30 noviembre 2021

datos espantosos

De la inflación en España:


El dato publicado hoy del IPC adelantado de noviembre (5,6%), conduce al 2,51% de media para revalorizar las pensiones. Esto nos lleva a una paga adicional en 2021 de 2.220 millones de euros y a un gasto adicional en 2022 de 3.750 millones.

Como sabes, las pensiones se revalorizan con la media del año de inflación 2,51%, no con el dato puntual de noviembre…menos mal!!! Pero el sobrecoste de la paga extra y el mayor coste para 2023 es terrorífico…

En Alemania el 6%:


Y estos han sido los tipos de interés en Alemania cuando tenía malos datos de inflación:


Y encima nos dicen los expertos en el telediario que la nueva variante del Covid afecta a la eficacia de las vacunas. Alguno llegó a decir que estar vacunado no sería para nada con esta variante… De ahí los nervios… Es una mierdecilla todo esto del virus. A ver cuando no tenemos ni que hablar de él, ni que nos digan nada…

Abrazos,

PD1: A veces pedimos a Dios que cambie nuestra situación , sin saber que Él nos puso en esa situación para cambiarnos…

Si no puedes cambiar el mundo, no dejes que el mundo te cambie a ti… Hay que tener mucho cuidado con las modas, con lo que vemos en las redes sociales, si es que vemos algo.

Más bien, deja que sea Dios quien te cambie, y acaso así podrás cambiar el mundo… Hay que estar muy abierto al Señor y escuchar sus mensajes, aunque no los entendamos. Así haremos algo bueno por este planeta y sus gentes… 

29 noviembre 2021

depende del plazo con que se mire

Los mercados se mueven pensando en el largo plazo, ¿o en el corto?

El covid afectará a corto plazo, pero las deudas son crecientes a medio

Recordemos que nos movemos en un entorno en el que se cotiza estabilización del comercio global de cara a 2022, tras las distorsiones del último semestre, y una supuesta reducción de la inflación

El aumento del número de contagiados a nivel global, implicando nuevas restricciones y, en algunos países, nuevos cierres temporales, supone sin duda una vuelta, no esperada por la virulencia de la misma, que determina nuevos riesgos de desaceleración en el crecimiento ante las peores expectativas que debe suponer tanto, desde el lado del comercio, ya afectado por inventarios y transporte, como desde el lado del consumo. Aun así, respecto al mercado financiero, tenemos que comprender también que los efectos en valoración se están produciendo y se van a producir desde niveles máximos, tanto de equity, como de deuda. Recordemos que nos movemos en un entorno en el que se cotiza estabilización del comercio global de cara a 2022, tras las distorsiones del último semestre, y una supuesta reducción de la inflación, a la que, en muchos caso, se la sigue viendo temporal.

Si analizamos los diferentes parámetros de riesgo, debemos empezar por la enfermedad. El covid se mantiene y se mantendrá durante tiempo, lo que supondrá que, a nivel individual nos tocará aún vivir situaciones sumamente desgraciadas pero, como sociedad, la tendencia nos llevará a adaptarnos y convivir con el virus y sus variantes. Las políticas de vacunación son clave y nos muestran como los países en los que, en estos momentos, los riesgos son mayores, coinciden con aquellos donde las tasas de vacunación son mas bajas. Si el número de vacunas son dos, tres, cuatro, o si va a ser necesario vacunarse anualmente contra la enfermedad, son escenarios muy probables. Volver a vivir la situación del 2020, con todas sus medidas y restricciones, es muy complejo, entre otras cosas por la experiencia recogida en este último año y medio, el descubrimiento de medicaciones y los altos niveles de vacunación alcanzados, que deben favorecer la menor virulencia y transmisión del virus.

Si creo que, aunque el número de contagiados aumenten el corto plazo, se tratará de un repunte temporal que, por sí mismo, no debería afectar en exceso al crecimiento al quedar contrarrestado por las medidas que, seguro, se tomarán desde bancos centrales u otros organismos gubernamentales, para limitar los riegos y mantener la confianza. Como hemos hablado en otros artículos, la base del mercado se encuentra en la confianza de que los bancos centrales hagan “todo lo necesario”, y hoy en día, no parece que podamos dudar de ello. Yo creo que el problema vendrá cuando los inversores dejen de creer en los niveles y exijan un ratio de rentabilidad/ riesgo y duración, diferente.

Si nos fijamos en estos razonamientos, lo lógico sería pensar que mi visión de mercado debería ser positiva pero, tristemente, no es así. Y no es así porque creo que, si bien las medidas adoptadas tanto desde la crisis financiera del 2007 como las medidas adicionales adoptadas con la pandemia, eran absolutamente necesarias y han impedido entrar en una crisis aún mayor, habiendo permitido ganar tiempo para limitar efectos y actuar contra la misma, también es cierto que ha supuesto tantísima liquidez para apoyar la estabilidad que ha permitido que el ratio rentabilidad riesgo esté absolutamente distorsionado, con gobiernos y áreas geográficas exageradamente apalancadas y valoraciones de algunos activos en niveles límite. Existiendo también un evidente riesgo de inflación, no solo ligado a problemas de suministro, sino también a costes ligados a una devaluación general de divisas frente a activos reales.

La presión sobre la deuda, riesgos en la transmisión de la liquidez a las empresas o un nuevo parón de consumo o de inversión, supondría grietas en las bases del modelo que hemos asumido hasta el momento y, durante un tiempo, un significativo riesgo de mercado.

