27 octubre 2015

de pesimismo absoluto, a notable optimismo

¿Cuánto de cierto hay en este notable optimismo? Muchos andan convencidos, pero ¿es real?

Cambia el signo para la economía española

No deja de ser bastante impactante la rapidez con que se ha pasado del pesimismo más absoluto a un notable optimismo
Se confirma que la banca tiene que comprar de forma masiva títulos del Tesoro ante la apatía del dinero exterior
Durante el mes de septiembre hemos podido ver cómo el índice de confianza del consumidor que elabora el CIS volvía a pulverizar un nuevo récord histórico (el sexto del año). Esto, a las claras, nos está diciendo que la población española cree que esta vez la recuperación va en serio. Aunque el índice de confianza no es un indicador de situación absoluta sino de velocidad de cambio de ciclo, en cualquier caso no deja de ser bastante impactante la rapidez con que se ha pasado del pesimismo más absoluto (mínimo histórico del ICC en agosto de 2012 en 37,6, lo que implicaba que por cada optimista había más de cuatro pesimistas) a un notable optimismo (máximo en 106,1 en septiembre de 2015, es decir, que los optimistas superan levemente a los pesimistas).
Las ventas de vivienda, de automóviles, los índices de servicios o de comercio, todos para arriba, también nos están diciendo que sin ningún género de dudas la demanda está mejorando. Los datos empresariales de la central de balances del BdE del segundo trimestre de 2015 han sido bastante buenos, con una buena mejora respecto al trimestre anterior y entrando casi en positivo (en el valor de lo producido) respecto al año anterior. El valor añadido sí que se afianza con fuerza en el terreno positivo, con un +3,8% respecto al segundo trimestre de 2014. Esto se suele corresponder con bastante precisión con el momento de la economía española.
Sin embargo, no todo son buenas noticias y hay algunos datos muy preocupantes que, a mi parecer, ya han anticipado el cambio de signo de esta bonanza que estamos viviendo. El primero es la cantidad de deuda pública en manos de extranjeros, que ha sido la principal vía de financiación (y refinanciación) de nuestra hiperendeudada economía en los últimos trimestres. Una intervención del BCE para salvar la situación en 2011-2012 provocó una drástica reducción en la aversión al riesgo hacia países que se habían convertido prácticamente en parias, como Italia, España y Portugal.
Los relativamente altos tipos de interés provocaron auténticas riadas de dinero hacia nuestra economía, que se tradujeron en una inversión en títulos del Tesoro de 160.000 millones en un periodo de poco más de dos años. El sector privado también se vio muy beneficiado, y la banca y las grandes empresas pudieron colocar en buena parte en el extranjero, y a tipos ventajosos, numerosas emisiones de títulos de renta fija. Esto permitió que se revirtiera en buena medida la pésima posición del Banco de España frente al Eurosistema, 280.000 millones de euros que entre 2011 y 2012 impidieron que la economía española en lugar de sufrir una fuerte recesión como ocurrió colapsara por completo, que es lo que hubiera pasado de no haber ocurrido eso.
Es lo que vemos en la siguiente tabla, en la que también se ve cómo la situación ha cambiado radicalmente de signo en 2015. Entre enero y junio la banca española, a través del Banco de España, ha tenido que tomar prestados casi 30.000 millones de euros. No estamos hablando ni mucho menos de cifras despreciables, sino que es casi un 6% del PIB del periodo.
Esto ha ocurrido porque nuevamente está aumentando la aversión al riesgo en los mercados financieros, lo que se ha traducido en que en los últimos meses la cantidad de deuda pública española en manos de extranjeros ha dejado de aumentar. Por fortuna para nosotros, este incremento en la aversión al riesgo aún no se traduce en disminuciones en esta cifra, porque si no estaríamos hablando de un problema mucho más grave. La banca española ha tenido que salir al paso y volver a invertir en deuda española. Todo esto lo podemos ver en la siguiente tabla.
Estas tensiones no se están traduciendo aún en una contracción crediticia, pues el nuevo crédito, especialmente a las familias, sigue incrementándose con fuerza. Es evidente que la banca está haciendo un gran esfuerzo en ambos sentidos en estos momentos, tanto para sostener la prima de riesgo como para aumentar el crédito. ¿A qué puede deberse esto? Fuentes del sector me comentan que se anticipa una nueva oleada de fusiones y que a las entidades les interesa presentarse con un balance lo más grande posible con el fin de tener mayor cuota de poder en las nuevas entidades. Pero esta puede no ser la única razón. Mi impresión es que tiene que haber también algún tipo de motivación política.
Recordemos que el Gobierno actual apoyó de forma muy decidida al sector desde el primer momento, y que eso ha salvaguardado los puestos de muchos directivos y el patrimonio de muchos grandes accionistas. Posiblemente lo que esté ocurriendo es que, a menos de tres meses vista de unas disputadísimas elecciones generales, los bancos estén devolviendo el favor al Gobierno. No olvidemos que las encuestas dan una ajustadísima ventaja al PP sobre el PSOE, y que Ciudadanos, casi con toda probabilidad, apoyará a la formación más votada.
Un cambio de signo de la economía de última hora tiraría por tierra toda la estrategia electoral del Gobierno -que se basa exclusivamente en la recuperación económica- y podría dar la vuelta al resultado de las elecciones del 20 de diciembre. Y eso es lo que la banca podría estar intentando evitar. Sea lo que sea ,lo que sí que sabemos es que a menos que vuelva a disminuir la aversión al riesgo -algo que la evolución de la situación actual no anticipa- la banca no podrá sostener esta guerra en dos frentes durante mucho tiempo.
Abrazos,
PD1: Algunos datos que han ayudado a meter tijera: SANIDAD:
PD2: Estas son las empresas más grandes españolas:
Si quieres ver las primeras 500 empresas españolas: http://ranking-empresas.eleconomista.es/ranking_empresas_nacional.html
PD3: Hubo una fase de convergencia muy importante años atrás de España al núcleo duro de Europa, pero desde la crisis, vamos a menos…

