30 enero 2017

¿Continuidad en el crecimiento económico español?

No sé si seguiremos tan fuertes como en los dos últimos años… Habremos crecido un gran 3% anual cada año el PIB, pero la bolsa ni se ha enterado…
Dic-2010: Ibex: 9.500; Dow Jones, 11.500.
El pasado viernes: Ibex, 9.500, Dow Jones, 20.000.
Y tal.
Hay ciertas dudas:

España, sin corregir los viejos problemas, volverá a hundirse

Unos datos macro aparentemente buenos encubren una preocupante realidad

Muchos analistas económicos, ante la evolución de la economía española en los últimos tres años, están ya lanzando las campanas al vuelo y proclaman que por fin hemos entrado en un círculo virtuoso, superando las antiguas dinámicas presentes desde los años ochenta del siglo pasado, basadas en ciclos de endeudamiento público-endeudamiento exterior-aumento de la demanda interna-'boom' de la construcción y colapso económico cuando los inversores extranjeros empezaban a desconfiar. Dio igual que estuviéramos en el euro. El ciclo fue más largo, pero el colapso económico se produjo igualmente y fue mucho más intenso y prolongado. ¿En qué se basan estos analistas para tener esta positiva opinión de la actual recuperación?
En el primer gráfico, vemos el primer indicador que sustenta tal afirmación, que es la evolución de balanza por cuenta corriente. Como vemos en el gráfico (que recoge además la cuenta de capital), y al contrario que en ciclos de recuperación anteriores, la balanza por cuenta corriente no solo no se ha deteriorado sino que presumiblemente acabará 2016 con el dato más positivo de la historia.
El segundo dato es posiblemente contraintuitivo para muchos, pero lejos de ser negativo en la actual coyuntura de fuerte creación de empleo, es muy positivo. Este dato es el consumo de cemento, que vemos en el siguiente gráfico. Como se ve, a pesar del leve repunte de 2014 y 2015, durante la mayor parte de 2016 ha permanecido en negativo, con consumos sobre la quinta parte del máximo de la burbuja y a niveles de los primeros años sesenta del siglo XX. Esto contradice escandalosamente las noticias que aparecen con frecuencia en los medios sobre que “la construcción vuelve a ser el motor de la economía” o “que la construcción levanta el vuelo”. Los analistas de los que hablamos saben perfectamente que esto no son más que publirreportajes pagados por la banca, ansiosa de deshacerse de sus activos tóxicos. Por lo tanto, interpretan que la activación económica que vivimos no es del mismo tipo que en ciclos anteriores. Y tienen razón. Pero en lo que no tienen razón, como veremos, es en que esto signifique que hemos entrado en una dinámica virtuosa. Uno puede superar un cáncer y luego morir de un infarto, y algo parecido es lo que lleva camino de pasarle a la economía española, como veremos a continuación.
El primer dato que desentona de la sinfonía oficialista del círculo virtuoso es la inversión en equipo. Supuestamente, habría que esperar que la economía española estuviera haciendo una transición hacia un sistema productivo más intensivo en capital y por lo tanto más competitivo y de mayor valor añadido. Tras unas caídas impresionantes de la inversión en equipo en el periodo 2008-2013, la recuperación ha sido tibia y parcial, estando en el último dato disponible (noviembre de 2016) un 29% por debajo de la de noviembre de 2007. Más preocupante todavía, vemos cómo ha dejado de crecer en el tramo final del año.
Un segundo dato que desmonta la interpretación favorable del actual ciclo alcista es la medida de la posición competitiva española en precios de producción. Como se ve, la ligera mejoría frente a los países desarrollados que vimos a partir de 2013 se ha truncado, y otra vez vuelven a subir los precios de producción, además en un periodo en que el IPC ha estado muy contenido.
Un tercer indicador que capta una instantánea demoledora de nuestra auténtica situación es el comercio internacional de productos de alta tecnología que publica el INE. Tras unos años relativamente favorables, en 2014 (último dato disponible) se rompió la tendencia y descendieron estas exportaciones mientras aumentaban las importaciones. Por supuesto, esto es totalmente incompatible con la pretensión de que estamos cambiando el modelo productivo hacia uno de alto valor añadido.
La interpretación más plausible sobre lo que está pasando es que vivimos un periodo de incremento de la demanda interna causado por una disminución del ahorro —que confirma el INE— y que se ha situado casi en mínimos desde que estalló la crisis, unido a una expansión del gasto público y una favorable posición exterior gracias a los bajos precios del petróleo. La fortaleza de la demanda externa también ha contribuido a este buen comportamiento de la economía.
