30 abril 2025

es cuestión de confianza

La confianza del consumidor de la encuesta de la Conference Board marca mínimo desde 2020.

Esta encuesta suele estar bastante correlacionada con el empleo, así que a priori es una mala noticia.

US consumer confidence has plummeted to 'Covid' levels!

Which is not the same as Great Financial Crisis levels, but still.

Adicionalmente, el 48,5% de los consumidores espera ahora que las acciones caigan en los próximos 12 meses (según el Conference Board). Es el mayor pesimismo desde octubre de 2011

Abrazos,

PD: Simplifiquemos nuestra vida y hagamos lo importante:

29 abril 2025

Hoja de Ruta

Esta es la hoja de RUTA de Apollo:

Recesión + Estanflación que llegará a EEUU en el segundo trimestre con despidos MASIVOS en el sector de transporte y comercio minorista.

A día de hoy, las reservas de contenedores desde China a EE. UU. están cayendo drásticamente…

Abrazos,

PD: Ayer día del apagón, sin luz, viene esto al caso:

28 abril 2025

el baby boom se empieza a jubilar...

Mientras que en países como EE.UU. el baby boom se dio inmediatamente después de la Segunda Guerra Mundial (entre 1946 y 1964), en España el fenómeno comenzó más tarde, entre 1958 y 1976

Esto fue el baby boom en España:

La jubilación del 'baby boom' ya está aquí y supera todos los registros históricos

El ritmo de altas es el más alto de la historia. El gasto en pensiones acelera y ya crece más que en 2024 pese a la menor revalorización.

El escenario demográfico que se dibuja en el informe de AIReF sobre las pensiones en España de verdad que da miedo

Y con estas proyecciones, no se nos ocurrió otra cosa que montar una reforma de las pensiones cuyo impacto es un incremento del gasto de 2,7 puntos del PIB en 2050, y un aumento de más del 20% de la pensión media (en términos reales) en esa misma fecha

Abrazos,

PD: Ayer, domingo de la DIVINA MISERICORDIA. Déjate abrazar, interpelar, alcanzar por el amor, el perdón y la misericordia de Dios. Él no se cansa nunca de perdonarnos y darnos una nueva oportunidad.

25 abril 2025

recordando la macro de la universidad

Interesante lo escrito por https://x.com/Manuj_Hidalgo

Para entender qué hay detrás de lo que está sucediendo en EEUU y qué efectos va a tener vayamos a la contabilidad nacional.

Sabemos que

Y = C+I+G+(X-M),

Dónde Y es renta, C consumo, I inversión y G gasto público. El paréntesis es el saldo comercial (exp menos imp)

Si restamos por T en ambos lados de la identidad tenemos que

YD = C+I+(G-T)+(X-M)

Donde YD es renta disponible y G-T es el saldo fiscal o déficit público si es negativo.

Pasando C e I a la izquierda, tenemos que

S-I = (G-T) + (X-M)

donde S es el ahorro.

Reordenado tenemos finalmente que

(S-I) + (T-G) = X-M

El palabras, la capacidad de financiación (déficit/superávit) privado más el público es igual al saldo comercial o déficit/superávit en la BCC.

Ahora añadamos algo más:

Si una economía tiene déficit exterior éste lo debe financiar con endeudamiento exterior. Si es al revés, financiamos al exterior. Así, X -M es aproximadamente igual a la Balanza Financiera del país (no es igual porque hay otras partidas que suman y restan, pero podemos suponer que son muy cercanas). Así:

(S-I) +(G-T) = X-M = -SF

El SF aparece en negativo porque si hay déficit exterior entran más recursos de los que salen (endeudamiento)

Y ahora pensemos: X-M es muy negativo para EEUU. Eso implica que SF es muy positivo. EEUU se endeuda para financiar su déficit.

La pregunta es por qué el déficit exterior es negativo y qué se puede hacer para reducirlo.

Miremos a la parte izquierda. En EEUU la BCC es muy negativa porque el déficit privado y público son elevados: EEUU es una economía muy dinámica y necesita recursos externos para pagar la I. Como S no es suficiente piden prestado en el extranjero. Además, el Estado tiene déficits, o bien porque G es alto (ya sabemos que es mejor comparativamente a Europa) o porque T es bajo. Esto provoca el saldo exterior negativo. No que nadie quiera comprar, simplemente que es una economía que necesita muchos recursos externos para mantener sus saldos privados y públicos de ahorro.

Y ahora lo siguiente: cualquier economía no podría sostener esta dinámica mucho tiempo (mitad España en 2008).

Un endeudamiento continuado devaluaría la moneda de ese país y tendría que ajustar. Pero esto no pasa en EEUU. Mirad la BF.

Estados Unidos es un oferente mundial de activos financieros en dólares con garantías (hasta ahora). Eso le permite financiar sus déficits vendiendo bonos al exterior

Estos activos constituyen buena parte de la reservas de divisas internacionales. Tiene demanda. Y todos sabemos que si ofertas activos financieros que tienen mucha demanda su rentabilidad es baja. EEUU se financia gracias a su posición de hegemón mundial y a una economía basada en la innovación y dinamismo.

Trump quiere reducir X-M. ¿Como podría hacerlo sin dañar en exceso a su economía? Podría reducir G-T o bajando G (el DOGE hace muchas cosas pero no han logrado nada de esto) o subiendo T, lo que en EEUU significa que estás muerto políticamente

Otra opción es elevar S-I, que se invierta menos y se ahorre más. Pero para esto debes nuevamente intervenir en incentivos privados. Una subida de impuestos podría ser la opción, pero creando una devaluación interna que ayudará a aterrizar el endeudamiento.

