¿Quién comprará la deuda americana?
Cuando un Estado gasta más de lo que ingresa incurre en un déficit que alguien tiene que financiar. El Tesoro Público de cada país se encarga de emitir instrumentos de deuda para financiar tanto el déficit del año, así como para refinanciar los bonos y letras que vencen en el ejercicio.
Los Estados occidentales dan por hecho que siempre van a existir compradores para sus nuevas emisiones de deuda. Esta sensación se ha visto reforzada en la última década tras las ingentes compras de bonos soberanos por parte de los bancos centrales (BCE en la Eurozona y Fed en Estados Unidos).
De acuerdo con las propias estimaciones del CBO (Congressional Budget Office), el déficit público estadounidense es crónico y difícilmente bajará del 5% del PIB en los próximos años. Por lo tanto, la deuda seguirá incrementándose en términos absolutos. Para financiar dicha deuda creciente se requiere que los tenedores de deuda estadounidense incrementen su demanda de bonos soberanos al menos en el mismo porcentaje en el que se incrementa la deuda.
Aunque el total de la deuda pública estadounidense excede ya los 33 billones de dólares (trillones americanos), la deuda plasmada en títulos emitidos por el Tesoro asciende a casi 26 billones de dólares. Es interesante analizar la evolución de los distintos tipos de tenedores de la deuda pública norteamericana emitida por el Tesoro estadounidense para intentar prever quienes serán los principales compradores futuros de las nuevas emisiones.
El principal grupo tenedor de deuda estadounidense son los inversores extranjeros. Aunque en volumen hayan aumentado su posición en 1,7 billones de dólares en los últimos diez años, han pasado de representar el 42% del total de la deuda en 2013 al 29,5% (dato del tercer trimestre de 2023). Los dos principales países inversores en deuda de Estados Unidos son Japón y China, con un 14,4% y 10% del total de la inversión extranjera.
No hay que esperar un aumento relevante de demanda por parte de los inversores japoneses, existiendo, además, el riesgo de venta de parte de sus posiciones si los tipos de interés acaban subiendo en Japón.
Por su parte, China ha reducido su posición en deuda soberana estadounidense un 33% en los seis últimos años. Las autoridades chinas han manifestado públicamente que no tienen ningún interés en aumentar la posición en bonos estadounidenses.
El aumento del comercio entre los países "no occidentales" en divisas distintas al dólar tampoco ayuda a aumentar la demanda de bonos del Tesoro estadounidense por parte de los inversores extranjeros.
El segundo tenedor de deuda del Tesoro de Estados Unidos es la propia Reserva Federal (Fed). A finales de 2021 poseía el 23,8% del total de la deuda. En apenas dos años ha reducido su posición en 1,6 billones de dólares, representando ahora el 17% del total. De acuerdo con los planes anunciados por la Fed pretende seguir reduciendo su tenencia de bonos, no incrementarla. El papel de la Fed ha sido fundamental para absorber la avalancha de papel de los últimos años. Del incremento neto de deuda entre 2018 y 2021, la Fed adquirió el 45% del total de la emisión neta de dicho periodo.
De los restantes tenedores de deuda, los fondos de inversión (13,7% del total) y los fondos de pensiones (14,3% del total)sólo aumentarán su exposición a la deuda del Tesoro en función de los flujos de entrada de nuevo patrimonio. La propia Fed reconoce que la demanda por parte de los bancos estadounidenses (6,7% del total) tiende a disminuir. Los particulares (9,3% del total) han sido los grandes compradores en los dos últimos años, 1,8 billones de dólares de incremento de posición. Un incremento de la misma magnitud en el futuro próximo no es previsible. En caso de ocurrir, implicaría que estarían retirando depósitos de los bancos, pudiendo colocar en una situación financieramente delicada a algunos bancos regionales.
Salvo hecatombe totalmente imprevisible, siempre habrá demanda de bonos del Tesoro estadounidense a tipos adecuados. Cuanto mayor sea el tipo de interés ofrecido, mayor será la demanda. No obstante, dado el elevado nivel de deuda estadounidense y los elevados vencimientos en los próximos años, Estados Unidos no puede permitirse que los tipos de sus bonos se disparen mucho más allá de los máximos recientes.
Una vez más, sólo es cuestión de tiempo que la Fed salga al rescate: primero dejando de reducir su tenencia de bonos; posteriormente, volviendo a adquirir bonos otra vez. Es sólo cuestión de tiempo.
Abrazos,
PD: He vuelto a convertirme un poco en el retiro que he hecho. Días de encontrar la Paz de Dios, de verle a Jesús su rostro de nuevo. En la vestidura del altar, que debe tener un nombre, ponía: “IN LAETITIA NVLLA DIES SINE CRVCE”. No sé latín, pero se me quedó grabado, lo de la alegría en la Cruz de cada día. Muy bueno para la Cuaresma… A ver si me duran los buenos propósitos que me he puesto.