Pero falta explicar por qué este incremento en la demanda interna no está repercutiendo en un deterioro rápido de la balanza comercial, como ha venido siempre siendo habitual en la economía española en los ciclos alcistas. De hecho, la mayor parte de la responsabilidad, como he dicho, es de los bajos precios del petróleo, pero existe otro factor importante que creo que se está dando, y son los bajísimos salarios del nuevo empleo creado, algo que vemos en la encuesta de costes laborales. En ella, se ve cómo, a pesar de que la negociación salarial se ha materializado en pequeñas subidas de sueldos en 2016 respecto a 2015, el coste salarial global disminuye. La única explicación a esta paradoja es que los nuevos empleos se ofertan con salarios muy bajos aprovechando las facilidades de la reforma laboral en este sentido. Es sabido que los niveles más bajos de renta tienen una propensión menor a consumir productos importados que el resto de la población, lo que daría una explicación a que las importaciones no estén aumentando más rápido todavía de lo que lo están haciendo (+4,3% en volumen en lo que va de 2016 frente a un 4,1% las exportaciones).
La conclusión que podemos sacar de la situación actual es que no existe absolutamente ningún indicio de que la estructura productiva española esté cambiando. Antes bien, parece que incluso se está fomentando con la reforma laboral que se aumente la producción en sectores de bajo valor añadido. El único punto favorable es que resulta evidente que la construcción no está remontando y que no se está fraguando ningún nuevo 'boom' inmobiliario, lo que ya sería el colmo de los despropósitos.
Pero en un mundo que está cambiando a toda velocidad, con una cuarta revolución industrial en marcha, esta situación dibuja un futuro bastante tenebroso para la economía española, que está quedando evidentemente descolgada de este proceso, al igual que quedamos descolgados de la tercera oleada de cambio tecnológico. La cantidad de países cuya estructura productiva está pasando a ser competidora directa nuestra es cada vez mayor, y nos vamos situando rápidamente en el peor nicho de mercado dentro de la estructura económica mundial. El Gobierno español no parece entender ni media palabra de todo esto y sigue con un obtuso 'laissez faire' respecto a nuestro sistema productivo que muchos países predican, pero solo los más tontos entre los tontos practican. Y entre ese ominoso grupo de gobiernos estúpidos, destaca sin duda alguna el nuestro.
Abrazos,
PD1: Y eso que se ha creado bastante empleo… Aunque no hay trabajo para todos:
La digitalización va asociada a que se pierdan más puestos de trabajo de los que se crean.
¿Cómo es que alguien que procede del campo de las Matemáticas acaba dedicándose a este tema?
Desde que me jubilé he tenido más tiempo para plantearme determinados problemas. Hace tiempo que me preocupa el hecho de que Europa está perdiendo su situación en la sociedad postindustrial. Intenté descubrir si la crisis dependía de más cosas que de los bancos. La principal conclusión que he sacado en este tiempo es que cada vez hay menos puestos de trabajo y que esto obliga a un replanteamiento de nuestra sociedad.
¿Y eso, por qué?
Con la digitalización hemos creado unas máquinas que tienen resultados mejores que las habilidades humanas Pero además se ha establecido otra lógica en los procesos de producción, que ha alterado las lógicas de la formación de empleo. Hoy tenemos productos gratuitos de coste marginal cero, como son las copias de los libros digitalizados (eso no pasaba con los libros físicos). Con un teléfono móvil se hacen cosas muy difíciles, y las hace todo el mundo. Con las nuevas tecnologías se ha reducido el número de secretarias, por ejemplo. Se están perdiendo muchos puestos de trabajo. Antes, cuando querías viajar en avión, tenías muchos intermediarios: los que te asesoraban, los que te vendían el billete, los que te daban la tarjeta de embarque, los que te la recogían. Ahora en todo este proceso sólo tienes un intermediario: el guarda de seguridad, y este podría ser sustituido por un robot. Hay un proceso terrible de desaparición de intermediarios. Y eso puede afectar a todo el mundo. Ahora se podrán hacer transferencias por Facebook y eso, sin duda, afectará a los bancos.
¿La digitalización afectará también en los bancos?
La digitalización tiene unos efectos insospechados en muchos ámbitos. La gratuidad hace que determinados sectores estén en peligro. Estamos más informados que nunca y escuchamos más música que nunca, sin pagar. La gente disfruta de música y de información sin que eso tenga impacto en el PIB, y eso lo complica todo. Eso también está afectando a la enseñanza: ¿qué sentido tiene que yo me prepare una clase magistral cuando hay profesores mucho mejores que yo que ya han colgado en internet clases enteras, con ejercicios y todo?
También se dijo, cuando surgió la revolución industrial, que las máquinas quitaban al trabajo a la gente, y más tarde se generaron nuevos trabajos.
Históricamente, los economistas han defendido que cada vez que hay una evolución tecnológica, después de un periodo de choc, la sociedad se estabiliza y aparecen nuevos puestos de trabajo. Eso pasó en la primera y en la segunda Revolución Industrial, pero es muy posible que con la digitalización sea diferente. Sí que aparecen nuevos trabajos, desde los creadores de juegos hasta los gestores de páginas web, pero son muy pocos. La digitalización va asociada a que se pierdan más puestos de trabajo de los que se crean.