Pero lo que está haciendo es reducir C por la vía dura: generando inflación y destruyendo riqueza. El aterrizaje será duro. Logrará muy posiblemente reducir el saldo a consta de empobrecer duramente a sus ciudadanos.

Sabéis lo que esto significa porque lo hemos experimentado: pensad en precio de vivienda, recesión y caída de salarios reales por años. Justo.

Pero hay un elemento más: BF.

El dólar ha sido y es la moneda de reserva global. Eso ha permitido que EEUU haya mantenido esta dinámica por décadas sin tener que pensar en ajustes como los que otros países si hemos tenido que hacer.

Pero las dudas surgen y la confianza se puede perder. El euro y el yuan ganan posiciones. Estamos lejos de esto. Pero visto lo visto en estos meses yo ya no descarto nado a medio plazo.

Si BF tiene que ir a cero, el ajuste deberá ser más dramático. Se hará con inflación y caída de rentas reales, aumento de desempleo y caída del crecimiento potencial a medio y largo plazo. En España hemos esperado más de una década en recuperar algunos agregados.

Como decía @DAcemogluMIT, el ajuste se hará, pero la victoria será pírrica.

España no tuvo alternativa porque no somos el país del dólar.

EEUU elige muerte y de la peor manera.

Su déficit caerá, pero a costa de empobrecer a su sociedad.

Abrazos,

PD: Siguiendo al texto de Emaús, ayer se aparece el Señor a los Apóstoles que estaban reunidos encerrados por miedo. Le había rechazado en su viacrucis y muerte. Sólo Juan se atrevió a seguirlo en esos duros momentos. La sensación de culpa y su conciencia les hacía estar temerosos de un castigo divino. Pero no hubo tal. Entró Jesús a pesar de las puertas cerradas. Y les daba miedo su reacción por dejarle solo. Les perdonó y no les castigó como esperaban. Tuvo que comer con ellos un trozo de pescado para ver que era de carne y hueso como ellos… Muy interesante el perdón y el cuerpo glorioso que tendremos en nuestra resurrección. Podremos seguir zampando como ahora, aunque me imagino que eso entonces será secundario…

24 abril 2025

¿qué harán los bancos centrales?

Interesante lo que dice Olivier Blanchard, un economista francés que fue jefe del FMI:

La tentación es no hacer nada y no verse tan influido por las presiones políticas. Es quizás lo que ocurrirá: no bajarán los tipos salvo una recesión mucho más profunda de lo esperado…

Por lo general, el dolor económico de Estados Unidos se ve amortiguado por la caída de los rendimientos de los bonos y el fortalecimiento del dólar, lo que significa tasas de interés más bajas y mayor poder adquisitivo para los consumidores.

Esta vez estamos viendo lo contrario, es decir, el dolor se amplificará.

Básicamente, lo que normalmente ocurre es que los inversores piensan: “Las acciones tienen demasiado riesgo ahora, así que cambiemos a bonos estadounidenses y al dólar, que son una apuesta más segura porque Estados Unidos es un país estable y bien administrado con un buen control de su déficit e inflación”.

¿Esta vez? No tanto.

Abrazos,

PD: Estamos en la Octava de Pascua durante toda este semana. Hemos tenido mucho ruido y por eso quiero volver al inicio de la Pascua. Toda esta semana se celebra como si fuera un domingo. Es la semana más importante del año, mucho más que la Cuaresma. En esta semana celebramos la Resurrección del Señor. Nos ha salvado, nos ha redimido y nos ha abierto la puerta del cielo.

Por eso es muy importante no olvidar esta semana y si puedes acudir a la Misa verás todo lo que se nos cuenta. Ayer Emaús. Menudo texto más bonito: salieron corriendo de vuelta a Jerusalén al reconocerle al partir el pan. Les ardía el corazón cuando les contaba las escrituras…

Pensaron que el Mesías, cuando viniese, les iba a liberar de los opresores. Le vieron morir crucificado y pensaron que nada tenía sentido. Por eso la Resurrección es tan importante. Tendremos una vida mucho mejor los que consigamos llegar al cielo en la vida eterna. Veremos a Dios de cara y nos abrazará como hijos suyos que somos.

23 abril 2025

menor crecimiento

La edición de abril de 2025 de Perspectivas de la economía mundial prevé que el crecimiento mundial disminuirá a 2,8% en 2025 en medio de una escalada de las tensiones comerciales y la incertidumbre de las políticas.

Lea el análisis completo https://imf.org/es/Publications/WEO/Issues/2025/04/22/world-economic-outlook-april-2025?cid=sm-com-tw-WEO2025004

Interesante el palo que le ha dado el FMI a Alemania, que le deja a cero su crecimiento:

Y lo mejor es que Trump dijo ayer que no va a despedir a Powell, el actual Presidente de la FED, y que los aranceles con China se van a ajustar muy a la baja también…

Abrazos,

PD: Rezo porque los cardenales, iluminados por el Espíritu Santo, encuentren un nuevo Papa tan digno como sus antecesores. Que sea santo, que evangelice el mundo más, que se le vea rezar, que haga viajes apostólicos y que le meta mano a la iglesia y sus problemas. Me interesa más su figura como un buen apóstol, que como un buen gestor. No les va a ser fácil ya que los cardenales apenas se conocen. Mucho me temo que tendremos muchos días de especulaciones, veremos a los medios contra la iglesia, y cuando le nombren, contra el nuevo Papa. Rezar por el nuevo Papa será muy importante en mayo.

