30 noviembre 2017

reversion a la media

Es lo normal que puede pasar en un mercado claramente alcista como este, que nos vayamos al centro del canal y nada se haya roto… Lo malo es que el centro del canal está muy lejos…
El mercado bursátil mundial ha mostrado un impulso extraordinario desde las elecciones presidenciales estadounidenses, y los inversores que apostaron por esa fuerza irresistible obtuvieron grandes ganancias. Pero la gente debería pensar mucho sobre otra fuerza que es mucho más fiable que el impulso. Según la historia, es la fuerza irresistible real, y consiste en cuatro palabras: "Reversión a la media".
A pesar de las subidas y las valoraciones, cuando se considera la reversión a la media, el sesgo de Wall Street en el mercado bursátil parece tan exagerado como los espejos en las ferias que alargan a un niño escuálido a la altura de un pivot de la NBA.
Para comprender mejor esa reversión, piense en el S&P 500 como una gran acción. El concepto establece que cuando el precio de esa acción se vuelve extremadamente elevado en comparación con las ganancias que los inversores obtienen de esa acción, ya sea en forma de dividendos o ganancias reinvertidas, el precio relativo a esas ganancias regresa a la media de largo plazo, como si estuviera gobernado por una fuerza gravitatoria.
Entonces, examinemos lo que le sucede a esa relación entre precio y ganancias, o el PER del mercado, después de que se eleva a niveles inusualmente altos, precisamente el escenario a los que hoy se enfrentan los inversores.
La mejor medida para las valoraciones de actuales de las acciones es el CAPE, o la relación precio/ganancias ajustada cíclicamente, desarrollada por el economista de Yale Robert Shiller. El CAPE suaviza las fluctuaciones volátiles de las ganancias al usar una media de 10 años de ganancias ajustadas a la inflación como la lectura actual. La razón es básica: cuando las ganancias suben, los PER no ajustados parecen artificialmente bajos - la imagen probable de hoy en día - y cuando se desploman como en 2009, las acciones parecen falsamente caras. El CAPE elimina esas distorsiones.
El CAPE para el S&P 500 promedió alrededor de 16 desde 1888 hasta 1990, y un número mucho mayor de 19 en el último cuarto de siglo. Una gráfica del CAPE desde finales de la década de 1960 muestra cuatro períodos en los que la medida llegó a extremos. Y es instructivo ver qué sucedió después de que la medida se disparara muy por encima de esos puntos de referencia.
La primera meseta: desde julio de 1962 hasta noviembre de 1965, el CAPE aumentó bruscamente, desde 17 a 24. Para finales de 1970, había caído a su media de largo plazo de 16. El segundo ejemplo: A principios de 1992, el CAPE estaba parado alrededor 19, una vez más, cerca de su nivel normal en las últimas décadas. En julio de 1999, había alcanzado su punto más alto, 44. Luego prevaleció el miedo a las alturas y, en febrero de 2003, el CAPE había disminuido a la mitad.
El tercer caso: después de la gran caída desde mediados de 1999 hasta principios de 2003, el CAPE repuntó a casi 28 en mayo de 2007. Una vez más, la gravedad prevaleció y cayó a 20 a finales de 2010 cuando Estados Unidos salió de la crisis financiera. El cuarto ejemplo se aplica hoy: desde finales de 2010, el CAPE se ha disparado alcanzando un récord de dieciséis años de 31.2 en octubre.
Del análisis de las pasadas subidas sacamos una conclusión básica: el CAPE nunca se ha quedado en 31 por un período prolongado. Solo superó ese nivel dos veces, primero brevemente antes del desplome histórico de 1929, y segundo, durante un período relativamente largo de cuatro años durante la burbuja tecnológica desde mediados de 1997 hasta mediados de 2001. Y cada pico del pasado fue seguido por un desplome.
Aquí está el peligro: si el S & P 500 volviera a un CAPE de 20, justo por encima de su media de las últimas décadas, los precios de las acciones tendrían que caer un 36%. Esta no es una predicción de que tal colapso sea inminente, o que vaya a suceder. Es simplemente un recordatorio de que, si bien el impulso está del lado del mercado, la historia no.
Abrazos,
PD1: Todo tiene un fin…
El actual mercado de renta variable sigue manteniéndose al alza y disfrutando en los últimos trimestres de una baja volatilidad poco frecuente. El índice S&P 500® sigue en crecimiento acelerado. El índice no ha sufrido una corrección superior al 5 % desde febrero de 2016, y desde marzo de 2009 no ha tenido una desaceleración mayor del 20 %. De hecho, la desaceleración más reciente, de solo un 3 %, finalizó el 4 de noviembre de 2016, unos pocos días antes de las elecciones presidenciales en los Estados Unidos.
¿Qué hay detrás del alza?
En primer lugar, las bajas tasas de interés, no solo en EE. UU., sino en todo el mundo. El rendimiento a 10 años del Tesoro de los EE. UU. no se ha cotizado por encima del 3 % desde finales de 2013. Las bajas tasas de interés hacen que las valoraciones de renta variable resulten muy atractivas frente a las alternativas de renta fija.
En segundo lugar, la política coherente de todos los bancos centrales ha generado un trasfondo estable de las condiciones financieras, dando lugar a un entorno saludable para el funcionamiento de las empresas. Es lo que ha sucedido incluso con los grandes ingresos más lentos de los últimos años.
En tercer lugar, el rendimiento global de la renta variable se ha afianzado con la fuerte recuperación de los beneficios empresariales en todo el mundo. Se espera que el índice S&P 500 genere este año un crecimiento de las ganancias operativas por acción cercano al 10 %, lo que marcaría el mejor año en cuanto al crecimiento de los beneficios desde el inicio de la recuperación de la crisis financiera en 2010-2011. Europa, Japón y los mercados emergentes van todos encaminados a obtener sólidas ganancias este año, después de un largo periodo de debilidad. Según mi análisis, esta tendencia podría continuar durante el año próximo. El fuerte crecimiento de los beneficios junto con el techo de crecimiento mejorado constituye una sólida base para la confianza de los inversores, y refuerza la racha de baja volatilidad global del año anterior.
¿Cuánto más puede durar esta tendencia?
El crecimiento económico ha mejorado este año en todo el mundo, impulsando la confianza de los inversores en una mejora sostenible de los fundamentos del comercio. En ausencia de condiciones que normalmente conducen a la recesión, es posible que la persistencia de la baja volatilidad se mantenga todavía durante algún tiempo. Diversos tipos de contratiempos podrían generar una desaceleración a corto plazo, en especial porque el periodo de baja volatilidad de los precios ya ha durado un cierto tiempo. Desde luego, es imposible predecir los acontecimientos y, por ahora, la combinación de la mejora en los beneficios, la relativa predictibilidad de las políticas de los bancos centrales y la confianza de los inversores permiten suponer que el mercado se mantendrá en alza, salvo correcciones temporales en los precios.
PD2: Hay tanta gente tan bien preparada para la muerte que deja asombrados a los que tienen dudas del final. Bonita reflexión para el mes de difuntos que termina:

