09 abril 2021

efecto dominó

La semana pasada un hedge fund, Archegos, tuvo problemas severos. Es el apalancamiento lo que los mata. Ese ansia en ser más rentable que el resto… Me recordó a 1998 cuando lo de LTCM, que dio un susto de muerte. Esta vez no ha pasado nada, gracias a Dios. Pero siempre tienes las dudas del maldito efecto dominó en este tipo de actuaciones:

Apalancamiento y efecto dominó

La interrelación entre los distintos participantes de los mercados financieros puede llegar a provocar un efecto dominó: la caída de una pieza causa la caída de otra pieza y así sucesivamente. En 1998, la quiebra del hedge fund LTCM (Long Term Capital Management) provocó una fuerte caída de las bolsas mundiales, elevadas pérdidas en numerosos bancos de inversión y, finalmente, la intervención de la Reserva Federal para evitar un dramático efecto dominó. En 2008, la quiebra de Lehman Brothers también provocó la actuación de autoridades y bancos centrales para impedir un catastrófico efecto dominó.  

Esta semana, la quiebra del hedge fund ARCHEGOS ha generado pérdidas que se estiman entre los $5.000 y $10.000 millones a unos cuantos bancos de inversión y ha provocado el descenso de la cotización de hasta el 60% en las acciones en las que ARCHEGOS tenía exposición. Afortunadamente, de momento el daño no ha ido a más y el efecto dominó ha sido muy limitado.

Una vez más, la causa de la hecatombe de este hedge fund y las pérdidas generadas en los bancos de inversión se debe al fuerte apalancamiento utilizado y a la opacidad de los productos financieros empleados.

Con $10.000 millones de patrimonio, ARCHEGOS tenía un apalancamiento de entre 5 y 8 veces. Es decir, tenía invertidos entre $50.000 y 80.000 millones con sólo $10.000 de patrimonio. Para conseguir dicho apalancamiento utilizaba productos derivados "no cotizados en mercados organizados", donde la contrapartida son grandes bancos de inversión.

El funcionamiento de estos derivados es el siguiente: ARCHEGOS desea tener una exposición a la evolución de la cotización de compañía cotizada por valor de, por ejemplo, $100 millones. Acude a un banco de inversión que le ofrece dicho producto derivado. Para ello, tiene que depositar una garantía de un pequeño porcentaje de la inversión. Supongamos que un 10% del valor de la exposición, en este caso $10 millones. Adicionalmente, cada día, en función de la evolución de la cotización de la acción subyacente, el inversor paga o cobra la cantidad equivalente al porcentaje de la caída o de la subida de la acción. Si la acción ha subido un 5% en un día, el inversor ve reflejada en su cuenta un ingreso de $5 millones (100 X 5%). Por el contrario, si la cotización de la acción subyacente cae, el inversor debe aportar de forma inmediata el importe equivalente a dicha caída. Si cae un 5%, deberá aportar $5 millones adicionales. En el caso en que no aporte dichas cantidades adicionales, el banco de inversión venderá las acciones subyacentes en el mercado para evitar o minimizar sus pérdidas.

El problema que ha aflorado la debacle de ARCHEGOS es la opacidad respecto a las posiciones de este tipo de entidades. Este hedge fundutilizaba una larga lista de bancos de inversión al mismo tiempo: Morgan Stanley, Credit Suisse, Goldman Sachs, Nomura, Deutsche Bank, UBS y Mitsubishi Financial Group, entre otros. Para cada inversión en cada una de sus ocho principales posiciones en empresas cotizadas utilizaba tres bancos de inversión distintos, sin que ninguno supiera lo que tenía en los otros bancos de inversión. Al ser mercados "no oficiales" (OTC), tampoco existía (ni existe) una visión de cuál es el apalancamiento total sobre una empresa cotizada en concreto. Cada banco de inversión valora el riesgo de suposición, pero sin tener en cuenta que dicho riesgo se ve incrementado por las posiciones del mismo cliente en las mismas empresas en otras entidades.

Cuando ViacomCBS, una de las acciones en la cartera de ARCHEGOS, tuvo una fuerte caída en su cotización, el efecto dominó comenzó. Los bancos de inversión más rápidos en controlar su riesgo, vendieron las posiciones del cliente (el importe total subyacente) para minimizar su riesgo de pérdidas, pero forzaron a ARCHEGOS a vender el resto de posiciones para hacer liquidez. Al vender las cotizaciones retrocedían y las peticiones de más dinero (Margin Call) para cubrir las pérdidas por parte de los distintos bancos de inversión provocaron el desplome de las cotizaciones de las acciones a las que estaba expuesto ARCHEGOS.

Cuando se produce una situación como la descrita, los efectos colaterales pueden ser considerables. Las caídas en las cotizaciones afectan a la valoración de todos los fondos de inversión que tienen dichas acciones en cartera, aunque no exista una razón fundamental que justifique el desplome de valoraciones.

Si existen otros hedge fund apalancados sobre los mismos valores, inevitablemente se verán forzados a hacer liquidez para hacer frente a la liquidación diaria de pérdidas, provocando un efecto dominó muy peligroso. Afortunadamente parece que el daño ha sido limitado.

Por su parte, los bancos de inversión ante la actual situación de tipos de interés ínfimos, se ven empujados a asumir más riesgos para conseguir los beneficios que sus accionistas esperan. El caso ARCHEGOS pone en duda la fiabilidad del control de riesgos de algunos de estos bancos.

En el primer trimestre del año ya hemos tenido tres avisos de los efectos secundarios no deseados de la actual política de tipos nulos y dinero abundante. Primero fue Gamestop, provocando miles de millones de dólares de pérdidas a algún hedge fund; luego las fuertes pérdidas del fondo Grensill dedicado a conceder préstamos no bancarios a empresas, que ha generado un importante agujero a algún gran banco de inversión; y ahora el aviso del colapso de ARCHEGOS que ha ocasionado elevadas pérdidas a un puñado de bancos de inversión. 

Los riesgos del apalancamiento son evidentes y acaban aflorando. Los bancos de inversión que facilitan, directa o indirectamente, dichos apalancamientos son susceptibles de sufrir grandes pérdidas y provocar peligrosos efectos dominó. De momento sólo han sido avisos.

Abrazos,

PD1: El Señor resucitó y se fue mostrando a muchos que no lo reconocían. Tenía que enseñar las cicatrices de los pies y las manos para que se dieran cuenta de quién era. Tenía un cuerpo glorioso, tras la resurrección, que le hacía diferente. Pero lo más importante de todo era el nuevo mensaje: “La Paz con vosotros”. Esto es lo que todos andamos buscando, PAZ. Y esta se consigue gracias a sabernos Hijos de Dios, que se encarnó para salvarnos y dejar la puerta a la vida eterna. Esto nos da mucha paz, sabernos salvados, que no todo acaba aquí, que nos quiere con locura.