Algunos de los movimientos que venimos viendo estas últimas semanas, nos deben hacer actuar con suma cautela al mostrarnos que, como siempre hace el mercado, puede empezar a extremar situaciones con el objetivo de conocer la solidez de las mismas. Por ejemplo, el pasado viernes, hubo un interesante movimiento de vuelta del Euro-Dólar, (desde el 1.12 a los que habíamos llegado tras un importante rally desde octubre, hasta niveles de 1.135), al supuestamente entender que las posibles subidas de tipos en EEUU tenderán a posponerse. El movimiento, como todos, no solo se debió a esta situación ya que, de manera más preocupante, también lo vimos ligado a rápidas tomas de beneficio en un activo de referencia per se, pero a su vez, correlacionado con todos los activos invertibles en US. La toma de beneficio en aquello que mejor rentabilidad ha dado, puede verse como una señal más del inicio de una posible toma de beneficios, y aún más entrando en diciembre. Mes en el que cubrir los beneficios obtenidos durante el año, es clave y puede producir bruscos movimientos ligados a gamma.

Mirando la evolución de diferentes estrategias ligadas a factores (¡Gracias Lorenzo Macias por tu ayuda!), podemos ver como la toma de beneficios se inició ya hace más de una semana en los valores ligados a “growth”, y en estos últimos días, se le ha unido el denominado “value”, estando las menores salidas en “quality”. Si este gap tiende a cerrarse a medida que los inversores tiendan a cubrir sus carteras, las caídas, al menos en un primer momento pueden ser mayores solo por reducción de riesgo, sin que supongan cambios en la estrategia a medio plazo.

En renta fija, el entorno es parecido, con ventas y aumentos de prima en algunos “corporates” y menor demanda en duraciones altas.

Es lógico que los descensos más significativos se hayan producido en los valores y sectores a los que más puede afectar un rebrote de covid, como podemos ver en aerolíneas, o en aquellos, como las financieras, en las que expectativas de tipos bajos durante un mayor periodo de tiempo perjudica su negocio pero, miremos detenidamente la evolución del resto ya que son los que en gran medida nos deben ayudar a entender, por un lado la duración que se prevé tenga este nuevo entorno y, los efectos en el crecimiento general del mismo. Los riesgos son dos: 1) cómo han de variar las estimaciones, 2) hasta qué punto la necesidad de cubrir beneficios hace que se acelere la salida y pueda provocar una mayor caída. Esperemos que la confianza no se rompa.

Abrazos,

PD1: Ha empezado el Adviento. Como otros años, un calendario sin chocolates, pero con mucha enjundia de cosas buenas para hacer:

26 noviembre 2021

Hoy, miedo a la nueva variante del COVID

 Como sabes, el motor del mercado de acciones es y ha sido la política expansiva de los bancos centrales:

Han emitido lo que ni se sabe. Le han dado vueltas a la maquina de hacer billetes sin rubor alguno, inundando los mercados con una inmensa liquidez… Proceso que deben concluir y no saben cómo… El tapering que viene, o esa disminución paulatina a nuevas emisiones hasta llegar a cero, provocará que otros actores del mercado deben comprar esos bonos que compraba la FED y el BCE. Un problemón a la hora de financiar los abultados déficits que tenemos y que redundará en una mayor prima de riesgo, aniquilada a día de hoy…

Y nos pilla con las economías endeudadas hasta las orejas. Mira Italia:

Mientras, los datos de inflación son preocupantes. ¿Habrá espiral? Nos engañaron hace meses con que iba a ser temporal. Nos engañan hoy diciendo que a mitad del año que viene, la tendremos en el 2% de nuevo…

Hay un estrangulamiento de la producción por culpa del coste de los fletes. Justo este año las navieras han decidido monetizar su negocio, que tenga mayores márgenes. Se han coscado que es un oligopolio de libro y que mandar un container por 2000 dólares era tirado de precio, por lo que se quedarán mucho más caros, quizás a los precios actuales…

La culpa también es de los costes energéticos. Esa regulación de las subastas eléctricas que hizo Europa es nuestra ruina. ¿Por qué no la hecha atrás? Por pura soberbia política. Mira a Francia: hoy paga la luz a más de 300 euros por Mwh:

Y lo gracioso es que la menor producción que se ve en Europa no es solo por el estrangulamiento del transporte, o la escasez de camioneros, que también, sino por una menor demanda final. Menos gente quiere comprar las mismas mierdas:

Y para colmo de males, en Europa se ha disparado de nuevo el Covid. ¿Para qué servían las vacunas? Y ha salido una nueva variante mucho más contagiosa que las anteriores. Esto es lo que está tumbando los mercados esta mañana, no todo lo anterior, que la gente pasa, sabiendo que el chute de liquidez mensual, compensa los enormes riesgos inherentes que vivimos…

Cuando al mercado le vendría muy bien una corrección amplia, dado el exceso de valoraciones que presenta.

Abrazos,

PD1: La felicidad no es tener una vida perfecta, porque en realidad nadie la tiene. La felicidad es ir construyendo en el Señor la vida que deseas tener. Hay que ponerse manos a la obra y tratar de construir nuestra propia felicidad, no con cosas, sino amando a los demás…

25 noviembre 2021

nuestro mayor sector industrial no levanta la cabeza

Es nuestra principal industria y, junto con la agricultura, nuestra mayor fuente de exportaciones. Ese cuello de botella de los chips, de los containers y la enorme subida de precio de todo, nos hace muy vulnerables. ¿Cómo se va a solucionar esto? Si para comprar un coche hay que ponerse en una lista de espera de no se sabe cuantos meses…

La producción de automóviles en España cayó un 37,9% en octubre por la falta de chips

La atonía de la demanda y el suministro insuficiente de semiconductores siguen lastrando la actividad de las fábricas españolas, cuya caída afecta directamente a las exportaciones

La situación del 'paciente' sigue siendo preocupante. O, como diría un facultativo, de 'pronóstico reservado', porque actualmente es muy difícil pronosticar la posible evolución o expectativa en cuanto a la evolución del 'enfermo'. Y es que la industria de automoción española sigue gravemente afectada por la crisis de demanda tanto en nuestro país como en el resto de Europa, pero sobre todo por la falta de componentes, y en esencia esos semiconductores, o microchips, que llegan a las plantas de manera insuficiente y difícilmente programable. Así, las factorías españolas de automóviles vieron desmoronarse su producción un 37,9% en octubre (salieron solo de las cadenas de montaje 165.003 unidades) respecto al mismo mes del año anterior, lo que provocó a su vez una caída del 38,2% en las exportaciones, vitales para la economía nacional.

