14 diciembre 2022

sobre reacción por una bajada de la inflación de una centésima frente a las expectativas...

La inflación de EEUU mejoró las expectativas y subida fuerte de las bolsas y del euro ¿?

US inflation undershot St consensus for Nov, w/headline +7.1% YoY (down from +7.7% in prior month & below St’s +7.3% forecast) and core +6% (down from +6.3% in the prior month and below the St’s +6.1% forecast).


El efecto base empieza a llegar…

Sabemos, por otros momentos de alta inflación, que ésta corrige muy rápido:


Pero también sabemos que otras veces han tardado 4 años en subir tipos de interés. Esta vez se tardó menos ya que, justo hace un año, los tipos de interés estaban en el 0,25% con una inflación ya del 7%. Pero siempre han tardado 4 largos años…


La FED suele subir tipos hasta que los sitúa por encima de la inflación:


Así que, hoy, los volverá a subir hasta el 4,5%...

Ahora le toca el turno al BCE, que va rezagado, con una inflación todavía peor que la americana… Siempre tarde.

Abrazos,

PD1: Perdóname Dios por los días que no te busco, por los días que no te escucho y por los días que no te abrazo… 

13 diciembre 2022

JP Morgan Investment Outlook 2023

Alternativas que dicen los de JPMorgan:


Esperemos que sea la tercera…

Abrazos,

PD1: Me encantan esas frases que lees por Internet tipo: “La puntualidad no es sólo llegar a la hora, es también marcharse a tiempo”. Yo suelo fardar de puntual, pero quizás peque de enrollarme más de la cuenta, de hablar demasiado… Cuántas veces es mejor quedarse calladito… 

12 diciembre 2022

llevamos meses de errores con la apreciación de la inflación

Los mensajes de la FED han sido erróneos:


Solo les falta decir que el objetivo de inflación a futuro será del 3% y que los tipos se quedarán más arriba para los siguientes años…

Factores inflacionistas

Los mensajes del BCE y de la Reserva Federal cuando la inflación comenzó a superar su nivel objetivo del 2%, a mediados del pasado año, se centraban en transmitir tranquilidad porque se suponía que era un repunte coyuntural. Más de un año después es claro el error de apreciación y el temor a una inflación sensiblemente más elevada del 2% durante más tiempo.


Ya no se puede contar con los factores deflacionistas que han ayudado a la contención de precios durante décadas (leer artículo). Además, han surgido distintos factores inflacionistas que previsiblemente serán estructurales y no meramente coyunturales.

Coste energético en Europa. Las sanciones de la UE a los productos energéticos rusos han provocado un aumento considerable del coste de la energía y de la electricidad en Europasin que haya visos de una vuelta a los reducidos precios disfrutados por el Viejo Continente hasta hace apenas un año. Aunque no aumente más el precio de la energía desde los niveles actuales, las empresas ya han comenzado a repercutir el aumento de sus costes a los precios de sus productos y servicios.

Costes de los alimentos. El fuerte aumento de los precios del gas ha llevado a una paralización de más de dos tercios de la producción de fertilizantes en Europa. Esto, unido a la sequía y a las limitaciones de las exportaciones desde la zona en conflicto hace presagiar aumentos adicionales de los precios de los alimentos.

Desglobalización. Aunque las empresas de la UE parecen no tener problema en seguir produciendo en ChinaEstados Unidos sí está tomando medidas para repatriar determinadas producciones, especialmente de productos con un elevado contenido tecnológico. Está aprobando leyes (US Chips Act e Inflation Reduction Act) que subvencionan con miles de millones de dólares a las empresas para trasladar su producción a suelo americano, a la vez que prohíben la venta de determinados productos a empresas chinas. Obviamente, la producción de estos productos en suelo estadounidense será más cara que la producción actual en China o en otros productores asiáticos.

Del Just in time al Just in case. Durante décadas se han intentado optimizar los costes y la producción minimizando los inventarios tanto de productos intermedios como de productos finales. Desde la rotura de las cadenas de suministro y de producción como consecuencia del covid y de los intermitentes confinamientos en áreas industriales chinas, la seguridad de los suministros ha pasado a primar más que el coste de unos inventarios reducidos. Aunque ello suponga más costes.