22 abril 2025

la gran perjudicada en la guerra comercial

Según Sánchez Quiñones:

Europa es la gran damnificada de la guerra comercial EEUU vs China

En las guerras comerciales nadie gana, pero en la guerra comercial entre Estados Unidos y China la gran perdedora es Europa. Será el destino de gran parte de los bienes chinos antes destinados a Estados Unidos y, previsiblemente, el gobierno americano intentará un alejamiento de Europa de China, especialmente en productos tecnológicos.

Todos los movimientos de Trump desde el 2 de abril dejan claro que su principal adversario es China. Los aranceles impuestos a los productos chinos de hasta el 145% casi imposibilitan las exportaciones desde el gigante asiático a Estados Unidos.

Las exportaciones directas de China a EEUU han perdido peso en los últimos años, pasando de ser el 21% de las importaciones realizadas por EEUU en 2016 a apenas 13,4% en 2024. Esto se debe a que muchas ventas chinas se han triangulado a través de terceros países asiáticos. En algunas ocasiones, con mínimas modificaciones de los productos o componentes para evitar la etiqueta "made in China" y, en otras ocasiones, con la creación de fábricas en países como Vietnam. Mientras que el 60% de los productos intermedios importados por EEUU provienen de China, dicho porcentaje asciende al 90% si se incluyen los productos vendidos desde otros países, pero que originalmente proceden de China.

Curiosamente, los países desde donde más se han incrementado las exportaciones a Estados Unidos son aquellos que, a su vez, han recibido un mayor aumento de las exportaciones chinas. A modo de ejemplo, China ha incrementado las exportaciones a Vietnam en el último mes más de un 17%, a la vez que Vietnam tiene ya un superávit comercial con Estados Unidos de 124.000 millones de dólares.

China, ante la debilidad de su economía doméstica por la digestión de su burbuja inmobiliaria, necesita mantener un fuerte impulso de sus exportaciones para crecer a las tasas previstas. Así lo muestran, una vez más, los datos de su balanza comercial del pasado mes de marzo: las exportaciones crecen un 12,4%, mientras que las importaciones se reducen un 4,3%. La debilidad de la demanda interna es manifiesta. Es cierto que parte del incremento de las exportaciones se debe a mayores pedidos anticipándose al "Día de la Liberación". En cualquier caso, China necesita seguir teniendo un sector exterior fuertemente exportador para mantener tasas de crecimiento económico cercanas a su objetivo del 5%.

Aunque en los últimos días se hayan relajado los aranceles sobre determinados productos chinos, como los teléfonos inteligentes, los ordenadores o los chips, es evidente que las exportaciones chinas a Estados Unidos con un arancel del 145% se resentirán sensiblemente. China se ve obligada a buscar mercados alternativos para sus productos. El único mercado comparable al mercado estadounidense por tamaño y capacidad adquisitiva es Europa. Ni el resto de Asia, ni Latinoamérica, ni mucho menos África, tienen capacidad ni tamaño para absorber las exportaciones que inicialmente irían dirigidas a Estados Unidos.

Esta situación no es nueva. En mayo del año pasado, la administración Biden impuso aranceles del 100% a los vehículos eléctricos chinos. El mercado alternativo identificado por los fabricantes chinos evidentemente fue Europa. Como consecuencia, ante el elevado flujo de vehículos eléctricos chinos, Europa impuso, a su vez, aranceles a los vehículos eléctricos chinos que oscilaban entre el 27% y el 45%, dependiendo de las marcas.

El año pasado la problemática para Europa solo se planteaba con los vehículos eléctricos. Ahora el problema es mucho más amplio, afectando a infinidad de productos de los más distintos sectores. Europa se enfrenta a una difícil disyuntiva:

+O bien impone aranceles a los productos chinos, al menos de forma sectorial, para proteger la industria europea;

+O bien no impone aranceles, permitiendo que los productos chinos inunden los mercados europeos, con un efecto deflacionista en los precios, pero mermando sensiblemente a la industria europea.

El problema de fondo radica en las ayudas estatales chinas a determinados sectores durante lustros, que le ha llevado a tener la mayor capacidad de producción del mundo. Así, a día de hoy, China cuenta con el 33% de la capacidad manufacturera mundial, mientras que en el momento de su entrada en la OMC (2001) apenas alcanzaba el 7%. En el caso de la producción de acero, hace 25 años producía el 3% del acero mundial. Hoy produce el 71%. El Reino Unido, cuna de la revolución industrial, ha cerrado todas sus acereras excepto una, que casualmente es de capital chino.

Adicionalmente a la inevitable inundación de bienes chinos, Estados Unidos utilizará las negociaciones de los aranceles para acordar muchos otros aspectos que nada tienen que ver con el comercio bilateral. Previsiblemente entre dichas demandas estará el presionar a Europa para que elija la tecnología estadounidense en lugar de la china, poniendo como ejemplos la inteligencia artificial y tecnología de satélites.

Sin duda, Europa será la gran perjudicada de la guerra comercial entre Estados Unidos y China.

Abrazos,

PD: Feliz Pascua!! El Señor ha resucitado y nos ha abierto la puerta a la eternidad.