Y si comparamos los datos del acumulado del año con ejercicios anteriores, las cifras en el periodo enero-octubre siguen resultando desalentadoras, porque las 1.757.280 unidades producidas en estos primeros 10 meses suponen un descenso del 2,5% en relación con idéntico periodo de 2020, que estuvo afectado duramente por la pandemia y los confinamientos obligatorios. La comparación con el periodo enero-octubre de 2019 mide mucho mejor el estado del paciente, pues en ese caso la caída que aparece ante nosotros es del 26,7%. Y, lo que parece peor, las últimas previsiones apuntan a que la escasez de componentes, las dificultades de entrega en la cadena logística y el consiguiente reajuste con la demanda de los centros de producción, tanto en España como en el resto del continente, no se verán solucionados hasta finales de 2022 o inicios de 2023.

Además, los mercados europeos, principales destinatarios de la producción española, continúan su tendencia a la baja. Por ejemplo, en el pasado mes de octubre las matriculaciones en Francia bajaron un 30,7%, en Alemania un 34,9%, en Italia un 35,7% y en el Reino Unido un 24,6%, valores que fueron peores incluso que los del mercado nacional, donde las ventas cayeron un 20,5% (uno de cada cuatro vehículos vendidos en España es de producción nacional).

Y si analizamos por tipo de vehículo, el bache industrial de octubre afectó de una forma especialmente cruda a la fabricación de turismos y todoterrenos, que cayó un 41,1%, hasta las 111.829 unidades. Por su parte, la producción de vehículos comerciales e industriales fue de 30.894 unidades en el décimo mes del año, lo que supone un descenso del 24,5% con relación a octubre de 2020.

Las exportaciones, muy afectadas

Una consecuencia directa de la disminución de la producción fue la fuerte caída de las exportaciones en octubre, pues las 142.723 unidades enviadas fuera de nuestras fronteras representan un 38,2% de bajada en relación con el mismo mes del año anterior. Y en el acumulado de los primeros diez meses del año los vehículos exportados han sido 1.523.745, lo que supone un descenso del 1,6% frente al periodo enero-octubre de 2020, afectado drásticamente por la pandemia. Y en esa tendencia tiene protagonismo la fuerte escasez de microchips, que condiciona el ritmo de producción, pero también la debilidad de los mercados europeos, que representan el 65% de las exportaciones españolas: el envío de vehículos a esa zona se redujo un 45,2% en octubre. Curiosamente, mientras que Francia, Alemania, Reino Unido e Italia redujeron su demanda de automóviles fabricados en España por encima del 40%, la exportación a Turquía se incrementó en un 271%. Y fuera de nuestro continente, las exportaciones a América cayeron un 6,1%, mientras que las que tienen como destino África subieron un 0,5%, y también hubo aumentos en Asia (50%) y Oceanía (163,2% más en octubre).

Para Anfac, la asociación que engloba a todos los fabricantes con presencia en España, es relevante el hecho de que la producción de vehículos de cero y bajas emisiones haya bajado menos (un 24,3% en octubre) que el total de vehículos, de manera que siguen ganando cuota y ya suponen un 12,5% de lo producido en nuestro país (un 11,5% si consideramos el periodo enero-octubre). Además, tres de cada cuatro vehículos de propulsión alternativa fabricados en España son ya vehículos electrificados, pues en el décimo mes del año se produjeron en las plantas españolas 8.352 eléctricos puros (cuota del 5,1%) y 7.337 híbridos enchufables (un 4,4% del total), aunque este último grupo experimentó en octubre una llamativa caída del fabricación del 43,8%.

Para José López-Tafall, director general de Anfac, "la crisis de los microchips y diferentes factores externos como el encarecimiento de la energía y de las materias primas están suponiendo importantes condicionantes para la recuperación del ritmo de producción de nuestras fábricas. Por primera vez en el año, la producción cae por encima de la registrada durante el 2020, un año marcado por la pandemia y los paros de producción durante varios meses en nuestros centros. Esto tiene que servir de alerta para mostrar la complicada situación que atraviesa el sector de la automoción, tanto en el ámbito de fabricación como de mercado". Y López-Tafall insiste en que "es tiempo de actuar y de hacerlo de manera inmediata, como hemos pedido desde la industria. Tenemos en los fondos del plan de recuperación una oportunidad; pero no es solo una cuestión de fondos, es una cuestión de establecer, además, unas medidas ágiles y de calado que impulsen la transformación. Los países de nuestro entorno atraviesan el mismo contexto de parálisis, debido a la escasez de microchips y la baja demanda de mercado, por ello la capacidad de respuesta y la velocidad con la que lo hagamos nos permitirá encabezar o situarnos en la cola de la transformación hacia la nueva movilidad".