Transición energética. Todos los estudios coinciden en el elevado coste de la transición energética, que inevitablemente repercutirá en los precios. Curiosamente, la UE parece no tener problema en autoimponerse dichos costesaunque otras áreas geográficas generadoras de un volumen mucho más elevado de CO2 no estén dispuestas a dichos sacrificios.


Políticas ESG (Enviromental, Social, Governance)
. La fiebre de la imposición de medidas ESG sobre las empresas está generando costes añadidos en las compañías que no van destinados a una mejora de la productividad, sino a otros objetivos distintos a los meramente económicos. Estos costes añadidos también son inflacionistas.

Todos estos factores se han convertido en estructurales, dificultando el objetivo de inflación de los bancos centrales. La solución previsible, ante la imposibilidad del BCE y de la Reserva Federal de conseguir su objetivo de inflación del 2% en un horizonte razonable de tiempo, será subir dicho nivel objetivo hasta al menos el 3%. Es sólo cuestión de tiempo.

Abrazos,

PD1: Ya somos 30 personas: Mi querida mujer, que tantas pesadeces me soporta, 9 maravillosos hijos, 2 yernos y 4 nueras estupendas, y 12 nietos, más uno a punto de nacer... Solo queda dar Gracias a Dios… 



09 diciembre 2022

desaceleración de la inflación menor de la estimada

Seguimos luchando, con una muestra de cierta fortaleza en los crecimientos del PIB. Quizás no haya recesión, o sea muy leve…

Punto de inflexión

Durante este otoño se han experimentado movimientos que nos llevan a considerar una re-evaluación de la desaceleración y su supuesta profundidad

El diccionario de la Real Academia de la lengua española define como inflexión al torcimiento o comba de algo que estaba recto o plano. También como un punto de una curva en que cambia de sentido su curvatura. Atendiendo a esta definición, la pregunta es si, en el análisis de la coyuntura actual de la economía española, podríamos estar presenciando un “punto de inflexión”.

Antes de entrar en materia permítanme que reflexione sobre otra cuestión que complementa a lo que les contaré en los siguientes párrafos. Durante los últimos meses se ha ido adelantando una más que probable contracción económica en base a los indicadores observados, algunos adelantados, y a los condicionantes económicos conocidos. Más aún, si dicha contracción se mantuviera dos trimestres seguidos estaríamos hablando de recesión. El III trimestre de este año ha cumplido el guion hasta cierto punto. A medida que avanzaba se iba confirmando la desaceleración del ritmo de crecimiento del PIB, aunque finalmente no llegó a contracción. La situación, como explicaré en los siguientes párrafos, ha resultado mejor de lo esperado, de tal modo que hoy podemos estar hablando de, o bien poder sortear la posible contracción o bien de poder evitarla, algo que hace solo unas semanas era muy poco probable. Este rápido cambio en las perspectivas se explica por un hecho hasta ahora no conocido: la cantidad de información que poseemos y recibimos casi a diario, en tiempo real, siendo posible en este caso que, incluso antes de que llegue la tan anunciada recesión, o bien le perdamos el miedo a esta o bien, incluso, podamos ir casi descartándola. En todo caso, me reservo el final de esta columna para darle una nota de color no tan optimista a lo que les voy a contar.

No impide que sigamos hablando de los próximos meses desde una perspectiva relativamente pesimista, pero sí nos lleva a creer, hoy, que el futuro cercano no será tan negativo como se vaticinaba

Y ahora vamos con la inflexión. Desde finales de agosto los indicadores que vamos conociendo y que nos permiten evaluar la evolución de la coyuntura económica no nos han dejado de dar sorpresas positivas. Cuando hablo de sorpresa no quiero decir que las noticias generadas por los indicadores económicos hayan sido todas en positivo. A lo que me refiero exactamente es que buena parte de dichas noticias nos cuentan con sus respectivas evoluciones que han sido en buena parte mejor de lo esperado. En otras palabras, el comportamiento observado y relativo al previsto ha sido positivo. Esto, obviamente, no impide que sigamos hablando de los próximos meses desde una perspectiva relativamente pesimista, pero sí nos lleva a creer, hoy, que el futuro cercano no será tan negativo como se vaticinaba hace tan solo unos pocos meses.

¿Qué ha provocado esta mejora de las perspectivas? Desde luego hay varias explicaciones y muchas de ellas residen en el terreno de lo especulativo. Sin embargo, creo que es imperativo mencionar una principal causa que es la que más fácil y mejor concuerda con lo observado: los precios energéticos.

