29 octubre 2021

¿acabará en una espiral de inflación?

Ya la tenemos en el 5,5%... Es una locura, como dicen “temporal”, y que no afecta a la subyacente… Cuando casi todo lo que compramos las personas son alimentación y energía (electricidad, gas y gasolina), que está dentro del IPC y fuera de la subyacente… Ahora toca pagar más en pensiones y pedir una subida de sueldos… Bueno, los pensionistas y los sueldos públicos están ligados a la inflación, ellos no tendrán que protestar, se lo daremos directamente y punto…Mira los datos:

Me ha encantado esto que dice Manuel Hidalgo en Twitter:

En España la subida de precios energéticos (crudo, gas, …) suele tener un impacto relevante tanto en el superávit exterior como en el bolsillo de los españoles.

La razón es que somos un país importador. Muy dependientes, y eso se nota.

En edades pasadas, como en los 70s, la subida del precio del crudo golpeó fuerte a las economías occidentales amoldadas a décadas de precios muy baratos para la energía. Coches grandes que consumían mucho o industrias intensivas en energía.

Todo esto cambió a raíz del shock del 73.

En España el golpe fue más duro por varias razones, además de la anterior, que confluyeron: la mala suerte de coincidir una crisis económica con una política y un régimen dictatorial que no supo (quiso) entender el momento que vivía.

Vamos a lo económico. Imaginad que solo consumimos dos bienes. Uno de ellos, el A, lo producimos en nuestro país. El otro, el B, lo compramos en el exterior.

Consumimos una cesta de A y B cuya composición dependerá, principalmente (el mundo es más complejo) de dos cosas:

1. Nuestras preferencias sobre una combinación frente a otra.

2. Los precios relativos de A respecto a B o la inversa.

Si tenemos ambas cosas dadas, elegimos una combinación.

Si el precio relativo de B es muy bajo comparado con el de A, podremos comprar mucha cantidad del primero a costa de producir y vender el segundo. Diríamos que somos “ricos” relativamente al productor de B.

Por el contrario, si el precio relativo de A es muy bajo comparado con el de B, entonces deberemos producir mucho más para conseguir una misma cantidad de B o, si no es posible, comprar menos de B. Esto significa que nos hemos “empobrecido” relativamente.

En otras palabras, si el precio relativo del bien que importas crece, por desgracia te empobreces. Si cae, te enriqueces. Todo siempre en términos relativos.

Y ¿cuál sería el remedio para evitar un mayor empobrecimiento si sube B? Ser más eficientes en el uso de este si lo usamos para producir o consumir menos si es un bien con destino final la mesa de una familia.

Esto está claro.

Pues bien, el error está en creer que puedes evitar ese “empobrecimiento relativo” tocando variables nominales. Por mucho truco de magia que queramos aplicar, no podremos engañar a la realidad.

En los 70s lo que se hizo fue bajar los impuestos a la importación de derivados de crudo—> ¿consecuencia? Que como nada es gratis quien se empobreció fue el Estado (déficit público).

También se intentó compensar salarios para evitar ese “empobrecimiento”. Pero cuando subes salarios sin ganancia de productividad (era un caso de pérdida de poder adquisitivo por subida de precios relativos de bienes a la importación) lo que se consiguió fue generar una espiral de inflación. No hubo solución, sino más bien empeoramiento de la situación.

Así pues, lo que debemos hacer es difícilmente aceptable porque siempre creemos que hay una solución para todo que me deje exactamente igual a como estaba antes. Pero esta subida tendrá efectos reales que no pueden compensarse con retoques nominales. Suena difícil. Pero o aceptamos que nuestro poder adquisitivo ha perdido puntos, o perderemos más en el futuro.

Si logramos en el medio plazo que nuestro país pierda dependencia del exterior para satisfacer nuestras necesidades energéticas, cuando vengan como estas sufriremos cada vez menos.

PD1: Ahora le toca la subida al gas, mira que nos va a tocar encender las calderas…. Ay nuestra dependencia argelina que pasa por Marruecos, ay!!! Y el corte del gas argelino que nos ha hecho Marruecos no puede llegar por barco…

Los 6 mil Millones de m3 (6 Bcm) que no pueden ir por el Medgaz, si vienen en barco, suponiendo el mayor (Mozah) que transporta 266 mil m3, necesitaríamos 22.556 viajes, pero incluso siendo los 3,67 Bcm que cita S&P serían 13.796 viajes.

Abrazos,

PD1: No hay que tener miedo a expresar nuestro afecto, a ser amable, afable, empático y generoso. Vale la pena y no nos arrepentiremos y lo notarán mucho los de nuestro entorno. Podemos cambiar a mejor si nos esforzamos un poco…

28 octubre 2021

¿permanente?

Es lo que tiene pinta, que llegó para quedarse… Ay de la inflación, ay!!! Cuantos años sin ella y lo duro que va a ser lidiar con el nuevo paradigma…

Inflación y tipos de interés

Si la inflación en la segunda parte del año próximo y las expectativas para 2023 no son sensiblemente inferiores a los niveles actuales, la inflación se considerará permanente

En el debate sobre el carácter transitorio o permanente del exceso de inflación conviene, ante todo, precisar los términos. En el ámbito temporal, todo es transitorio, empezando por la vida misma, de manera que sin acotaciones de dicho ámbito el debate no tiene sentido ¿Durante cuánto tiempo tienen que registrarse cifras elevadas de inflación para que dichas cifras no se consideren pasajeras? Por otro lado, se ha de considerar la cuestión del valor o rango de valores de la inflación cuya persistencia provocaría un cambio significativo de la política monetaria. No es lo mismo, por ejemplo, que el ritmo de inflación se estabilice alrededor de un punto por encima de los objetivos de los bancos centrales a que lo haga dos o más puntos por encima. Esto es, una inflación permanente en el entorno del 3% es menos preocupante que otra alrededor del 5%. En lo que sigue intentaré responder a estos interrogantes.