Abrazos,

PD1: Al igual que hay cosas que pasan “por algo”, hay otras que “por algo” no pasan. Hay que tener visión sobrenatural, saber que la mano de Dios está ahí en todo lo que nos pasa. Tener + fe y + confianza…

24 noviembre 2021

relativo

En vez de consumir más con las expectativas de inflación, se está consumiendo menos… Lo contrario a lo que dice la teoría económica…

Todo es relativo

Cuando los precios de productos importados suben, la opción menos dolorosa (no hay ninguna buena a corto plazo) es reducir en la medida de lo posible su consumo

La naturaleza de la inflación se mantiene como una gran desconocida para no pocos. Incluso para muchos que, aun teniendo formación económica, siguen pensando en ella como hace décadas.

La tan temida inflación permanente, como no me he cansado de repetir, necesita de unos combustibles muy específicos y determinantes sin los cuales no terminará de prender. Sin dicho combustible, por mucho que se prolonguen sus causas, no dejará de ser temporal (retorno a su tendencia en cuanto estas causas desaparezcan).

Son los temidos efectos de segunda ronda los que generan buena parte de ese combustible necesario para que un shock temporal de una serie de precios energéticos, en este caso y en aquel, pueda llegar a más y convertirse en uno permanente. Y estos efectos vienen, en parte, motivados por el deseo de cada cual (empresarios y trabajadores), individualmente lícito, pero en agregado peligroso, por no ser el pagano de la subida de precios. Este deseo individual genera una carrera de obstáculos y de fondo entre los precios y las rentas que nos lleva a una espiral inflacionista. Paradójicamente, en esta carrera, todos pierden, por lo que es muy necesario entender qué consecuencias tiene dar ciertos pasos en la creencia de que así nos resguardamos de unos vientos que, a pesar de todo, terminarán por barrernos.

Alguien tendrá que pagar. Y por mucho que queramos creer que no es necesariamente así, lo único que lograremos es engañarnos a nosotros mismos

Siento ser tan claro y aguafiestas, pero las cosas deben decirse con claridad, en especial si uno no tiene la obligación de ser políticamente correcto. Si suben los precios de productos importados hay que aguantarse y asumirlo. Y ya. No hay solución gratuita. Alguien tendrá que pagar. Y por mucho que queramos creer que no es necesariamente así, lo único que lograremos es engañarnos a nosotros mismos.

Hace más de doscientos años, un economista británico de origen portugués de familia sefardí expulsada a su vez de España, David Ricardo, formuló una serie de ideas y teorías económicas que, a pesar del tiempo transcurrido, aún tienen su utilidad. Sus fundamentos económicos sirven de base para la teoría del comercio que, desde aquellos años, ha avanzado muchísimo. Sin embargo, y a pesar del tiempo transcurrido, algunas de sus ideas más básicas permanecen y, gracias a su insolente sencillez, nos permiten entender algunas cuestiones importantes.

Si mi bien es muy demandado y tiene un precio alto relativo al de otro bien, por cada unidad de producto que pueda fabricar podré comprar mucho del otro. Sencillo, ¿verdad?

El mundo del comercio hay que entenderlo en términos relativos. La capacidad de compra que tiene alguien, una vez obtiene una renta, no depende de dicha renta en términos absolutos, sino de lo que puede comprar con ella. Esta capacidad de compra es directamente proporcional a lo precioso que es lo que vendes e inversamente proporcional a lo que compras. Dicho en palabras más sencillas, podrás comprar aquello que puedas gastar en función de lo que puedes ganar. Así pues, todo es relativo. Son los precios relativos los que importan. Si mi bien es muy demandado y tiene un precio alto relativo al de otro bien, por cada unidad de producto que pueda fabricar podré comprar mucho del otro. Sencillo, ¿verdad?

Desde entonces, ya sea de un modo más complejo o amplio, esta idea básica está en el centro de toda teoría del comercio, e incluso del crecimiento. Básicamente nos indica, de una forma muy simple, que los países con productos que se venden a menor precio comparado con aquellos que deben comprar son países relativamente pobres. Esto solo se puede revertir si dejas de fabricar tales productos a favor de otros mejores (desarrollo).

Un final dramático

¿Y qué tiene que ver esto con la inflación? Mucho. Lo normal es que la subida de los carburantes y del precio del gas fuercen a los agentes a buscar medidas compensatorias ante la pérdida relativa de capacidad de compra. Estas medidas pueden traducirse en subida de precios, blindando el margen comercial, los salarios o ambos. La respuesta a esta subida será, pues, esos temidos efectos de segunda ronda. Pero con ello no se soluciona nada, tan solo se hace la bola de nieve más grande. Dado que nadie está dispuesto a aceptar un recorte en su capacidad adquisitiva (en realidad mayor pobreza porque, simplemente, tus bienes han perdido valor relativo respecto a los importados), lo que se consigue finalmente es elevar todos lo precios e iniciar esa carrera de final conocido y dramático.

Por esto hay que explicar dichas cuestiones. Cuando los precios de productos importados suben, la única opción menos dolorosa (no hay ninguna buena a corto plazo) es reducir en la medida de lo posible su consumo. Si esta subida afecta desigualmente, plantear medidas de traslado equilibrado de costes mientras se trata de ajustar la economía. Si el precio del gas sube, no hay que subvencionar a las familias y empresas (ojo, excepto en casos de necesidad evidente y sin margen para el ahorro), sino que estas busquen la eficiencia en su consumo. Tal cual. Cualquier otra opción solo supone postergar medidas más dolorosas.

Quienes tengan una edad y recuerden sus experiencias de los setenta saben muy bien de lo que hablo. Yo, por entonces, era muy pequeño y no recuerdo casi nada. Pero sabemos muy bien que lo que no se quiso o supo arreglar en 1974 arrastró a la economía española como una zombi durante toda una década. Fue una dura lección que merece la pena conocerla y aprovecharla.

Abrazos,

PD1: Nuestra misión como cristianos es muy sencilla: dar esperanza.