Me he pasado la Semana Santa con mis hijos y nietos. Hemos rezado juntos, hemos jugado, comido y hablado de todo…, mojándonos como todos. Daba igual, lo pasamos muy bien. Fuimos a unos Oficios muy bonitos y a una procesión. Pero la guinda fue la Vigilia Pascual del Sábado, ya en Madrid. Fuimos a la parroquia del Carmen en Pozuelo estación. Impresionante la muestra de fe que se dio ahí. 3 horas que no se nos hicieron largas. Se cantó de impresión, hasta se bailó un poco. Mi mujer se emocionó. Era tanta la alegría y la fe de los que participaban que impresionaba. Nos encantó ver tanta alegría y tanto entusiasmo. Repetiremos otro año…

11 abril 2025

hegemonía estadounidense

LA SEMANA QUE VIENE NO HABRA EMAIL, SI QUIERES ALGO ME LLAMAS AL MÓVIL O ME ESCRIBES Al EMAIL

 

El imperio o hegemonía estadounidense que comenzó a principios del siglo XX, ha entrado en su fase final en 2025. Actualmente se encuentra entre los pasos 15 y 17.

El giro de Trump cambiando décadas de política exterior, es el comienzo del paso 18.

Esto está sacado del libro de Ray Dalio, el gran agorero… EEUU ha seguido todos y cada uno de los pasos. Pensar en el final como una guerra civil es demasiado. Otros imperios cayeron sin esa necesidad (España, Reino Unido, Holanda…)

Trump quiso darle un empujón a este proceso tras un débil Presidente Biden. Quizás se ha pasado de rosca al tener que dar enseguida marcha atrás.

China está subiendo por esos pasos todavía…

Y Europa que quieres que te diga, regulando, fuera de juego, noqueada… No fue capaz de avanzar y eso ha sido un retroceso de órdago desde el 2000. Desde el punto de vista económico, es un desastre:

Sin apenas innovación, con empresas mediocres, y demasiadas concesiones a todos…

Según el World Bank:

Grandes diferencias entre las empresas:

Y los sueldos de Europa en los suelos:

Y como en toda guerra comercial que se precie, las divisas son el objetivo. EEUU quiere un dólar más flojo para poder vender más fuera. Parece difícil, pero lo está logrando. Esto es muy malo para Europa. Estamos rompiendo la tendencia:

Abrazos:

PD: Que disfrutes en la Semana Santa. Que reces, que vayas a la iglesia, que asistas a las procesiones y a los Oficios. Que os reunáis con la familia…

10 abril 2025

pura geopolítica con un maquillaje por medio

Cosas que se empiezan a aclarar:

+Esto no va de comercio.

+Ni de reindustrialización.

+Ni de mercados financieros, aunque tengan mucho que decir.

EEUU teme la competencia de China por la hegemonía tecnológica, económica y militar. Y siente que se le acaba el tiempo.

Ha usado los aranceles a todos como maquillaje para darle a China. ¿Estaba pensado desde el principio? Me temo que sí. Nos han tenido engañados todo el rato, era premeditado, o han dado un marcha atrás de alucine…

Muy interesante:

Estados Unidos vs China: ¿quién ganará?

Estamos en medio de la batalla económica más grande del siglo. No hay tanques, no hay misiles. Lo que hay es algo mucho más sofisticado: una guerra de monedas, de deuda, de tasas de interés y de recaudación fiscal.

Trump no quiere comerciar: quiere recaudar

Lo dijimos claro: los aranceles de Trump no son para castigar a China, ni para proteger a los trabajadores americanos.

Son una caja registradora fiscal.

Trump encontró una forma de financiar al Estado cobrando impuestos a productos extranjeros sin tocar al votante estadounidense. Es un genio fiscal, no un proteccionista.

Pero esa jugada tiene un enemigo: China.

China responde: Devaluación, presión y contraataque

China entendió el truco. Y respondió con dos movimientos:

1.Devalúa el yuan, lo que neutraliza los aranceles de Trump. Sus productos siguen siendo baratos, y la recaudación fiscal por importaciones se reduce.

2.Vende bonos del Tesoro de EE.UU., lo que obliga a subir las tasas de interés. Así, encarece la deuda estadounidense justo cuando Trump necesita refinanciarla más barato.

China no se está defendiendo. Está contraatacando. Le está diciendo a EE.UU.: “¿Quieres recaudar con nosotros? Te va a salir caro”.

¿Quién gana? Solo uno tiene la llave HOY: Estados Unidos

Aquí viene la verdad brutal.

Aunque China juegue bien, solo hay un país que controla el tablero completo: Estados Unidos.

¿Por qué?

+Porque el dólar sigue siendo la moneda de reserva mundial. Todos, incluso China, necesitan dólares para comerciar, para invertir, para sobrevivir.

+Porque la FED puede cambiar las reglas en minutos: imprimir más dólares, bajar tasas, o simplemente endurecer la política y asustar al planeta entero.

+Porque los capitales globales aún corren hacia EE.UU. en tiempos de crisis, no hacia Pekín.

China puede devaluar, puede vender bonos, puede empujar. Pero no puede quebrar el sistema sin quebrarse a sí misma. Su economía depende de exportar al mundo… y el mundo está dolarizado.

Por eso la guerra no es simétrica. Porque mientras China usa artillería, Estados Unidos controla la arquitectura.

¿Y si China abandona el dólar? El sueño BRICS

Ahora bien, ¿qué pasaría si China decide ir más allá y romper con el dólar, reemplazándolo por una moneda BRICS o por el yuan?

