Es la diferencia entre EEUU y el resto. Se dan cheques para estimular el consumo, para evitar que muchas familias, las más desfavorecidas, sigan sin nada. En otros sitios, aquí mismo, se dan ayudas a empresas para pagar las deudas, se perdonan las deudas recientemente adquiridas (los ICO), se gastan los políticos en chumineces… Pero dar cheques crea adicción: querrán más…
El consumo repetido de sustancias adictivas provoca dependencia de dichas sustancias. Es difícil determinar a priori cuál es la dosis que desencadena la adicción. En cualquier caso, es evidente que, a mayor número de dosis consumidas, mayor el peligro de una fuerte dependencia futura.
Las ayudas financieras "extraordinarias", pero repetidas en el tiempo, igualmente corren el riesgo de crear adicción y dependencia. El caso de las ayudas directas del Gobierno estadounidense es digno de estudio. A raíz del inicio de la crisis económica motivada por la pandemia del Covid-19, EE.UU. aprobó por primera vez en la historia la utilización del "helicóptero monetario": la entrega de cheque directos a más de 160 millones de ciudadanos americanos por simple hecho de serlo o, sin serlo, por tener un número de la seguridad social americana. De hecho, incluso nacionales estadounidenses residentes en España desde hace lustros han recibido los cheques.
En el primer plan de ayudas directas aprobado en marzo de 2020, los cheques eran de $1.200 por persona a los que había que añadir $500 adicionales por cada dependiente menor de 17 años. Teniendo en cuenta el desplome del empleo en el primer momento de cierre económico tras el estallido de la pandemia y como medida totalmente extraordinaria, dicho plan fue ampliamente aceptado. El mensaje en aquel momento se centraba en la excepcionalidad de la situación que obligaba a una medida extraordinaria, en ningún caso recurrente.
En diciembre del pasado año se aprobó el segundo plan de ayudas con una nueva entrega directa de cheques. En esta ocasión la cantidad era de $600 por adulto, a la que se añadían otros $600 por cada dependiente menor de 17 años.
En esta misma semana se aprueba el tercer plan de ayudas directas en menos de un año. En esta ocasión las cantidades son todavía más generosas: $1.400 por cada miembro de la familia, sin límite de edad, con determinados límites de sueldos individuales (ver cuadro).
Después de una tercera "dosis" de ayudas directas, el principal riesgo es considerar que estos estímulos no son extraordinarios, sino permanentes. Lo mismo que tras el primer cheque vino el segundo y ahora el tercero, se tiende a pensar que nada impide que luego vengan el cuarto, quinto, sexto...
Cuando más de la cuarta parte de los ingresos personales proceden de ayudas de los gobiernos, los consumidores acaban dependiendo de estos programas. Si se cortan o no se renuevan, el consumo caería sensiblemente y el crecimiento se vería seriamente afectado. Peligroso sistema. La contrapartida a todas estas ayudas es un déficit público históricamente alto que es financiado, en gran parte, por la propia Reserva Federal americana creando dinero de la nada.
Los programas de compra de bonos por parte de la Reserva Federal y el BCE también eran medidas "extraordinarias y temporales". Después de una década no se ve su final. Con las ayudas directas vía cheques por parte del gobierno de EE.UU. tampoco. Esperemos que no sea el camino al augurado Ingreso Básico Universal por parte del intrigante World Economic Forum.
Abrazos,
PD1: Hay que ser muy generoso estos días de Cuaresma. ¿Te has acordado de dar algo a Cáritas para los más desfavorecidos? Hay tanta gente que alimentar, que poco es mucho y nada es inaceptable… Habla con Dios que te diga lo que debes hacer. No debemos mirar para otro lado, o pensar que “papá estado” es el que lo va a hacer… Es un imposible, ya que “papá estado” está arruinado… Ahora es cosa nuestra, con generosidad!!!