23 noviembre 2021

siguen las contradicciones entre los consumidores

Y nos acercamos al “Black Friday”, donde no pienso comprar nada… No lo necesito y, otros años, ha sido una engañifa… Se suben los precios las semanas previas, para vender a lo mismo que antes el próximo fin de semana…

La era de las contradicciones: entre el ánimo de los consumidores y las ventas al por menor.

Hace unos días comentábamos la contradicción existente entre el hecho de que estuviera bajando la tasa anual del crédito comercial e industrial en EEUU y, a la vez, estuviera subiendo la inflación, recordando que ambas variables, antes de la COVID-19, subían o bajaban al unísono.

Esta semana se acaba de poner de manifiesto otra contradicción: la confianza de los consumidores en EEUU (medida por dos estadígrafos diferentes) ha bajado recientemente y, sin embargo, las ventas al por menor han subido: el último dato provisional de las ventas al por menor, publicado anteayer, era un aumento en octubre de 1,7% mensual (16,3% anual).

El Gráfico de hoy muestra la evolución desde 1992 de las ventas minoristas en USA (línea azul oscuro) así como de dos índices que miden el estado de ánimo de los consumidores: el Índice de Confianza de los Consumidores (línea roja; elaborado por el Conference Board) y el Índice de Sentimiento de los Consumidores de la Universidad de Michigan (línea naranja).

En el gráfico se ve que durante las tres recesiones acaecidas desde 1992 la confianza de los consumidores decae fuertemente mientras las ventas al por menor, o bien se estancan (2001-2002) o bien caen también con fuerza (2008-2009 y 2020).

Tras superarse las recesiones todos estos indicadores se recuperan pero en la post-recesión actual se ha producido un hecho insólito: desde julio pasado mientras que la confianza de los consumidores se hunde según los dos estadígrafos diferentes, las ventas al por menor, que ya habían experimentado una recuperación llamativa, siguen subiendo.

¿Qué explicación tiene esto y, sobre todo, qué puede estar anunciando para el futuro?

La explicación, sin duda, tiene que ver con la enorme cantidad de dinero inyectado desde las arcas públicas en las economías domésticas de EEUU. Y ello a pesar de que los últimos cheques los envió la Administración norteamericana a familias en septiembre.

A la hora de interpretar qué puede estar indicando todo esto para el futuro, se echa en falta el que la serie histórica de las ventas al por menor no sea más larga, de modo que pudiéramos observar su comportamiento en más de tres recesiones.

Pero, así y todo, hay alguna pista tras la recesión de 2008-2009, señalada con la elipse vertical de color verde: entre febrero y octubre de 2011, y una vez ya pasada la recesión, la confianza y el sentimiento de los consumidores cayó bruscamente, mientras que las ventas al por menor seguían subiendo de manera imperturbable.

¿Y qué sucedía en 2011 para que la confianza de los consumidores se derrumbara? Varias cosas: 1) las disputas en el Congreso de EEUU sobre el límite de la deuda pública autorizada para emitir llevaron al Tesoro de EEUU al borde del impago (esa disputa la hemos vivido una vez más en octubre y se volverá a vivir en diciembre de este año); 2) las Bolsas estaban en movimiento lateral y tuvieron una caída del 20% en el verano; 3) el desempleo estaba bajando lentamente (del 9,8% de enero al 9,4% de octubre) 3) el IPC anual subió de 0,66% a 2,10%, y 4) la rentabilidad de la deuda pública USA había bajado del 3,73% de febrero al 1,81% de octubre (síntoma de que el mercado de renta fija estaba descontando la posibilidad de una segunda recesión) y el tipo real estaba descenciendo a uno de sus niveles más bajos: -1,90% en septiembre de 2011.

En la actualidad los índices de confianza de los consumidores han estado bajando durante cuatro meses, a pesar de que las Bolsas no paran de subir, por lo que la única explicación plausible para tanto pesimismo es que los ciudadanos son conscientes de que la buena situación que les permite aumentar el consumo es un regalo de la Providencia en forma de cheques públicos que, difícilmente, se van a repetir en el futuro.

Es decir, a su manera, los consumidores están expresando lo que también es una preocupación de los economistas: la sensación de estar viviendo del aire aunque con la desconfianza de que la fiesta a base de gasto público facilitado por la Reserva Federal pueda prolongarse mucho más.

Ese pesimismo tendría su paralelismo con 2011 en los bajos tipos de interés de la deuda a largo plazo (1,55%) y un tipo real negativo de -4,64%.

Todo en 2011 se parece en extremo a la situación actual, excepto el comportamiento de la Bolsa, entonces lateral y ahora alcista, apoyada por esa liquidez que también permite un repunte tan fuerte de las ventas al por menor (no en una trayectoria alcista paulatina sino con gran repunte, como se ve en el gráfico) también retroalimentadas por esa misma subida de las cotizaciones.

Ante esta situación “milenarista” (y alimentada por los “millenials”) de “comamos y bebamos que mañana moriremos” surge la gran pregunta:

¿Quien cederá? ¿La Bolsa, cayendo, o la confianza de los consumidores, mejorando, y los tipos de largo plazo subiendo?

Parece probable que, por ahora, con la liquidez existente, ni los tipos de interés de largo plazo vayan a subir ni la Bolsa tiene apariencia de que vaya a ceder. Pero hay que volver a recordar que en diciembre se reiniciará el proceso de negociación del techo de la deuda USA y eso puede hacer que la Bolsa ceda, como en 2011. En todo caso, en 2012, y aunque en trayectoria alcista, la Bolsa tuvo sus momentos dramáticos con un -10% el primero y con -8% el segundo.