¿Qué papel juega la globalización en la problemática del empleo?
La globalización implica que hay gente en el otro extremo de mundo que puede estar tan preparada como nosotros, que está dispuesta a hacer el mismo trabajo que nosotros y a competir con nosotros, y eso genera terror. El problema del empleo toma una dimensión mundial, más que local. El problema, ahora, es que o el trabajador de los Estados Unidos se queda sin trabajo, o el trabajador de México se queda sin trabajo. No parece que haya solución. Parece ser que no hay trabajo para todo el mundo. Según mis estimaciones, en el mundo hay 3.200 millones de personas que buscan un puesto de trabajo aceptable, y en realidad sólo hay 1.200 millones puestos de trabajo en buenas condiciones.
¿Y qué puede hacer la gente?
La gente hace lo que puede, por eso están surgiendo nuevos tipos de trabajos, que no son los habituales y que no funcionan ni siquiera como un trabajo prototípico. Es el caso de los conductores de UBER. En realidad, la gente cada vez está más ocupada, tenga o no tenga trabajo... Hoy en día "ocupación" ya no es "empleo": puedes estar muy ocupado y no tener un puesto de trabajo.
Si el empleo no se recupera, ¿se debería proceder a una reforma de nuestra sociedad?
Estamos en una situación en que es urgente plantearse si la capacidad redistribuidora que se supone al salario se está cumpliendo hoy en día. No hay ninguna garantía de que todo aquel que quiera trabajar pueda conseguir un puesto de trabajo. Hoy en día, no todo el mundo puede vivir de un salario. Y parece ser que en el futuro esto continuará así.
Eso nos lleva a una nueva fase histórica...
Bien, tendríamos que tener en cuenta que la idea del salario como a base de la redistribución es un asunto muy moderno en la historia de la humanidad. Antes de la Revolución Industrial eso no existía. Es un proceso que tiene tan sólo 200 años de vida y que quizás ya haya agotado su ciclo.
El gobierno insiste en que si hay problemas de empleo lo que tiene que hacer la gente es convertirse en emprendedora. ¿Esta posición es realista?
Por desgracia, eso es una solución de políticos que no han entendido el problema. Y eso me preocupa mucho. Todo el mundo siente la necesidad de que haya puestos de trabajo, pero nadie se da cuenta que la evolución tecnológica nos lleva en sentido contrario. Y eso nos conducirá, inevitablemente, a una situación de conflicto. Aquí hay mucha gente que no dice la verdad. No la dice el gobierno. Y, lamentablemente, tampoco la dicen los sindicatos.
Tal como va esta dinámica. ¿El Estado tal como lo conocemos, financiado por los impuestos del trabajo y del comercio, está en peligro?
Hay un parón económico y eso implicará que tendremos que controlar el consumo. Trabajar menos quiere decir, también, que tendremos que consumir menos. Llevamos 50 años con el mito del crecimiento continuado del PIB y del consumo. Ahora eso se ha acabado. Hace falta una reflexión tranquila, que nos lleve a reorganizar una sociedad en que la gente no necesariamente viva como resultado de su trabajo.
Entonces, ¿qué se puede hacer?
No podemos seguir confiando en que la redistribución de la riqueza vía salario garantice la subsistencia de la población, como había estado pasando hasta ahora. Yo no sé exactamente hacia dónde tenemos que ir, pero apunto cuatro propuestas que se están haciendo desde diferentes foros. Dos en un contexto de Estado fuerte, y dos en un contexto de Estado debilitado.
¿Qué podría hacer a un Estado fuerte para enfrentarse al problema de la falta de empleo?
Hay dos alternativas: la renta básica universal o el reparto del trabajo. La renta básica universal es una idea atractiva, pero complicada. ¿Cómo se define lo básico? ¿Se incluye la educación y la sanidad? Los americanos no contemplan la sanidad dentro lo "básico". Y la idea de universal también supone dificultades. ¿Quién se podría beneficiar? ¿Los refugiados también? No es fácil aplicar este concepto. La otra posibilidad, para un Estado fuerte, es ir hacia un reparto del trabajo. Es lo que los japoneses denominan sociedad 5.0. En Japón hay mucha gente que está ocupada en trabajos que podrían ser automatizados. El Estado subvenciona a las empresas que no incorporan máquinas que sacan trabajo a la gente. En Japón se tiene muy claro que tiene que haber mercado de mercancías, pero no mercado de trabajo...
¿Y cómo se podría enfrentar a este problema desde un punto de vista más liberal?
Con un Estado débil, y desde un punto de vista más liberal, tenemos dos opciones: tratar de competir con las grandes marcas o ir hacia la "uberización". Competir con las grandes compañías es muy difícil. Hoy en día sólo hay 25 grandes marcas, con una productividad terrible. Alphabet, una de las grandes empresas del mundo, con 66.575 trabajadores factura 74.980 millones de dólares. Es decir, cada trabajador factura en torno a 1,12 millones de dólares. Aquí el concepto de productividad pierde sentido. Es casi imposible competir con ellos. Google triunfa, porque hay uno solo en el mundo. No es tan fácil crear competencia: los chinos lo están haciendo, pero los europeos fracasan sistemáticamente cuando lo intentan. La otra posibilidad, en un estado liberal, es la uberización completa: que cada uno haga los trabajos que pueda, como pueda. La juventud ya ha decidido optar por esta propuesta: usan Blablacar, Airbnb... ¡Alerta! Si la juventud ha escogido esta opción, es que esta opción tiene futuro.
¿Los políticos son conscientes de la problemática de la desaparición de puestos de trabajo?
Cada vez más. En Bruselas, en junio, hubo un encuentro de los sindicatos europeos, y ya corrían mensajes en este sentido: se necesita hacer algo muy innovador para hacer frente a este problema. En Alemania ya se está discutiendo sobre el trabajo 4.0, que implica una distribución del trabajo. En Francia el consejo de ministros ya empieza a debatir el tema de los excluídos del mercado de trabajo y uno de los temas que más se discutirán en las elecciones generales francesas será la renta básica universal. En la Cumbre de Davos de 2016 ya se hablaba de la crisis del trabajo, y muchos ya decían que no les salían las cuentas en el problema del empleo. Es un tema que se está discutiendo mucho en otras partes.
PD2: En el alma de cada cristiano, Jesús ha sembrado por el Bautismo, la gracia, la santidad, la Verdad... Hemos de hacer crecer esta semilla para que fructifique en multitud de buenas obras: de servicio y caridad, de amabilidad y generosidad, de sacrificio para cumplir bien nuestro deber de cada instante y para hacer felices a los que nos rodean, de oración constante, de perdón y comprensión, de esfuerzo por conseguir crecer en virtudes, de alegría...
Por eso el Bautismo es tan importante y da mucha pena la cantidad de niños que no se bautizan… Por cierto, hace unos días tuve mi 5º nieto, Teresa, que bautizaremos este sábado.

27 enero 2017

Mercado mundial de coches

Detroit, tenemos un problema. Se han vendido demasiados coches en renting o lease, y ahora van a volver al mercado de segunda mano, que no hace más que bajar de precio. ¿Quién se quedará todas esas unidades?
For months we've warned that declining used car prices could spell disaster for subprime auto securitizations (see "Slumping Used Car Prices Spell Disaster For Subprime Auto Securitizations").  While it's always difficult to predict the exact timing of when bubbles will burst, a combination of record-high lease returns in 2017 and 2018, combined with rising interest rates could imply that the auto bubble is on the precipice.
As Bloomberg recently pointed out, strong used car pricing is a critical component required to prop up the overall auto market.  While American's love their brand new cars, if used car prices become too soft then substitution can hurt new car sales.  Add to that the impact of falling residual values on the finance arms of the auto OEMs and you have all the ingredients required for an auto market meltdown.
A glut of used vehicles has started to depress prices. That trend will intensify as Americans will return 3.36 million leased cars and trucks this year, another jump after a 33 percent surge in 2016, according to J.D. Power. The fallout has already begun, with Ford Motor Co. shaving $300 million from its financial-services arm’s profit forecast for this year.
“Ford is the canary in the coal mine,” said Maryann Keller, a former Wall Street analyst who’s now an auto industry consultant in Stamford, Connecticut.
This drag may be hitting the rest of the industry, too. A National Automobile Dealers Association index of used-vehicle prices declined each of the last six months of last year. If used values weaken more than anticipated, it can lead to losses across the industry, hitting carmakers, auto lenders and rental companies.
Unfortunately, the volume of lease returns is only expected to grow even more in 2018 with returns expected to approach 4mm units.
As J.D. Power points out in it's most recent "NADA Used Car Guide Industry Update," the flood of lease returns is driving used car prices lower.
Of course, how we got here is fairly obvious.  The majority of Americans buy cars based on one factor: monthly payment.  And when it comes to managing your monthly payment to the lowest level possible, leasing is the way to go.  Per the Bank Rate calculator below, buying a $30,000 car comes with a monthly payment of around $600 while leasing the same vehicle might only cost $420 per month. 
Of course, why buy a $30,000 Ford for a $600 monthly payment when you could lease a $40,000 BMW for $560?  You can afford it so long as you can cover the monthly payment, right?
Not surprisingly, these dynamics have caused lease share of U.S. vehicles to skyrocket in the wake of the "great recession" as people seek to maintain their excessive lifestyles on smaller budgets.
Of course, the problem is that leased vehicles get returned to their originating lenders every 3 years for brand new leases...we wouldn't want anyone driving around in a 5-year-old clunker now would we?  But, as we all know, vehicles have useful lives of 15-20 years.  Therefore, it doesn't take too many excessive lease cycles to flood the market with used supply and bring the whole ponzi crashing down. 