Eso ya está en marcha. Los BRICS están empujando una estrategia de desdolarización:

+Crear sistemas de pagos alternativos,

+Liquidar comercio en monedas locales,

+Proponer una nueva divisa supranacional entre miembros.

Pero el problema no es técnico. Es estratégico.

Hoy, el yuan no es una moneda de confianza internacional. No es plenamente convertible. Su valor lo determina el Partido Comunista, no el mercado.

Los BRICS no confían entre ellos: Brasil no quiere yuanes, India no quiere rublos, Sudáfrica no quiere rupias.

Además, la infraestructura global —bancos, seguros, fondos— está construida sobre dólares.

Cambiar eso es como reconstruir el sistema circulatorio del planeta… sin parar el corazón.

El dólar no desaparecerá, pero dejará de ser el único rey del juego.

La victoria no es absoluta y es solo de corto plazo.

Trump está jugando una guerra fiscal de ajedrez con un objetivo: refinanciar su deuda, recaudar sin tocar al votante y hacer que el capital global regrese a EE.UU.

China le está haciendo la vida difícil, pero no puede frenar la jugada final de corto plazo.

Porque al final del día, quien imprime la moneda que todos usan, gana.

Hoy EEUU sigue teniendo la ventaja estructural, pero no será por mucho tiempo, en la redefinición del capitalismo global, China lleva la delantera.

Hoy gana quien recauda sin depender de nadie. Gana quien impone su moneda. Gana quien controla las tasas. Gana quien hace que los demás jueguen en su tablero.

Mañana ganará el que controla las nuevas fuentes de producción en el mundo, y ahí, el gran ganador será China.

Y otro de los mensajes clave de ayer: a ciertas empresas de EEUU se les quitarán los aranceles de lo que importan. Está pensando en Nike, Apple y tal… No puede hundir a ciertas empresas, ni reemplazar el trabajo de fuera a precios irrisorios (Vietnam paga 600 dólares a sus trabajadores al mes)

No quiere recaudar con los aranceles, ni quiere que se reindustrialice EEUU. Solo quiere atacar a China y ha usado al resto del mundo como maquillaje, para que no se notara que solo iba a por China… Y los chinos lo saben y creo que salen ganadores. No exportaban tanto a los EEUU. Lo pueden sustituir vendiendo más a Europa. Son mejores en innovación tecnológica, son punteros, mejores que EEUU, en todos los sectores productivos (mira la que han liado con los coches en solo 4 años). No necesitan comprarle nada a EEUU. Y tienen el control absoluto de las “tierras raras”, quizás la otra pata que estaba en juego…, necesarias para todo, y muy escasas.

Abrazos,

PD: Este Vía Crucis es uno de los más cortos, ya que puede rezarse en cinco minutos o menos, y meditar en la profundidad del camino de Jesús hacia la cruz. https://es.aleteia.org/2025/04/03/un-via-crucis-muy-breve-para-rezar-durante-la-cuaresma

09 abril 2025

más inflación y menos beneficios empresariales

El gran economista Milton Friedman dijo una vez sobre la inflación: «Los consumidores no producen inflación. Los productores no la producen. La inflación solo se produce por un exceso de gasto público y de creación de dinero por parte del gobierno, y nada más».

Pues eso el lo que ha estado pasando en la última década: demasiado gasto público en todas partes y una espectacular creación de dinero de la nada…

Ahora tenemos que lidiar con los aranceles para acometer una reducción del elevado déficit externo de EEUU, la cuadratura del círculo…

Para ello se pretende que se vuelva a producir en los EEUU en vez de donde era más barato, por mucho menores salarios. Es un imposible. Se tardan años en montar fábricas nuevas. Y no hay mano de obra en EEUU para lo que se pretende.

Pero esta es la argumentación de los aranceles: que vuelva EEUU a producir como antes, como nunca, ya que siempre se han aprovechado de los bajos costes de fuera para evitarlo de forma interna, al no haber fuerza laboral disponible (han estado casi en pleno empleo y cuenta con unos salarios medios estratosféricos…

Y por ende, en este proceso de muchos años de globalización, las empresas se han especializado en lo que sabían hacer barato. Mucho se produce fuera, pero se ensambla en EEUU para poder poner el “made in USA”.

Ejemplos: Los iPhones, con la actual estructura arancelaria, costarían un 54% más

La única forma de hacerlo igual es a costa de una enorme reducción de márgenes, de beneficios, que es lo que está descontando el mercado…: menores beneficios empresariales si no hay una vuelta atrás de los aranceles.

Ningún automóvil se fabrica al 100% en Estados Unidos. A menos que los fabricantes de coches estadounidenses puedan cubrir las necesidades, el nuevo impuesto del 25% del Presidente Trump a todos los coches y partes de los coches que entran a Estados Unidos pone a las compañías automotrices en el camino hacia costos de producción más altos.

EEUU ensambla coches, como México, como España… Produce muy poco de lo que ensambla. Parte del motor y la chapa…, pero comprando la chapa fuera para hacer los coches.