Confianza de consumidores y ventas minoristas

Abrazos,

PD1: Generalmente, los procesos de crecimiento y superación en la vida no son lineales... No te juzgues ni te desanimes por los altibajos. Confía en Dios, haz tu parte y persevera…

22 noviembre 2021

estabilidad financiera

 

Es lo que siempre querríamos todos, para nosotros y para el Estado. Y es lo que usan los bancos centrales para proceder…

La excusa de la estabilidad financiera

Cuando alguien basa su dieta durante años en comidas elaboradas a base de bollería industrial y productos ultraprocesados es de esperar que, al cabo de unos cuantos años, los resultados de sus análisis de sangre reflejen niveles de alerta en unos cuantos indicadores. Es una consecuencia lógica de los excesos en su alimentación durante largo tiempo.

De igual modo, cuando durante largos años los bancos centrales han situado los tipos de interés a cero, o incluso en negativo, y han proporcionado ingente cantidad de liquidez casi sin coste, los excesos en la valoración de todos los mercados de activos es una consecuencia lógica.

En el informe de estabilidad financiera publicado esta semana por el BCE, advierte sobre la "exuberancia" en la valoración los mercados de crédito, en el mercado inmobiliario, en las bolsas e incluso en las criptomonedas. Sin embargo, el propio informe reconoce (página 96) que la actual situación de los tipos de interés provocada por las políticas del propio BCE "incentiva la toma de riesgos, que pueden llegar a ser excesivos y conducir a un riesgo sistémico". De forma indirecta está reconociendo que los bancos centrales han provocado las actuales burbujas en el precio de los activos.

La principal burbuja es la existente en los bonos soberanos de los países periféricos de la Eurozona. Lo único que justifica el actual nivel de rentabilidad ofrecido por los bonos soberanos de la Eurozona es la continua intervención del BCE. Por un lado, situando los tipos de interés de corto plazo en negativo. Por otro lado, comprando una elevadísima cantidad de bonos que han llegado a igualar las emisiones netas de los distintos estados. Un inversor que adquiera bonos del Estado español a 5 años, sabe que si lo mantiene a vencimiento va a perder dinero. La rentabilidad es negativa. Ningún análisis económico podría justificar esta situación, sólo explicable por la continua intervención del BCE.

La rentabilidad de los bonos soberanos a largo plazo es la base para la valoración de todo tipo de activos. Cuando existe una burbuja en la valoración de los bonos, la burbuja se acaba extendiendo al resto de los activos: renta variable, inmuebles e incluso criptomonedas. La burbuja en el mercado de deuda pública la ha provocado las políticas del BCE, como efecto secundario del rescate indirecto de la mayor parte de los tesoros de los estados de la Eurozona.

Los bancos centrales son muy conscientes del laberinto en el que se encuentran. Si suben los tipos de interés de corto plazo, o drenan liquidez provocando un repunte de los tipos de los bonos a largo plazo, las numerosas burbujas podrían estallar una detrás de otra. Si no suben los tipos de interés, la inflación puede seguir desbocada durante más tiempo del deseable.

Las declaraciones de Powell tras la última reunión de la Fed son bastante esclarecedoras de la elección de los bancos centrales: "Las decisiones de la Fed han estado guiadas por nuestro mandato de promover el máximo empleo y la estabilidad de precios para el pueblo americano junto con nuestra responsabilidad de promover la estabilidad del sistema financiero".

La inflación de octubre en EE.UU. se situó en el 6,2%, el nivel más elevado de los últimos 30 años y muy lejos del objetivo de inflación media del 2%. La tasa de desempleo se sitúa en 4,6%, apenas 0,2% superior a la media de los cinco años anteriores a la pandemia. La única justificación de la Fed para no subir los tipos de interés es el efecto que tendría en la "estabilidad financiera". En otras palabras, el efecto que tendría sobre la valoración de todo tipo de activos.

El propio Powell dijo que "nuestras compras de activos han sido una herramienta crítica. Han ayudado a preservar la estabilidad financiera en los inicios de la pandemia. Desde entonces han ayudado a fomentar el buen funcionamiento del mercado".

La estabilidad que menciona Powell se ha traducido en una constante subida de los mercados financieros, con los principales índices bursátiles estadounidenses en máximos históricos, con subidas del 25% en lo que llevamos de año, adicionales a las subidas del pasado ejercicio.

Como menciona el Informe de Estabilidad Financiera del BCE, el riesgo de correcciones en las valoraciones de los distintos activos va en aumento. Cada subida del 0,01% en el tipo de interés de los bonos provoca pérdidas (en valoración) a los inversores por más 10.000 millones de euros. 

En cualquier caso, los bancos centrales no quieren ser los causantes del inicio de la corrección con la reversión de sus medidas de apoyo a los mercados.

Abrazos,

PD: A San Pedro se le construye una iglesia encima de su sepultura por orden de emperador Constantino, allá por el año 300.

Tras bastantes reformas y ampliaciones, así era la Basílica de San Pedro en Roma antes de que se decidiera mejorarla:

En 1505 se decide construir una nueva. Se termina en 1626 gracias al genial Miguel Angel. Es espectacular, e increíble que hace 400 años supieran y pudieran construir esta joya…



consumir o ahorrar, es es el dilema

Ya sabemos que en estos años de pandemia, no hemos podido consumir como antes por muchos factores: miedo al desempleo, incertidumbre económica y su repercusión en el futuro, imposibilidad de viajar, de moverse… Tras la vacunación, se esperaba que hubiera una vuelta a la normalidad, algo que está lejos de producirse del todo.

La subida de la inflación y sus perspectivas alcistas debería provocar que se consumiera bienes duraderos antes, ya que después estarán más caros, pero ni por esas..