29 noviembre 2017

preparado para la volatilidad

La volatilidad va a volver pronto, no lo dudes… Esta fase de calma, de subida sin corregir, posiblemente este concluida. Ahora empezarán los nervios y las dudas. Desde Fidelity dicen:

6 strategies for volatile markets

When markets get choppy, it pays to have a plan for your investments, and to stick to it.

Key takeaways

+Keep perspective: Downturns happen frequently and have typically been followed by recoveries.
+Stay disciplined: Trying to time the market has proven challenging—and could cost you.
+Plan for a variety of markets: An investing approach built with your goals and situation in mind may help you cope with short-term volatility.
+Consider help: You may want to look at a professionally managed solution.
No investor likes to hear that the market has experienced a big drop. But volatility is part and parcel of investing.
"Dramatic moves in the market may cause you to question your strategy and worry about your money," says Ann Dowd, CFP®, vice president at Fidelity Investments. "A natural reaction to that fear might be to reduce or eliminate any exposure to stocks, thinking it will stem further losses and calm your fears, but that may not make sense in the long run."
Instead of being worried by volatility, be prepared. A well-defined investing plan tailored to your goals and financial situation can help you be ready for the normal ups and downs of the market, and to take advantage of opportunities as they arise.
"Market volatility should be a reminder for you to review your investments regularly and make sure you consider an investing strategy with exposure to different areas of the markets—U.S. small and large caps, international stocks, investment-grade bonds—to help match the overall risk in your portfolio to your personality and goals," says Dowd.
Here's how.

1. Keep perspective—downturns are normal and normally short lived

Market downturns may be upsetting, but history shows that the U.S. stock market has been able to recover from declines and can still provide investors with positive long-term returns. In fact, over the past 35 years, the market has experienced an average drop of 14% from high to low during each calendar year, but still had a positive annual return more than 80% of the time.
In 2015 and 2016, this general pattern played out. U.S. stocks experienced sharp drops in August 2015, when China devalued its currency; in January 2016, as oil prices dropped; in June of 2016, after the "Brexit" vote; and in the run–up to the 2016 U.S. presidential election. Still, during the 2-year period, the market was up close to 8% cumulatively.