Y el último detalle: qué grandes discrepancias entre países: https://x.com/runews/status/1909492476706210149

Es todo un desastre sin pies ni cabeza. Se le van a enfadar, con razón, muchos de sus estadounidenses. Serán los más perjudicados por la recesión, por la pérdida de empleo, por los mayores tipos de interés y mayor inflación. La pena es que esto lo tenía que haber conseguido hablando primero con sus empresarios para ver si podían hacer algo, no por las bravas… Ha sido temerario y no parece que se deje aconsejar, ni nadie se atreve a abrir la boca. ¿Dudará 4 años su mandato? Espero tener la paciencia suficiente para seguir a este ritmo frenético…

Los bonos que empezaron bajando de rentabilidades el día de “la liberación” se desploman:

Y las bolsas, muy volátiles, les ha pillado con una gran sobrevaloración que se debía corregir, como se está haciendo. Los beneficios empresariales van a descender. Pero todo pasará y hay que ser conscientes que no van a poder aguantar mucho y darán marcha atrás. Abrazos,

PD: Viaje hacia el Paraíso:

08 abril 2025

la volatilidad se reducirá en el tiempo

Los nervios, la volatilidad, pasará. Es cuestión de paciencia y de no cometer errores estos días. Cuando baja a plomo, sube después.

El S&P 500 ha recortado la mitad de la última subida y ha encontrado una pausa en los máximos del mercado alcista de enero de 2022:

Interesante lo que dice el jefe de AXA a este respecto:

Keep Calm and Carry On

After Liberation Day, US tariffs have been multiplied by 10 relative to the “pre-Trump” level. If they were to stay at their new level – i.e. if still elusive negotiations do not start and resolve quickly – the impact on consumers’ purchasing power, corporate margins and hence investment could push the US economy into a brush with recession in the second half of this year. Beyond that point, a lot will depend on the Fed’s appetite to accommodate the shock. While we have little doubt that, once clear signs of labour market deterioration appear, the Fed will resume cutting, we do not think it will necessarily go very far into accommodative territory. Long-term credibility matters to central bankers, and they will take the risk of over-reacting very seriously. This could trigger a more direct conflict between the White House and the central bank.

Europe will be hard hit as well. Even if the shock is smaller than in the US, the Euro area economy was already soft before Liberation Day and the additional hit on exports and confidence may also trigger a brush with recession later this year – with more space in our view for the ECB to accommodate though, as disinflation should continue. The key questions for Europe now revolve around retaliation. We think there is good argument for “readying” the retaliation measures without implementing them straightaway. If we are right and the US economy slows down quickly, this could change the political balance in the US, and if it is obvious that Europe bears no effective responsibility in this state of affairs, the “European case” could be stronger if/when negotiations start in earnest.

The US move on 2 April naturally draws attention to scary historical precedents, such as the Smoot-Hawley tariff of 1930 which prolonged the great depression and impaired global trade. However, the protectionist spiral of the 1930s was largely explained by the constraints of the Gold Standard. Governments today have more choice. If they keep their composure, there is still a space for the old, rule-based trade framework.

The US will hurt – a lot

The average effective average tariff levied on imports entering the US is now almost 10 times what it used to be before Donald Trump’s election. It is also higher than the figure most often mentioned by the Trump team during the campaign last year: they were indicating 10% on everyone except for China (60%). The 60% target on China is almost hit (the 34% tariff announced last week comes on top of the 20% already implemented since D. Trump return to power), but on average the “reciprocal tariff” on other suppliers of the United States excluding Canada and Mexico is higher than 20%. When taking on board the tariff moves announced by the Trump administration before “Liberation Day,” including those levied on Canada and Mexico, the average tariff on all imports reaches 22.5% according to the Yale Budget Lab (see link here). In short, this goes further than anyone had expected, which explains the magnitude of the market reaction last week.

Of course, in an optimistic reading, last week’s announcements could be seen as an “opening gambit” to a negotiation with trade partners, but there is very little in the White House’s communication so far pointing in this direction – apart from an offer from Vietnam to bring their own tariffs to zero, in a phone conversation qualified as “productive” by the White House. The partners’ immediate retaliation (China on all US products, Canada on cars) or planned retaliation (EU) makes it difficult to count on a swift “back-pedalling.” For now, we will take the announcements at face value to assess their macroeconomic impact.

Let’s start with the US. Mechanically, the change in tariff will lift consumer prices by more than 2% as roughly 10% of the US consumption basket is directly or indirectly imported, as per the findings of the Boston Fed. Some of the shock on imported goods will be cushioned by margin compression at the exporter, wholesaler, or retailer level…but equally, domestic producers may be tempted to push their own prices thanks to the protection against foreign competition the tariffs will provide. There is a long list of side-effects to take on board. One, on the disinflationary side, is the decline in oil prices, in reaction to the expected fall in demand amid lower world growth. Between inauguration day on 20 January and last Friday, WTI oil prices fell by 18%, which – using the Fed’s old elasticity – would reduce consumer prices by around 0.5% within a year. All in all, in our preliminary new forecasts, we have pushed US inflation up by 1.2% cumulatively over 2025 and 2026 from baseline, to 3.6% and 3.8%, but this takes on board some feedback effect from a slower US economy. The initial price shock will be hard.

It is a pure supply-side shock: it will eat into consumers’ purchasing power and trigger a contraction in spending. This will be magnified by the adverse wealth effects triggered by the decline in equity prices. According to the Federal Reserve model (FRB-US) a 10% decline in equity wealth reduces consumption by 0.3-0.5%. Corporate investment is also going to suffer. While in the medium-term, capex could be boosted by firms relocating production in the US, in the short run tariffs will deteriorate business margins, leaving less financial space for investment, while lower consumption and heightened uncertainty would in any case create a difficult environment for investment. Overall, we have revised down our GDP forecast for the US for 2025 from 2.2% to 1.3%, with two quarters of marginal GDP contraction in the second half of 2025.