Veras que los datos de coches son muchos alemanes y japoneses… ¿Ya no quieren los yanquis sus coches americanos? No parece…
Esto pasa también en España donde cada vez más gente se compra coches de renting o de leasing, que luego no se quedan y salen al mercado de segunda mano… Se compran coches mayores, más caros, así fardan mucho más ante los cuñados, por el mismo coste que el que consiguen si piden un crédito…¡Qué memos! Y por supuesto, se venden muy pocos a tocateja.
Además, Trump sigue, erre que erre, metiendo presión a los fabricantes de EEUU para que pongan más plantas allí y que se fabrique en América para los americanos… ¡Están locos, si les sobran coches (de segunda mano) por doquier!
Abrazos,
PD1: Los últimos datos de fabricantes mundiales son:
Como era de esperar, China ha dado un salto cualqitativo en la venta de coches, barriendo el mercado mundial…:
Europa languidece. Y Rusia y Brasil, con su contracción, también abajo…
Cada vez más, es China la que se lleva el gato al agua. Trump, lo llevas clarinete, ni aunque obligues a las grandes corporaciones podrás con China…
Y sin embargo, en las furgonetas (vehículos comerciales), las cosas son muy distintas y pronto cambiarán…
Muy pocas furgonetas en China ¿? Aunque ya se empieza de forma masiva a producir allí también:
PD2: Hasta los coches de gama alta, Cadillac, vende que te cagas en China:
PD3: Tesla ruge y corre más que ninguno…
Y eso que es eléctrico y tal…
PD4: En España, la edad media de los coches sigue creciendo sin freno… No me extraña. Andamos parcos de euros, como encima para cambiar de coche…
Los efectos de la crisis han sido tremendos. El 65,9% de los coches tienen más de 10 años… Solo estrenan los que se lo compran con renting o leasing, que luego saldrán al mercado de segunda mano… Las dos Españas de nuevo…
Y sí, España es el segundo país europeo que más coches produce… Somos, como Mexico, la ensambladora de coches de Europa, con 14 plantas de producción, aunque Alemania, con 39 fábricas nos dobla la producción, y la competencia es feroz en Asia, que es donde más crece el mercado:

Nueva era Trump: el proteccionismo amenaza la industria mundial del motor

México prevé que su producción crezca un 47% en cinco años
El automóvil es un sector icono del libre comercio mundial, de la globalización que corre el riesgo de dar carpetazo ante fenómenos políticos poscrisis financiera que amenazan con cerrar fronteras y colocar muros y aranceles a los productos que fabriquen otros, sospechosos siempre de beneficiarse de la buena marcha del país que cierra sus aduanas. La salida de Reino Unido de la Unión Europea, que se ha planteado de la manera más dura posible, con amenazas de durísimas tasas a la importación y exportación de bienes, o la presión del presidente de Estados Unidos, Donald Trump a los principales fabricantes de coches para que no instalen más capacidad productiva en México porque revisará el tratado de libre comercio de Nafta, son las dos primeras y más graves incertidumbres. Pero vendrán otras, como las elecciones en Francia y Alemania, países socios prioritarios de Reino Unido y en donde el nacionalismo también está en auge.
La primera jugada salió bien para Trump. Las diatribas en redes sociales contra las fábricas de coches en México consiguió que Ford cancelara una inversión de 1.600 millones en una nueva fábrica de San Luis de Potosí y que General Motors, Fiat y Toyota comprometieran 1.000 millones de dólares de inversión cada una en sus fábricas de EE UU, con la consiguiente creación de miles de empleos. También amenazó Trump a la alemana BMW y ahí, lejos de arredrarse, la automovilística mantuvo su posición con el respaldo del Gobierno de Alemania en pleno. El ministro de Economía y líder socialdemócrata, Sigmar Gabriel, alertó del daño que supondría para la industria estadounidense la introducción de un arancel del 35% a los coches de BMW producidos en México. Afirmó, en este sentido, que estas medidas solo van a lograr una industria “peor, más débil y más cara”.
“El proteccionismo atenta contra la libre competencia y esto afecta a la competitividad”, explica Francisco Roger, socio responsable de automoción en KPMG España. Así, los expertos internacionales indican que “para las automovilísticas es muy complicado fabricar coches pequeños en EE UU y que sea rentable” y se refieren a casos como el de Ford, que mantendrá la producción del Focus en Hermosillo (México) y destinará dos nuevos modelos a su fábrica de Michigan (EE UU) como parte de una inversión de 700 millones.
El riesgo, sin embargo, son los planes de incremento de la producción ya en ejecución en México. Un informe de la consultora especializada LMC Automotive señala que la fabricación de coches en México pasará de representar el 19% de toda la producción de la zona Nafta (EE UU, Canadá y México) para ser el 26% en 2020. De hecho, la consultora analiza los planes de producción de los principales fabricantes (Fiat Chrysler, Ford, General Motors, Honda, Hyundai, Renault-Nissan, Toyota y Volkswagen) de aquí a 2020 y estima que la producción en México se incrementará un 40%, hasta los 4,2 millones de unidades. EE UU incrementará su capacidad de producción en 1,5 millones de vehículos hasta 2023, un 12% más y México ganará un 47% más de capacidad, otros 1,7 millones de unidades. Se colocaría en los 5,5 millones de automóviles anuales, según LMC.
“Las posibles penalizaciones para vehículos fabricados en Nafta pero fuera de EE UU tendrán un impacto negativo sustancial en el mix de producción y en las decisiones de inversión”, señalan en el informe de la consultora que advierte que “la aversión al riesgo legislatorio de las empresas y la posibilidad de publicidad negativa retrae los posibles proyectos de inversión”.
Expertos en el sector entienden que este proteccionismo “no tendrá impacto en el comercio mundial sino en determinados países, que perderán capacidad sobre otros”. LMC apunta que es posible cambiar capacidades de producción desde México o Canadá a EE UU si la presión se mantiene. “Esperamos que más fabricantes anuncien nuevas inversiones en EE UU aunque no estén ligadas al nombramiento”, añade “No es la primera vez que las compañías deciden cerrar en un país para abrir en otro”, explican en el sector. Para Roger, sin embargo, “el proteccionismo no beneficia a nadie a medio plazo, es muy difícil generar ventajas”.
El caso de España podría servir de muestra. Las exportaciones a EE UU no son especialmente representativas, dado que solo suponen el 1,6% del total, con algo más de 36.000 unidades vendidas en el país. Sin embargo, la patronal española de fabricantes de coches Anfac ya alertó este lunes de las “incertidumbres” que “la situación política y económica internacional” siembra sobre el futuro desarrollo de la producción en España en el próximo año, “especialmente debido a la devaluación de divisas y al surgimiento de fenómenos proteccionistas en varios de los países de destino de las exportaciones españolas”.
Así señalaron que “Reino Unido, uno de los mayores mercados exteriores para los vehículos fabricados en España, con unas 336.000 unidades anuales, ya ha comenzado a tener bajadas en la exportación en torno al 16% mensual desde el pasado mes de septiembre”, señalaron desde Anfac, por los temores del brexit y el proteccionismo.
Y si bien España no exporta tantos vehículos completos a EE UU, sí lo hace por piezas. “Si se toman los países de la Unión Europea como un bloque, Estados Unidos es el segundo destino de las exportaciones españolas de equipos y componentes para automoción”, explican desde la patronal española de componentes Sernauto. LMC alerta de “el resquebrajamiento de la cadena de suministro” si se modifican los planes de fabricación en México, puesto que la industria auxiliar va de la mano de sus clientes y la deslocalización de fábricas tendría serios impactos para ellos. “El Tratado de Libre Comercio de América del Norte (Nafta) ha sido clave como dinamizador económico. Para Sernauto, es muy importante “poder contar con estos mecanismos que favorezcan las relaciones comerciales”.
España exporta a Estados Unidos por mil millones
El sector español de la automoción realizó exportaciones a Estados Unidos por valor de 969 millones de euros y vendió más de 36.000 vehículos en el país en los nueve primeros meses del año, según datos del Ministerio de Economía, Industria y Competitividad, y de los informes de seguimiento sectorial de la asociación de fabricantes Anfac y de la de componentes Sernauto.
De los 969 millones del valor de las exportaciones a Estados Unidos hasta octubre, 555 millones corresponden a la ventas de automóviles y motos, frente a 444 millones de componentes de automoción.
En 2015, casi un 4% de las exportaciones del sector de componentes para automoción fueron a Estados Unidos, en torno a 730 millones de euros, según los datos sectoriales de Sernauto. Esta cantidad supuso un incremento de más del 24% con respecto a 2014. Y el comercio ha ido en aumento. En el primer cuatrimestre de 2016, el sector exportó productos por valor de más de 417 millones de euros lo que representa un 17% más que en el mismo periodo de 2015.
Hay más de 40 plantas de producción y centros de investigación y desarrollo de empresas españolas del sector de equipos y componentes para automoción. Solo de la empresa Antolin hay 15 instalaciones: 9 centros en EE UU y otros 6 en México. Gestamp suma 10 factorías, 6 en EE UU y 4 en México. Ficosa tiene 4 centros en EE UU y 3 en México. CIE Automotive posee una planta en Estados Unidos y 7 en México.
La asociación de fabricantes Anfac calcula que entre enero y noviembre de 2016 se vendieron en Estados Unidos 36.338 vehículos fabricados en España, lo que supone un 1,6% del total. En los once primeros meses del año, España exportó 2,3 millones de unidades, de los 2,74 millones de unidades producidas, lo que supone la mejor prueba de la internacionalización de la producción española de vehículos.
