27 abril 2018

¿desapalancamiento en las bolsas?

¿Cuándo ocurrirá?
El “margin debt” es el término que dicen los yanquis a las operaciones de compra de bolsa a crédito. Muchos quieren ganar más y optan por comprar lo que tienen y piden un préstamo para acumular aún más… En las épocas de tendencia alcista, es un chollo. Pero en los momentos de debilidad, se pierde todavía más.
Lo suyo es que en estos meses de techo del mercado, de correcciones de las bolsas, este apalancamiento se hubiera disminuido bastante… Pero esto no ha ocurrido todavía. Debe salir papel al mercado de una fase de desapalancamiento para reducir las pérdidas de tener más comprado, para reducir  lo que está a crédito, aunque seguimos esperando…:

An Orderly Unwind Of Stock Market Leverage?

That would be a first, but it might be happening. Everything in slow motion, even market declines?  
There is nothing like a good shot of leverage to fire up the stock market. How much leverage is out there is actually a mystery, given that there are various forms of stock-market leverage that are not tracked, including leverage at the institutional level and “securities backed loans” offered by brokers to their clients (here’s an example of how these SBLs can blow up).
But one type of stock-market leverage is measured: “margin debt” – the amount individual and institutional investors borrow from their brokers against their portfolios. Margin debt had surged by $22.9 billion in January to a new record of $665.7 billion, the last gasp of the phenomenal Trump rally that ended January 26. But in February, as the sell-off was rattling some nerves, margin debt dropped by $20.7 billion to $645.1 billion.
By March, those worries have settled down, and margin debt ticked up a bit to $645.2 billion, but remained $20.5 billion below January, according to FINRA, which regulates member brokerage firms and exchange markets, and which has taken over margin-debt reporting from the NYSE.
In January, days before the sell-off began, FINRA warned about the levels of margin debt. It was “concerned,” it said, “that many investors may underestimate the risks of trading on margin and misunderstand the operation of, and reason for, margin calls.” Investors might not understand that their broker can liquidates much or all of their portfolio “under unfavorable market conditions,” when prices are crashing. “These liquidations can create substantial losses for investors,” FINRA warned. And when the bounce comes, these investors, with their portfolios cleaned out, cannot participate in it.
This is why leverage such as margin debt is the great accelerator for stocks on the way up as it creates new liquidity that goes into buying stocks. And this is also why margin debt is the great accelerator on the way down, when forced selling kicks in and liquidity just disappears.
But this is not the scenario the markets are in at the moment. Everything is so orderly, though it’s a lot more volatile than it was during the run-up last year. And margin debt too has declined in an orderly manner:
For the 12-month period through March, margin debt rose $67.6 billion, down by nearly half from the 12-month period ended in January, when margin debt had soared $112.2 billion, the fifth-largest 12-month gain in the history of the data series, behind only the 12-month periods ending in:
December 2013 ($123 billion)
July 2007 ($160 billion)
March 2000 ($133.7 billion)
November 1997 ($132 billion).
Margin debt has soared since 2009, with only a few noticeable down-periods – including during the Oil Bust when the S&P 500 index dropped 19%, and the 2011 sell-off when the S&P 500 index dropped 18%. In March, it exceeded the prior peak of July 2007 ($416 billion) by 55%. But that’s down from 60% in January.
This chart shows the longer view:
During margin debt’s peak-to-peak surge of 60%, nominal GDP (not adjusted for inflation) rose 32% and the Consumer Price Index 20%. Historically, this disconnect has had a tendency to correct via messy panicked crashes and deleveraging. The last three spikes in margin debt are indicated in the chart above. The first two were followed by market crashes. And now?
Clearly, this will correct again. It always does. But the manner in which it corrects may well be very different, more orderly rather than panicky, taking its goodly time, given the glacial pace of the Fed’s tightening and the large amounts of liquidity still in the market looking for a place to go. And this type of gradual unwinding of stock-market leverage would be a first, but it might be happening before our very eyes.
Si enfrentamos el apalancamiento con la evolución de la bolsa, vemos que han ido muy parejos:
Así que si se desapalanca el sistema, tocará salir mucho papel…
Abrazos,
PD1: A esto le puedes sumar lo que se compra por parte de las empresas de sus propias acciones, se llama “buybacks”. Es decir, se coge dinero del cash flow, o en muchos casos se pide un préstamo, para recomprar acciones y amortizarlas. Se suele dar cuando no se tiene nada mejor donde invertir, cuando el negocio no se puede expandir más, cuando la mejor opción es quitar acciones propias del mercado. Sus efectos son muy buenos ya que mejoran los ratios, pero si se hace a crédito es una locura…
En esta corrección, la recompra de acciones propias para quitarlas de en medio ha servido para frenar las ventas, pero ¿es repetible? No creo:
El peso de los buybacks es enorme en la liquidez de las compañías:
Es justo lo contrario a lo que han ido haciendo los bancos españoles para pagar el dividendo, vía ampliaciones de capital…: emitían más capital en vez de recortarlo. Pasaron los años y cada vez hay más acciones emitidas. Se contentaron a los accionistas pensando que cobraban un dividendo cada año, pero ahora toca repartir a cada vez más acciones nuevas… Es lo mismo que la evolución de las pensiones en España, que crecen y crecen por culpa de prejubilaciones y más jubilaciones, en un sistema Ponci de engaño total…
Es lo mismo que cuando tiramos de tarjeta de crédito para comprar mierdas. Si lo podemos pagar al cabo de un mes, cojonudo, pero cuando no podemos y lo dejamos a deber de manera sistemática, a un coste de intereses disparatado de más del 20%, que va multiplicando la carga de la deuda con el paso del tiempo, entonces es que nos hemos vuelto locos de remate, como los mismos yanquis:
Es lo mismo que cuando pensamos que ya lo pagaremos y nos seguimos endeudando y endeudando sin freno, pagando intereses por los gastos corrientes y no por los de inversión y dejamos el país con una pelota intratable que estallará en unos años:
PD2: Hay que meter pasión a lo que hacemos cada día. Es la única forma. Nos equivocaremos o no, pero hay que meterle muchas ganas… Averigua lo que más te gusta, y hazlo con pasión, porque esta es la manera con que vas a tener éxito, ya que haciendo lo que más te gusta es la única forma de ser feliz, incluso si no tienes éxito en tus metas…
Y en la vida espiritual pasa lo mismo. Hay que salir de la tibieza, de sabernos cristianos solo la hora de Misa dominguera. Hay que vivir nuestra fe con intensidad y saber trasmitirla a los demás, en las conversaciones, en nuestro actuar…, siendo ejemplares.