Unsurprisingly, given the high level of uncertainty, our level of confidence in this projection is low – even if this is in line with what we have seen from many sell-side houses after “Liberation Day”. The tariff shock is so large – with no precedent in the US modern economy – that non-linearities will likely abound and we don’t know at this stage how far the trade partners will retaliate, hence by how much we need to trim US exports, on top of the mechanical effect from lower foreign demand, as the rest of the world reels from the shock.

For 2026, the US economy will continue to feel the second-round effects of the shock but may benefit from a fiscal push which should emerge if the US administration manages to get Congress approval. The latter is however not certain, with first signs of dissent appearing, on the tariff issue, within the Republican caucus in the Senate. But an even more fundamental issue will be the timing and extent of the support the Fed will be ready to provide.

Jerome Powell – despite explicit calls from Donald Trump to resume cutting – kept his cards close to his chest in his speech last Friday, and we took some of his points as an attempt to correct the impression he had given the market at the last Q&A following the FOMC meeting. Indeed, at the time he had laid the emphasis on the possible transitory nature of a tariff-induced inflation shock. We had interpreted this as the sign he did not want to antagonize the White House too clearly. This time, he was more focused on the “persistence risk” in the way he phrased his answer: “while tariffs are highly likely to generate at least a temporary rise in inflation, it is also possible that the effects could be more persistent.” In any case, he reiterated his point on the Fed not having to hurry to make decisions.

It is highly likely that the Fed will be reactive, and not pre-emptive: the FOMC will want to see signs of an actual deterioration of the labour market – which down the line will keep inflation from turning persistent – before resuming its cutting phase. It may not have to wait that long. We have been insisting on the divorce between the deterioration of consumers’ perceptions of the labour market reflected in surveys and the reality depicted, for instance, in the Employment Reports. However, the latest NFIB survey – which has been doing a good job at predicting job creation – suggests that hiring intentions in the business sector – which were buoyant at the very beginning of this year - are also starting to turn (see Exhibit 1). 

Exhibit 1 – Hiring intentions starting to turn

Yet, timing is not the only issue. The magnitude of accommodation is another, and there, we are not certain that the Fed would be willing to go very far. Since the late 1970s, every Fed President has been dreading following the same path as Arthur Burns, who did not stand up to pressure from successive US Presidents and allowed inflation to get out of control. The Fed’s dual mandate makes it difficult for the FOMC to ignore a rise in unemployment, but seasoned central bankers usually believe in establishing policy credibility on inflation as key to ensure full employment in the long term. While we think the Fed could cut by 100 bps more than what we were expecting before “Liberation Day”, we do not think they will take the risk of taking Fed Funds too far into accommodative territory. It is highly speculative at this stage, of course, but 2.50% - 50 bps below the median estimate of the FOMC members for the long-term level of the policy rate – could be the right level. Indeed, we should not forget the state of play before Liberation Day: inflation was already on the strong side, no longer clearly converging towards the Fed’s target. This will inform the FOMC members on the risks of providing too much support ahead.

If the Fed is only “mildly accommodative,” we think the rebound of the US economy in 2026 could be slow, with annual GDP growth barely positive on an annual average basis (the base effects from the slight contraction in 2H 2025 would not help). This would be the price to pay to bring inflation fully back on target in 2027 and close the stagflationary episode as swiftly as possible.

Such approach is likely to draw Donald Trump’s ire, and his appointee to replace Jerome Powell as Chair of the Federal Reserve Board in May 2026 could be of a more dovish persuasion. We have however already made the point in Macrocast that this alone would not ensure a swift realignment of the Fed’s stance, given its collegial decision-making (Jerome Powell himself would remain a member of the Board of Governors until January 2028). In any case, if the White House manages to strong-arm the Fed into an overly dovish stance, the ramifications for the US economy may not all be positive, with a risk of a rise in long-term interest rates.

Europe would be right to take its time on retaliation

Europe will be significantly hit. The loss of demand from the US – both as a direct consequence of the tariffs on the price of European products and the induced recession – will lower European exports. The effect will be magnified by the ongoing re-appreciation of the euro exchange rate. All this will have second-round effects on investment and employment. However, the slowdown in the real economy, lower energy prices and stronger euro should help speed up disinflation in Europe which would allow the ECB to continue cutting rates into properly accommodative territory. Such relief would however be unable to completely offset the demand shock. While the cumulative impact on GDP would be significantly smaller than for the US (-0.8% cumulatively over 2025 and 2026), the starting point for the Euro area economy was significantly lower than for the US: it was already barely growing before “Liberation Day”. A mild recession in the second half of 2025 is probably unavoidable. The huge fiscal push in Germany will help, but the impact will not probably show before next year, while public finances in more fragile countries, including France, will suffer even more as the recession will eat into tax receipts.

The key questions for Europe right now revolve around retaliations: whether to strike, and how far. We do not think the immediate reaction of the economy can be a good adjudicator here. If the EU sticks to retaliate on goods only, a 10% tariff on US imports (we do not think the EU would go to a 1-1 response) would not move the dial much (see Exhibit 2). US goods – except for energy, which we think would remain exempt given the need of a substitute to Russian gas – do not play a critical role in European consumer prices. The effect would likely be swallowed by other factors (decline in oil prices, euro appreciation). Retaliation tariffs would lower Euro area imports, mechanically raising GDP a bit – all else kept equal (see Exhibit 3).