PD5: En este mundo lleno de separaciones y divorcios, me parecen interesantes estas reflexiones:

“Dios permite la separación matrimonial para un bien mayor”

Entrevista a María Luisa Erhardt, experta en el acompañamiento y sanación de personas separadas

¿Qué sufrimientos comunes experimentan las personas separadas?
Las separaciones no son todas iguales, dependen de factores distintos. No es lo mismo separarse por abandono, por traición, porque la convivencia es imposible, porque hay incompatibilidad, porque no ha habido verdadero amor y compromiso sino ilusión y se ha confundido con enamoramiento, o deseo que se ha confundido con amor,…
Entonces la ayuda que necesita cada uno es distinta…
Sí, cada persona requiere respuestas distintas. Betania ofrece una respuesta personalizada; Dios regala el don del discernimiento cuando gratuitamente nos ponemos a Su servicio.
Cuando vamos sanando, podemos descubrir que tenemos cargas anteriores donde puede ser que no hayamos sido libres para elegir.
En matrimonios bien constituidos o que después se han ido transformando por la gracia de Dios también existen cargas, pero en estos casos, Dios ha permitido la separación siempre para un bien mayor, tanto para la persona, como para el cónyuge, los hijos, la familia,…
Esto es muy difícil de entender porque muchas personas llegan a una separación cuando ellas mismas han criticado a los separados, los han juzgado,… Y ahora se ven en la misma circunstancia que ellos han criticado. Y esto también es una sanación de la sociedad a través de las personas que tienen heridas.
¡Cuántas veces hacemos juicios y tenemos prejuicios de las personas que no cumplen con nuestras expectativas! Y nosotros no somos Dios para juzgar ni prejuzgar a nadie.
Yo no he visto tanto a Dios en mis éxitos sino en mis heridas porque es ahí, en la fragilidad, donde una persona tiene la oportunidad de abrirse.
Es muy raro que Dios sane a través de los éxitos, es más habitual que lo haga a través de las heridas, ahí donde el hombre no puede: el hombre frágil es el que atrae el amor y la misericordia de Cristo. Nosotros aprendemos a leer el amor de Cristo en esas personas, en cada corazón herido que se abre.
¿Cómo pueden aliviarse esos sufrimientos?
Lo primero que hacemos o intentamos hacer es escuchar para conquistar el corazón, porque en la medida en que uno conquista el corazón del otro, entregando el suyo propio, esa persona se abre.
Lo difícil en esta sociedad es abrir el corazón. Nos han enseñado a defendernos, a cerrar el corazón, a desconfiar, a tener juicios y prejuicios.
Lo que intentamos en Betania es conquistarlo, pero no se puede hacer si no se entrega el propio. Porque la autoridad la recibimos cuando hemos conquistado el corazón, pues la autoridad no es sometimiento, nos la regala el tú.
Y lo hacemos respetando los tiempos de cada uno. Los que están preparados para ver con objetividad su historia de vida y reconocer sus errores, pueden entrar en Betania para hacer ese proceso de sanación.
Si yo estoy cerrada porque me siento frustrada y fracasada porque mi matrimonio no respondía a mi proyecto, y busco culpables, quiere decir que el centro sigo siendo yo, y en estos casos no podemos hacer mucho por acompañar a la persona.
En toda relación hay una responsabilidad mutua. Ya no hablo de culpabilidad porque la culpabilidad no existe si no hay voluntad, y además las culpas bloquean, pero sí tenemos que tener un conocimiento y una responsabilidad de nuestras decisiones.
Cuando tenemos un conocimiento mayor de nosotros mismos podemos modificar, reparar, y esto nos libera de las cargas que tenemos. Perdonarse a sí mismo lo aprendemos en estos procesos, con la gracia de Dios. Solo Dios sana y salva.
¿Cómo superó usted su fracaso matrimonial?
Yo no lo considero fracaso. Nunca lo he considerado así. No todos los separados consideran que su situación es un fracaso. Ni yo cuando me separé. Eso es lo primero de todo.
Quien me ha guiado, quien va sanando mi corazón y mi ego ha sido siempre el Señor. Hoy veo mi separación como la oportunidad en la que me he encontrado con Cristo de verdad.
Antes de separarme busqué ayuda en libros de autoayuda, psicólogos y  psiquiatras pero en un momento dado me di cuenta de que ni ellos ni los coachers ayudaban a mi alma, a mi corazón. Me daban unas pautas pero yo buscaba más: la sanación  de mi persona, la restauración de mi ser.
Entonces conocí el Santuario de Schoenstatt, hice la alianza de Amor con la Virgen María y le dije: “si tú eres madre de verdad y Dios quiere sanarme a través de ti pues aquí estoy”.
