderamente radical, un defensor firme de la salida del euro. Lo mismo ocurre con el Frente Nacional en Francia y con Alternativa por Alemania. Lo que a Podemos le queda todavía por hacer es ofrecer una visión coherente de la situación después de una reestructuración de la deuda. Sería una buena idea que el partido se organizase a nivel de la eurozona más allá de su alianza con Syriza en el Parlamento Europeo, porque es ahí donde se toman las decisiones relevantes en materia política. Una resolución de la deuda de España, por necesaria que sea, sólo puede representar el comienzo de un cambio político más amplio.
La tragedia de la eurozona en la actualidad es la sensación de resignación con la que los partidos políticos de centro-izquierda y centro-derecha en el poder están permitiendo que Europa se suma en el equivalente económico de un invierno nuclear. Es una tragedia que los únicos que defiendan políticas sensatas como la reestructuración de la deuda sean partidos de la extrema izquierda. El auge de Podemos muestra que existe una demanda de políticas alternativas. A menos que los partidos afianzados cambien su postura, lo único que harán es dejar una enorme brecha para formaciones como Podemos y Syriza.
Además Podemos ha cambiado su estrategia de dar un sueldo para todos y lo especifica mejor:
La renta básica universal de 650 euros suponía un coste de 145.000 millones, mientras que con la marcha atrás el gasto se reduce a 10.000. La medida se dirige al perfil más afín a sus votantes
La renta básica de Podemos ya no será universal: llegará a parados sin prestación y jóvenes sin ingresos. Quedará reducida a una ayuda con la que algunas comunidades autónomas ya asisten a las personas con riesgo de exclusión social a través de la Renta Mínima de Inserción. La medida ahora si resulta viable para la mayoría de los economistas porque su coste se reduce considerablemente: de los 145.000 millones a los 10.000.
Tal y cómo se contó hace unas semanas en ECD, Pablo Iglesias ordenó hace casi dos meses a los economistas que están colaborando con el partido que rehagan “casi por completo” el programa económicoque hasta ahora han venido defendiendo.
Pero había una línea roja. Uno de los puntos irrenunciables, en el que la nueva dirección de Podemos ha insistido a los expertos que están rediseñando el programa, es el pago de una renta básica. 
Parados sin prestación y jóvenes sin ingresos
Según fuentes conocedoras del nuevo programa económico que diseña Podemos, la ayuda que ahora está reformulando la formación se dirigirá principalmente apersonas con riesgo de exclusión social, que carecen de unos ingresos mínimos para hacer frente a una calidad de vida básica. Sobre este nuevo planteamiento, estudian ya fórmulas para lograr la financiación.
Mientras que la primera propuesta de renta básica universal contemplaba un pago a todo ciudadano por el mero hecho de serlo, ahora lo que se plantea es una ayuda destinada exclusivamente a aquellas familias que carecen de ingresosen este momento. Básicamente, parados de larga duración que agotan la prestación y jovenes con díficultades para acceder al mercado laboral. Se trata, casualmente, de dos colectivos donde Podemos cuenta con un importante granero de votos.
El coste de la medida también es considerablemente menor, y por tanto se concibe ahora como viable: pasa de los aproximadamente 145.000 millones hasta los 10.000 actuales, según los primeros cálculos que ha realizado el partido de Pablo Iglesias.
Abrazos,
PD1: Hacer una reestructuración, una QUITA, de deuda no es la panacea…
En otros artículos ya hemos tenido la ocasión de explicar la imposibilidad de acotar el concepto de “deuda odiosa” así como el alto coste que acarrea el impago para la viabilidad económica de un país. Sin embargo, todas estas consideraciones suelen verse opacadas por los beneficios que suelen atribuirse al default.
Y es que, según se nos ha dicho, los recortes del gasto y las brutales subidas de impuestos que hemos venido experimentando en los últimos años han tenido la única finalidad de hacer frente a los intereses de la deuda: presuntamente, pues, si pudiéramos librarnos de esos dichosos intereses, volveríamos a disfrutar de las mieles del sobregasto estatal con impuestos mucho más reducidos. La solución se antoja sencilla por muchos perversos efectos secundarios que pueda acarrear: muerto el perro (impagada la deuda) se acabó la rabia (los intereses asfixiantes).