Hace poco más de un año, los precios de la energía iniciaban una escalada que finalmente los llevarían hasta niveles estratosféricos durante este pasado verano. En particular hablo del gas, aunque es evidente que el petróleo ha hecho sus pinitos, en todo caso con menor intensidad. Obviamente todo fue magnificado por una guerra que espoleó a las nubes dichos precios. Este shock negativo de oferta, intensificado en primavera, generó lo que todos preveíamos: subida de precios e inflación y ajuste a la baja de la producción. Así pues, respecto a los precios primero y luego la actividad, durante este último medio año fuimos testigos de una situación que hacía décadas no experimentábamos.

La principal consecuencia es una moderación esperada de precios a medio plazo (que parece atisbarse en España y Estados Unidos) así como una compensación parcial del ajuste productivo debido a la subida anterior

Sin embargo, lo contrario tiene consecuencias inversas. El ajuste del precio del gas a la baja y que incluso ya en noviembre alumbró días por debajo de los niveles de hace un año, el del crudo Brent, en niveles similares al de finales de 2021 y otros muchos precios de materias primas, ha ayudado en las últimas semanas, a lo que habría que sumar una mejora de la cotización del euro, justamente por deslizar la FED que, por todo lo anterior, se va a tomar con algo de más calma la subida de tipos. Todo ello ha soplado en la misma dirección, y que no es más que un shock positivo de oferta. Este shock, que contrarresta en buena parte el negativo de la primera mitad del año, es mucho más evidente desde primeros de septiembre. La principal consecuencia es una moderación esperada de precios a medio plazo (que parece atisbarse en España y Estados Unidos, aunque es posible que para el mes de noviembre tengamos un paréntesis en dicha moderación) así como una compensación parcial del ajuste productivo debido a la subida anterior.

A esto añadan otras cuestiones que pueden ayudar a revisar al alza las previsiones de actividad. En primer lugar, el consumo de los hogares se ha debilitado, aunque no tanto como se esperaba en un inicio. El uso de los ahorros acumulados ha sido infravalorado, y en el caso español podría explicar una mejor resistencia de esta partida ante el envite de los precios. Es cierto que este factor, como he dicho, se está debilitando y así lo hará conforme pasen los meses. Pero hasta la fecha ha aguantado mejor de lo esperado.

Igual ha pasado con el consumo de no residentes, y las exportaciones españolas, que muestran una fuerte resistencia a la baja. Además, los índices PMI internacionales han resultado mejor de lo esperado para sus valores de un mes de noviembre que ya acaba. Finalmente, la política fiscal, con sus medidas aplicadas para “reducir” los efectos de la inflación pueden estar impulsando el gasto público, dentro del cual, además debemos empezar a contar con unos fondos europeos que poco a poco se dejan notar.

La inflación se modera, pero es cierto que mucho más en España que en Europa. Esto nos debe llevar a pensar que nada está ganado

En consecuencia durante este otoño se han experimentado movimientos que nos llevan a considerar una re-evaluación de la desaceleración y su supuesta profundidad. Sin embargo, como adelanté, no debemos echar a volar nuestro optimismo, pues algunas cuestiones permanecen aún en el terreno del elevado riesgo.

Por un lado, la inflación se modera, pero es cierto que mucho más en España que en Europa. Esto nos debe llevar a pensar que nada está ganado y que el esfuerzo para normalizarla no debe cejar. Ante esto preocupa cada vez más que entremos en terreno de dominancia fiscal. Esto quiere decir que la lucha contra la inflación por parte de los bancos centrales puede verse debilitada, si no contrarrestada, por el enorme esfuerzo que algunos países llevan a cabo para mitigar los efectos de las subidas de precios. La expansión del gasto público tiene efectos contrarios sobre la evolución de precios comparado con una política monetaria contractiva. Si la primera se impone a la segunda, la inflación terminará siendo permanente si las expectativas terminaran de desanclarse. El riesgo es cada vez mayor cuanto más dure la inflación elevada.

En definitiva, debemos congratularnos de la mejor marcha de la economía en este tercer trimestre, pero a su vez preocuparnos de si este punto de inflexión no es más que el mero retraso de un ajuste rápido y, quizá, necesario.