La idea dominante en los bancos centrales en la actualidad es que la combinación de estrangulamientos productivos asociados con la pandemia y el intenso aumento de los precios energéticos, junto con el carácter fuertemente expansivo de las políticas monetarias y fiscales, está impulsando temporalmente la inflación. Según esta visión, la gradual desaparición de los cuellos de botella y de las alzas de precios de la energía y demás materias primas terminará reorientando el ritmo de crecimiento de los precios hacia las expectativas de inflación a largo plazo consistentes con los objetivos de inflación de los bancos centrales. Así pues, las desviaciones de la inflación respecto a estos objetivos serían pasajeras en relativamente poco tiempo y por tanto no exigirán un giro brusco de la actual política monetaria actual. Incluso en este caso, conviene recordar, habrá un cierto endurecimiento de la política monetaria. La salida de la recesión ocasionada por la pandemia y el ascenso de la inflación hasta los objetivos de los bancos centrales llevará a una reducción de los programas de compra de bonos y a una elevación de los tipos de interés negativos o nulos hoy vigentes en los mercados monetarios de la mayoría de países desarrollados.

Fuerzas permanentes

A mi juicio, la visión anterior es excesivamente optimista. Para entender la fragilidad de esta visión es necesario ante todo, dilucidar qué se entiende por el relativamente poco tiempo durante el cual la inflación será elevada al que se refieren los bancos centrales. Aunque esta cuestión la deben responder ellos mismos, en mi opinión estaríamos hablando como máximo de unos 18 meses desde el comienzo de las bruscas subidas Interanuales de precios la pasada primavera. Siendo más precisos, si la inflación en la segunda parte del año próximo y las expectativas de inflación para 2023 vigentes por entonces no son sensiblemente inferiores a los niveles actuales, la inflación se considerará permanente y las autoridades monetarias actuarán en consecuencia. Aun aceptando la eventual estabilización de los precios energéticos y la gradual desaparición de los cuellos de botella provocados por la pandemia en este horizonte temporal, hay fuerzas permanentes que seguirán impulsando con fuerza la inflación.

Todo ello mantendrá la inflación en niveles elevados que reactivarán la espiral de precios a salarios, una espiral que ha estado dormida por los bajos niveles de inflación existentes en el pasado

En primer lugar, la desglobalización, que se puso en marcha con las políticas proteccionistas anteriores a la pandemia y que se está acentuando con las políticas de alcanzar mayores cotas de autonomía nacional en la producción de tales o cuales bienes “estratégicos”. En segundo lugar, las políticas contra el cambio climático, que tal y como se están instrumentando y con independencia de sus beneficios a largo plazo, son estanflacionistas a corto y medio plazo. Esto es, tienden a subir precios y deprimir la actividad económica. En tercer lugar, las acusadas subidas del precio de la vivienda que están registrando (y lo seguirán haciendo) muchos países, con el consiguiente aumento de los alquileres y las rentas imputadas que tienen un peso no desdeñable en el IPC. En cuarto lugar, las subidas de impuestos que antes o después serán necesarias para garantizar la sostenibilidad de los actuales niveles de deuda pública de muchos países. Todo ello mantendrá la inflación en niveles elevados que reactivarán la espiral de precios a salarios, una espiral que ha estado dormida por los bajos niveles de inflación existentes en el pasado y por los excesos de oferta que hasta hace poco tiempo caracterizaban los mercados de trabajo en Estados Unidos y en otros países. Por todo lo anterior, la inflación propenderá a realimentarse alrededor de niveles difícilmente aceptables por las autoridades monetarias.

Así pues, a mi modo de ver, la cuestión interesante a dirimir no es si la inflación es pasajera o permanente sino cuándo y, sobre todo, cuánto subirán los tipos de interés para reconducir la inflación hasta niveles cercanos a los objetivos de los bancos centrales.

Abrazos,

PD1: En estos momentos difíciles, hay que tener ánimo y esperanza… Poner a Dios en primer lugar y lo demás llegará por añadidura.

27 octubre 2021

¿inflación positiva para las bolsas?

El aspecto positivo para la renta variable de la inflación es que se ajusta la bolsa antes que la renta fija o liquidez… Por esto no ceden las bolsas…, aunque están bastante caras las occidentales.

Tres efectos positivos de la inflación en el crecimiento

Como inversores, debemos tener en cuenta que hay algunos aspectos que mejoran gracias al incremento continuado de los precios

Una inflación superior al 10% es muy negativa para la economía, porque genera alta incertidumbre a muchos agentes económicos: los consumidores, empresarios, ahorradores y trabajadores tendrían miedo de que su dinero pierda valor rápidamente.

Sin embargo, un incremento del nivel de precios claramente superior al objetivo de los bancos centrales (2%), pero que siga siendo de un dígito, no es negativa para todo tipo de agentes económicos y no necesariamente es contraproducente para el crecimiento económico.

Como inversores, debemos tener en cuenta que hay algunos aspectos que mejoran gracias al incremento continuado de los precios. El mejor conocimiento de las consecuencias de la inflación nos debe ayudar a tomar nuestras decisiones de inversión.

En primer lugar, la inflación ayuda a los agentes económicos endeudados públicos y privados, porque les será más fácil devolver su deuda. Y, por contra, perjudica a los acreedores porque se reduce el valor real de su inversión. Mientras los tipos de interés sean inferiores a la inflación, los tipos de interés reales serán negativos y representarán una subvención a los Estados y a las empresas, subvención que pagan los acreedores. Es decir, incentivan la inversión productiva, la generación de empleo y el gasto público y perjudican a los ahorradores que invierten préstamos, bonos y otros activos de renta fija.