Volatility is a normal part of investing:

Past performance is no guarantee of future results. The S&P 500® Index is a market capitalization–weighted index of 500 common stocks chosen for market size, liquidity, and industry group representation. S&P and S&P 500 are registered service marks of Standard & Poor’s Financial Services LLC. The CBOE Volatility Index is a key measure of market expectations of near-term volatility conveyed by S&P 500 stock index option prices. You cannot invest directly in an index.

2. Be comfortable with your investments

If you are nervous when the market goes down, you may not be in the right investments. Your time horizon, goals, and tolerance for risk are key factors in helping to ensure that you have an investing strategy that works for you.
Even if your time horizon is long enough to warrant an aggressive portfolio, you have to be comfortable with the short-term ups and downs you'll encounter. If watching your balances fluctuate is too nerve-racking for you, think about reevaluating your investment mix to find one that feels right.
But be wary of being too conservative, especially if you have a long time horizon, because strategies that are more conservative may not provide the growth potential you need to achieve your goals. Set realistic expectations too. That way, it may be easier to stick with your long-term investing strategy.

Choose the amount of stocks you are comfortable with:

Data source: Morningstar Inc., 2017 (1926–2016). Past performance is no guarantee of future results. Returns include the reinvestment of dividends and other earnings. The purpose of the target asset mixes is to show how target asset mixes may be created with different risk and return characteristics to help meet a participant's goals. You should choose your own investments based on your particular objectives and situation. Remember, you may change how your account is invested. Be sure to review your decisions periodically to make sure they are still consistent with your goals. You should also consider any investments you may have outside the plan when making your investment choices. See footnote 1.

3. Do not try to time the market

Attempting to move in and out of the market can be costly. Research studies from independent research firm Morningstar show that the decisions investors make about when to buy and sell funds cause those investors to perform worse than they would have had the investors simply bought and held the same funds.2
If you could avoid the bad days and invest during the good ones, it would be great—the problem is, it is impossible to consistently predict when those good and bad days will happen. And if you miss even a few of the best days, it can have a lingering effect on your portfolio.

Trying to time the market can cost you:

Past performance is no guarantee of future results. The hypothetical example assumes an investment that tracks the returns of the S&P 500® Index and includes dividend reinvestment but does not reflect the impact of taxes, which would lower these figures. There is volatility in the market, and a sale at any point in time could result in a gain or loss. Your own investing experience will differ, including the possibility of loss. You cannot invest directly in an index. The S&P 500® Index, a market capitalization–weighted index of common stocks, is a registered service mark of The McGraw-Hill Companies, Inc., and has been licensed for use by Fidelity Distributors Corporation. Source: FMRCo, Asset Allocation Research Team, as of May 31, 2017.

4. Invest regularly, despite volatility

If you invest regularly over months, years, and decades, short-term downturns will not have much of an impact on your ultimate performance. Instead of trying to judge when to buy and sell based on market conditions, if you take a disciplined approach of making investments weekly, monthly, or quarterly, you will avoid the perils of market timing.
If you keep investing through downturns, it won’t guarantee gains or that you will never experience a loss, but when prices do fall you may actually benefit in the long run. When the market drops, the prices of investments fall and your regular contributions allow you to buy a larger number of shares.
In fact, what seemed like some of the worst times to get into the market turned out to be the best times. The best five-year return in the U.S. stock market began in May 1932—in the midst of the Great Depression. The next best 5-year period began in July 1982, amid an economy in the midst of one of the worst recessions in the postwar period, featuring double-digit levels of unemployment and interest rates.

5. Take advantage of opportunities

There may be a few actions that you can take while the markets are down, to help put you in a better position for the long term. For instance, if you have investments you are looking to sell, a downturn may provide the opportunity for tax-loss harvesting—when you sell an investment and realize a loss. That could help your tax planning.
Additionally, if you execute a Roth conversion—moving money from a traditional IRA or 401(k) to a Roth account—a downturn could help. Compared with a conversion when asset prices were higher, a conversion in a downturn may result in a lower tax bill for the same number of shares.
Finally, if the movement of the markets has changed your mix of large-cap, small-cap, foreign, and domestic stocks, or your mix of stocks, bonds, and cash, you may want to rebalance to get back to your plan. That could provide a disciplined approach that helps you take advantage of lower prices.
These strategies are complex, and you may want to consult a professional before making any tax or investment decisions.
Read Viewpoints on Fidelity.com: "The upside of a down market."

6. Consider a hands-off approach

To help ease the pressure of managing investments in a volatile market, you may want to consider an all-in-one fund or professionally managed account for your longer-term goals such as retirement. These different approaches offer a range of different services and different costs but, depending on the specific option, may provide professional asset allocation, investment management, and ongoing tax management.