26 abril 2018

deuda pública in crescendo

Es una burrada. Este año habrá un déficit adicional no previsto de 6.000 millones de euros de la Seguridad Social… Y se imprime más, que pagarán nuestros hijos algún día si lo pagan, de gastos corrientes de estos años. ¿Podemos permitirlo? Por supuesto que no, pero son noticias que pasan desapercibidas ya que nadie las protesta, no se hacen cargo de la fatalidad. Los políticos de la oposición no entran en esto, no genera votos discutirle al Gobierno sobre tamaña monstruosidad. Nadie se queja, solo yo que me reconcomo…

La deuda volverá a subir más de 30.000 millones este año y llegará a 1,17 billones

La ratio bajará al 97,6% porque el PIB marcará también un máximo histórico en 2018 y superará los 1,2 billones, según ha notificado el Gobierno a Bruselas
La bajada de la deuda pública que vende el Gobierno a los inversores es solo una verdad a medias. En términos de PIB la deuda lleva bajando desde el año 2015, pero en términos brutos, es decir, en millones de euros, la deuda sigue subiendo a razón de 30.000 millones al año. Y volverá a hacerlo en 2018, según se desprende de la primera notificación que ha hecho al Gobierno este año a Bruselas.

La deuda pública aumentó en 37.078 millones en 2017 pero bajó al 98,3% del PIB

La deuda cerró 2017 en un nuevo máximo histórico: 1,14 billones de euros. Subió en 37.000 millones en comparación con el año 2016: 1,10 billones. Nunca antes España había tenido una deuda tan alta en toda la serie histórica del Banco de España, que arranca en 1995. 
Y este año va a volver a subir en esa magnitud. En concreto, aumentará en 32.700 millones. Eso sí, en términos de PIB volverá a bajar una décimas y se quedará en el 97,6% del PIB. ¿Por qué se produce este descenso? Porque la economía sigue creciendo y el PIB sigue aumentando, así que sube el denominador y hace que baje el ratio de deuda.
El Gobierno espera que este año el PIB llegue al máximo histórico de 1,2 billones de euros
El año pasado, el PIB fue 1.163.662 euros. Este año, el Gobierno espera que sea 1.213.179 euros. O al menos eso le ha notificado a Bruselas. En este caso, España también marcará un máximo histórico, puesto que nunca antes el PIB había sido tan alto. En 2016 España ya recuperó todo el PIB perdido durante la crisis y este año seguirá repuntando. 
Y este máximo es precisamente lo que provoca que la deuda siga cayendo en términos de PIB a pesar del aumento anual. Según figura en los Presupuestos de 2018, la deuda caerá al 97,6% este año, bajará al 95,4% en 2019 y se quedará en el 92,5% en 2020. El Fondo Monetario Internacional (FMI) es algo más pesimista y cree que seguirá rondando el 94% en 2020 y 90% en 2023. 
De hecho, muchos analistas alertan ya del elevado nivel de deuda y lo difícil que va a ser para España reducirla. La Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF), por ejemplo, cree que este parámetro podría enquistarse en el 85% del PIB si no se toman medidas para reducir el déficit estructural que sufren las administraciones públicas.
Más allá del problema que supone en términos de cumplimiento, la Ley de Estabilidad obliga a reducir este parámetro al 60% en el año 2020, el principal problema es que Bruselas pondrá el foco en la deuda cuando España salga del procedimiento de déficit excesivo este mismo año. Y es que lo más probable es que entre en un nuevo procedimiento, "una norma transitoria de reducción de deuda", que permitirá a las autoridades exigir nuevas medidas si este parámetro no se reduce a u ritmo adecuado.