Interesante estudio del Banco de Inglaterra aquí. Del que destaco este gráfico:

Y lo singular es la diferencia entre el Reino Unido (los otros países europeos andan más o menos igual) y los EEUU, donde la renta disponible incluso subió…

La realidad es que hay mucho dinero ahorrado, más que antes. Esos “por si acaso” son cada vez mayores, algo que me parece muy bien.

Y sin embargo la confianza en el consumo es la menor en muchos años. Es el peor momento de comprarse un coche o una casa:

No se tiene muy claro el futuro allí tampoco…

Abrazos,

PD1: El Papa Francisco en twitter lo sigue bordando:

18 noviembre 2021

disparidad

El sentimiento inversor va por un lado (la bolsa, el SP500), mientras que la confianza de los consumidores (medido por el índica de la Universidad de Michigan) va por otro:

Algo no cuadra nada bien. Además, ha habido un cambio de tendencia muy clara desde el inicio del COVID. Esa verticalidad de las subidas es bastante extrema…

Y que conste que el índice de confianza de los consumidores es bastante fiable, tiene mucho prestigio. Son las ganas de comprar de la gente, no de atiborrarse de cañas y cenas…

Mientras que en Europa, las previsiones de crecimiento siguen a la baja. No está funcionando tan bien el rebote como se pronosticaba. Alemania, que es muy grande, es un claro ejemplo. Se siguen haciendo revisiones a la baja:

Mientras que en la Eurozona, mucho más optimistas y menos fiables sus estadísticas (véase lo mal que predice el Gobierno de España), las previsiones siguen muy boyantes…

En España, el panel de FUNCAS de ayer deja claro que nadie se cree lo que piensa el Gobierno de tanto crecimiento (6,5% en 2021 y 7% en 2022 de los Presupuestos)…:

Abrazos,

PD1: Cada vez que compartes tu sonrisa se abre a tu alrededor un mundo de posibilidades. Sonríe, así todos ganan. Es nuestro trabajo, sonreír y hacer que los demás sonrían…

17 noviembre 2021

en qué pensamos...

Muchas veces en tonterías, en sandeces. ¡Ay de la tele, ay! En la economía, que es de lo que se debe tratar aquí, pasa lo mismo. Las perspectivas económicas fluyen por lo que piensa el inversor que se queda atrapado con sus filias y fobias… La bolsa es el reflejo de lo que piensan unos y otros…

Han preguntado a 1.785 filósofos en qué están pensando y estos son los resultados

La posición que recibe más apoyo, con casi el 80% de los votos, es el realismo, es decir, la tesis según la cual hay un mundo independiente de nuestra mente

Ha sido recientemente publicada la segunda encuesta amplia sobre lo que piensan los filósofos (puede verse aquí). La anterior se realizó en 2009 y se publicó cinco años más tarde. No se puede considerar ni mucho menos una encuesta mundial porque, en realidad, ha interpelado sobre todo a profesionales de la filosofía norteamericanos, europeos y australianos que contaran con publicaciones en inglés, entre ellos, 20 de nacionalidad española. En total, contestaron a la encuesta 1.785 personas. La gran mayoría se adscribieron a la corriente analítica (1.430) y casi todos eran estadounidenses (859). Habían incluido esta vez preguntas nuevas, hasta un total de 100, aunque se mantenían las 30 de la encuesta anterior. Comentaré a continuación algunos resultados que me parecen interesantes.

Quizá lo mejor sea comenzar por los puntos que despiertan mayor acuerdo entre los filósofos participantes. La posición que recibe más apoyo, con casi el 80% de los votos, es el realismo sobre el mundo externo, es decir, la tesis según la cual hay un mundo independiente de nuestra mente. No es nada sorprendente, habría que añadir, puesto que esto coincide con lo que nos dice el sentido común, aunque recientemente algunos científicos y filósofos hayan puesto de moda la hipótesis de que podríamos no ser más que una simulación en un potentísimo ordenador. Lo que posiblemente sorprenda sea que haya algo más de un 6% que se declaran idealistas y piensan, por tanto, que de algún modo el mundo depende de nuestra mente en su existencia o tiene una naturaleza mental.

Por el lado contrario, las puntuaciones más bajas en las 40 preguntas obligatorias las obtienen dos tesis que, sin embargo, suelen ser muy populares fuera del ámbito filosófico: la tesis de que la filosofía no progresa (solo la votan algo menos del 4%) y el relativismo epistemológico, es decir, la tesis de que no hay verdades objetivas ni formas mejores de conocimiento y que, en consecuencia, cualquier creencia solo tiene validez para aquellos dispuestos a admitirla en un determinado contexto (solo la votan algo más del 5%). Los filósofos, como puede verse, a diferencia de muchos alumnos de filosofía (y de otras especialidades), no creen que el relativismo sea la actitud epistemológica más acorde con una actitud tolerante y democrática ni que la realidad sea una mera construcción social.

La segunda en recibir más apoyo (más del 72%) es el realismo científico. Se trata de la idea de que la ciencia consigue elaborar teorías aproximadamente verdaderas acerca del mundo tal como es en sí mismo. Esto implica que las teorías científicas no son meras herramientas conceptuales, útiles para manejar la realidad o hacer predicciones observables, sino que pretenden —y consiguen a menudo— describir y explicar la realidad. Incluso su contenido más alejado de la experiencia sensible es susceptible de ser verdadero o falso, lo que significa que las entidades teóricas postuladas (electrones, quarks, genes, campos electromagnéticos, etc.) deben interpretarse como realmente existentes, si bien, claro está, podemos equivocarnos a veces al respecto, como pasó con el calórico, el flogisto o el éter. En estrecha relación con esto, la mayoría de los filósofos encuestados (un 55%) se decanta a favor de la vieja teoría de la verdad como correspondencia entre nuestros juicios, creencias o enunciados y la realidad.

