Ya te contaba yo el viernes: el dolor de la inflación entre los más desfavorecidos, entre los mileuristas. Son los que soportarán todo el peso del alza de precios…, ya que su gasto es en los productos que más suben (electricidad, gas y comida)
Inflación coyuntural, daño permanente
El análisis de la mayoría de indicadores económicos es difícilmente entendible por un ciudadano corriente. Este suele tener una percepción de la realidad completamente distinta al mensaje que recibe. Un caso claro de lo anterior es la evolución del coste de la cesta de la compra de millones de familias y los mensajes tranquilizadores sobre la inflación basados en que sus fuertes incrementos son sólo temporales.
La inflación, medida a través del Índice de Precios al Consumo (IPC), pretende reflejar el incremento del coste de la vida para una familia (media o estándar). El IPC es un indicador que recoge la cesta de productos y servicios consumidos por las familias. Cada grupo de bienes y servicios tiene una ponderación en el IPC en función del porcentaje del gasto total que se estima se destina a dicho grupo de bienes o servicios. En el cuadro adjunto se observa el peso asignado a cada grupo de bienes y servicios. Lógicamente, dicha distribución del gasto varía de una familia a otra. El gasto de un hogar con tres hijos en edad escolar tiene una composición totalmente distinta al de un matrimonio jubilado y sin cargas familiares. Por ello, el IPC no deja de ser una convención que se supone que representa el gasto de una familia estándar.
Hay gastos en los que todas familias incurren necesariamente: alimentación, vivienda, luz y agua. Otros gastos como "enseñanza" o "restaurantes y hoteles" no necesariamente forman parte de los gastos de todos los hogares.
La inflación o el IPC, sirve para medir el aumento del coste de la vida. Se expresa como porcentaje de variación respecto a los precios del mismo mes del año anterior. Por lo tanto, cualquier dato que refleje un IPC por encima de cero implica que el coste de la vida es superior al del año anterior.
Cuando la inflación es del 5,3% (como la actual en EE.UU.) y el año siguiente pasa al 3%, se suele vender como un éxito por la senda de control de la inflación. La realidad, para cualquier familia, es que el primer año los precios suben un 5,3% y el segundo año se incrementan de nuevo sobre una base incluso superior. Cuando se dice que baja la inflación, el ciudadano corriente percibe que los precios siguen subiendo, eso sí, a menor ritmo.
Fuente: INE, Elaboración propia
Actualmente, tanto la Fed de Estados Unidos como el BCE, consideran que la inflación es sólo transitoria y, por tanto, no es necesario tomar medidas extraordinarias.
En la Eurozona, aunque la inflación se sitúe actualmente en el 3%, el BCE no tiene intención de subir tipos de interés si sus previsiones de inflación de aquí a dos años se sitúan por debajo del 2% (web BCE). En EE.UU. la situación es similar. La inflación actual es del 5,3%, pero como en sus previsiones de incremento de precios para los dos próximos años están cercanas al 2% consideran que no es necesario medidas extraordinarias.
La realidad para una familia cuya "cesta de la compra" sea equivalente a la del IPC es que en el caso de una inflación del 5% un año, un 3% el siguiente año y un 2% al tercer año, su poder adquisitivo se habrá visto mermado en más de un 10% si sus ingresos no aumentan a la misma velocidad que la inflación.
Adicionalmente, una familia con estrecheces económicas podrá restringir su gasto en determinadas partidas como "Ocio y Cultura" y "Restaurantes y hoteles". Aunque estas partidas (que pesan casi el 20% del IPC) tengan reducción de precios, las familias más vulnerables se verán afectadas por el incremento de precios del resto de los componentes que necesariamente consumen, como "Alimentos" y "Vivienda y suministros" (entre ellos la electricidad).
Los indicadores económicos son necesarios para tener una aproximación a la situación económica en cada momento. Desafortunadamente, en demasiadas ocasiones el análisis de dichos indicadores dista mucho de la realidad percibida por el ciudadano de a pie.
El incremento de la inflación podrá ser coyuntural, pero el daño infligido a millones de familias (y de ahorradores) es permanente.
Abrazos,
PD1: Dios no perdona mucho, perdona TODO. ¿Hace mucho que no te confiesas? No sabes lo contento que sales del confesionario, la alegría que produce sabernos perdonados por el Señor. Además, nos da la gracia para evitar nuevos errores, para que no nos creamos los reyes del mambo, para que nuestro fin sea amar + a los otros y – a nosotros…