The bottom line

Rather than focusing on the turbulence, wondering whether you need to do something now or wondering what the market will do tomorrow, it makes more sense to focus on developing and maintaining a sound investing plan. A good plan will help you ride out the peaks and valleys of the market and may help you achieve your financial goals.
Abrazos,
PD1: Los padres dedicamos más tiempo a estar con nuestros hijos. ¡Qué bueno! Salvo los franceses…, ay!

Parents now spend twice as much time with their children as 50 years ago

Except in France
PARENTS these days spend a lot more time with their offspring, or at least middle-class parents do. One analysis of 11 rich countries estimates that the average mother spent 54 minutes a day caring for children in 1965 but 104 minutes in 2012. Men do less than women, but far more than men in the past: their child-caring time has jumped from 16 minutes a day to 59.
At the same time a gap has opened between working-class and middle-class parents. In 1965 mothers with and without a university education spent about the same amount of time on child care. By 2012 the more educated ones were spending half an hour more per day. The exception is France, where the stereotype of a bourgeois couple sipping wine and ignoring their remarkably well-behaved progeny appears to be accurate.

28 noviembre 2017

Barclays pesimista también

Se van sumando las entidad co visión más negativa. Ahora Barclays…
While the charade of sellside analysts releasing optimistic, and in the case of Barclays and Goldman "rationally exuberant"previews of the year ahead...
... is a familiar, long-running tradition on Wall Street, rarely has the intellectual dishonesty and cognitive dissonance been quite so glaring: take Goldman, which while admitting that valuations have never been higher, and the upside case never more reliant on just one piece of legislation which has a significant chance of not passing (GOP tax reform for those unaware), Goldman still has to temerity to predict not only no bear market in the next three years, but goes so far as to suggest an "irrationally exuberant" target of 5,300 in three years.
And as of this morning, the penguins are on full parade, with virtually not a single big bank predicting the market will drop in the coming year. Here are the latest S&P price targets, EPS forecasts and implied PE multiples, for the year ahead:
Bank of Montreal, Brian Belski, 2,950, EPS $145.00, P/E 20.3x
UBS, Keith Parker, 2,900, EPS $141.00, P/E  20.6x
Canaccord, Tony Dwyer, 2,800, EPS $140.00, P/E 20.0x
Credit Suisse, Jonathan Golub, 2,875, EPS $139.00, P/E 20.7x
Deutsche Bank, Binky Chadha, 2,850, EPS $140.00, P/E 20.4x
Goldman Sachs, David Kostin, 2,850, EPS $150.00, P/E 19x
Citigroup, Tobias Levkovich, 2,675, EPS $141.00, P/E 19.0x
HSBC, Ben Laidler, 2,650, EPS $142.00, P/E 18.7x
Good luck with all those 20x P/Es in a world in which rates are rising and central bank balance sheets will start contracting in one year.
Luckily, there is the occasional honest bank, like Macquarie (whose Viktor Shvets has become one of our favorite commentators for his objective, no nonsence analysis) and - as of this morning - SocGen, whose strategist Roland Kaloyan has written a note which warns that with bond yields rising (see the crash in China overnight, where the Shanghai Composite tumbled the most in 17 months on the realization that rising rates is bad for stocks), there is effectively no upside left in stocks, which coupled with the prospect of a US economy recession in 2020 will "crimp returns in 2019" Furthermore, in light of the record vol shorts, SocGen jumps on the VIX-squeeze crash bandwaon, warning vol positioning could "strongly deteriorate the risk reward profile of equity markets."
In not so many words: with little stock upside left, with the threat of rising interest rates slamming P/E multiples, with the economy in deep in late cycle, with equities trading at record valuations, with everyone short vol and just begging for a vol short squeeze, SocGen's advice is simple: get out now.
Here is SocGen:
We are less enthusiastic about equities heading into 2018 – We do not see much upside on our major equity targets for the next 12 months. We expect stretched valuations and rising bond  yields to limit equity index performances in 2018 and the prospect of a US economic slowdown in 2020 to further cramp returns in 2019. We also raise some concerns about the quantity of shorts on volatility, which could potentially strongly deteriorate the risk reward profile of equity markets.
Specifically, with regards to the S&P, SocGen reports that US equities are now at - or rather about 100 points above - their fair value:
The S&P 500 has reached our target for the end of this cycle (2,500pts) and is now entering expensive territory. Indeed, on all the metrics, US equities are trading at levels only seen during the late-90s bubble. Since Trump's election, the US equity market has risen 24%, but only half of this came from earnings growth. The other half has been driven by P/E expansion. According to our calculations, the US equity market is already pricing in potential tax reform. The rise in bond yields and Fed repricing should be headwinds against further US equity rerating.
If that wasn't enough, SocGen also notes that its valuation model suggests "that upside on the S&P 500 is limited: the US equity market is already pricing in a rebound in growth and inflation. The rise in bond yields and Fed repricing should be a headwind against further US equity rerating."
In practical terms, this means that SocGen is predicting that the S&P, which is already 100 points above the bank's year end target of 2,500, will tumble to 2,000, or more than 20%, before rebounding modestly to 2,200 just as the US economy succumbs to a recession, at which point all bets are off. And not just the S&P, but virtually all major European bourses are due for a bear market in the coming 12 months.
