El aumento de la deuda evita a
corto plazo una profundización de la recesión, pero a su vez limita el
crecimiento de los próximos años…
De
nuevo un organismo internacional, en esta ocasión el FMI, vuelve
a rebajar las previsiones de crecimiento económico,
pronosticando una recesión mundial (-4,9%) más profunda y una
recuperación más lenta de lo previsto anteriormente. De acuerdo con el FMI,
las pérdidas estimadas a nivel global por la pandemia
ascenderán a 12,5 billones de dólares entre 2020 y
2021. En abril dicha estimación era de 9 billones de dólares.
Con
respecto a la forma de afrontar las pérdidas sólo hay tres opciones:
-asumirlas por
quien las sufre,
-financiarlas
con más deuda,
-o
monetizarlas a través de la emisión de dinero por parte del banco central
correspondiente.
A pesar
de los ingentes programas fiscales de los distintos gobiernos,
que ascienden a 11 billones de dólares a nivel global, muchas
empresas y familias no podrán financiar las pérdidas y tendrán que asumirlas,
provocando una reducción de su patrimonio y, en numerosos casos, llevando al
cierre de la actividad económica.
El
esfuerzo más notable de los distintos gobiernos ha ido dirigido a facilitar
líneas de avales o garantías para intentar que el mayor número
posible de empresas se mantenga a flote. Mantener vivas a las empresas
significa mantener los empleos, al menos gran parte de ellos. A pesar de la
existencia de estos avales públicos, los préstamos los conceden las
entidades financieras. Así, no todos los peticionarios de préstamos
lograrán la aprobación de la financiación deseada. Las propias autoridades
supervisoras instan a los bancos a no relajar los criterios de riesgo a la hora
de conceder financiación.
Las
empresas que logran la financiación con avales consiguen cubrir al menos parte
de las pérdidas sufridas por el parón económico y hacer frente a los pagos en
un periodo de fuerte reducción de los ingresos. Evidentemente, en la situación
actual dichos préstamos no van dirigidos a aumentar la inversión ni la
producción de las empresas, sino a sobrevivir a una "crisis
como ninguna otra" (expresión utilizada por el FMI). Estos
préstamos evitan una situación de insolvencia en muchas compañías e, incluso,
su cierre. Sin embargo, hay que ser conscientes que la deuda que
no va dirigida a inversiones que aumenten los ingresos futuros, lastran
el crecimiento y los beneficios futuros.
La
tercera opción respecto a las pérdidas es su monetización mediante
la emisión de dinero por parte del Banco Central a través de la utilización
del "helicóptero monetario". Mediante este
mecanismo el banco central financia los estímulos fiscales comprando el
incremento de emisión de bonos soberanos. Así, EE.UU. ha llegado a entregar
cheques de más de 1.000 dólares a millones de familias. En cualquier caso, la
monetización no es la panacea. Supone un aumento de deuda del banco central.
Esta
crisis va a dejar "cicatrices duraderas" en la
economía, dañando de forma más severa a las pequeñas empresas y profesionales
sin calidad crediticia suficiente para lograr financiar las pérdidas. Las
empresas que sí logran financiar las pérdidas mediante nuevo endeudamiento
tendrán que generar recursos para devolver la deuda antes de pensar en nuevas
inversiones.
En
conclusión, el aumento de la deuda evita a corto plazo una
profundización de la recesión, pero a su vez limita el crecimiento de
los próximos años. Un nuevo síntoma de japonización de la
economía.
Abrazos,
PD1: Ayer fue el día que se
celebra a San Pedro y San Pablo. Es espectacular lo que dijo el Papa: http://www.vatican.va/content/francesco/es/homilies/2020/documents/papa-francesco_20200629_omelia-pallio.html
Ya sé que no tienes nada de
tiempo para leer nada. Solo te sugiero que le dediques 5 minutos que serán como
hacer oración…