26 junio 2023

geopolítica

Todo se basa en controlar al resto del mundo…

La caída del Muro de Berlín y la Guerra de Ucrania

La caída del Muro de Berlín supuso el principio del fin de la Unión Soviética y el inicio de un nuevo periodo en la economía mundial, marcado por la globalización, siendo Estados Unidos la única potencia dominante.

Durante la Guerra Fría, antes de la caída de la URSS, Estados Unidos ya era el líder indiscutible del mundo occidental. EE. UU. ejercía de gendarme del mundo, encargándose de la seguridad de sus aliados. A cambio, los países aliados (principalmente Europa Occidental, Australia y Japón) procedían a una apertura económica de sus economías a las empresas americanas. Estados Unidos transmitía su influencia por todas las vías posibles: culturales, económicas, financieras, de educación y con enorme influencia política entre sus aliados.

A partir de la caída de la Unión Soviética, la apertura comercial se extendió a los países de Europa del Este, a gran parte de Asia y, finalmente, a China desde la entrada del gigante asiático en la Organización Mundial del Comercio (OMC) en 2001.

No es casual que EE. UU. haya sido, y siga siendo, el país que más recursos dedica a gasto militar, unos 877 mil millones de dólares en 2022, equivalente al 40% del gasto militar global en dicho año. Dicha cantidad es superior al gasto militar conjunto de los siguientes diez países, y supone más de diez veces el gasto militar anual de Rusia.


La situación
 existente desde la caída del Muro de Berlín ha cambiado radicalmente desde el inicio de la Guerra en Ucrania y la imposición de sanciones por parte de los países occidentales a Rusia. De los 193 países que integran las Naciones Unidas, 141 países votaron contra la invasión rusa de Ucrania. Sin embargo, sólo 53 países han aplicado sanciones a la Federación Rusa. Los 140 restantes no tienen intención de aplicarlas, ni de seguir las directrices de EE. UU. respecto a las mismas. Esta situación está produciendo una fragmentación del mundo (en palabras de Lagarde). Por un lado, los países prooccidentales que han impuesto sanciones y, por otro lado, el resto del mundo que no ha impuesto las sanciones a Rusia, bloque cada vez más conocido como "Global South".


Estados Unidos está realizando demandas de mayor gasto en defensa a sus aliados tradicionales y, a su vez, solicitando recortar algunas relaciones comerciales con China por temas de seguridad. Sirva de ejemplo las limitaciones al despliegue de la red 5G con tecnología china. El gasto mínimo anual en defensa que se exige a los países miembros de la OTAN es del 2% del PIB. Como se puede observar en el gráfico siguiente, la mayoría de los países integrantes de la organización atlántica están muy lejos de dicho porcentaje, a pesar del incremento experimentado en los últimos ocho años.


China
 ha pasado a ofrecer a numerosos países del Global South el acuerdo de protección militar a cambio de una apertura económica a las empresas chinas y a la utilización del sistema financiero chino, no controlado por Estados Unidos. Desde la desaparición de la URSS, ningún país distinto de EE. UU. se había atrevido a ofrecer dichos acuerdos.

Las consecuencias económicas para los próximos lustros de la pérdida de un mundo unipolar y el nacimiento de un mundo multipolar, con dos grandes bloques liderados por EE. UU. y China, son inmensas y plantea numerosos interrogantes. Entre ellos: ¿crearán una nueva moneda los países BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) basada en materias primas como han anunciado? ¿Qué implicaciones tendrá para el dólar? ¿Es posible mantenerse equidistante entre los dos bloques? ¿Cómo afectará esta situación a la inflación de Europa? ¿Qué implicaciones tiene para la financiación del déficit estadounidense? Intentaremos responder a estas cuestiones en próximos artículos.

Como en su día ocurrió con la caída del Muro de Berlín, la Guerra de Ucrania marca el inicio de un nuevo periodo económico y geopolítico inexplorado.

Abrazos,

PD: Hoy es el santo de lo “ordinario”: “Haz que yo sepa convertir todos los momentos y circunstancias de mi vida en ocasión de amarte, y de servir...”