26 septiembre 2013

26 septiembre 2013 Más cosas de la banca española

Más pressing para que sean más trasparentes y provisionen… Hasta obligan a los bancos a que reconozcan lo que han refinanciado a El Corte Inglés… ¡Te cagas lorito!

El BdE obliga a la banca a provisionar las refinanciaciones de las grandes empresas

El supervisor ha endurecido las exigencias sobre refinanciaciones para aflorar toda la mora oculta pertenecientes a las grandes firmas. Sólo la operación de El Corte Inglés se traduce en una bolsa de provisiones para el sector de más de 600 millones.
La banca conocerá, en las próximas semanas, a cuánto ascenderá lafactura del ejercicio de reclasificación de los créditos refinanciados impuesto por el Banco de España. Un volumen de provisiones que podría superar los 10.000 millones para el sector, cifra defendida incluso por el propio ministro Luis de Guindos, ante la última vuelta de tuerca del organismo que preside Luis Linde. El supervisor ha obligado a las entidades a clasificar como dudosos todos los préstamos de las grandes empresas que han sido refinanciados más de dos veces o que tengan períodos de carencia superior a 24 meses. Así, por ejemplo, sólo la refinanciación de El Corte Inglés obligará aSantander, BBVA, Bankia, Caixabank, Sabadell, Popular oBankinter, la principal banca acreedora, a dotar unas provisiones en el entorno de los 600 millones, según fuentes del sector.
"El Banco de España ha tomado esta medida para que el sector aflore toda la posible mora oculta que puede haber en la financiación a las grandes compañías. Quiere tener una verdadera foto para no llevarse ninguna sorpresa en las pruebas del próximo año que realizarán tanto la EBA como el BCE", explica un alto directivo de una entidad.
Todas las entidades han tenido que rehacer el informe inicial, que seguía unas directrices menos exigentes. De hecho, la primera circular enviada por el supervisor a las entidades sólo obligaba a la reclasificación de los créditos refinanciados de particulares y pymes. Se dejó fuera del ejercicio las famosas 'patadas a seguir' de la banca a las grandes empresas para evitar mayores necesidades de capital al conjunto de la banca.
Sin embargo, el Banco de España ha decidido incluirlo finalmente ante las exigencias regulatorias y de capital que implicará todo el proceso de supervisión bancaria única. Por esta razón, el supervisor ha decidido que las entidades reclasifiquen como dudosos todas las operaciones refinanciadas o reestructuradas con períodos de carencia de amortización de capital de 24 meses o más, así como las operaciones no vencidas que hayan sufrido dos o más refinanciaciones.
La mayor parte de los créditos empresariales sindicados tendrá que reclasificarse por parte de la banca para considerarlo como dudosos
En esta situación se encuentran la mayor parte de los préstamos sindicados empresariales a los que la banca ha ido ampliando plazos de carencia en los últimos ejercicios. Además de la reciente refinanciación deEl Corte Inglés, operación que deja a la banca el control sobre importantes decisiones como el reparto de dividendo, se encuentran en esta situación empresas como Ferrovial, Prisa, Cortefiel, NH, Sol Melián, San José o Telepizza.
En el informe que ha preparado cada entidad, y que la gran mayoría ya ha enviado al Banco de España, cada banco ha comunicado el volumen total de provisiones a realizar con esta nueva exigencia. Pese a que la fecha límite marcada por el supervisor expira el próximo 30 de septiembre, no será hasta unos días después cuando cada entidad conozca la cifra definitiva tras los ajustes que efectúen se efectúen en Cibeles.
El supervisor ha tomado esta medida ante la sospecha de que las entidades utilizan estas reestructuraciones para evitar la entrada en mora de operaciones que son claramente inviables.De hecho, las sospechas del Banco de España es que el gran foco de la mora oculta de la banca española se esconde en su bolsa de 88.270 millones de créditos refinanciados normales, es decir, que aún están al corriente de pago.
De hecho, para que un préstamo refinanciado pueda seguir considerado como normal tendrá que cumplir unas duras exigencias que hagan altamente probable la recuperación de todos los importes debidos. Para ello se tomarán en consideración factores tales como la inexistencia de un dilatado periodo de carencia, cuotas mensuales que no superen un porcentaje significativo de los ingresos recurrentes en el caso de los particulares o la adición de nuevos avalistas de indudable solvencia o de nuevas garantías eficaces".