Abrazos,

PD1: Virgen desata nudos…

Aquellos rencores que experimento como nudos que no me dejan perdonar. Desata mis sinsentidos,  aquellos que me hacen perder la esperanza. Desata mis faltas de amor, mi tibieza diaria en confiar más en Dios y en su poder.

07 diciembre 2022

nunca volveremos a ver tipos negativos

Ha sido un espejismo lo que ha habido estos años. No era normal. Se forzó demasiado la política monetaria…

Inflación y tipos. Fin de los bajos precios

Si alguien espera que los tipos de interés vuelvan a los niveles existentes hace apenas seis meses, previsiblemente se llevará una gran decepción. La inflación lo impedirá. Los bancos centrales han podido desarrollar su política de barra libre de liquidez y tipos cero, o negativos en la Eurozona, gracias a la ausencia de inflaciónEl mandato del BCE es la estabilidad de precios, entendiendo por tal lograr una inflación cercana pero inferior al 2%. En el caso de la Reserva Federal, el mandato de la estabilidad de precios se complementa con lograr el mayor nivel de empleo posible.

Una vez que la inflación se ha disparado muy por encima del objetivo de los bancos centrales, la pregunta es si el incremento de los precios es sólo temporal o será más estructural y permanente. Aunque la tasa de inflación siga bajando, como lo ha hecho los cuatro últimos meses pasando del 10,8% en julio al 6,8% en noviembre en España, seguirá sensiblemente por encima del objetivo del 2% del BCE durante un prolongado periodo de tiempo.

Las fuerzas estructurales deflacionistas, o de descenso de los precios, de las últimas décadas se han desvanecido y han sido reemplazadas por fuerzas inflacionistas. Algunos de estos factores deflacionistas han sido: "los dividendos de la paz", China, la globalización, el comercio electrónico o el descenso del precio de la energía.


Dividendos de la paz
.

La caída del muro de Berlín y el fin de la política de bloques permitió una aceleración del proceso de globalización económica, con deslocalización de fábricas y la transferencia de tecnología entre países anteriormente en bloques económicos "enemigos".

La Globalización de la economía, la especialización de la producción y la relocalización de fábricas a lugares con menores costes de producción han sido una constante en las últimas décadas. Su efecto deflacionista en los precios de los bienes ha sido evidente.

La globalización de la tecnología, sin restricciones geopolíticas, también ha provocado bajadas muy considerables de precios en determinados productos, incluso con mejoras notables de prestaciones. Los ejemplos van desde cualquier aparato electrónico, televisores u ordenadores hasta automóviles. 

China.

Durante casi cuatro décadas el gigante asiático ha tenido un desarrollo económico exponencial que le obligaba a proporcionar millones de puestos de trabajo con sueldos bajos a la población que se movía del campo a la ciudad. Así, la población urbana ha pasado del 19,4% en 1980 al 61,4% en 2020. En estas cuatro décadas el PIB chino se ha multiplicado por 35, pasando de $420 mil millones a $12,6 billones.


La demografía china ha cambiado
 debido a la imposición durante décadas de la política de hijo único. La población prácticamente no crece, lo que afecta a su capacidad de crecimiento futuro. La política de crecimiento en base a sueldos bajos ha llegado a su fin, como se refleja en la evolución de la renta per cápita (de $430 a $14.000).


La entrada de China en la Organización Mundial del Comercio en el año 2000, factor clave en el proceso de globalización de la economía, ha permitido al gigante asiático convertirse en el primer exportador del mundoexportando a su vez deflación.


Comercio electrónico.

 La generalización paulatina del comercio electrónico ha hecho que la competencia de precios de innumerable número de productos sea global y no localpresionando los precios a la baja.

Lamentablemente, todas estas fuerzas deflacionistas presentes durante décadas se han desvanecido. Ahora priman las fuerzas inflacionistas: desglobalización, repatriación de producción a áreas "confiables", riesgos geopolíticos, aplicación de criterios ESG (Environmental, Social, Governance) aun a costa de mayores costes, costes energéticos asociados a la transición energéticaA comentar en próximos artículos.

La inflación previsiblemente bajará desde los niveles actuales, pero será un factor permanente en los próximos años. De ser así, los bancos centrales difícilmente podrán volver a la política de barra libre de liquidez permanente y tipos cero o negativos.

Abrazos,

PD1: Este sábado caso a mi séptima hija. Le deseo lo mejor de su nueva vida que empieza.