Sólo puse mi sí a estar ahí, a ir al menos una vez a la semana, no mucho más, y así fue modificando mi corazón y mi pensamiento. Uno tiene que dar un sí; si no, Dios no puede hacer nada.
A mí quien me ha sanado es Dios. Y cuando yo íba sanando repercutía en mis hijos. Dios está conmigo y es fiel a mí aunque yo sea infiel.
El origen de mi sanación fue la alianza de Amor. María se lo tomó en serio. Yo no creía, era muy escéptica, pero ella me ha llevado de la mano y me sigue llevando cada día.
Nunca he sido tan feliz como cuando me he dejado hacer. El problema es cuando no nos dejamos hacer; cuando el centro soy yo y mis razonamientos humanos me construyo un muro en el que no puedo escuchar y no confío nada más que en mí, pero el amor de Dios es tan grande y su paciencia tan infinita……
¿Cómo se puede evitar sentir odio tras una separación matrimonial?
Se logra cuando uno se mira a sí mismo y reconoce que también tiene errores, cuando uno deja de culpabilizar sólo a la otra persona, cuando uno deja de esperar y de exigir que los demás me hagan felices. Cuando uno descubre que mi felicidad no está y no depende de los demás, sino que está dentro de mí.
Ahí empezamos a darnos cuenta de que el otro sabe tanto como yo y cuando uno descubre que el otro también ha caído en trampas (por ejemplo para conseguir que me amen más, he dependido más, he sido más esclava, me he dejado maltratar, humillar,…).
Otro paso importante es aprender a perdonarse a sí mismo,… lo más difícil no es que Dios me perdone sino que yo me perdone y que yo perdone. Esto es difícil porque estamos muy centrados en nosotros mismos.
A mí me ayudó muchísimo primero identificar esto y después pensar: si ahora se apareciera Jesucristo y yo le pidiera que me perdonara porque he sido orgullosa, soberbia, porque he herido o porque me he puesto por encima y he pisado a otros, lo primero que me preguntaría es: ¿perdonas a quienes te han herido a ti?
Si no perdonamos a los que nos han herido ¿que derecho tenemos a pedir a Dios que nos perdone?  Si no perdono no crezco porque estoy atada al rencor y al resentimiento y esto me reduce como persona, perdonar nos libera, es lo más sano del mundo.. En el rencor y el resentimiento no puede estar Dios. El perdón, el resentimiento son las ataduras al mal, entonces le pertenezco al mal, elijo el mal.
El amor de Dios es tan grande que me deja elegir entre el bien y el mal. Después tengo la gran suerte de que el Señor me perdona siempre, pero si no perdono no voy a ser capaz de recibir la verdadera liberación del perdón de Dios.
La sanación del perdón es lo más precioso, cada vez que perdonamos de corazón nuestro amor se asemeja al amor de Dios. Cuando salimos de nosotros mismos para perdonar estamos asemejándonos a Dios. El verdadero poder está en el amor.
Cuando se empieza a entender esto, uno empieza a percibir a Dios a pesar de todos los errores, heridas, pecados: de haber abortado, de haber recibido abusos sexuales, de una separación,… sin embargo vence el amor de Dios y el perdón es el poder de Dios, que nos ofrece también a los hombres. El perdón es un don que hay que pedir a Dios.
Para Cristo era una oportunidad todo aquel que estaba fuera de la ley, fuera de la norma, y Betania quiere seguir sus pasos igual, sin juicios ni prejuicios, sino como oportunidad para que Cristo se muestre en esa persona con su amor. Respetándola y amándola como es, no como queremos que sea.
El tiempo es un don para la conversión y el perdón. Llegar a esto es el tesoro de la felicidad en este mundo, sin importar que las circunstancias sean difíciles. 
¿Cómo se hace para que los niños puedan crecer en armonía estando separados sus papás?
Los niños son las víctimas inocentes y necesitan las dos referencias, la paterna y la materna. El mayor error y daño que les podemos hacer a nuestros hijos es quitarle la fama a su padre o a su madre, hablar mal del otro, quitarle la autoridad,… Hay que preservar a los hijos de nuestros odios y rencores. Ellos tienen derecho a tener padre y madre.
Los hijos son las víctimas de la separación, no la causa. Haya habido una infidelidad, incluso un asesinato,… la causa se encuentra en los dos padres.
Todos somos responsables: un maltratador no existe si yo no me dejo maltratar. Aquí hay una serie de responsabilidades por carencias en la educación, por miedos. Y todo eso, si no lo hemos sabido hacer bien en el matrimonio, son cargas para nuestros hijos.
En la separación, los hijos se sienten inseguros, y necesitan experimentar el amor incondicional. Es cruel utilizar a los hijos hablando mal del otro, o usándoles como armas arrojadizas. Los más inocentes e indefensos en una familia son los hijos, hay que protegerlos más incluso que a los padres porque son los más frágiles, aunque los padres deben pasar por una sanación personal.