Exhibit 2 – Retaliation would not move the dial on inflation

Exhibit 3 – Breaking down the growth impact

But retaliation – a negative sum game - should have a purpose. They could be implemented to deter further action by the US. Everything is possible, of course, but given the magnitude of last week’s shock, we do not think that another round of US tariffs is just around the corner. They could be a bargaining chip for a future negotiation. If this is the case, the best course of action for the EU may be to “talk up” the possibility of retaliation, readying lists, setting up timelines, but abstaining to implement the measures for now. Why wait, rather than “hit now” to show resolve? Because this would give time for the American political process to turn around. Indeed, if we are right and the US experiences a brush with recession in the second half of this year, the Republican party may start heaping pressure on the White House to negotiate in earnest. If the Europeans have not responded in kind by then, no one in the US will be able to accuse the EU of any responsibility in the US economic slowdown. We think it is an important card to play.

Europe’s energy could be put to better use by focusing on domestic policies shoring up growth at home as well as ensuring that the ripple effect of the US decisions on world trade is as contained as possible. Deepening the EU trade with Canada, sealing the deal with Mercosur, luring the UK back into a customs union with the EU and opening talks with other regions should also be part of the response. As much as the decisions from Washington last week remind everyone of the fateful choices in the 1930s which triggered a collapse in global trade, there is no automaticity here. There is still space for a cooperative, rule-based approach to trade.

It need not be 1930 again

Assessing whether the US decisions herald a proper protectionist spiral the world over is now key. Historical precedents can be scary. The “delta” in tariff announced last week is close to what was seen at the time of the infamous “Hawley Smoot” tariff of 1930, widely seen as having prolonged the Great Depression of 1929 as every country started retaliating not only against the US but also against each other.

It is however important to recognise the massive differences between the 1930s configuration for world trade and financial relations and today. It was the interaction between trade and the Gold Standard (GS) which explained a lot of the spirals of the 1930s. Indeed, under GS, a country with a trade deficit would mechanically face outflows of gold, reducing domestic money supply, thus forcing a tightening in financial conditions which could lead to recession (and increasingly so in the 1920s and 1930s, civil unrest). Protectionism was seen as a politically more “sellable” way to avoid generating current account deficits than restrictive policies…and protectionism in one country – raising the chances of deficits appearing in other countries – led the way to protectionism everywhere. Since the end of the GS, governments have more choice.

China will be decisive there. With a tariff now totalling close to 67%, between last week’s “reciprocal” move of 34%, the 20% additional hike at the beginning of Donald Trump’s second mandate and the legacy from his first term, Chinese products are now virtually excluded from the US market, and Washington has closed “back doors,” e.g. by slapping a 46% tariff on Vietnam which had become a “hub” for transforming Chinese inputs into exports to the US. Beijing chose to immediately retaliate in kind against the US. The damage to the US is not going to be massive (US exports to China stood last year at only 0.5% of the US GDP) but the Chinese tariffs will still create some political headaches in some Republican strongholds in the mid-west (agricultural products account for a large part of these exports). Ultimately, the trade decoupling between the US and China will be complete.  All this this still leaves open the question of its attitude towards the rest of the world. Quite simply, it will have to choose between a cooperative and a non-cooperative strategy.

The cooperative strategy would entail upping its fiscal and monetary stimulus to boost consumer spending, at the cost of raising even further its already ballooning public debt. The uncooperative one would consist in devaluing its currency to help “dump” its products on non-US markets, especially Europe. This could in turn trigger some protectionist reactions from Europe (Ursula Van der Leyen was already clear on this last week). This would be a negative sum game and hopefully this risk will be taken on board by Beijing. The fact that, so far, China has not allowed its currency to depreciate after “Liberation Day” is reassuring.

The lure of the “old” cooperative trade system is valid beyond the economic superpowers. Vietnam provides an interesting example. The impact on the Vietnamese economy of the 46% tariff could be devastating. Using the data from the Vietnamese statistical office, exports to the US stood at 22.5% of GDP in 2023. The mechanical impact on exports of the 46% tariff will be to a large extent offset by a decline in imports from China. Still, given the magnitude of the dependence on the US market, the shock on GDP and employment will be tangible. In those cases, with very high tariffs, non-linear effects are very likely: there are entire sectors of the economy for which exporting to the US which will simply become non-viable. Hanoi has responded by offering the US a complete removal of the tariff on US products (9.5%). So far, Vietnam has maintained a balance between the “Global South” and the West, choosing not to sign the joint declaration of the BRICS summit. In case of rejection of the offer by the White House, Hanoi could be tempted into a closer relationship with China and the “global south in general”. This is however not the only possible avenue for Vietnam. The EU has also become a major destination of their exports, which in 2023 accounted for a bit more than 10% of their GDP. Wholeheartedly choosing “the South” against a “West” which is no longer as united as it used to be may not be in the best interest of Hanoi.

A point we developed a few weeks ago in Macrocast is that we should not mechanically focus on all-out “deglobalisation”, with trade being reorganised around tight clubs, united more by political bonds than by any joint economic interest. There is still space for a loose, informal alliance of countries which, irrespective of their political choices, would rather stick to the “old”, post WW2 cooperative framework for international trade, than regressing to a mercantilist, “everyone against everyone” approach. This will however take a lot of sang-froid from major players, China and the EU in particular. We however think this would be in their best interest.

Abrazos,

PD: El #EvangelioDelDía (Jn 8, 1-11), nos recuerda la capacidad infinita de Dios para perdonar; Él no se cansa nunca de perdonarnos; nos ama, pero espera siempre nuestra conversión, que “de ahora en adelante no pequemos más”. Él no condena ni juzga, nos ama y abraza.