Acaso convenga no dejarse engañar por este omnipresente discurso populista y tratar de dilucidar si semejantes aspiraciones tienen algún fundamento.
El peso de los intereses de la deuda
A finales de 2013, los intereses de la deuda pública española ascendían a 34.200 millones de euros (tipo de interés medio del 3,5%), lo que equivale al 3,3% del PIB y al 7,3% de todo el gasto público. En el año 2007, con superávit presupuestario, los intereses totalizaban 16.900 millones de euros (tipo de interés medio del 4,4%), siendo equivalentes al 1,6% del PIB y 4% de todo el gasto público. Dado que el déficit público de 2013 ascendió al 6,33% del PIB, la totalidad del déficit público actual no puede explicarse por la necesidad de pagar los intereses de la deuda: aun cuando los intereses se redujeran a cero (lo que técnicamente se conoce como “saldo presupuestario primario”), nuestro déficit público superaría el 3% del PIB, esto es, el límite fijado por el Pacto de Estabilidad y Crecimiento.
La primera lección, por tanto, es sencilla: aunque no pagáramos ni un solo euro en intereses, no sólo no podríamos revertir los recortes del gasto y las brutales subidas de impuestos, sino que deberíamos ahondarlas para eliminar nuestro déficit primario. Así pues, atribuir los recortes a la necesidad de pagar los intereses de la deuda es falaz: aún sin intereses, deberíamos haber acometido al menos la misma magnitud de ajuste presupuestario (aunque no necesariamente del mismo modo: mi apuesta siempre ha sido recortar mucho más el gasto público y no subir los impuestos).
El ahorro de una auditoría de la deuda
Descrito el contexto presupuestario, podemos proceder a pronosticar qué alivio presupuestario acarrearía una auditoría de la deuda y el consiguiente default de los pasivos odiosos. A la postre, auditar la deuda no significa repudiar la totalidad de la deuda sino, según se nos ha dicho, sólo aquella que tiene un origen ilícito: por tanto, el ahorro de gastos financieros derivado de un default no se corresponde con la totalidad de los intereses, sino sólo con una porción. ¿Qué porción?
Tal como ya he indicado, no resulta posible acotar qué deuda pública es odiosa y cuál no lo es: el concepto es una mera coartada doctrinal para legitimar la arbitrariedad de los gobiernos a la hora de no cumplir con sus compromisos asumidos. Pero dejemos de lado esta dificultad y asumamos que sí podemos cuantificar objetivamente qué parte de la deuda pública española es odiosa.
En general, se nos ha dicho que los pasivos públicos odiosos se corresponden con buena parte de la deuda emitida durante la crisis. Entre 2008 y 2013, se han emitido unos 600.000 millones de euros en deuda pública: si la mitad de la misma fuera declarada odiosa, dejaríamos de pagar intereses sobre 300.000 millones de euros; si el 75% fuera declarado odioso, nos ahorraríamos los intereses sobre 450.000 millones. Conviene remarcar que los porcentajes que estamos manejando son extraordinariamente elevados y convertirían la reestructuración de deuda de nuestro país en la mayor de la historia: es decir, no estamos racaneando con su cuantía, sino más bien asumiendo porcentajes irrealmente elevados.
Pues bien, si España impagara 300.000 millones de euros, su deuda pública total quedaría reducida al 70% del PIB frente al 100% actual; si impagara 450.000 millones, al 55% del PIB. Dado que abonamos casi 35.000 millones de euros en intereses, el primer impago nos permitiría reducir su cuantía en 10.000 millones de euros y el segundo en 15.000 millones. Por consiguiente, si el Gobierno español optara por sacudir la economía mundial con el mayor impago de la historia —lo que muy probablemente acarrearía la descomposición de la zona euro y la expulsión de España de los mercados de capitales—, lograríamos un ahorro de entre el 1% y el 1,5% del PIB. Recordemos: el déficit a finales de 2013, tras todos los molestos ajustes aprobados, todavía ascendía al 6,5% del PIB. ¿Hacen falta tantas alforjas para este viaje?
Un déficit infinanciable
Pero la historia no termina aquí. Que el mega-impago de deuda sólo consiga rebajar el déficit público hasta el 4,5%-5% del PIB significa que el gobierno español seguiría teniendo un desequilibrio anual entre ingresos y gastos de alrededor de 50.000 millones de euros. Para gastar cada año 50.000 millones más de lo que ingresamos, la alternativa más común es justamente la de emitir deuda: ¿pero cómo vamos a lograr emitir deuda después de haber impagado la deuda? El default nos excluiría de los mercados de capitales, lo que significaría que no podríamos captar voluntariamente ahorro ajeno para gastar más de lo que ingresamos.
¿Cuáles serían entonces las alternativas? Muchos más ajustes de los aprobados hasta la fecha. O bien el Gobierno equilibra el presupuesto ante la imposibilidad de financiar su déficit (es decir, se recortan mucho más los gastos y se incrementan los impuestos) o bien sufragamos el déficit imprimiendo moneda a mansalva. Dado que con el impago de la deuda habríamos finiquitado la zona euro, la impresión de moneda significaría estampillar gigantescas cantidades de neopesetas (si siguiéramos en el euro, la mayor parte de nuestros socios comunitarios se opondrían a que el BCE monetizara nuestros déficits, así que la vía de imprimir euros no la tendríamos disponible en cualquier caso). Siendo la neopeseta una moneda débil (una moneda que ningún ahorrador nacional o extranjero demandaría en grandes cantidades), el incremento desproporcionado de su oferta generaría una elevada inflación interna que sufrirían en sus propias carnes los españoles: el Estado gastaría más a costa de que los españoles gastaran menos (es decir, los españoles sufrirían recortes reales en su poder adquisitivo).
En definitiva, el default de la indefinible deuda odiosa no sólo proporcionaría un escasísimo alivio presupuestario que no permitiría en absoluto revertir los recortes aprobados hasta la fecha, sino que nos abocaría a decretar muchísimos más recortes ante la imposibilidad de seguir financiando el déficit. Como tantas otras recetas populistas, el default es un caramelo envenenado.
PD2: Todo el mundo hablando sobre si Podemos esto o lo otro… Es cansino. Están con más miedo que miedo. Es un pánico total a los resultados electorales que ya asquea…, patético, y lo que nos falta todavía. Que la gente vote lo que quiera, por favor!!! Que nos va a dar igual, tanto si gana Podemos como si no…, que no será ni el fin del mundo, ni el de nuestra querida España. No participo en sus propuestas económicas, aunque las vayan matizando. Serán desastrosas. Sin embargo, me gusta que, gracias a esta fuerza que irrumpe, los demás partidos van a regenerarse o morir. Pueden morir, desaparecer, como lo hizo la UCD de Suárez…, si no actúan, si no limpian toda la mierda que tienen.
Y sí, me ha gustado y mucho, como aplaudía ayer al Papa… ¿Qué político hay con sintonía con lo que dice el Santo Padre? ¿Los del PP? No les vi el sábado en la marcha a favor de la vida…, son unos cobardicas!!! Menuda trágala por no perder su puesto de trabajo…
PD3: Hay que escuchar lo que nos dicen. ¡Qué poca atención prestamos a lo que oímos o leemos! Solo escuchamos lo que queremos oir. Y a los chicos, ¿les escuchamos alguna vez?
¿Seguro que escuchamos correctamente a nuestros hijos? No son pocos los expertos en relaciones familiares los que opinan que cuando los niños salen del colegio o del instituto, los padres se interesan por si ha ido todo bien o qué es lo que han comido. Una vez que saben que no ha habido ningún problema, «desconectan» del resto de la conversación con sus hijos, «no se preocupan tanto sobre qué han hecho en el recreo, con qué amigos ha estado, ni si quiera por los juegos o modas que le interesan o esa colección de cromos que tanto le gusta...». Indican que es una lástima desperdiciar ciertos momentos porque en ellos podemos aprender mucho más sobre cómo son nuestros hijos.
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