En segundo lugar, la inflación flexibiliza el rígido mercado laboral. Si los salarios no pueden bajar y no hay inflación o es muy baja, los empresarios apenas pueden discriminar en las subidas de sueldo de sus empleados sin que se les disparen los costes laborales. Cuando la inflación es más elevada, los empresarios pueden premiar mejor el desempeño. A unos empleados se les puede subir el salario a tasas de doble dígito y a otros casi nada, incrementándose en media los costes a ritmos similares a la inflación. Esto supone un estímulo para todo tipo de empleados que cobren por encima de lo establece su convenio.

En tercer lugar, aumenta la canalización del ahorro hacia la inversión. En los años 80 y 90 se decía que dejar el dinero muchos años en el colchón o en el banco era tirarlo a la basura porque perdía rápidamente poder adquisitivo. Si la inflación subiera, volvería a ocurrir lo mismo. En esta tesitura, un dentista que ahorre no podrá dejar el dinero aparcado en liquidez hasta que lo necesite. Utilizará ese dinero para invertir en otras alternativas (bolsa, fondos, empresas no cotizadas, créditos con altos intereses, etc) para tratar de obtener un rendimiento que haga que su dinero no pierda valor. Esas decisiones de inversión financian proyectos empresariales y generan empleo.

En conclusión: una inflación mayor a la deseada por los bancos centrales no perjudica necesariamente el crecimiento económico. Una inflación moderada ayuda a quienes emprenden endeudándose, aumenta la productividad porque se puede premiar mejor el buen desempeño de los trabajadores y genera empleo porque se canaliza más ahorro hacia la inversión productiva.

No obstante, esto tiene también una cara amarga, ya que la inflación es, de facto, un impuesto al capital privado que no se invierte y perjudica a muchos trabajadores por cuenta ajena y a los pensionistas.

Si como todo apunta nos adentramos en un período de inflación más elevada, debemos tener en cuenta todos estos aspectos a la hora de decidir qué hacer con nuestros ahorros. Si bien la inflación generará pérdidas de valor real al efectivo y a la mayoría de los activos de renta fija, también es cierto que, si no va unida a subidas de tipos en la misma proporción, se convierte en viento favorable para la renta variable.

Abrazos,

PD1: Otra canción de Misa, de las nuevas… Esta va dirigida a la Virgen María. Impresionante: https://www.youtube.com/watch?v=2GF4Tctx-MU

26 octubre 2021

otro máximo histórico del SP500

El culpable TESLA que consiguió un contrato con Hertz de compra de 100.000 coches eléctricos por 4.000 millones de dólares que tendrá que entregar en 18 meses, ¿podrá?. Tesla subió 100.000 millones de dólares de capitalización solo ayer… hasta alcanzar la cota del trillón…

Se convierte en la sexta empresa más grande del mundo superando a Facebook, que sigo sin entender qué hace por esas alturas:

Aunque los inversores no se fijan en el pasado, sino en la cantidad de Herzs que vendrán detrás…

Y los números de Tesla son:

Revenue (Billions)...

2021(est): 51

2020: 31.5

2019: 24.5

2018: 21.5

2017: 11.8

2016: 7.0

2015: 4.0

2014: 3.2

2013: 2.0

2012: 0.4

2011: 0.2

2010: 0.1

2009: 0.1

2008: 0.01

Esto es lo que ha ido ganando cada trimestre:


Por supuesto que Tesla vale más que todo el sector del automóvil junto. Y sin embargo sus resultados son:

Tesla tuvo 42.000 millones de ingresos en 2020, mientras que todo el sector tuvo 1.350.000 millones de ingresos

Y lo más gracioso es como se parece al bitcoin su movimiento en bolsa. Son los actuales paradigmas de la especulación… Si sube Tesla, sube el Bitcoin, si baja, baja el Bitcoin… La leche!!!

Abrazos,

PD1: Para dar gracias después de comulgar. Este rezo que digo todos los días, hecho canción, es espectacular: https://www.youtube.com/watch?v=EULmQ74ZElw

25 octubre 2021

no son medidas permanentes...

 

La prima de riesgo se ajustará en el mismo momento que se vea el final de las compras, no antes…

Fin de la barra libre de gasto

En momentos de crisis se adoptan medidas excepcionales y temporales para hacer frente a las consecuencias de la crisis en cuestión. Cuanto más tiempo transcurre con las medidas excepcionales en vigor, mayor es el riesgo de considerar dichas medidas como permanentes y no como temporales.

Desde hace años, la situación de las cuentas públicas españolas, y de gran parte de los países de la Eurozona, sólo se puede explicar por la existencia prolongada de medidas inicialmente temporales, pero que se han mantenido a lo largo del tiempo.

En España, desde el año 2008 al año 2020, los déficits públicos acumulados en esos años ascienden a 948 mil millones de euros. Entre 2019 y 2021, el nivel de deuda pública va a pasar del 95,5% hasta casi el 120% del PIB. A pesar de todo, España es capaz de financiarse a tipos de interés negativos. De la totalidad de la deuda emitida en los nueve primeros meses de este año, el interés medio de la deuda emitida es del -0,034%. Existe un elevado riesgo de considerar que las condiciones extraordinarias que permiten esta anómala situación permanecerán en el tiempo.