La lupa de Bruselas, sobre la deuda

¿Cómo funciona este nuevo procedimiento? Como explicamos en Vozpópuli, los países tiene que reducir un 5% el exceso de deuda cada año, teniendo en cuenta que se considera que la deuda, como máximo, debe suponer el 60% del PIB de cada país. A partir de esas cifras, España tendría que reducir cada año al menos un 2% la deuda para evitar nuevos ajustes.
Aunque en términos de PIB, que es la cifra que mira Bruselas, la deuda lleva tres años bajando, en ninguno de los ejercicios ha sido capaz de descender dos puntos. El descenso de 2017, por ejemplo, ni siquiera llegó a uno. Y el que se va a registrar en 2018, si se cumplen las previsiones, tampoco llegará al punto de PIB.

El déficit de la Seguridad Social no bajará del 1,4%

En la notificación, el Gobierno ha incluido sus primeras estimaciones sobre el déficit público y el déficit de los distintos subsectores, que no coinciden con los objetivos que pactó con Bruselas en la última actualización del Programa de Estabilidad.
La cifra total sí se mantiene en el 2,2%, el problema está en el reparto del déficit. Se esperaba que el Estado redujera su desfase al 0,7% este año y finalmente tendrá que conformarse con bajarlo al 1,2%- Algo similar ocurre en la Seguridad Social, que iba a dejarlo en el 1,1% y que parece que no bajará del 1.4%.
De hecho, el caso de la Seguridad Social es preocupante, puesto que apenas reducirá el déficit en 300 millones este año, a pesar de que el PIB podría volver a crecer por encima del 3% y de que se seguirá generando empleo.
Las comunidades y los ayuntamientos compensarán estos desfases comportándose mejor de lo estimado en el último programa de estabilidad. Las CCAA bajarán el déficit al 0,2% frente al 0,4% previsto. los Ayuntamientos repetirán el superávit del 0,6%. 
En cualquier caso, lo cierto es que el Gobierno tiene que actualizar y enviar de nuevo el programa antes de que acabe el mes de abril, así que puede que aproveche para revisar las cifras y mandar a Bruselas estimaciones algo más ajustadas que las de finales de 2017.
Abrazos,
PD1: ¡Qué bueno es todo lo que dice el Papa en sus tweets… A mí al menos me da que pensar, me para el día un rato y le doy un par de vueltas. El sentido de la vida no es hacer cosas, que hay que hacerlas y muchas. Hay mucha gente muy buena, atea o practicante, que hace maravillas por los demás, mucho más que lo que pueda hacer yo… Pero a su vez, hay que pedirle a Dios que nos de más fe, que nos permita la plenitud con su fe y nosotros hagamos muchas obras… Ese ofrecimiento de la vida es muy importante. Al final de nuestros días nos preguntarán qué hemos hecho…

25 abril 2018

¡Ay, qué dolor!

¡Ay de los bonos, ay!
Bonos sin riesgo, ya son una gran alternativa en EEUU:
Y los largos llegaron al 3%:
Y eso que en las anteriores subidas de rendimientos de los bonos, las bolsas han estado tan panchas:
¡Ay de las primas de riesgo a partir de septiembre, cuando se acabe la expansión monetaria (QE) del BCE, ay!
¡Ay de la mora, ay!
¡Ay del precio del crudo, ay!
¡Ay de la inflación, ay!
This increase can be partially attributed to the fading effect of lower mobile phone service costs, which fell significantly this time last year. Despite a marginal drag from lower energy prices last month, this inflation release suggests that as the labour market tightens, inflation could continue to edge higher. The Personal Consumption Expenditure index, which is the US Federal Reserve’s (the Fed’s) preferred measure of price increases, could therefore reach their 2.0% target soon. This, combined with fiscal tailwinds, should lead to a further three rate hikes by the Fed in 2018 – one hike more than the median Fed dot plot currently forecasts.
US headline and core inflation both above 2%
Source: BLS, Thomson Reuters Datastream, J.P. Morgan Asset Management. Data as of 13 April 2018
Abrazos,
PD1: La palabra PIROPO viene del griego y significa ponerse roja la cara, fundamentalmente por lo que se dice, o te dicen. ¿No podríamos hacer lo mismo con el Señor cada rato que podamos? Con decirle de vez en cuando “¡qué bueno eres Señor, qué paciencia tienes conmigo!”. Sería suficiente, o lo que se te ocurra, vamos…

24 abril 2018

¿Están caras las bolsas?