Naturalistas

Esto, sin embargo, no es incompatible con que una buena parte (un 44%) piense igualmente que la ciencia está impregnada de valores y, por tanto, que una ciencia completamente neutral desde el punto de vista axiológico no es posible. Además, la mitad de los encuestados se declaran partidarios del naturalismo en filosofía, frente al 31% que se consideran no-naturalistas, y muchos más (el 92%) creen que la filosofía debe utilizar métodos empíricos o experimentales. Tratándose de filósofos anglosajones, este resultado es lo esperable, dada la tradición empirista en que muchos se han formado. El naturalismo defiende la continuidad de la filosofía con las ciencias empíricas y promueve la idea de que el desarrollo de la filosofía debe tener en cuenta los resultados de la ciencia, así como que los estándares en la indagación filosófica se adecúen en lo posible a los mejores estándares de investigación que tenemos, que son los de las ciencias naturales. En particular, deben desterrarse de la filosofía las explicaciones que apelen a causas o procesos sobrenaturales.

La tercera posición más aceptada entre los encuestados (también con algo más del 72%) es la posibilidad de tener conocimiento 'a priori', esto es, un conocimiento basado en la mera razón e independiente de la experiencia. Actualmente, muchos sostienen que las matemáticas constituyen un conocimiento de este tipo, pero, además, los experimentos realizados con bebés en los años ochenta por Elizabeth Spelke parecen indicar que nacemos con algunas expectativas básicas sobre lo que puede suceder en el mundo físico.

Las cuestiones epistemológicas constituyen la parte central del cuestionario, pero no lo agotan. También las metafísicas y las éticas son numerosas. El 45% defiende el vegetarianismo o el veganismo, el 63% considera que las categorías de género son puramente sociales y el 67% piensa que deberían ser revisadas o eliminadas. La mayoría cree que el objetivo de la filosofía es cognitivo, alcanzar alguna comprensión de la realidad o algún conocimiento verdadero, y solo un porcentaje pequeño (12%) cree que el objetivo es la felicidad. El 62% opina que hay hechos morales objetivos, frente al 26% que los niega. Y un número aún mayor (69%) considera que los juicios morales no se limitan a expresar emociones, sino que son la expresión de un conocimiento sobre el mundo. Sobre la cuestión del mejor método a seguir en filosofía, los encuestados se manifiestan pluralistas, obteniendo los mayores apoyos el análisis de los conceptos y la filosofía empírica.

En las cuestiones relacionadas con el transhumanismo, que se han introducido como novedad en este cuestionario, hay también algunos resultados dignos de mención. El 64% se declara a favor del uso futuro de la ingeniería genética en seres humanos. El 40% piensa que la teletransportación, como la de la serie 'Start Trek', mataría a una persona, pero el 30% cree que no lo haría. El 45% aceptaría la inmortalidad, si fuera alguna vez tecnológicamente posible, y el 41% la rechazaría. Es curioso que este sea uno de los asuntos que dividen a la parroquia en dos partes casi iguales, sobre todo teniendo en cuenta que las encuestas han señalado una aceptación de la hipotética inmortalidad muchísimo menor. En cuanto a la popular idea de que podremos alguna vez volcar nuestra mente en una máquina, el 54% piensa que eso equivaldría a la muerte.

Los resultados de una encuesta limitada a un millar y pico de personas de pocos países no pueden dar para mucho, y menos para extraer conclusiones filosóficas generales. A lo sumo, sirven para ofrecer una foto fija de lo que creen sobre algunos temas relevantes los filósofos que se adscriben a una determinada corriente filosófica. Pero estos resultados permiten al menos desmontar algunos tópicos vigentes sobre la filosofía. Por ejemplo, en estos tiempos de posverdad, o de negación incluso de la idea de verdad objetiva, es importante saber que la vieja teoría de la verdad como correspondencia cuenta con la aceptación mayoritaria de los encuestados y que el relativismo es muy ampliamente rechazado. No es cierto, pues, que los filósofos en general defiendan el adiós a la verdad que se ha proclamado desde algunas tribunas ni que piensen que todo discurso es igualmente válido y merece la misma autoridad epistémica.

Los resultados muestran que tampoco son hostiles a la ciencia, sino más bien al contrario. Es también interesante saber que la gran mayoría de los encuestados cuestionan las tradicionales distinciones de género y de raza, que creen en la compatibilidad del libre albedrío con lo que la ciencia nos dice sobre las leyes físicas (un 60%), que se consideran ateos (un 67%) o que son partidarios del socialismo (un 53%). En lo que a mí concierne, dadas mis propias inclinaciones filosóficas, me agrada comprobar la amplia aceptación del realismo científico y del naturalismo, o que la mayoría sean escépticos con algunas de las promesas del transhumanismo. Estas coincidencias simplemente me ayudan a pensar que quizá no esté demasiado equivocado al ver las cosas del mismo modo.

*Antonio Diéguez es catedrático de Lógica y Filosofía de la Ciencia en la Universidad de Málaga.

Abrazos,

PD1: Soy muy malo con las fotos..., y como quería poneros una de la boda del otro día, tengo ésta de la familia al completo:

27 personas, simpáticas, cariñosas, que han volado, y que ya no dependen de nosotros, salvo para la comida dominical… Esa satisfacción de que la vida sigue, de que se lo pasan bien, y que son muy buena gente… Ya no puedo educarles mucho más, el trabajo ya está hecho... Ahora, mi tarea es que sean fieles a sus creencias, que perseveren en su trato con el Señor…, que sean buenos cristianos.