El levantamiento de las reglas fiscales a los países de la Eurozona en marzo de 2020, con motivo de la pandemia, ha permitido a los gobiernos europeos hacer frente a una situación extraordinaria con un aumento de los gastos y del endeudamiento. Esta medida extraordinaria de suspensión de las reglas del Pacto de Estabilidad y Crecimiento dejará de tener efecto en 2023. De aquí a entonces, se definirán unas nuevas reglas fiscales que previsiblemente diferirán de las existentes antes de la pandemia: déficit público máximo del 3% y 60% de nivel máximo de deuda pública. En cualquier caso, sea cual sea el acuerdo final, la alegría actual del gasto tiene fecha de caducidad.

Los tipos de interés negativos, la inyección permanente de liquidez y la compra de bonos por parte del Banco Central Europeo son medidas inicialmente temporales y excepcionales, pero con visos de permanencia en el tiempo.  

La primera vez que el BCE situó los tipos de interés en negativo fue en 2014, con la excusa de la ausencia total de inflación en la economía. Siete años más tarde la inflación supera el 3% y los tipos de interés siguen en negativo. De hecho, el BCE todavía tardará mucho tiempo en situarlos en terreno positivo.

Desde 2015 las compras de bonos soberanos por parte del BCE han sido intensas. Tras una breve pausa en 2019, la situación provocada por la pandemia volvió a activar los cuantiosos programas de compras. En la práctica, el BCE compra la cantidad equivalente a la emisión neta de bonos de los principales países europeos, entre ellos de España.

Cuando el BCE deje de comprar bonos, y reduzca la liquidez suministrada al sistema a través de las líneas de financiación a los bancos, el coste de la financiación de la deuda pública inevitablemente aumentará.

Desde un punto de vista racional es totalmente ilógico que con un nivel históricamente elevado de deuda pública, 120% del PIB y creciendo, sea posible financiarse a tipos negativos. Al menos a partir de 2023 se limitará el incremento anual de la deuda.

Abrazos,

PD1: El sábado se casó José, y sigo en la felicidad total…

superoptimismo para 2022

El mercado está muy optimista, o quizás anda acojonado por la inflación y saben los inversores que la única forma de protegerse de una descapitalización por culpa de la inflación es en la renta variable que se ajusta antes. En renta fija primero tendrán que subir las rentabilidades de los bonos, lo que generan pérdidas de capital, para obtener luego un rendimiento que se acerque a la inflación…

La Carta de la Bolsa de Moises Romero suele ser interesante…

Simplemente no entiendo por qué todas las instituciones tienen un pronóstico del PIB superoptimista para 2022

Simplemente no entiendo por qué todas las instituciones tienen un pronóstico del PIB súper optimista para 2022 1) Llega el precipicio fiscal 2) Los precios de la energía reducirán entre un 2% y un 2,5% del crecimiento del PIB 3) El impulso crediticio ya era débil antes de que subieran los precios de la energía Las previsiones económicas suelen ser la realidad de los LAG, señala AndreasStenoLarsen@AndreasSteno. "Nos hemos contagiado los unos a los otros. Los analistas, presa del efecto manada, intentamos corregir los grandes fallos del pasado, principalmente los de los últimos tres años. Ya sabes, apostar por una fuerte recuperación económica al principio del ejercicio y correr con el rabo entre las piernas en pleno verano, al comprobar que los resultados económicos esperados eran más débiles, que los que habíamos proyectado. En esta recta final del año el ambiente se vuelve más caótico, una mezcla de miedo, pánico y acojonamiento general, que cambia de signo contrario a las veinticuatro horas y al revés...", me dice el jefe de análisis de una gestora, que añade:

"Los analistas estamos corrigiendo el tiro antes de disparar ¿Macabro, no? Apostamos por una gran recuperación económico y acto seguido por una nueva recesión Global, sin tener mimbres suficientes, porque alguien dio la voz de alarma primero y salió corriendo del mercado. Luego, más escenas apocalípticas. Ya sabes: sin crecimiento y tipos negativos, las cuentas de resultados de los bancos se hundirían y sin bancos ni hay Bolsa ni Economía que lo soporte. Desbandada del rebaño, pánico, miedo y grandes dosis de tranquilizantes. Y a las veinticuatro hora, lo contrario ¿Y si todo evoluciona mejor de lo que estamos cotizando? La subida puede ser, sencillamente, espectacular..."

"Si los economistas tenían razón, probablemente fue un accidente" Ellen Zentner de Morgan Stanley

"¿Qué nos dice la historia? La historia también demuestra que en periodos de fuerte agitación de las bolsas los inversores tienden a salir de la renta variable. Ya lo vimos en algún punto del año pasado y del actual, cuando el estallido de la crisis china derivó en reembolsos en productos que invierten en esta clase de activo...."

"¿Es esta una estrategia correcta? Según Fidelity, la respuesta es no. “Una de las consecuencias más graves para la inversión que se derivan de seguir a la manada es que los inversores terminan comprando cuando los precios están altos y vendiendo cuando los precios están baratos. Además, evitamos las pérdidas, ya que sentimos el dolor de una pérdida aproximadamente el doble que la alegría por una ganancia”, afirman desde la entidad. Algunos de los inversores más exitosos ilustran la idea de que invertir en las bolsas puede ser una empresa compleja, aunque lucrativa, que requiere sólidas habilidades de análisis, una mentalidad racional y cerebral, un horizonte a largo plazo y paciencia a partes iguales..."

Abrazos,

PD1: Hoy otra canción de Misa: Para que mi amor no sea un sentimiento. Es preciosa. La letra también…: https://www.youtube.com/watch?v=GY1bjghSLZc

21 octubre 2021

¿Tendremos escasez?

Dicen que va a faltar harina y café, entre otras muchas cosas. Podremos soportarlo con arroz y colacacao… ¿O volvemos a hacer acopio por si acaso, como cuando el papel higiénico?

