La economía se ajusta con mucha
velocidad. La inflación bajará con mucha rapidez y las subidas de tipos se
tornarán en bajadas para volver a estimular la demanda…
No se puede decir más claro…
La deuda pública española sigue
creciendo cada año que pasa… Es indómito el hacer de los políticos y el gastar
como si no hubiera un mañana… 31.347 €/habitante, desde bebés a nonagenarios.
Son cifras que marean…
Pero no debemos de olvidar que:
-La inflación hará techo y se
normalizará
-Las subidas de tipos pararán y
bajarán de nuevo
-Los problemas geopolíticos y de
comercio se resolverán
-El mundo seguirá creciendo…
Lo más importante... cuando esto
sea una realidad será tarde para aprovechar la oportunidad que nos brindan
ahora los mercados. Ayer nueva subida de tipos de interés en EEUU. Se esperan
tres subidas adicionales para empezar a bajarlos ya en 2023, para relanzar la
economía. Y los mercados anticipan con 6 meses, lo que va a ocurrir. Ahora se
debería comprar lo que esperemos esté pasando en marzo de 2023…
Abrazos,
PD1: Decía Chesterton: “Hay
padres tan preocupados de dar a sus hijos lo que ellos no tuvieron, que se
olvidan de darles lo que sí tuvieron”.
No se trata de comprarles de
todo, que es lo que se está haciendo, sino en enseñarles los valores y
creencias que ellos recibieron de sus padres, que muchos han olvidado o les
parecen sobrantes, inútiles, poco modernos…
Cuán importante es enseñarles a
rezar, que ya no se hace, llevarles a Misa al menos los domingos, que tampoco,
enseñarles a amar los libros, con nuestro ejemplo lector, nada de nada…
Deleitarse con una buena tertulia donde se cuentan las cosas que nos han
pasado, que nos pasan, a nosotros o a otros, donde se reflejan comportamientos
positivos y buenos…
Nos hemos convertido en una
sociedad sin principios, sin valores, sin fe, con un individualismo increíble…
Solo importo yo, y yo, y yo… Esa búsqueda de sensaciones que no me acaban de
llenar, ese probar de todo y hacer lo que hacen esas personas modelo que actúan
como nuevo paradigma… Ha sido un cambio desastroso el creer que lo que nos
enseñaron nuestros padres no valía para nada, y poner en valor el ser, no el
tener.
Pero no estoy nada pesimista con
el futuro. Veo a mis hijos que no han hecho esto, que rezuman austeridad, que
ahorran para el mañana, que tienen cortitos a sus hijos, que les enseñan las
mismas cosas que mi mujer y yo les enseñamos, y me produce una profunda
alegría… No somos como los demás, somos muy distintos y me enorgullezco por
ello.