Ha sido un espejismo lo que ha
habido estos años. No era normal. Se forzó demasiado la política monetaria…
Inflación y tipos. Fin de los bajos precios
Si alguien espera que los tipos de interés vuelvan a
los niveles existentes hace apenas seis meses, previsiblemente se llevará una
gran decepción. La inflación lo impedirá. Los
bancos centrales han podido desarrollar su política de barra libre de
liquidez y tipos cero, o negativos en la Eurozona, gracias a la ausencia de
inflación. El mandato del BCE es la estabilidad
de precios, entendiendo por tal lograr una inflación cercana pero inferior al 2%. En el caso de
la Reserva Federal, el mandato de la estabilidad de
precios se complementa con lograr el mayor nivel de empleo posible.
Una vez que la inflación se ha disparado muy
por encima del objetivo de los bancos centrales, la pregunta es si el
incremento de los precios es sólo temporal o será más estructural y
permanente. Aunque la tasa de inflación siga bajando,
como lo ha hecho los cuatro últimos meses pasando del 10,8% en julio al 6,8% en
noviembre en España, seguirá sensiblemente por
encima del objetivo del 2% del BCE durante un prolongado
periodo de tiempo.
Las fuerzas estructurales
deflacionistas, o de descenso de los precios, de las últimas
décadas se han desvanecido y han sido reemplazadas por
fuerzas inflacionistas. Algunos de estos factores deflacionistas han sido:
"los dividendos de la paz", China, la globalización, el comercio
electrónico o el descenso del precio de la energía.
Dividendos de la paz.
La caída del muro de Berlín y el
fin de la política de bloques permitió una aceleración del
proceso de globalización económica, con deslocalización de fábricas
y la transferencia de tecnología entre países
anteriormente en bloques económicos "enemigos".
La Globalización de
la economía, la especialización de la producción y la
relocalización de fábricas a lugares con menores costes de producción han
sido una constante en las últimas décadas. Su efecto deflacionista en
los precios de los bienes ha sido evidente.
La globalización de la tecnología,
sin restricciones geopolíticas, también ha provocado bajadas muy
considerables de precios en determinados productos, incluso con mejoras
notables de prestaciones. Los ejemplos van desde cualquier aparato electrónico,
televisores u ordenadores hasta automóviles.
China.
Durante casi cuatro décadas el gigante asiático ha
tenido un desarrollo económico exponencial que
le obligaba a proporcionar millones de puestos de trabajo
con sueldos bajos a la población que se movía del campo a la
ciudad. Así, la población urbana ha pasado del 19,4% en
1980 al 61,4% en 2020. En estas cuatro décadas el PIB chino se ha multiplicado por 35, pasando de $420
mil millones a $12,6 billones.
La demografía china ha cambiado debido a la imposición durante décadas de la política de hijo único. La población prácticamente no crece, lo que afecta a su capacidad de crecimiento futuro. La política de crecimiento en base a sueldos bajos ha llegado a su fin, como se refleja en la evolución de la renta per cápita (de $430 a $14.000).
La entrada de China en la Organización Mundial del Comercio en el año 2000, factor clave en el proceso de globalización de la economía, ha permitido al gigante asiático convertirse en el primer exportador del mundo, exportando a su vez deflación.
Comercio electrónico.
La generalización paulatina del
comercio electrónico ha hecho que la competencia de precios de innumerable número de productos sea
global y no local, presionando los precios a la
baja.
Lamentablemente, todas estas fuerzas deflacionistas
presentes durante décadas se han desvanecido.
Ahora priman las fuerzas inflacionistas: desglobalización,
repatriación de producción a áreas "confiables", riesgos
geopolíticos, aplicación de criterios ESG (Environmental, Social, Governance)
aun a costa de mayores costes, costes energéticos asociados a la transición
energética. A comentar en próximos
artículos.
La inflación previsiblemente bajará desde los niveles
actuales, pero será un factor permanente en los próximos años. De ser así, los bancos centrales difícilmente podrán volver a la política de barra libre de
liquidez permanente y tipos cero o negativos.
Abrazos,
PD1: Este sábado caso a mi séptima hija. Le deseo lo mejor de su nueva vida que empieza.