ESCASEZ

Abrazos,

PD1: Hay unas nuevas canciones de Misa que me gustan mucho. Me sirven y me recuerdan mi infancia, donde en las misas se cantaba más que ahora… A ver si vuelve esta bonita costumbre tan olvidada. Hoy te pongo una: Nadie te ama tanto como yo: https://www.youtube.com/watch?v=x_bXsPTMcRM

20 octubre 2021

BBVA recorta previsiones de crecimiento para 2022

Ha hecho un cuadro donde analiza el por qué de la bajada de este año y del 2022:

Impensable que después de una extrema caída en 2019 por el encierro del covid y la huida de turistas (perdimos muchos millones que no se han recuperado todavía), pasaramos de tener un PIB negativo en 2019 de -10,8% a crecer solo un 5,2% este año y un 5,5% el que viene, suponiendo un montón de condicionantes (cuellos de botella por los costes de los fletes, precios de la energía y petróleo, inflación menos temporal de lo que nos intentan convencer..). Veremos cómo pagamos el despitorre de nuevos gastos sociales…

BBVA recorta en más de un punto, del 6,5% al 5,2%, el alza del PIB en 2021

Rebaja en un punto y medio, del 7% al 5,5%, el crecimiento previsto para el año que viene

Nuevo jarro de agua fría para el Gobierno y sus proyecciones económicas. BBVA Research ha revisado a la baja este martes sus previsiones para el año 2021, recortando en más de un punto la senda dibujada hace solo cuatro meses, el pasado mes de julio. El banco, en concreto, rebaja del 6,5% al 5,2% el alza del producto interior bruto (PIB) prevista para el presente ejercicio, desplazando el grueso de la recuperación económica al año 2022, que también sale peor parado.

Parte de esta revisión, ha explicado el director de BBVA Research y economista jefe de Grupo BBVA, Jorge Sicilia, radica en elementos globales como los precios del petróleo y de la electricidad, pero principalmente en los recortes que realizó recientemente el Instituto Nacional de Estadística (INE) respecto al crecimiento de la economía española en el segundo trimestre de 2021. Si inicialmente el INE había previsto un aumento de la actividad del 2,8% trimestral y del 19,8% interanual, el dato corregido se reduce al 1,1% en el trimestre y al 17,5% sobre el mismo periodo del año pasado (1,7 y 2,3 puntos menos, respectivamente).

Aunque el banco confía en que la recuperación se afiance durante el año que viene, también recorta con fuerza sus previsiones de cara al próximo ejercicio. Así, rebaja en un punto y medio, del 7% al 5,5%, el crecimiento del PIB. "Este deterioro en las perspectivas implica todavía una recuperación robusta, pero refleja también la aparición, o una mayor permanencia de la esperada, de diversos factores negativos, sobre todo por el lado de la oferta, como cuellos de botella, disrupciones en las cadenas de producción y el aumento del precio de la energía", detalla la edición del cuarto trimestre del informe Situación España de la entidad.

Los cuellos de botella en las cadenas de producción, en concreto, restarían 0,3 puntos al crecimiento previsto en 2021. El retraso de la llegada y ejecución de los fondos del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, por su parte, rebajarían las proyecciones en 0,4 puntos, mientras que el alza de los precios de la electricidad y del petróleo repercutirían negativamente en 1,4 y 0,1 puntos. La revisión estadística del INE, por su parte, quitaría 0,9 puntos. La mejora de las expectativas en el comportamiento del consumo privado, en la demanda interna y en la productividad por hora trabajada, según BBVA, sumaría 1,8 puntos a las previsiones de cara a 2021. El baile de cifras culmina en el citado recorte de 1,3 puntos en la previsión genérica del presente ejercicio.

En 2022, los precios del precios de la electricidad y el petróleo restarían 0,8 y 0,3 puntos, los cuellos de botella, 1,2 puntos, la demora del Next Generation EU recortaría la previsión de julio en 0,3 puntos y la revisión estadística descafeinaría la radiografía inicial de nuevo en 0,3 puntos. La mejora de las expectativas sumaría 1,3 puntos, dejando un balance global de 1,5 puntos menos en la proyección de 2022.

Hasta la fecha, BBVA Research se había alineado a grandes rasgos con las previsiones económicas del Gobierno de PSOE y Unidas Podemos, que mantiene alzas del 6,5% y del 7% para 2021 y 2022. Con su revisión, a su vez, BBVA se acerca a organismos como el FMI, que la pasada semana estimó que la economía española crecerá solo un 5,7% en 2021 tras la inédita caída del 10,8% que sufrió en 2020 debido a la pandemia de Covid.

Abrazos,

PD1: Este sábado se me casa otro hijo más. Mucha alegría por la boda, mucha emoción para los nuevos esposos que formarán su propia familia. Les casa mi hijo sacerdote que se ordenó en mayo. Aunque esa agridulce  sensación de que nos quedamos solos, que el jaleo que hemos tenido siempre se nos acaba… Pobres de mis dos hijas pequeñas, se van a aburrir… Es ley de vida: tienen que volar y ser felices como lo hemos sido nosotros criando a mis 9 hijos…

19 octubre 2021

¿estanflación?

Es alta inflación y bajo crecimiento. Es lo que se teme que tengamos en los próximos años. La alta inflación ya la tenemos, el bajo crecimiento, aunque la apariencia no sea ya que la base de cálculo de 2020 fue muy baja por el covid, puede que esté llegando también…

Conocer a la estanflación

Los bancos centrales deben ser pacientes, para no cometer el error Trichet, pero sin dejar de dar a entender que actuarán en cuanto sea necesario

Una palabra ha vuelto a las noticiarios, rotativos y salas de redacción después de décadas de olvido: estanflación. Esta palabra, inventada para describir una situación que en su momento era desconocida, tiene como origen etimológico la unión de los términos estancamiento e inflación. Esta combinación, poderosamente nociva, azotó a las economías de los setenta y algunos creen que lo volverá a hacer en breve.