Here are some of the key arguments behind SocGen's bearish outlook, first a familiar discussion of the risk posted by the biggest vol short ever observed.
Equity volatility, both realised and implied, has been edging ever lower for quite some time now. Being invested in a simple systematic short VIX future volatility has been strongly rewarding: +290% over the last two years. However, when the tide turns (i.e. VIX spikes), the drawdown can be significant. The quantity of short positioning on VIX open in the market (see right chart) would potentially amplify any spike of the VIX.
The risk of a VIX surge ties into the question of how the market's risk/return profile will be shaped in the coming year based on what the prevalent VIX level is:
The risk /reward ratio as measured by the Sharpe ratio has been very attractive for US equities: good expected return supported by reasonable valuation and EPS growth, a very low Fed fund rate and an ultra-low volatility regime. At the current 12-month forward P/E, we factor in our Fed Fund scenario (2.25% by end-2018) and a different volatility regime. A change of VIX regime from 10% to 15% would push the US equity Sharpe ratio back to its historical average.
Then there is the already record stretched valuations, something even Goldman admitted earlier this week, with "US equities trading above their long-term average and at a level only seen during the dotcom bubble."
US equities have not been in attractive territory valuation-wise for a while. Indeed, on all the main valuation metrics, US equities are trading above their long-term average and at a level only seen during the dotcom bubble. However, expected earnings growth for the next 12 months (12%) is below the 20y annual earnings growth average (14%).
The last risk is that bond yields are going higher, forcing a contraction to PE multiples, as investors shift away from equities into bonds, as the dividend yield on US stocks at 2.0%, is now lower than the 10Y yield  of 2.3%.
Under our scenario, US Treasures will reach 2.70% at the end of 2018. This should be a headwind for equity markets. Indeed, our US equity risk premium is at 2.9%, one standard deviation below the long-term average . Any increase in bond yields would push the equity market further into expensive territory relative to bonds The dividend yield offered by US equities (2.0%) is already lower than the current US longterm bond yield (2.3%).
Finally, SocGen points out something that few other analysts  have admitted: half the S&P rally since the Trump election has been on the back of multiple expansion, with just 48% the result of earnings growth. Furthermore, as SocGen calculates, assuming tax reform passes, a decrease in the US tax from 35% to 20% as planned by Trump's tax reform would theoretically boost earnings by 8.5%. The 12-month forward P/E has risen 12% over the last 12 months. In other words, contrary to conventional wisdom, more than 100% of Trump's tax reform is already priced in. 
Since Trump's election, the S&P 500 has risen 24%. Only half of this performance has been driven by earnings growth; the other half is from P/E expansion. Assuming that analysts have not factored tax reform into their earnings forecasts, tax reform expectations have been the driver of P/E expansion. The S&P 500 index tax rate is currently 26.6%. Assuming that US companies generate 43% of their profits abroad (here) and pay 35% of their US profits on taxes (i.e. with no loopholes for US profits), the average tax rate outside the US would be 15.5%. A decrease in the US tax from 35% to 20% as planned by Trump's tax reform would thus theoretically boost earnings by 8.5%. The 12-month forward P/E has risen 12% over the last 12 months.
Separately, turning to Europe, Socgen acknowledges the euro zone's economic recovery is in full swing but - in yet another bearish thesis - argues that the current valuations don't leave "much meat on the bone" and that the expected rise in the Euro could also weigh on exporters in particular, and European stocks in general. Additionally, with the European Central Bank set to progressively unwind its stimulus package, investors are increasingly wary of the amount of debt some companies have accumulated thanks to historically low interest rates.
Cable group Altice, whose shares have collapsed more than 50% in the last 30 days due to concerns on its €50 billion euros pile of debt, and whose debt plunge has been seen by some as the catalyst for the recent junk bond swoon, is an example of what is likely to come, Societe Generale said.
And while the French bank saw pockets of growth in Germany, France and in sectors such as financials, but warned that political risks are still present, notably in Spain with the Catalonia crisis and Italy which faces general elections in 2018. Oh, and the UK too: "We also recommend staying away from the UK as Brexit negotiations are accelerating and several scenarios are possible: only a soft Brexit would be supportive for the FTSE 100.
And yet, after all that, not even Socgen is willing to bite the bullet, and warn that ahead of what clearly is "a bear market is coming" call, investors should dump risk: so ingrained is the desire to run with the penguin herd, that even the most contrarian calls are doused in such a big layer of caveats, Arnold could easily driver his hummer on top of.
To wit: "But then again, should we be outright bears? After all, we do see some value pockets in the market and some specific themes (M&A, consumer in the eurozone)."
Which almost explains the report's cover page...
Abrazos,
PD1: La sociedad actual crea consumidores compulsivos. Si quieres un mundo menos codicioso, no te dejes convertir en una máquina de gastar. Ante la multitud de rebajas y ofertas para que compres más mierdas, ahórrate el 100% de un producto no comprándolo. No te dejes engañar por este consumismo feroz… La Navidad no se trata de comprar y comprar, es otra cosa mucho más importante lo que recordamos. Da dinero a los pobres, te sentirás mucho mejor.

