Es un impensable, una aberración que puede durar mientras le quede dinero al BCE…
En cualquier inversión el riesgo existe. Los riesgos pueden ser de distinta naturaleza: de iliquidez, de plazo o de insolvencia, entre otros. Cuanto mayor es el riesgo asumido, mayor debe ser la rentabilidad exigida. Ignorar los riesgos o no considerarlos en la valoración de los activos no hace que desaparezcan.
En EE.UU. se toma como "rentabilidad sin riesgo" la ofrecida por la Letra del Tesoro a un año emitida en dólares (a día de hoy: 0,11%). En la Eurozona, al no existir un Tesoro europeo, se considera como rentabilidad sin riesgo la ofrecida por la Letra del Tesoro alemán a un año, que hoy ofrece una rentabilidad negativa del 0,70%.
La cuantía de la rentabilidad adicional exigida a una inversión en función del riesgo asumido es lo que se conoce como prima de riesgo.
Los problemas comienzan cuando la inversión que se considera "sin riesgo", garantiza que generará pérdidas, en lugar de una mínima rentabilidad positiva. Es decir, la ausencia de riesgo es perder "poco". Un contrasentido. Si en lugar de invertir en letras alemanas se invierte en letras emitidas por el Tesoro español la rentabilidad sigue siendo negativa, -0,61%. En el caso de un bono del Tesoro español a 5 años, la rentabilidad, de nuevo, garantiza pérdidas: -0,46%. En otras palabras, quien compre dichos bonos está dispuesto a perder un 0,46% al año durante cinco años a cambio de que sea el Tesoro español quien custodie su dinero durante dicho plazo.
El Tesoro español acaba de colocar bonos a 7 años a un tipo negativo del -0,27%, recibiendo una demanda de 3.700 millones de euros. Obviamente la valoración del riesgo está totalmente distorsionada. En primer lugar, España no tiene capacidad de emitir euros. Por lo tanto, el riesgo de impago existe. Con un nivel históricamente alto de deuda pública en términos absolutos y relativos (en relación con el PIB), los tipos de interés son incluso negativos. Desde un punto de vista de análisis de riesgos es difícil de entender.
La explicación se encuentra en la desaparición de la prima de riesgo como consecuencia de la actuación del BCE y del resto de los principales bancos centrales en la última década. Posiblemente es un efecto secundario no deseado de su actuación prolongada en el tiempo de tipos negativos y creación ingente de liquidez. Sin embargo, la previsión del mantenimiento de una política de tipos nulos o negativos y liquidez abundante sin fecha de caducidad, cronifica la inadecuada valoración de los riesgos y, como consecuencia, la desaparición de la prima de riesgo que debería exigirse.
La distorsión de la prima de riesgo es tal que, si se aplicara el axioma de "a mayor riesgo asumido, mayor rentabilidad", querría decir que, incluso mantener liquidez sin ninguna remuneración sería más arriesgado que comprar un bono del Tesoro a 7 años a tipos negativos. Difícil de entender.
La desaparición de la prima de riesgo en los bonos soberanos supone la no inclusión de una cierta rentabilidad que compense los riesgos asumidos en la inversión. El problema es que dicha situación de minusvaloración de la prima de riesgo incluida en la rentabilidad exigida se extiende a los bonos emitidos por las empresas y al resto de activos, incluidos la bolsa y el inmobiliario.
Si no hay que aplicar prima de riesgo en las valoraciones de las acciones cotizadas en bolsa, y la referencia del tipo de bono del Tesoro a diez años es 0%, la valoración de las compañías sería casi infinito. Difícil de entender.
Ignorar un problema no lo soluciona. No tener en cuenta los riesgos tampoco implica que dichos riesgos no existan. Los riesgos existen. Que no se hayan materializado durante mucho tiempo no quiere decir que hayan desaparecido. El BCE, en compañía de otros bancos centrales, ha dado muerte a la prima de riesgo, pero no al riesgo.
Abrazos,
PD1: Ayer la Purísima, la concebida sin pecado original, ese que nos provoca a los demás nuestra soberbia, nuestras debilidades… ¡Qué suerte tuvo la Virgen María! No era para menos, iba a ser la madre del Señor. Qué bien se hizo todo y qué bueno es tenerla como intercesora… Todo lo que le pedimos, al menos nos escucha y lo cuenta… No podemos dejar de usarla como mediadora…