Las prisas siempre son malas. Hay que tener paciencia, ya que el mercado siempre da oportunidades de compra a buenos precios. Y en la salud, también:
La prisa es mala consejera
Las noticias de la inminente aprobación de tres vacunas distintas contra el Covid-19 ha desatado la euforia en las bolsas en este mes de noviembre. El Ibex se ha revalorizado más del 25%, el Eurostoxx el 18% y los índices de la bolsa estadounidense han marcado máximos históricos.
Los inversores y los analistas anticipan ya el fin de la crisis sanitaria y abogan por una rápida recuperación económica. Prueba de esta expectativa es la subida del 30% del precio del petróleo en noviembre.
A pesar del entusiasmo general que ha producido el anuncio de la inminencia de las vacunas, y de las machaconas noticias sobre la cantidad de población que será inmunizada en breve, conviene ser prudentes. Al menos, esto es lo que se deduce de la opinión de Ken Frazier, CEO de Merck, el principal productor de vacunas del mundo.
Su opinión merece ser tenida en cuenta, ya que en el último cuarto de siglo sólo se han conseguido siete vacunas nuevas introducidas en la práctica clínica, y de ellas cuatro son de Merck. El resto del sector a nivel mundial sólo ha logrado tres vacunas en los últimos 25 años.
De acuerdo con Ken Frazier, "la vacuna más rápida jamás comercializada la realizó Merck, con la vacuna contra las paperas. Se tardaron unos cuatro años. La vacuna más reciente de Merck, contra el ébola, llevó cinco años y medio. Tras casi 40 años no se ha logrado una vacuna contra el VIH". La elaboración de una vacuna efectiva y de forma segura lleva su tiempo. Frazier advierte del riesgo de precipitarse con las vacunas antes de haber realizado un estudio científico riguroso. Pone el ejemplo de "la vacuna contra la gripe porcina, que hizo más daño que beneficio".En el caso de Covid, "ni siquiera entendemos el virus en sí o cómo afecta el virus al sistema inmunológico...".
Adicionalmente, Frazier expone las dificultades reales que tienen las farmacéuticas para lograr una distribución global de las vacunas, comenzando por los problemas de fabricación a gran escala, teniendo en cuenta que se pretende vacunar a la población mundial (7.500 millones de personas). Es un reto que nunca antes se ha acometido.
Es natural pensar que como representante de una farmacéutica que no está entre las que han logrado los avances destacados en la aprobación de la vacuna (Pfizer, Moderna y AstraZeneca), su opinión está sesgada por un conflicto de interés. Defiende la actuación prudente de su empresa en la investigación de la vacuna contra el Covid-19, infiriendo de sus argumentos que no es posible conocer la seguridad y eficacia de la vacuna en el medio plazo con vacunas aprobadas tras apenas un año de investigación.
En EE.UU. las compañías farmacéuticas no pueden ser demandadas por efectos secundarios adversos de las vacunas. Es un organismo oficial quien se hace cargo de las indemnizaciones derivadas de las reclamaciones por daños provocados por las vacunas. Ahora, con motivo de la celeridad en la aprobación de las vacunas contra el Covid-19, las farmacéuticas pretenden que los gobiernos europeos les liberen de toda responsabilidad en caso de reclamaciones por efectos secundarios de las vacunas.
Al menos AstraZeneca ha conseguido protección jurídica contra posibles demandas futuras en la mayoría de los países donde ha firmado contratos de suministro de la vacuna. En palabras de Ruud Dobber, alto ejecutivo de AstraZeneca, "Esta es una situación única, donde nosotros como compañía simplemente no podemos tomar el riesgo si en... cuatro años la vacuna muestra efectos secundarios". Con otras palabras, viene a ratificar los temores que expresa el CEO de Merck con las vacunas de rápida aprobación y el riesgo de los posibles efectos adversos a medio plazo.
Los inversores, y los ciudadanos en general, están deseosos de buenas noticias sobre la finalización de la pandemia y la vuelta a una vida y a una economía de cierta normalidad. Desde las distintas administraciones de todos los países están igual de deseosos de transmitir dichas noticias esperanzadoras. Dichas buenas noticias tienen un efecto positivo en la confianza de los consumidores y empresarios que facilita una cierta recuperación del consumo y la inversión y de la economía en general.
Sin embargo, la prisa es mala consejera y sobre todo en temas tan delicados como la salud y la aprobación de vacunas. Opiniones como la del CEO de Merck son difíciles de encontrar en los medios de comunicación, pero son una invitación a la prudencia. Las bolsas parecen abogar por una vacuna milagrosa que devolverá en breve a la economía a su estado pre-covid. Lamentablemente el riesgo de "problemas" en el camino no es menor.
Abrazos,
PD1: El Señor nos ha dado siempre con abundancia. Desde el inicio de la Creación, siempre ha sido muy generoso con nosotros. Nos da continuamente cosas materiales y su Amor. Nos espera pacientemente... Nosotros le correspondemos cuando queremos y nos olvidamos de su existencia continuamente… Que esta fase de espera al nacimiento del Señor nos cambie algo. Que no sea el Adviento como otros años, que nos modifique por dentro. Que seamos muy agradecidos con todo lo que nos pasa y nos da…