En estos días, dos grupos de economistas discuten con tiento y solera sobre si estamos ante una nueva estanflación o, por el contrario, no lo estamos. En realidad son dos visiones complementarias entre un "ser" y un "puede ser". Por un lado, en el "puede ser", Lawrence Summers y compañía - entre los que se encuentra Carmen Reinhart-, se muestran extremadamente preocupados por la situación y señalan los peligros de una inminente explosión de inflación que reduciría irremediablemente el crecimiento futuro. Como nota anecdótica hay que señalar que Summers, hasta antes de la pandemia avisaba de los peligros de precisamente lo contrario. En el otro lado, en el "ser", un grupo en el que destaca la voz de Blanchard, descartan que estemos ante esa posibilidad en el corto plazo.

Y, entonces, ¿quién tiene razón? Como he dicho, son dos posturas diferenciadas por el tiempo, aunque es cierto que en el grupo del "puede ser" se asume que es inevitable la estanflación si no hacemos nada. En el grupo del "ser", sin embargo, se es más moderado, creyendo que las condiciones existentes son necesarias pero no suficientes para la estanflación.

Dos tipos de shocks

Para entender ambas posturas y, así, tener información que nos eleve sobre el nivel medio de una conversación de sobremesa con nuestros colegas de "solucionar el mundo", es necesario explicar los fundamentos del debate. De este modo, podremos discernir con algo de conocimiento a quién, creo, le asisten mejor los datos y la evidencia.

En macroeconomía hay que distinguir dos tipos principales de shocks, y que son los que gobiernan los ciclos a corto plazo de la economía. Todos los demás, de un modo u otro, se pueden catalogar dentro de estos dos: shocks de demanda y shocks de oferta. El primero de ellos es el impulsado por el consumo (privado o público), la inversión (privada o pública) o el sector exterior. El segundo, por cambios en las condiciones de producción que alientan producir más y más barato, o menos y más caro.

Muy pernicioso es el shock negativo de demanda, pues provoca recesión con caída del nivel de precios, lo que eleva los tipos de interés reales, si el nominal alcanza el cero, y con ello un círculo vicioso de falta de demanda

Sabemos que los efectos de estos shocks son diferentes. Por ejemplo, un impulso positivo de demanda genera crecimiento y, dada una estructura productiva, más inflación. El de oferta, crecimiento y menos inflación (o deflación). ¿Y los shocks negativos de cada uno de ellos? Exactamente lo contrario. Muy pernicioso es el shock negativo de demanda, pues provoca recesión con caída del nivel de precios, lo que eleva los tipos de interés reales, si el nominal alcanza el cero, y con ello un círculo vicioso de falta de demanda. Este episodio es el ocurrido entre 1929 y 1939. Por el contrario, la estanflación vendría provocada por un shock negativo de oferta. Es decir, subidas de precios con estancamiento o caída de la producción, y que lo identificamos como el episodio 1973-1982.

Hasta los setenta, esta segunda posibilidad no entraba en los libros de texto. El keynesianismo se bastaba para explicarlo todo. Este era, en buena parte, una visión desde la perspectiva de la demanda del equilibrio macro. No en vano surgió de las cenizas de una economía clásica que no supo explicar la Gran Depresión, que como sabemos y he adelantado fue evento eminentemente de demanda. Las cuatro décadas posteriores al crac del 29 se podrían encajar en el modelo keynesiano mientras las políticas de impulso o enfriamiento de la demanda se bastaban para conducir a la economía entre los vaivenes de los ciclos.

Presiones en los precios

Pero Vietnam, la caída de Bretton Woods y la crisis del petróleo (un evento más geopolítico que económico), introdujeron a las economías en terra ignota (shocks de oferta), de ahí que hubiera que buscar una nueva acepción para la situación. La macroeconomía tuvo que reinventarse y las instituciones de gestión de política económica buscar nuevos instrumentos y paradigmas.

Estos mismos instrumentos de análisis nos dicen con cierta seguridad que, hoy, es evidente que lo que observamos es un "precioso" shock de demanda. Es esta la que ha movido ficha primero, tomando la delantera a la oferta y esta última solo trata de tomarle la zaga con las presiones en los precios que resultan en consecuencia.

Las vacunas han permitido que en el primer mundo la actividad retome el pulso más rápidamente de lo que muchos esperaban

No cabía duda alguna de que el rebote de la demanda sería tanto más intenso cuanto mayor profilaxis se introdujera a las rentas de los trabajadores y empresas durante lo peor de la pandemia. Las vacunas han permitido que en el primer mundo la actividad retome el pulso más rápidamente de lo que muchos esperaban, y no hablo solo de gobiernos que han aplicado políticas posiblemente demasiado intensas, particularmente en los Estados Unidos. Hablo también del tejido productivo, donde empresas y corporaciones han lastrado su falta de previsión y exceso de pesimismo generando restricciones en las cadenas de producción y de suministros.

Por lo tanto, parafraseando a Blanchard, en estos momentos estamos en un claro pulso de demanda donde la oferta trata de ajustarse. Si esto es así, debemos eliminar estanflación de nuestro vocabulario para describir lo que sucede. Sin embargo, recalco "en estos momentos" porque nadie tiene claro cómo evolucionará la situación de aquí a doce meses. Las opciones están abiertas y no podemos descartar nada, ni tan siquiera las amenazas del grupo "puede ser". Ahora mismo, en octubre de 2021, no tenemos estanflación.