27 noviembre 2017

doble déficit

A EEUU le pasa algo muy parecido a España: sufre de un doble déficit severo…

The “Twin” Deficits

Nothing causes more anger, confusion, and bewilderment than the trade deficit – that is, except for the federal budget deficit. In past decades, these were often called “the twin deficits.” They are not identical, but they are related.
The current account balance is the trade balance (we currently run a surplus in trade services, which is more than offset by a deficit in trade goods), plus balances on primary income and secondary income – but it’s mostly the balance in goods and services. Primary income includes investment income and compensation of employees. Secondary income includes transfers (government and private), “such as U.S. government grants and pensions, fines and penalties, withholding taxes, personal transfers (remittances), insurance-related transfers, and other current transfers.” The numbers are large (the current account deficit totaled $123 billion in 2Q17), so you need to scale that relative to GDP to compare it over long periods of time. The current account deficit reached 6.3% of GDP in 4Q05, a worrisome level, but has moderated in recent years, down to 2.6% of GDP in 2Q17.
President Trump has said that the trade deficit reflects poor negotiations in international trade agreements. Other countries “have been taking advantage of us.” Economists do believe that. The trade deficit reflects the strength of the U.S. economy (if we consume more domestic goods and services, we can expect to consume more imported goods and services) and, importantly, the ability to borrow cheaply from the rest of the world. If the U.S. runs a trade deficit, it must import capital to finance that. Alternatively, if the U.S. does not save enough relative to its consumption, it has to borrow from the rest of the world – and that means that it has to run a trade deficit.
There is a simple way to reduce the trade deficit: have a recession. The trade deficit fell sharply in the 90-91 recession and in the 08-09 recession, but not by much in the 2011 recession (which was relatively mild by historical standards).
Over the years, there has been much hand-wringing about trade deficits with individual countries (Japan in the 1980s, China more recently). However, this concern is misplaced. As Nobel Laureate Robert Solow once noted, “I’ve had a long-standing trade deficit with my barber.” It’s the total trade picture that matters, not the deficit with any one country. In this way, economists favor multi-lateral trade agreements (such as the TPP and NAFTA), rather than bilateral agreements.
The current account deficit is the mirror image of the capital account surplus. As noted, if the U.S. does not save enough, it has to borrow from the rest of the world. The federal budget deficit is part of national savings. All else equal, a larger budget deficit would imply a larger trade deficit.
In the late 1990s to the mid-2000s, the pace of economic growth was unsustainable. How do we know? The trade deficit was rising and the unemployment rate was falling – two trends that clearly could not go on forever. And as Herbert Stein noted, if a trend cannot go on forever, it won’t.
The Great Recession was widely characterized as the collapse of a housing bubble, but it was also a massive deleveraging (in the financial sector as well as housing). The increase in government debt reflected the magnitude of the recession (lower revenues and higher recession-related spending) and the increase in borrowing roughly offset the deleveraging going on in the private sector (leaving national borrowing about flat). In FY09, the budget deficit totaled $1.4 trillion or 10% of GDP. As the economy recovered, the budget deficit fell to 2.4% of GDP in FY15. However, in FY17 (which ended in September), the deficit rose to 3.4% of GDP. It is set to increase in the years ahead as the baby-boom generation retires, and Social Security and Medicare expenditures rise. That’s before any tax cuts.
Abrazos,
PD1: La situación de las finanzas estadounidenses es preocupante. Salvo unos pocos años que tuvieron superávit público, el resto es un cúmulo de déficits que se han ido acumulando para llevar a su deuda pública a máximos…
Los ingresos no pueden subir mucho más. De hecho ahora se plantea Trump bajarlos, si es que se lo aceptan…
Y este es el resultado demoledor:
¿Qué pasaría si las personas hiciéramos lo mismo? Bancarrota.
Este es el déficit público anual:
Así que la Reserva Federal tiene que aparcarlo:
Y aunque dicen que se ha empezado a reducir, solo ha decrecido la birria de 7.300 millones de dólares, desde la brutalidad de los 4.480.000 millones de dólares que tienen aparcados…
Doble déficit que se une al masivo apalancamiento que mantienen:
Que se traduce en cierta mora:
Y con un gasto en defensa desmedido, que no se pueden permitir:
PD2: Me ha gustado mucho este cuadro que comparan los que votaron a los nacis en aquél fatídico año 1932 que supuso la victoria electoral y llegada al poder de Hitler, y los que eran católicos en esa misma época en Alemania. Coincide a la perfección:
Algo de bueno tenemos los católicos…, o tuvieron los católicos alemanes de entonces. Lo vieron venir, mientras que el resto le dio una mayoría aplastante…

