Y ambos están dado fuertes pérdidas:
Uno de los episodios de turbulencias del 2023 fue la quiebra de tres bancos regionales de EE. UU. (SVB,Signature Bank y First Republic Bank). El motivo principal fue la fuerte salida de depósitos tras anunciar pérdidas por las posiciones que los bancos mantenían en bonos del Tesoro estadounidense comprados antes de las subidas de los tipos de interés por parte de la Fed. Para hacer frente a la salida de depósitos se vieron obligados a vender bonos por debajo del valor de compra, aumentando las pérdidas y creando un círculo vicioso (cuando los tipos de interés suben, los precios de los bonos emitidos con anterioridad bajan). El peligro de contagio a otros bancos regionales era evidente.
Como ya es habitual, la Fed acudió al rescate del sector financiero facilitando líneas de liquidez a través del programa BTFP (Bank Term Funding Program). Mediante este programa los bancos podían solicitar préstamos a la Fed poniendo como garantías bonos que tuvieran en balance, pero valorándolos al precio nominal, no a precio de mercado. Al subir los tipos de interés, los bonos que mantenían los bancos en cartera bajaban de precio, y se valoraban por debajo del precio de adquisición. Bajo el programa BTFP, la Fed ha estado dando préstamos a los bancos, sin que las garantías (a precio de mercado) cubrieran el préstamo.
La utilización del programa BTPF, con préstamos a la banca regional de unos 110.000 millones de dólares, junto con la ampliación del volumen de depósitos protegidos por el Fondo de Garantía de Depósitos estadounidense (FDIC - Federal Deposit Insurance Corporation) ha evitado que un elevado número de bancos regionales estadounidenses entraran en problemas serios ante el riesgo de salidas de depósitos y falta de liquidez para hacer frente a las mismas.
Ahora, la Fed ha anunciado que el programa BTPF finalizará el próximo marzo, aunque seguirán vivos los préstamos en vigor. A pesar de ello, los problemas en la banca regional están lejos de finalizar, especialmente por su elevada participación en la financiación del sector inmobiliario no residencial (CRE - Commercial Real Estate).
La banca regional tiene una elevada exposición al inmobiliario no residencial. De hecho, del total de los 3 billones de dólares en préstamos a este sector, 2 billones han sido otorgados por bancos regionales. El 35% de su cartera crediticia del conjunto de la banca regional está concentrada en el inmobiliario no residencial. La subida de tipos de 550 puntos básicos (5,5%) por parte de la Fed, y un elevado volumen de oficinas vacías a largo de EE. UU. ha colocado en una situación delicada al sector, especialmente en el subsector de oficinas. La caída de valoración del índice de precios de los "inmuebles no comerciales" supera el 20% desde los máximos de 2022.
Con datos de junio pasado, había casi 92 millones de m2 de oficinas vacías en Estados Unidos, equivalentes a 1.310 Torres Picasso de Madrid. En la ciudad de Nueva York el espacio de oficinas disponible equivale a 26 Empire State Building. Otras ciudades como San Francisco tienen áreas que se han transformado en ciudades fantasma.
En este año y el próximo vencerán préstamos bancarios en el sector inmobiliario no residencial por valor de 1,2 billones de dólares. La caída de las valoraciones y el mayor coste financiero por la fuerte subida de los tipos de interés hace que inevitablemente aumenten las provisiones en los bancos regionales por su elevada exposición. Aunque la tasa de morosidad todavía se sitúa cerca del 1%, casi la mitad de los préstamos ligados a oficinas tienen un importe superior al valor del inmueble. Ni entregando el inmueble se pagaría la totalidad del préstamo.
Aunque la situación del sector inmobiliario no residencial de Estados Unidos no es extrapolable a otras áreas geográficas como Europa o Japón, los problemas de generación de pérdidas por la exposición a este sector en EE. UU. no es exclusiva de los bancos regionales estadounidenses. Además de la caída de más del 60% de la cotización del NYCB (New York Community Bancorp) por provisiones relacionadas con el inmobiliario no comercial, en los últimos días se han conocido los daños causados a bancos internacionales.
El banco japonés Aozora Bank, con exposición a Nueva York, Chicago, Washington, Los Ángeles o San Francisco, ha reducido el valor de los préstamos inmobiliarios no residencial estadounidense en un 58%. Del total de 1.890 millones de dólares de exposición, 719 millones se han clasificado como morosos. Como consecuencia, sus acciones cayeron un 20% el día del anuncio de la noticia. Por su parte, Deutsche Bank aumentará sus provisiones en 123 millones de dólares por sus préstamos al inmobiliario no residencial estadounidense.
Aunque en ninguno de los dos casos las provisiones ponen en peligro la estabilidad de dichas entidades, es una señal del escaso nivel de provisiones, parece claro que existe un evidente riesgo de mayores provisiones en los bancos involucrados en el sector, especialmente en la banca regional.
Lo mismo que la Fed actuó hace un año con la quiebra del SVB (Silicon Valley Bank) y el riesgo de contagio, previsiblemente volverá a hacer lo mismo en caso necesario. En cualquier caso, la alta exposición de la banca regional estadounidense al sector inmobiliario no residencial provocará crecientes provisiones y limitará la capacidad de estos bancos de aumentar sus préstamos a empresas de otros sectores. Las más afectadas serán las compañías medianas y pequeñas que no tienen acceso a los mercados de capitales, ni a las formas de financiación alternativa.
Aunque haya bancos extranjeros afectados, como el banco japonés mencionado o Deutsche Bank, afortunadamente en ningún caso la situación es asimilable a la existente en 2008 con las hipotecas subprime.
Abrazos,
PD: Ayer celebramos a la Virgen de Lourdes: