Da igual todo lo que digamos los economistas y sus previsiones macro de abajo. Asaltan el Capitolio unos macarras con banderas de su Guerra Civil, y la bolsa sube. Da igual que Tesla haya ganado ya un 820% desde enero del año pasado…, todo da igual.
PREVISIONES MACRO PARA 2021: QUÉ ESPERAN LAS GESTORAS INTERNACIONALES DE LA ECONOMÍA
Entre el optimismo y la cautela, las gestoras internacionales hacen balance del que ha sido un año histórico. Una crisis sanitaria global que dio paso a una de las peores crisis económicas en décadas. ¿Qué depara a la economía en los próximos 12 meses? Las firmas extranjeras comparten sus previsiones macro para 2021.
Si tuviera que usar una analogía para describir la evolución económica, Gilles Moëc, economista jefe de AXA IM, eligiría la letra griega μ. "Estamos en una trayectoria en W, solo que con la segunda etapa poco profunda. Nuestra previsión de crecimiento mundial en 2021 es del 5,2%. Pensamos que el impulso de la vacuna al crecimiento será limitado en el corto plazo, pero que tendrá un impacto fuerte y temprano en las políticas económicas", afirma. Para el experto, la perspectiva de que las condiciones normales se puedan restablecer en algún momento de la segunda mitad de 2021 debería hacer que los responsables políticos fueran ahora más generosos con los estímulos fiscales. "Si el escenario es que el primer semestre será el de última milla, las autoridades fiscales deberán preocuparse menos por los peligros asociados al incremento de deuda pública y correr el riesgo de prestar más apoyo. El gran debate para finales de 2021 será definir la estrategia de salida".
Para Víctor de la Morena, director de Inversiones de Amundi Iberia, en el año que se avecina influirán cuatro temas globales:
1. Recuperación paulatina y desigual del virus: La duración de la epidemia determinará la forma de recuperación dejando la puerta abierta a un perfil de crecimiento errático a corto plazo y tenderá a confirmar nuestro escenario central de una recuperación lenta, desigual y de múltiples velocidades.
2. Desglobalización equilibrada: Esperan que una parte mayor del ciclo provenga de la demanda interna. El comercio global seguirá siendo débil y desigual. Como tal, los ciclos estarán más descoordinados, lo que aumentará las fragmentaciones y divergencias.
3. Las divergencias impulsarán oportunidades en los mercados emergentes: países como China saldrán antes de la crisis y serán más importantes como motores del crecimiento. Se espera que la mayoría de las economías reboten en 2021, pero el crecimiento del PIB mundial debería ralentizarse a cerca del 3,5% a medio plazo.
4. Convergencia en la combinación de políticas. La trilogía política, fiscal y monetaria continuará: tendremos que pasar a la ejecución de lo acordado en el frente fiscal, mientras que los Bancos Centrales seguirán afinando el acomodo monetario.
Para BlackRock, el shock económico que hemos vivido en 2020 es más parecido a un desastre natural que a una crisis como la de 2008 y la previsión de la gestora es que la recuperación se produzca de una forma más rápida y pronunciada que entonces. Tal y como explica Manuel Gutiérrez-Mellado, responsable del Negocio Institucional para España, Portugal y Andorra, las expectativas de inflación de la entidad son superiores a las del consenso de mercado. "Esto tiene una serie de implicaciones estratégicas y tácticas. A nivel estratégico, el bono soberano deja de jugar un papel protagonista en la cartera de un inversor. Y, a la vez, los niveles actuales de la renta fija permiten ver con mejores ojos a la renta variable. En cuanto a las implicaciones tácticas, hay una clara preferencia por la renta variable americana y el high yield, donde el componente de cupón va a ser muy importante en un mundo de rentabilidades bajas". A nivel macro, el experto subraya que la agenda exterior de Estados Unidos será más predecible, pero las disputas entre China y Estados Unidos podrían continuar. "Va a producirse una reconfiguración de las cadenas de producción y de suministro. Recomendamos a los inversores una mayor diversificación geográfica. La presencia de China en los índices va a ser mayor; jugará un papel más importante en las carteras", asegura.
Tras la contracción registrada a principios de 2020, Sol Hurtado de Mendoza, directora general de BNP Paribas Asset Management para España y Portugal, ve viable una recuperación del crecimiento en 2021. "Varias vacunas podrían estar disponibles de forma masiva en 2021. Hasta entonces, tendremos que aprender a vivir con el virus; la imposición continua de medidas de confinamiento no es una estrategia sostenible", comenta. Lo más probable es que la economía estadounidense reciba el respaldo de alguna medida de estímulo fiscal. En Europa, a corto plazo, no prevén que la caída de la solvencia vaya a provocar una subida de los tipos o a frenar el crecimiento, ya que el BCE está comprando la mayor parte de la deuda. El sólido crecimiento de las economías china y estadounidense favorecerá la recuperación de los emergentes. "Es evidente que la pandemia ha provocado un ciclo de bajo crecimiento y elevado nivel de deuda, durante el cual el valor añadido vendrá de la selección de títulos, y no tanto de la asignación de activos. Pensamos que la pandemia podría provocar un reajuste más brusco y reforzar las innovaciones tecnológicas, las tendencias comerciales y los movimientos políticos, lo que llevará a cambios importantes en la actividad económica, las ganancias corporativas y, en última instancia, las valoraciones de los activos", explica. Y en su opinión, la evaluación de dichas oportunidades exige la aplicación de criterios de selección ASG. "Este enfoque también está presente en nuestra elección de temas de inversión para gestionar La Gran Inestabilidad que también veremos en 2021".
Para Suzanne Hutchins, gestora del BNY Mellon Global Real Return, 2021 será un año en el que habrá que aceptar la incertidumbre. "Como mínimo, estamos viviendo otra revolución tecnológica y social, lo que genera tanto oportunidades como riesgos", vaticina. La victoria electoral del demócrata Joe Biden abre la puerta a una posible relajación de las tensiones comerciales entre EE.UU. y China y la gestora confía en poder disponer de una vacuna eficaz contra la COVID-19. "En cualquier caso, la pandemia seguirá planteando retos, aunque parece que el empleo se ha recuperado relativamente rápido, mientras que el fuerte repunte del PIB mundial tras la primera ola de confinamientos nos da pistas sobre cómo podría ser la recuperación poscoronavirus", afirma la gestora de BNY Mellon IM. Un aspecto positivo de la pandemia que destaca la experta es que se ha puesto de relieve la importancia de la ASG y la inversión responsable, "un concepto crucial para los inversores a la hora de posicionar sus carteras de cara al próximo año".
Como resalta Jared Franz, economista de Capital Group, tras los confinamientos provocados por la pandemia la expectativa es que las principales economías del mundo experimenten un sólido crecimiento en 2021, según el Fondo Monetario Internacional (FMI). La recuperación de China, que ha contenido en gran medida la pandemia y ha abierto su economía, ha sido sorprendentemente rápida. "Todos los pronósticos de crecimiento económico dependen de la trayectoria de las vacunas. De hecho, creemos que la posibilidad de que nos encontremos ante una recuperación sostenida podría enfrentarse a riesgos, entre los que destaca el resurgimiento de COVID-19", analiza. "Nosotros esperamos que para mediados del año que viene haya, al menos, cuatro vacunas disponibles, algo que sustenta los precios de los activos. Otro factor que también favorece a los mercados es que los tipos siguen cercanos a cero y eso es algo que seguirá vigente el año que viene", añade. De hecho, no esperan ninguna subida de los tipos durante los próximos dos o tres años.
Rubén García, director general Iberia & Latam de Columbia Threadneedle Investments, anticipa que tres grandes temas darán las pautas a la inversión en 2021: el desarrollo de una vacuna contra el COVID-19; la composición del Gobierno en EE.UU. tras las elecciones de noviembre; y el Brexit.
"Unos volúmenes de estímulo y de intervención gubernamental sin precedentes llevarán el nivel de endeudamiento a superar incluso el de después de 2009, y el mundo que surgirá de la crisis se caracterizará por unos niveles bajos de inflación, de crecimiento y de tipos de interés; un escenario que no hace presagiar una superior rentabilidad relativa a largo plazo para la inversión tradicional de estilo valor", vaticina. En su lugar, este entorno favorecerá el tipo de inversiones de activos de larga duración y compañías de crecimiento duradero capaces de prosperar incluso en la adversidad porque poseen todas las características que buscan en un negocio: rentabilidad sostenible protegida por un considerable foso, una alta puntuación en las Cinco Fuerzas de Porter, sólidas credenciales ASG y una ventaja competitiva sostenible.
"Para el próximo año, la previsión de DWS de crecimiento mundial es del 5,2 por ciento y del 5,5 por ciento para la zona euro. La recuperación será particularmente fuerte en China, donde esperan un crecimiento del 8,2 por ciento en 2021. No esperan novedades en materia de política monetaria. "Los tipos se mantendrán en un nivel extremadamente bajo hasta 2023, aunque no esperamos nuevos recortes, al igual que los programas de compra de bonos de los bancos centrales tanto en Estados Unidos como a Europa", comenta Stefan Kreuzkamp, director de Inversiones de la firma. Respecto a la inflación, DWS no vislumbra un aumento significativo para el próximo año. "Aunque, podría producirse algún movimiento en los precios al consumo en los próximos años. Un aumento de la demanda podría encontrarse con una oferta algo limitada y los precios subirían", puntualiza. Algo aceptado por los bancos centrales a la vista del fuerte aumento del endeudamiento de los gobiernos. "Se espera que pasen entre once y catorce años antes de que el nivel de deuda pueda reducirse a los niveles anteriores a la crisis, como por ejemplo en Italia, aunque es poco probable que el país siga el mismo desarrollo que Grecia", añade.
El próximo año los bancos centrales continuarán haciendo casi todo el trabajo pesado si los estímulos fiscales resultan ser modestos -especialmente en EE.UU., dada la alta probabilidad de que su Congreso esté dividido-, lo cual posiblemente conllevaría una recuperación más lenta. Es la previsión de Andrew McCaffery, director de inversiones global de gestión de activos en Fidelity International.
El experto espera que la debilidad del dólar continúe mientras la Fed se mantenga acomodaticia, lo cual sería positivo para mercados como el asiático. China mantiene su política monetaria en un nivel más neutral y sigue adelante con las reformas internas, lo que podría estabilizar los beneficios de sus empresas en 2021.
"La exposición a materias primas, divisas y mercados privados también puede ayudar a diversificar el riesgo e impulsar los rendimientos si la recuperación es desigual, especialmente si las expectativas sobre los bonos gubernamentales de los mercados desarrollados se equivocan y éstos se comportan más como un pasivo que como un activo, dentro de los marcos tradicionales de asignación de activos", afirma.
El rally en activos de riesgo de este año puede parecer frágil a muchos inversores, al estar impulsado por los estímulos en políticas fiscales y monetarias y no tanto por fundamentales, reconoce James Ashley, economista jefe para GSAM EMEA. "Este aumento de demanda de activos de riesgo se ha producido tras una caída precipitada de la actividad económica y la peor crisis sanitaria del siglo, pero el proceso de vuelta a la normalidad y reconstrucción tras la crisis puede convertirse en un fuerte viento de cola", vaticina.
Aunque el daño económico causado por la crisis aún no ha terminado y tardará aún tiempo en repararse del todo, Ashley sostiene que los fundamentales a nivel mundial avanzan en la dirección correcta. "Las recientes noticias sobre vacunas apuntan a la posibilidad de una normalización parcial de la actividad el próximo año y a la liberación de la demanda acumulada", defiende. "Aunque muchos riesgos continuarán, especialmente en el frente político, a los inversores les tranquilizará saber que los ya de por sí extraordinarios estímulos en política monetaria podrían aumentar aún más". Con las preocupaciones e incertidumbre de 2020 empezando a disiparse, un horizonte despejado en 2021 podría significar que la inusual recuperación de 2020 continuará en condiciones un poco más normales.
Con las principales economías europeas (Alemania, Francia, Italia, España y el Reino Unido) embarcadas en medidas estrictas para limitar los contagios del COVID-19 y Estados Unidos alcanzando récords de infectados diarios, no hay un alivio inmediato a la vista para estas economías, ve Iñigo Escudero, director de Invesco para Iberia, LatAm, Israel & US Offshore. El año que viene podría incluir un primer trimestre débil en el hemisferio norte mientras persista el virus, seguido de una trayectoria relativamente fuerte de recuperación, fundamentalmente durante el segundo y tercer trimestre, sobre todo si hay una vacuna disponible a nivel global. "Estas recuperaciones probablemente se vean impulsadas por las enormes políticas de estímulo monetario y fiscal adoptadas por los bancos centrales y los gobiernos de todo el mundo desarrollado", prevé. "Una vez que se perciba que el regreso a la normalidad está en marcha, con consumidores y empresas de servicios recuperando la confianza, esperamos una transformación significativa del entorno económico, en un marcado contraste con las secuelas de la crisis financiera, cuando la recuperación fue insatisfactoria y anémica durante mucho tiempo". Esto significa que es probable que el consumo, la inversión y el empleo se recuperen a un ritmo mucho más rápido que después de una recesión típica, lo que, en su opinión, generará una recuperación sorprendentemente fuerte.
"Cualquier ciclo económico se ha visto afectado por crisis económicas, políticas o desastres naturales", recuerda Lucía Gutiérrez-Mellado, directora de Estrategia de JP Morgan AM para España y Portugal. Dicho lo cual, los acontecimientos vividos en 2020 han alterado el entorno económico, político y de inversión con más profundidad que cualquier otro acontecimiento de la historia moderna. "La pandemia terminó uno de los ciclos expansivos más longevos, provocando una de las recesiones más severa de los últimos 70 años ya que las políticas de contención y el miedo restringieron la actividad económica en todo el mundo en la primera mitad del año", cuenta. Ahora, y en el momento que se empezaron a reabrir las economías, vimos el comienzo de la recuperación económica que, a día de hoy, continúa ganando fuerzas. Con ese telón de fondo, prevén un crecimiento sólido en 2021. La trayectoria de los datos macroeconómicos y sus expectativas de que los responsables políticos seguirán brindando apoyo a través de estímulos fiscales y monetarios justifican esta opinión. "Estamos en los primeros días de un nuevo ciclo económico, lo cual debería proporcionar un entorno positivo para los activos de riesgo", afirma.
Si bien parece que el año 2021 será el de mayor crecimiento a escala mundial en una década, la realidad económica probablemente será menos boyante de lo que esto sugiere, y muchos sectores y regiones seguirán afectados por la pandemia en los años venideros, calcula Paul O'Connor, responsable del equipo de Multiactivos en Janus Henderson. Una mayor flexibilización presupuestaria podría aliviar algunas de estas tensiones económicas, pero dado que los principales gobiernos parecen reacios a avanzar en esta dirección, el experto ve probable que la recuperación mundial siga siendo desigual e incompleta en 2021. Una decepción significativa en el frente de las vacunas o el descubrimiento de que la inmunidad contra la COVID-19 tiene carácter temporal son dos supuestos de riesgos extremos (tail risks) potencialmente preocupantes, en su opinión.
"La recuperación de las economías europea y estadounidense se verá sin duda eclipsada por la lucha continuada contra la COVID-19 en los primeros meses del año. Las perspectivas de una amplia reapertura de la economía mundial en la segunda mitad del año sugieren que las tablas de rentabilidad de la clase de activos en 2021 bien podrían terminar mostrando una reversión de la tendencia exhibida en 2020", analiza. Ve probable que las mejores oportunidades se encuentren en los activos más sensibles a los ciclos económicos, como la renta variable de los mercados emergentes, Europa y Japón.
Jim Leaviss, director de inversiones de renta fija en M&G Investments, calcula que se tardará bastante tiempo cerrar las heridas causadas por el COVID-19 en todos las aspectos aunque cree que hay muchas razones para ser optimista de cara a 2021. En el frente económico, hay tres factores que pueden reducir las perspectivas de crecimiento, en opinión del experto: Primero, si los bancos centrales deciden o no mantener vivas las empresas zombies a través de sus políticas, con todas las consecuencias económicas y sociales que tanto una alternativa como otra conllevan. Segundo, la evolución del desempleo y, por último, las políticas fiscales. "No cabe duda que los bancos centrales harán todo lo que puedan, pero en este punto del ciclo es difícil estimular sustancialmente la economía", concluye.
Para Esty Dwek, responsable global de Market Strategy de Natixis IM Solutions, 2021 será el año del comienzo de la vuelta a la normalidad. Es probable que el primer trimestre siga siendo débil, pero a partir del segundo trimestre, siempre que el progreso de la vacuna continúe sin grandes contratiempos, la experta vaticina que se debería comenzar a ver una normalización en la actividad a medida que aumenta la confianza.
Dicho lo cual, también esperan trayectorias de crecimiento divergentes entre las regiones, con Asia a la cabeza gracias al motor de crecimiento chino y un mejor manejo de la situación sanitaria. Estados Unidos le sigue con un consumo resistente y un nuevo empuje fiscal. Y Europa está rezagada, debido a que las medidas iniciales disminuyen y el apoyo fiscal es más dispar. "Estamos atentos a las expectativas de inflación y los rendimientos de los bonos del Tesoro, que podrían arruinar la fiesta si se dispararan", analiza.
Para el año que viene, Sebastien Galy, responsable de estrategia macroeconómica en Nordea AM, cree asistiremos a una economía mundial liderada por China y a una recuperación moderada en Europa y Estados Unidos en un contexto favorable a la asunción de riesgos, si bien ya observan algunos nichos en el segmento de deuda con calificación grado de inversión donde los precios se encuentran muy ajustados. "Nos centramos en 1) el repunte encabezado por China, 2) las soluciones basadas en criterios ambientales, sociales y de buen gobierno (ASG) respaldadas por las políticas en Europa y Estados Unidos, 3) las nuevas tecnologías, 4) las infraestructuras y 5) las soluciones flexibles que permiten ajustar con rapidez la estructuración de la cartera", resume el experto.
En el escenario base para 2021 de Luca Paolini, estratega jefe de Pictet AM, la recuperación dará fuerte impulso a las acciones mundiales, con la pandemia en retirada aunque no derrotada, recuperación en V del PIB mundial en 3 a 5%, con China liderando, menores tensiones comerciales y dólar más débil. "Los beneficios en emergentes pueden crecer 33% tras caída en 2020 del 9 %, menor que en el mundo desarrollado", calcula.
Pero para el experto, uno de los mayores riesgos es la complacencia, teniendo en cuenta que está por ver cuántas personas se ponen vacunas, su distribución, y, en su caso, efectos negativos. Además ve una pérdida permanente de 3 a 4% del PIB mundial pre-pandemia, que no es previsible se cierre antes de tres años, recuerda. A eso se suma que los principales bancos centrales del mundo pueden sumar solo tres billones de liquidez, doble del promedio anual tras la crisis de 2008, pero mucho menos del récord de 2020 y el apoyo fiscal puede reducirse. "De todas formas los bancos centrales no van a tener prisas para subir tipos de interés. Puede darse un repunte moderado de expectativas de inflación, con aumento muy suave de la rentabilidad nominal de los bonos", vaticina.
"Probablemente, 2020 pasará a la posteridad como uno de los años más notables de la historia desde el punto de vista económico, ya que el COVID-19 ha dado lugar a la recesión más profunda desde la década de 1930", reconoce Jeroen Blokland, responsable de fondos multiactivos de Robeco. "El mundo seguirá dependiendo de la estrecha colaboración entre los gobiernos y los bancos centrales, cuyas acciones coordinadas han podido aislar hasta el momento gran parte del daño económico". En Robeco prevén que 2021 será un buen año para los activos de riesgo, con la renta variable obteniendo rentabilidades superiores a la media. Dicho lo cual, los inversores continuarán enfrentándose a un trilema en 2021, tratando de ponderar tres cuestiones derivadas de la crisis del COVID-19: restablecer la salud pública, retornar al funcionamiento económico normal y mantener las libertades individuales. "La combinación de una vacuna puntual y eficaz con las medidas de estímulo presupuestario y monetario que se están manteniendo propiciaría un aumento del PIB y, lo que es más importante, daría continuidad al crecimiento de los beneficios empresariales", explica. En consecuencia, la volatilidad macroeconómica y del mercado se reducirá considerablemente a medida que la nueva normalidad vaya tomando forma. "Este tipo de situaciones suele ser un buen presagio para los mercados financieros, y por ello somos bastante optimistas de cara a 2021".
Tras un duro invierno, Keith Wade, economista jefe de Schroders, espera que la vacuna contra el COVID-19 intensifique la recuperación de la actividad en las principales economías desarrolladas en la segunda mitad de 2021 y que se extenderá hasta 2022, ya que la política fiscal y monetaria seguirá siendo flexible mientras la actividad se normaliza. "Creemos que la inflación se mantendrá baja y estable y que los bancos centrales continuarán mostrando cautela ante la amenaza de la deflación. Hemos revisado al alza nuestras previsiones de crecimiento del PIB de los mercados emergentes para este y el próximo año". La mayoría de las economías de estos países se ha contraído menos de lo que esperábamos y destacamos el potencial de China, a la que aún le queda recorrido a medida que se materialicen los efectos de sus paquetes de apoyo económico. También confían en que los dos próximos años favorezcan a Japón, cuyas exportaciones se beneficiarán de la recuperación de la economía global.
"Empezamos a poner el foco en 2021 y, tras un convulso 2020, hay que asumir que la incertidumbre y la volatilidad han llegado para quedarse", afirma Álvaro Cabeza, Country Head Iberia de UBS AM. Desde la gestora sostienen que el entorno macroeconómico general es muy favorable para los activos de riesgo, y tienen un sesgo hacia posiciones procíclicas. "La recuperación económica está a punto de reactivarse y ser más autosuficiente a medida que las innovaciones médicas permitan la normalización de la actividad del sector privado", vaticina.
Los tipos de interés reales están negativos en todas las economías desarrolladas, y ve probable que se mantengan así hasta 2021 y más allá. "Creemos que una perspectiva menos agresiva para el estímulo fiscal de Estados Unidos limita las opciones de un aumento repentino y significativo de la rentabilidad del Tesoro que tendría repercusiones en los mercados internacionales", explica. En este sentido, los inversores tendrán que esforzarse más y ser más selectivos a la hora de encontrar rentabilidades atractivas.
El avance de la recuperación económica unido a estos tipos negativos probablemente empuje a los inversores hacia arriba en la escala de riesgo. Esto hace que la deuda de países emergentes denominada en dólares estadounidenses y la deuda china sea particularmente atractiva.
Abrazos,
PD1: Siempre el Papa…