Es la gran duda que se plantean las inversiones. Aunque yo te digo que los mercados no siempre se mueven por precios, sino por tendencias, por expectativas de futuro, por lo que hacen los bonos (ayer tuvieron un mal día), por las previsiones futuras de generar más beneficios empresariales. Y muy pocas veces se miran las valoraciones…
Los bonos incordian, ¡qué dolor!:
Según JP Morgan:

Algunos gráficos para determinar si la renta variable estadounidense está cara o barata tras las últimas correcciones

Después de un año en el que la tendencia fue la mejor amiga de los inversores, el repunte de la volatilidad que se está viendo en este 2018 lo está poniendo más difícil: las correcciones vistas en febrero y marzo provocaron sendas caídas del 10% (entre el 26 de enero y el 8 de febrero) y del 7,12% (entre el 9 y el 23 de marzo) que han descolocado las ratios de Sharpe de muchas carteras. Teniendo en cuenta que el ciclo alcista en EE.UU. está celebrando su noveno aniversario, con un crecimiento del PIB estimado por el consenso del 2,8% para 2018, y lo lejos que han llegado las valoraciones de las cotizadas estadounidenses, ¿han servido estas correcciones para devolver algo de atractivo a esta clase de activo? Manuel Arroyo, Director de Estrategia de J.P.Morgan AM para Iberia, cree que sí.
En la última actualización trimestral de la Guía de Mercados que forma parte del programa Market Insights viene un gráfico que puede ayudar a los inversores a poner en contexto este espinoso tema de las valoraciones. Arroyo explica que, después de las fuertes ventas vistas en lo que va de año, ahora las acciones estadounidenses vuelven a estar en su media histórica (toman como referencia desde 1990),  por lo que concluye que “las correcciones del primer trimestre han hecho que las valoraciones sean más atractivas”.
Tal y como se observa en el gráfico, que toma como referencia la ratio de PER a futuro, las valoraciones se han reducido en comparación con dónde estaban hace tan sólo un año. Dicho esto, Arroyo efectúa una aclaración importante: “El PER nunca ha sido un buen indicador de las valoraciones a corto plazo”. Para demostrar esta afirmación, destaca un gráfico de la Guía en la que se puede observar la diferencia entre el PER a futuro del consenso respecto a la rentabilidad obtenida por el S&P 500 un año después (gráfico de la izquierda). 
En cambio, Arroyo explica que la relación entre PER y valoraciones es mucho más evidente cuando se invierte con un horizonte de largo plazo, concretamente a diez años vista. En este caso (ver gráfico de la derecha), se puede observar que quienes invirtieron en compañías que cotizaban en hasta 15 ó 16 veces sus beneficios han sido capaces de generar rendimientos positivos en el largo plazo, mientras que aquellos que compraron con un PER superior a 20 veces probablemente obtuvieron retornos negativos en la década posterior. “Teniendo en cuenta el PER medio actual, creemos que aún quedan oportunidades para invertir a largo plazo en EE.UU.”, sentencia Arroyo.
Este matiz es relevante, puesto que J.P.Morgan AM prevé que la tendencia alcista de la bolsa, que conservará su inercia a pesar de la volatilidad, va a estar impulsada más por el crecimiento de los beneficios que por la expansión de múltiplos. Su cálculo es que el beneficio por acción (BPA) de las cotizadas del S&P 500 sea del 17% para este año. Si bien es un poco inferior al del año pasado, Arroyo afirma que probablemente el mercado esté subestimando el influjo positivo de varias tendencias que están confluyendo ahora mismo en el mercado: la debilidad continuada del dólar, la tendencia al alza del petróleo y la puesta en marca de la reforma fiscal aprobada por la Administración Trump.