Pero ¿cómo podríamos saltar del "ser" al "puede ser"? Para ello necesitaríamos condiciones suficientes. Por ejemplo, que se activara la indiciación de las economías, donde los salarios nominales siguieran la estela de los precios sin mejoras de productividad. Este escenario es el que temen los economistas del "puede ser", ya que alimentaría nuevos ciclos de subidas de precios (el shock de demanda se transforma en el monstruoso shock negativo de oferta). En ese caso, sí tendríamos un problema. Pero aún no estamos en ese momento.

Dicha activación no es automática. Exige a su vez de ciertos condicionantes, muchos desaparecidos durante décadas. ¿Significa que no debemos hacer nada? No. En mi opinión algunas políticas de impulso de demanda, monetarias y fiscales, deben levantar el pie del acelerador, especialmente en los EEUU donde estas son claramente mucho más intensas que en Europa y donde su mercado de trabajo está más tensionado. Pero esto no implica necesariamente tomar medidas con consecuencias muy graves si se equivocan. Los bancos centrales deben ser pacientes, para no cometer el error Trichet, pero sin dejar de dar a entender que actuarán en cuanto sea necesario. Por otro lado, se deben restablecer los suministros cuanto antes, y en parte, esta es una labor más de política que económica.

En todo caso, las economías de hoy no son la de los setenta, ni en estructura productiva ni en las instituciones que las rigen. Aunque no se puede descartar nada en esta vida, la amenaza es aún lejana. Sin embargo, nunca pensaría que volvería a hablar de estanflación como una amenaza creíble y factible. Aunque aún no hemos atravesado el canal que nos separa de ese mundo estéril y oscuro, nadie puede asegurar que no lo hagamos. Ya veremos si al "puede ser" se transforma en "ser".

Estas son las expectativas de inflación:

Abrazos,

PD1: De nuevo sobre el perdón, sobre el saber perdonar, sobre el pedir perdón por algo malo que hayamos hecho a alguien, por quitarnos ese maldito orgullo que nos corroe... Dice el Obispo Munilla:

18 octubre 2021

esos fallos en las cadenas de suministro...

Esos malditos costes de los fletes ha provocado que falte de todo, y se aproveche para subir los precios…

No se aprecia hasta que falta

No se aprecia todo lo que se tiene hasta que falta. Cuando algún bien o servicio ha estado disponible de manera permanente, sin que en ningún momento haya habido escasez del mismo, se tiende a considerar que su disponibilidad está garantizada y de forma inmediata. Dada su fiabilidad durante tanto tiempo, se ha olvidado la importancia de las cadenas de suministro para poder disponer de los bienes.

La globalización de las cadenas de producción de la mayoría de los bienes de consumo, ha hecho que una elevadísima cantidad de los bienes consumidos en Occidente se fabriquen o en ensamblen en terceros países, incluso si las empresas vendedoras de dichos productos son europeas o estadounidenses. A modo de ejemplo, en cualquier Iphone aparece grabado: "diseñado en California, ensamblado en China". Ni siquiera se utiliza la palabra fabricado, sino ensamblado. Es decir, se juntan numerosos componentes que proceden cada uno de un proveedor distinto, de diferentes procedencias. Si falta alguno de los componentes el producto final no puede ser ensamblado y terminado.  

Por primera vez en décadas se asiste a problemas serios en las cadenas de suministros globales. Las dificultades comenzaron al inicio de la pandemia, aunque parecían superados. Los problemas se están produciendo tanto en la fabricación de productos por falta de suministro de componentes necesarios para la elaboración de productos, como en el transporte marítimo y terrestre.

La escasez de componentes no se limita sólo a los semiconductores, afectando a numerosos sectores. Desde el mes de agosto, en la Unión Europea, más de la mitad de las empresas automovilísticas y de las empresas de equipamiento electrónico han tenido que restringir su producción por la falta de materiales. Los problemas se han extendido a la fabricación de maquinaria, ordenadores, muebles, alimentación, bebidas y textil, entre otros.

Los problemas anteriores se han visto agravados en las últimas semanas por la crisis energética en China e India, que ha provocado la paralización temporal de fábricas de los productos más variados. A modo de ejemplo, una falta de suministro de tarros de cristal fabricados en China podría provocar la paralización de empresas de conservas en España, si les falta un elemento tan esencial como el envase para tener el producto acabado listo para la venta.

A los problemas de rotura de las cadenas de producción mencionados se unen los problemas en los transportes de mercancías tanto marítimos como terrestres. La situación es preocupante especialmente en Estados Unidos. Los puertos de Los Ángeles y Long Beach son la puerta de entrada del 40% de las importaciones de EE.UU. El atasco actual de cargueros esperando a descargar su mercancía es histórico. Las causas son múltiples. Entre ellas, el tirón del consumo, la falta de trabajadores y la escasez de conductores de camiones de mercancías.

Adicionalmente, de acuerdo con The Washington Post, el coste medio de un contenedor desde China a la costa oeste de EE.UU. se ha multiplicado por cuatro en lo que llevamos de año. Con la crisis energética actual y el aumento de precio de todos los combustibles, el coste de transporte internacional de mercancías aumentará todavía más.

En Europa, la falta de conductores de camiones de mercancías es ya noticia en los principales periódicos. Se estima que al menos faltan 400.000 conductores. La situación ha llegado a ser tan extrema en el Reino Unido que el ejército ha tenido que hacerse cargo de la distribución de carburantes para paliar la falta de conductores de camiones cisterna.

Aunque todas las autoridades insisten en considerar la situación actual como coyuntural, no se sabe cuánto tiempo tardarán en normalizarse las cadenas de producción y de suministro a nivel global. Mientras dure, la escasez y los mayores costes de transportes harán que los precios de un elevado número de productos se incrementen. De hecho, según la FAO, los precios globales de los alimentos se encuentran en el máximo de los últimos diez años.

