05 septiembre 2025

los aranceles con Europa se quedaron en un 15%

Muy nerviosa también (rayando en la neurastenia) ha sido la reacción al acuerdo del arancel del 15% entre comentaristas y articulistas europeos: hubo quien, al borde de cometer sepuku (harakiri) llegó a compararlo con las humillantes condiciones impuestas a Alemania en el Tratado de Versalles ;-).

La enormidad de la comparación habla por si sola de la capacidad que tiene Donald Trump de desquiciar a la humanidad entera...

En circunstancias así, y para no perder el enfoque, hay que recordar cosas básicas, como:

+ Que los EEUU siguen siendo el aliado de Europa;

+ Que las peleas entre socios y aliados no son infrecuentes. Un caso muy sonado en su día fue la decisión que tomó el General De Gaulle de que, sin dejar por ello de ser un aliado más, Francia se saliera de la estructura militar de la OTAN en 1966.

+ Que los desacuerdos comerciales entre aliados son una cosa muy corriente y que ya tuvo una elevada virulencia en los años 1970s y 1980s: lo de ahora añade al asunto brusquedad, malos modales y que afecta a a todos los países.

+ En 1964 el presidente norteamericano Lyndon B. Johnson ya impuso un arancel del 25% a los vehículos ligeros procedentes de Alemania; Nixon hizo lo mismo con todas las importaciones de productos procedentes de Japón (arancel del 10%); Reagan implantó un límite a los vehículos que se podían importar de Japón; el mismo Reagan implantó un arancel del 100% a productos electrónicos japoneses por valor de 300 millones de dólares…

+ Además de otros métodos indirectos (generalmente cambiarios) como los Acuerdos del Plaza (1985); los del Louvre (1987); la amenaza siempre presente de que el Congreso de EEUU declare a algún país (China y Japón, como principales candidatos) “nación manipuladora de la moneda”…

+ Que la Unión Europea ha negociado con Trump términos muy similares a los de Japón, que siempre ha sido especialista en bandearse bien en circunstancias de choques arancelarios y cambiarios con los EEUU.

En suma, que la Unión Europea tiene que aprender a navegar, con mejor o peor fortuna, las aguas turbulentas en que se ha convertido el comercio global tras la segunda llegada de Trump a la presidencia de EEUU. El resultado podrá complacer o no, pero lo que es inevitable es que hay que afrontar la nueva situación teniendo claro que rasgarse las vestiduras no sirve de nada, y tratando de sacar el mejor partido posible de las circunstancias.

Abrazos,

PD: Ayer te contaba que era necesario no mentirse y hacer las cosas con el corazón, de verdad, que nos saliera de dentro no por formalismo u obligación. Ayudar a los demás, perdonar con el corazón…

Y no solo hay que hacerlo en las cosas del mundo, sino también en las cosas de Dios.

Cuando reces no lo hagas de forma repetitiva. Para en una palabra de tus oraciones y sal de la rutina que puedas haber entrado.

Y en oración mental. Pon todo tu corazón. Estás hablando con el Señor. Escucha lo que te dice y ponlo en práctica. Nadie sabe de qué hablamos Dios y yo, es mi intimidad con Él. Todo lo que me dice, me lo dice al corazón…