¿Se dirige EE.UU. hacia una recesión?
“Este es el noveno año consecutivo de crecimiento en EE.UU. Pero esto no implica que vaya a producirse una recesión en el corto plazo. Que una fase expansiva sea más larga de lo habitual no significa nada, ya que las recesiones se producen por la acumulación de desequilibrios, y por ahora no vemos que se estén produciendo desequilibrios significativos”, explica Arroyo. Es más, éste añade que la implementación de la reforma fiscal en EE.UU. podría añadir hasta un 1% al PIB, con su consecuente reflejo sobre los beneficios corporativos de las empresas estadounidenses.
Eso sí, el estratega efectúa tres apreciaciones. La primera, sobre la conveniencia de aplicar estímulos fiscales en una fase expansiva: “Nuestra duda es si la economía estadounidense realmente lo necesita. Históricamente, EE.UU. ha incrementado su déficit en fases recesivas, marcadas por un repunte del desempleo. En cambio, ahora la tasa del desempleo probablemente caiga por debajo del 4%, y se calcula que el déficit experimente un crecimiento significativo, desde 800.000 millones de dólares a un billón sólo en 2018”, detalla Arroyo. La previsión de su firma es que el déficit estadounidense supere el 5% para 2020. Para hacerse una idea de la escala del endeudamiento público, el experto comenta que, desde 1946, sólo ha habido cinco años en la historia de EE.UU. en los que el déficit haya superado esa barrera del 5%, entre los que figuran el periodo 2007-2009.
La segunda apreciación tiene que ver con la interpretación que están haciendo los mercados del aplanamiento de la curva de tipos en EE.UU. Aunque históricamente el aplanamiento de la curva ha sido interpretada como indicador adelantado de recesión, Arroyo opina que, en esta ocasión, el riesgo de una recesión inminente no puede estar “nada más lejos de la realidad”. Se apoya en que 2018 está siendo el segundo año de crecimiento global sincronizado, en el buen tono macro exhibido por la economía estadounidense y en el impulso que aportarán los estímulos fiscales en el corto plazo.
Es más, el experto puntualiza que una curva invertida, en contra de lo que muchos piensan, no tiene por qué ser un indicador de recesión inminente. Para refutar esta afirmación, Arroyo aporta un análisis de J.P.Morgan AM en el que se estudian cuántos meses tardó la curva de tipos estadounidense en anticipar una recesión, una vez alcanzada una figura invertida. La conclusión es que la bolsa ha seguido subiendo tras invertirse la curva, durante un periodo medio de 13 meses. El segundo cálculo de la gestora se centra en cuánto ha tardado en producirse una recesión después de tocar máximos los parqués bursátiles. Aquí la conclusión es la contraria: sólo han pasado cuatro meses de media, según la serie histórica. Conclusión: “Existe la percepción de que la bolsa anticipa mucho la situación macro, y no es el caso. Las bolsas no son el mejor predictor de la recesión. Desde que se invierte la curva hasta que se produce la recesión puede pasar más de un año de media”, sentencia Arroyo.
Abrazos,
PD1: ''Dios, que te creó sin ti, no te salvará sin ti'', dijo San Agustín. Es por eso por lo que hay que hacer algo y no quedarnos como si no fuera con nosotros…

23 abril 2018

¿techo en la bolsa?

Eso parece, pero quizás no nos debamos precipitar, porque las ganas de comprar persisten… Yo creo que vamos a estar en un rango lateral muy definido en los próximos meses…

¿A qué distancia nos encontramos del techo de la renta variable?

TRIBUNA de Witold Bahrke, responsable sénior de estrategia macroeconómica de Nordea AM. Comentario patrocinado por Nordea AM.
El comportamiento superior de la renta fija frente a la renta variable durante los primeros meses de 2018 ha sorprendido a la mayor parte de los inversores. En nuestra opinión, esto marca el fin de la era de la baja volatilidad. La cambiante composición del plano macroeconómico amenaza el contexto Goldilocks que vivimos en 2017: el equilibrio entre el crecimiento y la inflación se está deteriorando. Inevitablemente, la Fed proseguirá con la normalización de su política y el crecimiento será decepcionante. Este contexto macroeconómico, propio de una fase tardía del ciclo, está sentando las bases para un periodo de rentabilidades ajustadas al riesgo inferiores, lo que confirma nuestras perspectivas para 2018. Puede que aún no hayamos llegado al techo de la renta variable, pero es probable que la caída bursátil de febrero constituya el inicio del progreso de esta clase de activos hacia su punto máximo.
Lecciones aprendidas del primer trimestre
El presidente del Banco de la Reserva Federal de Nueva York, William Dudley, describió las turbulencias de febrero como algo insignificante. Esta afirmación transmite un importante mensaje: a la Reserva Federal no le preocupa que se produzca una corrección. Por tanto, es probable que la Fed se mantenga en la senda de endurecimiento de sus políticas y deje de respaldar a los mercados. ¿Por qué esto es importante? En primer lugar, porque el endurecimiento de las políticas monetarias ha impulsado la volatilidad. En segundo lugar, la corrección nos da información sobre hasta qué punto pueden llegar los tipos y sobre la solidez subyacente de la economía. Un elevado potencial de crecimiento conlleva un límite alto, y viceversa.
Parece que el contexto de tipos bajos se mantendrá, ya que cualquier repunte causaría turbulencias en los mercados y la ralentización del crecimiento, lo que presionaría los tipos a la baja: un mecanismo de autocorrección. Los tipos de interés a largo plazo no deberían subir mucho más desde su nivel actual. Gracias a unas valoraciones mucho más atractivas que hace algunos meses, el universo de la deuda core empieza a ofrecer oportunidades de inversión.
En tercer lugar, los mercados están empezando a inquietarse por los riesgos derivados de la inflación. El aumento de los rendimientos registrado desde diciembre se vio impulsado por el incremento de la prima a plazo. Esto es fundamental, ya que esta refleja claramente la subida de la prima de riesgo de inflación, es decir, el riesgo de que la inflación se dispare. No creemos que exista una vía de escape del entorno de inflación reducida. Sin embargo, cabe esperar un repunte cíclico en los próximos meses que probablemente mantendrá a los inversores alerta. Los recortes fiscales de Trump están acrecentando la inquietud sobre la inflación. La economía estadounidense avanza a todo gas. El incremento de los estímulos favorecería aumentos salariales por encima del crecimiento real. En vista de estos riesgos, los productos de duración reducida deberían mantenerse en boga. La buena noticia es que los tipos reales a corto plazo actualmente ofrecen rentabilidades positivas sin tener que superar el espectro de riesgo. Ante el aumento de la volatilidad y de la demanda de activos refugio, es mejor priorizar la asignación a bonos de alta calificación y duración reducida que mantener efectivo.
Cambio de contexto macroeconómico
Las dinámicas macroeconómicas se están revirtiendo en 2018 a medida que el equilibrio entre el crecimiento y la inflación se deteriora. Si bien 2017 fue un año marcado por la aceleración del crecimiento y la caída de la inflación, 2018 parece apuntar a todo lo contrario: ralentización del crecimiento y aumento de la inflación. Aunque los factores estructurales están poniendo coto a la inflación a largo plazo, el riesgo de que se produzca un repunte a corto plazo está aumentando. Al mismo tiempo, el crecimiento mundial está tocando techo y muestra indicios de una ralentización a medida que el efecto de la normalización monetaria empieza a sentirse con cierto retraso en el crecimiento real.
Esta situación implica que los mercados podrían acusar un doble revés: un crecimiento decepcionante y una política monetaria más restrictiva. La combinación de un crecimiento menos boyante y el endurecimiento de la postura de los bancos centrales constituyen la receta perfecta para que se dé un aumento de la volatilidad y unas rentabilidades ajustadas al riesgo reducidas. Las tendencias macroeconómicas se están cuestionando más cada vez. El riesgo de que se produzcan correcciones sigue siendo elevado y la mayor parte de los activos están sobrevalorados. Por lo tanto, las inversiones alternativas líquidas con una baja correlación con los mercados en general deberían despertar interés durante los próximos trimestres. Si los recortes fiscales de Trump diesen lugar a una oleada de contrataciones, las presiones salariales llevarían a la Fed a adoptar un tono aún más restrictivo, lo que, en última instancia, daría lugar a una situación de estanflación.
Una perspectiva alternativa sobre los riesgos de recesión
Si bien las señales que indican la fase final del ciclo empiezan a encenderse, el consenso sigue obsesionado con un contexto macroeconómico indudablemente sólido. Pero ¿puede darse por sentado  una relación de causalidad entre la economía y los mercados? En nuestra opinión, unas valoraciones extremas podrían invertir dicha causalidad. En ese caso, los mercados se erigirían como el riesgo clave para las perspectivas macroeconómicas, en vez de que la solidez del plano macroeconómico mantenga con vida a un mercado alcista ya maduro.
¿Qué podría alargar la vida de un mercado alcista ya maduro? En primer lugar, una caída adecuada de la inflación (es decir, a través de una ralentización del crecimiento salarial o un aumento de la productividad) mitigaría los riesgos descritos anteriormente, lo que moderaría la disposición de los bancos centrales a endurecer sus políticas y facilitaría la continuación del ciclo de beneficios. En segundo lugar, una depreciación del dólar como la del año pasado abarataría la financiación en un mundo extremadamente endeudado, lo que haría que la normalización de la Fed fuese más fácil de digerir. Si esta hipótesis no se produjera, los inversores deberían actuar con prudencia y preparar las carteras para un futuro más complicado. Cuando se vislumbran máximos en renta variable, limitar los riesgos de correlación y de liquidez es fundamental.
Abrazos,
PD1:¿Existe Dios?