24 noviembre 2017

hay que tener paciencia. Esto no baja...

¿Qué nos dicen los mercados?

Estas son las señales que emiten los mercados

Por fin la anhelada recuperación sincronizada del crecimiento a nivel global es una realidad. Ahora bien, ¿hasta qué punto supone una justificación para las valoraciones actuales y la baja volatilidad? El director de multiactivos de Amundi, Matteo Germano, cree que el crecimiento se estabilizará en torno a los niveles actuales. “En estas condiciones, puede que la dinámica positiva haya tocado techo, pero la sincronización global podría provocar un riesgo alcista cíclico sin posibilidad material de aumento de la inflación”, advierte.
El experto expone así los grandes riesgos latentes en el mercado: “Seguimos siendo conscientes de una posible vuelta de los riesgos geopolíticos y de las condiciones de fin de ciclo (políticas monetarias menos flexibles, posiblemente más duras de lo que esperan los mercados). La volatilidad es sumamente baja y las valoraciones ajustadas generalizadas exponen a los inversores al riesgo bajista”.
La respuesta de la firma se centra en la identificación de ideas de alta convicción y de la puesta en marcha de coberturas, con una preferencia por la renta variable en línea con este escenario de reflación y transición hacia un escenario de fin de ciclo en 2018. La preferencia de Amundi es por la bolsa europea gracias a la recuperación económica y de los beneficios corporativos, aunque también son optimistas con Japón y la renta variable emergente, sobre todo la china.
El escenario de transición al fin de ciclo prevé subidas de tipos en EE.UU. y la eurozona, al esperar que la inflación suba lentamente y los bancos centrales reduzcan gradualmente sus estímulos. “Por tanto, aunque no vemos valor en los bonos nominales, pensamos que los títulos protegidos frente a la inflación siguen siendo interesantes en este contexto”, comenta Germano. En Amundi también están optimistas con el crédito europeo al seguir beneficiándose del entorno de tipos bajos, “a pesar de que no apreciamos gran margen de reducción de los diferenciales”.  
El director de multiactivos concreta que una de las mayores preocupaciones es “que un presidente de EE. UU. políticamente ineficaz pusiera en riesgo una transición tranquila hacia el fin de ciclo”, aunque le preocupan los riesgos geopolíticos (Corea del Norte, Oriente Medio). Su recomendación para los inversores es que estos “adapten estrategias de cobertura eficientes”, mediante el aumento de la exposición a oro o estrategias en divisas específicas que se comporten bien en periodos de aversión al riesgo, “así como a estrategias de opciones sobre renta variable para tratar de suavizar el riesgo de la ola de ventas del mercado”.
Los analistas de Deutsche AM se plantean preguntas similares: “No hemos visto muchos titulares hablando de la estabilidad de la zona euro recientemente. ¿Estamos frente a la calma antes de la tormenta, o el área monetaria común realmente se ha vuelto más estable?”
Los expertos estudian el precedente sentado por la crisis de la deuda soberana entre 2010 y 2012 para concluir que “fue una crisis segura, pero dudamos que la deuda soberana fuera realmente la causa”. Según datos que extraen del FMI, antes de la crisis Irlanda tenía una ratio de endeudamiento sobre el PIB del 24%, la de España era del 39% y la de Portugal, del 69%; en cambio, en Bélgica llegaba al 91%. La historia demostró que fueron los países menos endeudados los que pasaron más apuros, por lo que los analistas aseveran que “los niveles de deuda pública no eran un indicador útil para identificar a los países vulnerables”.
En cambio, consideran que la evolución de las balanzas por cuenta corriente ha supuesto un indicador más fiableAntes de la crisis, la balanza de Irlanda fue negativa en más del 5% de su PIB, la de España rondó el 10%, la de Portugal se acercó al 11% y Grecia, al 15%. En cambio, Bélgica tuvo un superávit de casi el 2% de su PIB. “Hay una clara evidencia de que la Eurocrisis estuvo más relacionada con la balanza de pagos que con los niveles de deuda soberana”, sentencian desde Deutsche AM.