La renta per cápita de España se estanca en niveles de hace más de una década

LA TASA DE EMPLEO VUELVE A REGISTROS DE HACE 40 AÑOS
Las huellas de la recesión siguen presentes en la economía española. La renta per cápita se estanca, pero también el nivel de empleo, que ha retrocedido hasta registros desconocidos en 40 años
El crecimiento de la renta per cápita en términos reales (la relación entre el PIB generado cada año y el número de habitantes) se ha estancado. Lo acaba de poner de manifiesto el Banco de España a la luz de la última revisión de la contabilidad nacional que ha hecho Estadística. Y su conclusión es que el PIB per cápita real en 2014 en términos de paridad de poder de compra(eliminando el efecto de la inflación) se situó en 24.100 euros. Por lo tanto, en un nivel similar al que existía en 2003, cuando la renta per cápita estaba en 24.162 euros.
El estancamiento, lógicamente, tiene que ver con la intensa recesión que ha vivido la economía española desde 2008 (España todavía no ha recuperado los niveles del PIB registrados antes de la crisis), pero también con el desplome del nivel de empleo. La tasa de ocupación, de hecho, ha caído hasta el 56%, lo que supone 7,6 puntos porcentuales menos de la que se registraba en 2005, es decir, antes de la recesión.
Para hacerse una idea de lo que significa esa tasa extraordinariamente baja, hay que tener en cuenta que es similar a la que había en España en 1975, que por entonces se situaba en el 56,3%. Incluso es inferior a la registrada en 1970, cuando se situó en el 58,1%. La tasa de empleo mide la relación entre el número de ocupados y la población en edad de trabajar (la situada entre 16 y 64 años).
Este mal comportamiento del empleo en los últimos 40 años (con periodos en los que el paro ha sufrido fuertes oscilaciones con un máximo del 26% y un mínimo del 7,9% en el segundo trimestre de 2007) ha podido ser compensado con los avances de la productividad, lo que explica que pese a todo la renta per cápita se haya casi duplicado en términos reales entre 1975 y 2014. Ha pasado de 13.100 euros a 24.100. La productividad del trabajo por ocupado en términos de poder de compra ha pasado, en concreto, de 34.300 euros a 61.500.
(Fuente: BdE)
La causa de esta enorme progresión tiene que ver con los avances técnicos, pero también con los cambios que se han producido en el modelo productivo. En particular, la mayor presencia de la industria (que genera mayor valor añadido) respecto de la agricultura. El sector servicios es, sin embargo, el que más ha crecido en cuanto a su peso en la economía, pero en este caso su productividad es menor que en la industria.
El estancamiento del empleo en las últimas cuatro décadas, en todo caso, es la principal razón que explica el frenazo de la renta per cápita de los residentes en España respecto de los países que forman parte de la zona euro.
Según Eurostat, la oficina de estadísticas de la Unión Europea, el PIB per cápita real de España en paridad de poder de comprar frente a la eurozona se situó el año pasado en el 87,5%, lejos del 92,6% en que llegó a estar en 2005. Y lo que no es menos significativo, se sitúa en niveles muy parecidos a los que existían hace 40 años (un 86,4%), lo que refleja los escasos avances que se han producido en términos de convergencia económica pese a los flujos destinados a cohesión social.
El drama del empleo
De nuevo, el empleo es la causa de ese estancamiento. En 2005, la tasa de empleo (la variable más relevante en términos económicos) equivalía al 100,1% de la media de la eurozona (por lo tanto, una décima por encima), pero en 2014 esa relación se ha desplomado hasta el 87,6%.
Como se ha dicho, el empleo, en el caso español, determina de forma casi total la evolución del PIB. Actualmente, tanto el producto interior bruto como la tasa de creación de empleo están creciendo algo por encima del 3%, ante el nulo avance de la productividad. Principalmente, por el modelo productivo español, fuertemente influido por empleos de bajo valor añadido, en particular en el sector servicios.
Respecto de la Unión Europea, el PIB per cápita ha caído hasta el 93,6% después de que en los años anteriores a la crisis España llegara, incluso, a situarse claramente por encima de la media (101,4% en 2005).
Los escasos avances de la productividad hay que relacionarlos con el modelo productivo, pero también con las escasas cantidades que dedica España a investigación y desarrollo, especialmente por parte del sector privado. El gasto en I+D representa apenas el 1,2% del PIB, lo que supone solo el 60% de la media de la eurozona. Y sin productividad y sin empleo -o con escasos avances-, la renta per cápita solo puede estancarse. Como así ha sucedido.
PD4: En este mundo de siesos que vivimos, qué actual es: “Dichosos los que saben reírse de sí mismos, porque nunca terminarán de divertirse”, que decía Santo Tomás Moro. Alegría, alegría, que si no te ríes de ti mismo, es que eres un memo o engreído…