¿Quieres creer en Dios? Haz estas 5 cosas

¿Existe Dios? Es la gran pregunta que se ha hecho el ser humano a lo largo de la historia. Si Dios existe, todo cambia: el amor, la vida, la muerte, el dolor.
Para creer en Dios puedes hacer principalmente 5 cosas:
1. Abrir la mente y sobre todo el corazón: A aquellos que quieren saber si Dios está allí, Jesús les dice: “Me buscarán y me encontrarán, cuando me busquen de todo corazón” (Jeremías 29, 13-14). Cuando se refiere a la existencia de Dios, san Pablo dice que hay personas que han visto suficiente evidencia, pero que ellos han suprimido la verdad acerca de Dios (Rm 1, 19-21).
2. Liberarse de prejuicios y de falsos tópicos: hay circunstancias que ofuscan, consciente o inconscientemente, la verdad de Dios: errores propios o ajenos a lo largo de la existencia, un sufrimiento que impida verle, una frustración al buscarle por caminos equivocados y no encontrarle, algún desengaño religioso por parte de quien dijo creer en Dios pero mostraba lo contrario con su vida, sentir que aceptar a Dios implicaría redimensionar y reorientar la vida, comodidad, verlo ligado a una institución y a una doctrina,…
3. Dar fundamento racional de la realidad de Dios: Nadie ama lo que no conoce. Para conocer a Dios en medio de nuestras humanas limitaciones, la inteligencia nos ayuda mediante pruebas racionales. Es racional creer en Dios.
El ser humano está necesariamente encaminado a Dios por un propio designio suyo. Existen itinerarios que conducen a Dios partiendo de las propias experiencias existenciales: “Con su apertura a la verdad y a la belleza, con su sentido del bien moral, con su libertad y la voz de su conciencia, con su aspiración al infinito y a la dicha, el hombre se interroga sobre la existencia de Dios. En estas aperturas, percibe signos de su alma espiritual” (Catecismo, 33).
Itinerarios que llevan a Dios:
· La dimensión espiritual propia del ser humano le dice a gritos a cada persona que hay un Dios; sencillamente porque esa vida espiritual procede de Él. “El deseo de Dios está inscrito en el corazón del hombre, porque el hombre ha sido creado por Dios y para Dios; y Dios no cesa de atraer al hombre hacia sí, y sólo en Dios encontrará el hombre la verdad y la dicha que no cesa de buscar” (Catecismo, 27).
· El deseo natural de la perfecta felicidad: El corazón humano anhela la plena y perfecta felicidad como un deseo innato y natural; y un deseo así no se puede apagar con algo banal ni con un objetivo o finalidad inexistente o de imposible adquisición. El corazón humano no puede encontrar su perfecta felicidad más que en la posesión de un bien superior e infinito al que llamamos Dios.
· El sentido común: Decía un invidente: “Yo creo en el sol no porque lo vea sino porque lo siento”; con Dios pasa igual. Muchos sienten a Dios, lo viven, aunque no lo vean ni lo entiendan. A Dios se le experimenta de maneras impredecibles e inefables. Su presencia nos desborda: “¿A dónde iré yo lejos de tu espíritu, a dónde de tu rostro podré huir? Si hasta los cielos subo, allí estás tú, si en el seol me acuesto, allí te encuentras” (Sal 139, 7-8).
· Preguntarse por el sentido de la vida: Esta cuestión puede plantearse de diferentes modos: ¿Por qué estamos aquí? ¿Qué propósito tiene la vida? ¿De dónde venimos y a dónde vamos? La Biblia dice que nuestro propósito en la vida es ser amigos de Dios. El creador tiene un propósito para todo lo que ha hecho, incluida la humanidad (Is 45, 18). El mundo y el hombre atestiguan que no tienen en ellos mismos ni su primer principio ni su fin último, sino que participan de Aquel que es el Ser en sí, sin origen y sin fin (Catecismo, 34).
· La fe en Dios presente en la historia de la humanidad: Todos pueblos, desde los albores de la humanidad, en todos los tiempos y en todas las zonas, han admitido la existencia de un Ser supremo. ¿Cómo sería posible que todos se hubieran equivocado acerca de una verdad tan importante y tan contraria a las pasiones?
· La creación: “Lo que de Dios se puede conocer, está en ellos (los hombres) manifiesto: Dios se lo manifestó. Porque lo invisible de Dios, desde la creación del mundo, se deja ver a la inteligencia a través de sus obras: su poder eterno y su divinidad, de forma que son inexcusables” (Rm 1, 19-20). Es lo que decía Voltaire: Si un reloj presupone un relojero, si un palacio señala a un arquitecto, ¿por qué el Universo no ha de demostrar una inteligencia suprema? Dios es, según Platón, ‘el eterno geómetra’. La inteligencia humana debe remontarnos a otra inteligencia superior que crea; el ser humano lo que hace es administrar la obra de Dios.
· La idea que tenemos de lo infinito. Si el universo es infinito, tendrá en su origen a alguien aún más infinito.
· La ley moral: Es una ley inmutable, absoluta y universal que prescribe el bien y prohíbe el mal. Su sede está en la conciencia de todos los seres humanos. Ahora bien, no puede haber ley sin legislador. Este legislador ha de ser, al igual que esa ley, inmutable, absoluto, universal, bueno. Este legislador es a quien llamamos Dios.