La crisis energética, los problemas en las cadenas de suministro, la congestión del tráfico marítimo y la escasez de conductores de camiones de mercancíasdificultarán la disponibilidad de muchos productos en el tiempo deseado, especialmente estas navidades, e impulsarán la inflación. Aunque sea temporal, será difícil de aceptar para una sociedad acostumbrada a la inmediatez.

Las cosas (y sobre todo las personas) no se valoran hasta que faltan.

Abrazos,

PD1: Ayer el evangelio lo volvió a decir: para amar hay que servir. Y estamos aquí para amar, para servir, sin pedir nada a cambio, sin que se note que servimos. El que más quiere a los que le rodean es el que más sirve… Así de simple, y de difícil, o fácil.

15 octubre 2021

next generation

Así es como se llaman los fondos europeos que se activaron hace dos años por el covid y que empezarán a llegar el año que viene… Siempre tarde, y parece ser que se los queda el sector público casi todos… Ole por los europeos, de nuevo, qué memos…

Las empresas privadas se llevarán sólo un 18% de los fondos europeos en 2022

El sector público, comunidades autónomas y ayuntamientos se quedarán con un 67% de los casi 27.000 millones de euros de los fondos Next Generation presupuestados para el próximo año

Según queda recogido el anteproyecto de Presupuestos Generales del Estado (PGE) de 2022, las empresas privadas únicamente recibirán 135,53 millones en concepto de transferencias corrientes (para sus gastos recurrentes) y 4.743,9 millones de euros en transferencias de capital (para proyectos e inversiones). Sólo 18 de cada 100 euros irán para ellas.

El grueso de los fondos recaerá en el sector público. De hecho, un 26,8% del total, equivalente a 7.218 millones de euros, se canalizará en transferencias de capital a sociedades, entidades públicas empresariales, fundaciones y otras entidades del sector público. Estas recibirán también 104,8 millones en transferencias corrientes.

Las comunidades autónomas recibirán 6.633,57 millones de euros en transferencias de capital y 2.078 millones en transferencias corrientes. En total, se llevarán un 32,39% del total de los fondos.

Los ayuntamientos (entidades locales) recibirán 2.048 millones -la mayoría en transferencias de capital-, el sector exterior recibirá 10,6 millones y las familias e instituciones sin fines de lucro obtendrán 682,7 millones de euros.

A esta distribución hay que sumar que 317,95 millones se destinarán a gastos corrientes en bienes y servicios a cargo de la Administración (un 1,18%) y 1.635 millones irán a inversiones reales (un 6,%)

El Gobierno utilizará además 9,40 millones de euros de los fondos europeos a cubrir gastos de personal y una parte cuantiosa también a la concesión de préstamos.

Destinará 45 millones a conceder préstamos al sector público, 1.213 millones a conceder préstamos fuera del sector público y 20 millones de euros a aportaciones patrimoniales.

Fondos europeos para empresas: impulso a la pyme y digitalización

Los 4.879 millones de euros a los que podrán optar las empresas serán repartidos por los distintos ministerios y comunidades autónomas y de destinarán principalmente a mejorar el tejido empresarial y su digitalización.

Las ayudas para el "impulso de la pyme" contarán con una dotación de 1.510 millones de euros (el proyecto más cuantioso para las empresas privadas), mientras que los proyectos estratégicos para la transición industrial tendrán 1.326,49 millones de euros.

Las ayudas para el despliegue del 5G estarán dotadas con 464 millones; las destinadas a la extensión de la banda ancha ultrarrápida y la cobertura de movilidad de 30 megabit por segundo contarán con 256 millones; mientras que al despliegue de infraestructuras digitales transfronterizas irán 250 millones.

Habrá ayudas a empresas también para fomentar la movilidad sostenible (150 millones), impulsar la digitalización y sostenibilidad de la cadena logística (150), y reforzar la conectividad en centros de referencia (125), entre otras muchas.

Las partidas mejor dotadas son las relativas al transporte sostenible y la digitalización de la economía, en línea con las prioridades de la Comisión Europea, aunque también hay partidas para empresas del sector cultural (14,7 millones en ayudas para acelerar el sector creativo y cultural, por ejemplo).

Ayudas para la industria cultural y de videojuegos

Las empresas podrán optar también a ayudas de los fondos europeos por valor de 8 millones de euros para invertir en el desarrollo de videojuegos y cultura digital; 620.000 euros en ayudas para participar y organizar festivales culturales; 850.000 euros para la internacionalización del sector de videojuegos; 890.000 euros para promocionar e internacionalizar industrias culturales y creativas.

En cuanto a la distribución agregada de los casi 27.000 millones por temáticas o componentes del plan, el Plan de Política Industrial será el que cuente con más presupuesto (3.184 millones), seguido del de rehabilitación de vivienda y regeneración urbana (2.839 millones), y el Plan de choque de movilidad sostenible, segura y conectada en entornos urbanos y metropolitanos (2.184 millones).

El Plan de Impulso a la PYME contará con 2.140 millones de euros; el de modernización de las Administraciones Públicas, 1.794 millones; el de movilidad sostenible, segura y conectada, 1.635 millones, y el de modernización y competitividad del sector turístico, 1.629 millones.

Abrazos,

PD1: Nos encanta a todos cambiar a la gente que nos rodea, que sea como a nosotros nos gustaría que fueran… Es la fuente de graves problemas, sobre todo en la relación de pareja, cuando uno se empeña en cambiar a su cónyuge. No se debe hacer, son así y serán siempre así. Es pura vanidad propia pensar que si fueran como nosotros, que somos cojonudos, serían mejores. Grave error que no se debe cometer...

No debemos cambiar a las personas; pero sí podemos quererlas más como son.