Leña a los bancos:
¡Castiguemos a los bancos, que son perversos!
Parece probable que, tras llevar al 4% el tipo de depósito, el BCE no suba más los tipos. El debate ya se ha trasladado más bien hacia el momento en que empezará a bajarlos. Algunos lo ven para la próxima primavera, incluso a comienzos de la misma, yo más hacia el verano y algunos otros más tarde, incluso en 2025.
Pero, con independencia de cuándo ocurra eso, parece claro que el BCE afronta otra decisión: la reducción del exceso de liquidez existente en los mercados sin provocar inestabilidad financiera. La realidad es que al BCE se le fue la mano inundando el mercado de liquidez durante la crisis económica y, especialmente, a Lagarde para amortiguar los efectos económicos del covid. El resultado fue que llegó a haber un importe cercano a los 5 billones de liquidez excedentaria en 2022. Ya se ha reducido una parte. Porque se dejaron de reinvertir los bonos que iban venciendo del programa APP (el de Draghi) y porque también los bancos han reintegrado al BCE la mayor parte de los préstamos otorgados a las entidades (LTROS y TLTROS) en las crisis. Pero aún quedan más de dos billones de liquidez sobrante. El BCE dijo que continuaría reinvirtiendo los vencimientos del PEPP (programa de compra de muchísimos bonos en la pandemia) hasta finales de 2024. Pero creo que lo dejará de hacer mucho antes. Quizás anuncie el final en alguna de sus próximas reuniones.
Y, mientras tanto, el exceso de liquidez sigue ahí. A los bancos les desborda y la depositan en el BCE obteniendo a cambio, actualmente, el 4%. Y son cantidades bastante importantes.
Pues bien, con este trasfondo, hay supuestos expertos financieros y periodistas que, con un cálculo sencillo, aunque no muy riguroso, intentan mostrar que buena parte de los beneficios obtenidos por la banca hasta septiembre se explican por la remuneración de este depósito en el BCE. En su opinión, se trataría de una ayuda pública adicional a la banca, que pagan los contribuyentes.
Para ello, toman la partida del activo “Efectivo, saldos en efectivo en bancos centrales y otros depósitos a la vista”, le aplican el 4%, consideran el resultado un beneficio “regalado” y lo comparan con el beneficio total de cada entidad, concluyendo que es demasiado (obtienen porcentajes variables según cada banco, que pueden llagar al 30 o 40% del beneficio). Sin embargo, se trata de un cálculo burdo y sesgado.
Si el BCE no remunerase esos saldos, los bancos los dedicarían a otro activo, por ejemplo, a comprar Letras del Tesoro u otros activos, españoles o de otro país
Por varias razones. Porque el efectivo más lo depositado como coeficiente de caja no se remunera. Porque el 4% es lo que se cobra ahora pero el año empezó en el 2%, por lo que el promedio anual es más bajo. Porque sobre ese resultado se pagan impuestos, tanto el de sociedades como la tasa inventada por el gobierno Frankenstein, con lo que se quedaría en menos de dos terceras partes del importe bruto. Y, además, y sobre todo, porque, si el BCE no remunerase esos saldos, los bancos los dedicarían a otro activo, por ejemplo, a comprar Letras del Tesoro u otros activos, españoles o de otro país, que les podría rentar un interés no muy diferente. Así que, esos periodistas nacionales e internacionales y supuestos expertos que utilizan estos cálculos para demonizar a la banca, otra vez, por una medida de política monetaria para luchar contra la inflación, hacen algo un poco absurdo.
Ahora bien, dado que golpear a los bancos se ha convertido en un deporte muy practicado por parte de los reguladores y los gobiernos, todo eso constituye un caldo de cultivo que nos podría llevar próximamente a alguna nueva medida que castigue al sector.
De hecho, en el BCE, ya se plantea la posibilidad de elevar el coeficiente de caja, es decir la parte no remunerada de los depósitos de los bancos en el BCE. Actualmente se encuentra en el 1% de los depósitos y hay quien dice que podría elevarse al 2% e incluso al 3%, Lo que drenaría beneficios al sistema bancario y disminuiría las pérdidas de los bancos centrarles integrantes del BCE. A este último argumento son especialmente sensibles los representantes de países donde esas pérdidas son más elevadas o menos aceptables políticamente. Aunque la realidad sea que no es muy importante que un banco central pierda dinero, porque su objetivo no es ganarlo sino llevar a cabo la política monetaria adecuada. Y buscar la estabilidad financiera, no ponerla en peligro con medidas poco meditadas.
Tributar dos veces
Por otra parte, ese run-run parece la disculpa para justificar también nuevos golpes por parte del Gobierno español. Qué más quieren para prorrogar el impuesto a los bancos sobre los beneficios “extraordinarios” (eufemismo indecente, ya que se ha definido sobre los ingresos ordinarios). Con esta gente, casi, damos ya por descontado que ocurra. Otra medida que sería especialmente lesiva para las entidades con presencia en el exterior es el 15% mínimo de impuesto de sociedades sobre Bº contable, no sobre la base imponible como ocurre en el mundo civilizado. Porque supone tributar dos veces sobre los beneficios obtenidos fuera de España, que en BBVA y Santander son la inmensa mayoría. Y ya veremos si a estos “genios de las finanzas” que hay en el entorno de Frankenstein no se les ocurre alguna otra barbaridad más.
Sin duda, la Dirección de estas entidades financieras españolas tiene que estar estudiando la deslocalización de su domicilio social. Aunque algunos columnistas de medios lacayos de Moncloa lo califiquen como “amenazar”. Pero la obligación de los gestores es preservar los intereses de los accionistas y protegerlos de la depredación gubernamental. Claro que, en banca, resultará más complicado que en Ferrovial. Porque su actividad en España es al por menor y puede sufrir con la segura campaña en su contra que llevaría a cabo el gobierno socio-comunista…
Abrazos,
PD: Te he hablado muchas veces la bondad de ser Hijo de Dios. Nos protege, nos mima, nos cuida, nos quita los miedos, nos da la esperanza. Se es Hijo de Dios desde nuestro Bautismo. Es por eso por lo que no se pueden dejar de bautizar a los niños que nacen.
Hay una anécdota muy bonita de cuando eligieron al Papa Juan Pablo II. Su primer viaje fue a su pueblo natal en Polonia. Celebró la Misa en la pequeña iglesia del pueblo. Iban entrando los monaguillos, curas, obispos y, por último, el Papa nuevo. Nada más entrar, se salió de la fila y se arrodillo en la pila bautismal de la iglesia. No estaba preparado esto. Y se quedó no un minuto, ni dos ni tres… Se puso de rodillas y se quedó así 16 largos minutos dando gracias por su bautismo, por haber empezado ahí el ser Hijo de Dios…