Las pruebas metafísicas de santo Tomás de Aquino:
Estas vías son cinco argumentos de carácter metafísico y son conclusiones a posteriori (a partir de la obra de la creación) que demuestran la existencia de Dios (Suma TeológicaPrima pars, cuestión 2, artículo 3).
a. El movimiento: La realidad del cambio o del movimiento (en sentido aristotélico) exige necesariamente la existencia de un primer motor inmóvil, porque no es posible fundarse en una serie infinita de iniciadores del movimiento. En el univesro hay un dinamismo inteligente, ordenado y armonioso. Hay movimiento, pero es un movimiento regular, uniforme, inteligente (Sal 104, 5-19). En la obra de la creación hay movimiento, hay cambio y esto nos lleva a pensar en un primer ‘motor’. Los científicos han dicho que la materia es inerte y a pesar de esto se mueve constantemente; esto indica que hay un principio, fuera de la materia, que le da movimiento. Dios, a través de fuerzas internas y externas, da un estímulo constante a la realidad creada.
b. No hay efecto sin causa: La segunda es la vía de las causas eficientes: puesto que las causas eficientes forman una sucesión y nada es causa eficiente de sí mismo, hay que afirmar la existencia de una primera causa. “Envías tu soplo y son creados, y renuevas la faz de la tierra” (Sal 104, 30). Si bien es cierto que hay causas creadas que producen efectos, también es cierto que tuvo que haber una causa increada que tuviera unos efectos que a su vez son causas de algo diferente. Esta Causa Primera es lo que llamamos Dios. “Estas obras visibles –dice san Pablo- revelan al invisible Dios” (Rm 1, 20).
c. La contingencia de los seres creados: Es forzoso que exista un ser necesario ya que, de lo contrario, lo posible no sería posible. Hay seres que existen, pero podrían no existir (son contingentes) y existen por la fuerza del único ser necesario que debe existir.
d. Los grados de perfección: Se sabe que todas las cosas existen con distintos grados de perfección que las diferencian, de aquí se desprende que debe también existir el ser que posee toda perfección en grado sumo, respecto del cual los demás se comparan y del cual participan.
e. La finalidad de la creación. En este mundo hay objetos y seres desprovistos de inteligencia, pero tienden a la realización de un fin concreto que sólo está en la mente del ser supremo, que es Dios. Se ve que en el mundo creado hay un diseño o un fin, por lo que ha de existir un ser inteligente que haya pretendido la finalidad que se observa en todo el universo.
4. Dar el salto de la fe
¡Dios ha dado de tantas pruebas de su existencia! La perfecta armonía en el universo (por ejemplo, la interacción entre los planetas), las leyes que regulan la naturaleza, el ADN, las capacidades del cerebro humano, la inquietud de nuestros corazones,… ayudan a determinar que Dios está ahí.
A partir de la creación, esto es, del mundo y de la persona humana, el hombre, con la sola razón, puede con certeza conocer a Dios como origen y fin del universo y como sumo bien, verdad y belleza infinita” (Compendio del catecismo, 3).
Pero estos argumentos racionales, cosmológicos y metafísicos, que llevan a conocer la existencia de Dios, no son suficientes para el ser humano cuando se trata de entrar en la intimidad del misterio divino.
El sólo uso de la razón no es suficiente para conocer a Dios: la naturaleza misma de Dios, su nombre, su manera de relacionarse con su obra creada, sólo es alcanzada por la revelación del mismo Dios.
Para conocer a Dios con la sola luz de la razón, el hombre encuentra muchas dificultades. Además no puede entrar por sí mismo en la intimidad del misterio divino. Por ello, Dios ha querido iluminarlo con su Revelación” (Compendio del catecismo, 4).
Sólo haciendo un salto hacia la fe puede el ser humano alcanzar la comprensión del misterio de Dios, encerrado desde tiempos eternos (Ef 3, 1-5).
5. Aceptar la divinidad de Jesús y su mediación
Aceptar que Dios se ha hecho hombre. Jesucristo es el revelador del Padre, es decir, del misterio íntimo de la Santísima Trinidad; Jesús dice: “El que me ha visto a mi ha visto al Padre” (Jn 14, 9).
Y a Jesús se llega creyendo en Él por la fe, y con la mediación de la Iglesia fundada por Él mismo.
De todas las religiones conocidas por la humanidad, sólo a través de Jesús el ser humano verá a un Dios acercándose hacia la humanidad, brindándonos la oportunidad de relacionarnos con Él.
A Dios nadie le ha visto jamás: el Hijo único, que está en el seno del Padre, él lo ha contado” (Jn 1, 18). Jesús ha visto a Dios y nos lo ha comunicado; y a Jesús lo ha visto mucha gente que ha creído en Él comenzando por sus apóstoles.
Además Jesús hizo muchas obras, entre ellas algunos milagros, que reflejan su divinidad: “… aunque a mí no me creáis, creed por las obras, y así sabréis y conoceréis que el Padre está en mí y yo en el Padre” (Jn 10, 38).