Por el contrario, se convertirán de "subestándar" a "dudosos" (una definición que indica que la deuda será difícilmente recuperable y por tanto exige a cambio más provisiones) todos los créditos en los que "se evidencie acusada debilidad en la capacidad de pago del prestatario". Factores tales como "la existencia de garantías eficaces, el otorgamiento de periodos de carencia en la amortización del capital superiores a 30 meses, o la procedencia de refinanciaciones o reestructuraciones previas", especifica el supervisor.
Los datos del supervisor, recogidos en el Informe de Estabilidad Financiera de mayo, cifran en 208.206 millones el nivel de préstamos refinanciados por la banca española al cierre del pasado ejercicio, un 13,6% del crédito al sector privado residente. De ellos, el 42,4% (88.270 millones) está clasificado como normal por las entidades, mientras que un 20,6% (42.890 millones) es subestándar y el 37% (77.036 millones) restante, como dudoso. En total, casi 120.000 millones (concretamente, 119.926 millones) están con problemas de pago.
Abrazos,
PD1: Lo más horrible que he visto yo de los matrimonios es cuando se acaba el cariño, cuando no se saben qué contar… He visto a muchos matrimonios hacer el: El método “pimpán” y no me gusta. Si no eres capaz de hacer reír a tu mujer, apaga y vámonos. Cuesta la rutina, cuestan las viejas heridas, pero si no se intenta es una convivencia atroz:
El método Pimpán³ lo practican matrimonios maduros, de esos que ya tienen a los hijos emancipados, y que en los fines de semana aprovechan su nueva independencia para darse algunas alegrías gastronómicas. Para practicar el método Pimpán³ hay que comer en absoluto silencio, hasta el punto de que el único sonido que se escucha sobre la mesa es el chocar de los cubiertos contra la fuente de la comida al servir.
Son parejas campesinas que ya se tienen tanta confianza que no necesitan hablar para llenar espacios huecos en esa mesa, porque no los perciben así. Así que la parte clave del método es el silencio: ese silencio que a mí se haría intolerable durante una comida entera pero que en los practicantes del método es de lo más natural. Sólo se interrumpe, por cierto, en el momento del café y los licores, en los cuales la pareja intercambia unas cuantas frases: me imagino que son pareceres sobre el banquete y estimaciones más o menos ciertas de la cuenta.
Cocido gallego (Juantiagues / Flickr).
La otra característica del método Pimpán³ es la completa compenetración entre los dos comensales, su ritmo deglutorio y masticador, la precisión suiza en la transferencia de comida entre la fuente al plato. De ahí viene el pimpán-pimpán, un toma y daca rápido “para ti y para mí”Uno tras otra, alternándose disciplinadamente, atacan a la fuente de forma frontal y lateral, sin piedad ni asomo de duda. Y aquí no observamos la educación burguesa de uno servir a la otra, ni la sumisión doméstica de la otra sirviendo al uno. Para nada: en estas parejas, cada uno va a lo suyo, pero de forma coordinada.
Aunque hay otra forma de demostrarse cariño: el mayor ejemplo de coordinación está en que son tan conscientes de los gustos de los otros, que se sirven de la fuente dejándole al otro las piezas favoritas. Que si te gusta la costra del arroz, yo iré entrando hacia el centro. Que si te van los muslos de pollo, yo me decanto por las pechugas.
Lo último que define estos banquetes silenciosos es la ausencia de tregua. De forma rápida, el matrimonio aborda con profesionalidad una fuente de cocido de esa altura conocida como “poner los chorizos de pie”. Y mientras nosotros, aún pareja novata en el método, claudicamos cuando la bandeja todavía parece intocada, los pimpanistasavanzarán sin miedo hasta el final, dando cuenta de toda la bandeja de lacón, costillas, morros, orejas, cacheira, falda, chorizos, muslos de pollo, patatas, habas y grelos en poco tiempo más del que nosotros empleamos para abandonar el partido en el descanso.
El restaurante estará al final lleno de esas voces cargadas por el vino, las gotas servidas al café y los licores de la casa. Pero el matrimonio de pimpanistas, sin muestras de cariño aparente entre ellos, sin necesidad de mirarse pero juntos y amorosos hasta el final de sus días,  ya pensarán en el siguiente reto gastronómico, en la primavera que no tardará en llegar.