Buen resumen:
Los ciclos económicos existen. Creer que han desaparecido porque los bancos centrales los han distorsionado con sus intervenciones
en los últimos 14 años es un grave error. La filosofía de la
Reserva Federal (Fed) y del BCE desde el año 2000 ha sido la de intervenir de
forma contundente cada vez que la bolsa sufría fuertes descensos,
para evitar que dichas caídas fueran el desencadenante de una recesión.
La explicación reside en la consideración de las
consecuencias económicas de la desaparición del "efecto
riqueza" por la menor valoración de las inversiones. El tercer mandato tácito de la Fed,
consistente en dar estabilidad a las cotizaciones de los
mercados financieros, ha funcionado en los últimos veinte años, y de
forma extraordinaria y extensiva desde el estallido de la Gran Crisis
Financiera (2008).
Conviene recordar las palabras de Bernanke en 2010 sobre la importancia para la economía del "efecto riqueza" generado
por las subidas de las bolsas. "Cotizaciones más
elevadas impulsarán el efecto riqueza de los consumidores y ayudará a aumentar
la confianza, la cual puede estimular el consumo. El aumento del consumo
llevará a mayores ventas y beneficios que, en un círculo virtuoso, dará soporte
a la expansión económica" (Bernanke en Washington Post, noviembre 2010). Siguiendo este razonamiento, un descenso
pronunciado de las bolsas generará el efecto contrario: los consumidores
percibirán que su patrimonio financiero pierde valor y ello les hará restringir
el consumo y acabará afectando al crecimiento económico.
Desde que Bernanke lanzó el mensaje anterior, cuando
los tipos de interés de la Fed ya estaban al 0%, cada vez que los mercados financieros han tenido una caída de al
menos el 20% la Fed ha inyectado liquidez en la economía a
través de la compra de activos (QE: Quantitative Easing). El efecto de dichas
inyecciones de liquidez en las bolsas es evidente como muestra el gráfico
siguiente.
Aunque la Fed ya intentó normalizar su política expansiva en 2015 y en 2018, la reacción negativa de los mercados financieros se lo impidió. En 2015 bastó que Bernanke anunciara una inconcreta y futura reducción del balance de la Fed para que el mercado reaccionara muy negativamente y la Fed tuviera que desdecirse de sus intenciones. En 2018, tras anunciar tres subidas de tipos en 2019, tuvo que realizar recortes de tipos en lugar de subidas.
La situación ahora ha cambiado. El retorno de la inflación a
unos niveles impensables hace apenas dos años y el fin de las fuerzas deflacionistas, que mantuvieron a
raya a la inflación durante un larguísimo periodo de tiempo, cambia radicalmente la actuación futura de la Fed, y por extensión
del BCE.
La era de dinero barato y abundante ha llegado a su
fin. Por primera vez en este siglo, la Fed
está subiendo los tipos de interés en un entorno de bajadas de las bolsas,
anunciando incluso incrementos adicionales hasta
al menos el 5%, además de haber reducido su balance en 340.000
millones de dólares desde abril, y continuar con su reducción.
En algún momento del próximo año la Fed dejará de subir tipos de interés y posiblemente deje de drenar liquidez de la economía mediante su reducción de balance. Incluso es posible que si la situación en los mercados financieros empeorase vuelva a comprar bonos. Pero el mensaje principal es que la "barra libre de liquidez se ha cerrado". Seguirá habiendo liquidez, pero más cara y no tan abundante.
Tras más de una década acostumbrados
a dinero fácil, abundante y disponible, las implicaciones del nuevo
escenario para ahorradores, inversores, empresas y estados son cuantiosas y de
calado. (A comentar en próximos artículos).
Abrazos,
PD1: He tenido otro nieto, el
duodécimo!!! Me encantó lo que me contaba mi hija:
“Os dejamos a los chicos y nos
fuimos al hospital ya que iba con contracciones. Me mandaron de vuelta por no
haber dilatado. Nos quedamos en Equinoccio, frente al hospital, a andar para
que bajara. Cenamos una hamburguesa. Volvimos al hospital, rezamos el Rosario
en la capilla, y luego ya estaba lista: contracciones + fuertes, así que me
metí dentro y lo tuve.”
Niño precioso que viene a la vida muy rezado por sus padres y abuelos. Una gozada, rezar el Rosario una hora antes de parir… Por cierto es su sexto hijo. ¡Olé por sus padres!