La realidad que muestran hoy las balanzas de pago dibujan un escenario muy distinto que los analistas califican de “mejora bastante espectacular”: ahora España registra un superávit de unos 20.000 millones de euros e Italia de más de 45.000 millones, y Portugal ha conseguido mantener el saldo de su cuenta corriente. Así, los analistas concluyen que “la zona euro se ha estabilizado”, por lo que cabe esperar que se mantenga el contexto actual… hasta que las balanzas muestren algún cambio.
¿Cuánto más puede subir el S&P 500?
Richard Skaggs, estratega de renta variable sénior de Loomis Sayles (Natixis Global AM) hace notar que el S&P 500 “no ha sufrido una corrección superior al 5 % desde febrero de 2016, y desde marzo de 2009 no ha tenido una caída mayor del 20%”. De hecho, la corrección más reciente fue de tan solo un 3% y finalizó el 4 de noviembre de 2016.
Para Skaggs, hay tres factores que explican esta tendencia, empezando por el contexto de bajos tipos generalizados. Así, indica que “el rendimiento a 10 años del bono del Tesoro de los EE. UU. no ha cotizado por encima del 3% desde finales de 2013”. Como derivada de estos tipos bajos, “las valoraciones de renta variable resultan muy atractivas frente a las alternativas de renta fija”. La política monetaria acomodaticia emprendida por los bancos centrales es el segundo factor que explica esta estabilidad, al generar un entorno estable para las condiciones financieras que ha permitido el buen funcionamiento de las empresas.
El ultimo elemento ha sido “la fuerte recuperación de los beneficios empresariales en todo el mundo”. Según el consenso, el S&P 500 generará este año un crecimiento de las ganancias operativas por acción cercano al 10%, “lo que marcaría el mejor año en cuanto al crecimiento de los beneficios desde el inicio de la recuperación de la crisis financiera en 2010-2011”. Es una tendencia que también se verá en Europa, Japón y emergentes, “después de un largo periodo de debilidad” y que podría alargarse a 2018: “El fuerte crecimiento de los beneficios, junto con el techo de crecimiento mejorado, constituye una sólida base para la confianza de los inversores, y refuerza la racha de baja volatilidad global”.
La conclusión del estratega es que, “en ausencia de condiciones que normalmente conducen a la recesión, es posible que la persistencia de la baja volatilidad se mantenga todavía durante algún tiempo”. Paciencia.
Abrazos,
PD1: Interesante lo que le pasa en Turquía, a ese gran banco “español” que mucho dinero invirtió allí. Se metió en un berenjenal al comprar un banco turco a un precio desorbitado. Y las consecuencias están siendo catastróficas: no ha hecho más que perder por divisa desde que lo comprara en 2011 (¿recuerdas una macro ampliación para su compra?).
Turquía tiene que lidiar con unos tipos muy altos, fruto de una inflación muy elevada y una huida de divisas fuera del país:
Ha perdido su divisa la mitad de su valor:
Y si cogemos más perspectiva, ha perdido, por divisa, mucho más
Y lo cachondo de todo es que Turquía representa un 16% de sus cuentas:
No, no es un banco vasco, es un banco Mexicano (28%), Turco (16%) y Sudamericano (18%)…, ¡qué mezcolanza y tal!
Todo esto ocurre en un entorno de desconfianza masiva hacia los bancos. Se están preparando las grandes corporaciones tecnológicas de EEUU, para asaltar la banca:
Otra cosa, Endesa: Con respecto a esa política permitida de pagar un 100% de payout (es decir soltar todo el beneficio como dividendo) de Endesa es terrorífico. Menuda cara dura la de los italianos. La compraron y se han cobrado ya, con muchas creces, lo que invirtieron allí, por la cara. Desastroso.
Y lo de pedir prestado para pagar dividendo… Son esas prácticas que otras muchas empresas hacen, en esta fase de continuo endeudamiento, que me dejan pasmado!!!
PD2: Decía san Basilio que “de nada debe huir el hombre prudente tanto como de vivir según la opinión de los demás”. Cada uno a lo suyo y que no nos importe el “qué dirán” tan malo, que tanto daño ha hecho siempre…