03 abril 2014

3 abril 2014 Tenemos menos renta disponible

Con tantos impuestos y tan poco ahorro, si pretenden que salgamos de esta crisis consumiendo lo llevan claro. La gente aprende y saldremos mejor con más ahorro que implique más inversión, no con más consumo. Mira lo que cuenta este economista: Jose Carlos Diez:
La obsesión ahora es que se recupere el consumo y para ello han pensado que lo mejor es una campaña para mejorar la confianza. Pero el consumo, según los datos de ventas de la agencia tributaria, está estancado desde el verano y la confianza de los consumidores en la situación de su propio hogar, según la Comisión Europea, ha caído a mínimos históricos.
¿Por qué? Principalmente porque su renta disponible, salarios menos inflación, menos subidas de impuestos y recortes de prestaciones sociales empeora. Además, hay emigración, sobre todo de jóvenes, y el número de compradores disminuye. Hay restricción de crédito, los tipos de interés de las hipotecas han pasado de Euribor más 0,5% a Euribor más 3%. En créditos al consumo el aumento de los tipos de interés reales ha sido muchísimo mayor. El aumento de tipos comenzó en el año 2011 y ha sido muy intenso. La tasa de ahorro está en mínimos históricos.
Además, la dureza y duración de la crisis, la elevada tasa de paro, junto a los efectos de inseguridad en el empleo, deflación de salarios y precarización ha desplomado las expectativas de renta futura. Los coches se estropean y con el incentivo de la subvención recuperan parte del desplome. No obstante, se compran los mismos coches que a mediados de los años ochenta y la producción de vehículos es un 20% inferior a 2008. Pero las ventas de viviendas se desploman, las nuevas operaciones de hipotecas finalizaron 2013 con caídas del 50% y los precios de las casas siguen cayendo. Los bancos son inmobiliarias, su activo pierde valor y eso explica la restricción de crédito que es determinante para explicar la debilidad del consumo.
¿Cómo se sale de este círculo vicioso? Pretender salir de una situación de sobreendeudamiento con una recuperación del consumo interno es como cruzar un desierto sin agua confiando en que llueva. La salida es vía exportaciones que activen un ciclo de inversión y de creación de empleo en la industria. Entonces y sólo entonces empezará a subir la renta disponible y aumentará el consumo. El problema es que las exportaciones, según la contabilidad nacional, están cayendo desde el pasado verano, la producción industrial registró una fuerte caída en 2013 y continúo destruyendo empleo. Pero la campaña de generación de expectativas positivas ha ocultado el problema y ha complicado la solución.
La solución a corto plazo es frenar la apreciación del euro, especialmente contra países emergentes, y luego depreciarlo. Es necesario que el Eurogrupo determine que el euro está sobrevalorado y fuerce al BCE a depreciarlo. Si el BCE sigue con problemas morales para comprar bonos de países europeos puede comprar bonos del Tesoro de EE UU y la depreciación del euro será mucho más fulminante. Ya lo hizo en el año 2000 para frenar una excesiva depreciación y funcionó. Japón lo hizo en 2013 y ha depreciado el yen un 25%.
Abrazos,
PD1: Otmar Issing (ex Bundesbank, es BCE) escribe en el Financial Times sobre los problemas de Europa que creo merece la pena su lectura. Saldremos de la crisis siendo más Europa, más unida (mismas leyes, misa divisa, mismos impuestos, misma productividad, y sin soberanía). Es como cuando nos quejamos tanto de los Reinos de Taifas en España…, las 17 CC.AA. Pues en Europa se quejan de tantos Reinos de Taifas, los 27 países haciendo lo que les viene en gana, legislando, incumpliendo sus presupuestos, sin harmonía fiscal…, y todo con el euro por medio y el BCE que vigila (por cierto hoy se reúne y quizás baje tipos)

Get your finances in order and stop blaming Germany

The countries now in trouble have caused their own problems, writes Otmar Issing

It is perhaps surprising to hear people such as George Soros demand that “Germany should lead” in saving Europe’s monetary union. Translated into German – Deutschland als Führer – this slogan has something of a frightening ring.

Germany is not only the biggest economy in Europe, it is also the best performing – and it would be in everyone’s interest if the country led by example. Unfortunately, it may be undermining its economic dominance by undoing past reforms and reinforcing labour market regulations. It is perhaps not too pessimistic to argue that the time will come when Germany’s economy is no longer the subject of envy.

At present, the argument for German leadership boils down to a plea that it should put more and more money on the European table. Yet the principle that there should be no bailouts is fundamental in a union of countries that share a currency but remain sovereign when it comes to public finances. A democratic European monetary union could not have been built without respecting this principle. It will be a long time before a fully fledged political union is established. Fiscal transfers will remain a matter for national parliaments.

Jointly issued eurozone bonds would violate this principle and undermine democracy. They would send a message to highly indebted countries that they can enjoy modest borrowing costs without making efforts to bring public finances under control. This would reward bad policies and punish sound economic management. Who could call this an act of solidarity?

Misguided ideas also dominate discussions about a banking union. There are good arguments for creating a single supervisory authority and a unified bank resolution mechanism. But it is hard to justify forcing one country’s taxpayers to pay for the irresponsible practices of another country’s bank’s. What would have been the reaction of Italian or Spanish taxpayers if they had been asked to pay for the irresponsible behaviour of IKB or Hypo Real Estate, German banks that had to be rescued by the state? Yet when the situation is reversed, such transfers are presented as an act of solidarity.

Legacy problems in national banking systems should be solved before banking union goes any further. If they are not, it would be better to stop the whole project.

Eurozone countries that wilfully violate the rules should not be allowed to blackmail the others and should consider leaving

The eurozone was designed as a union of sound public finances as well as stable money. Each country is responsible for its own policies. This corollary of the “no bailout” principle was a crucial element of this institutional arrangement.

The countries now in trouble have caused their own problems through their own policy mistakes. You could argue that Spain was fiscally well behaved. But its fiscal mess was the result of an uncontrolled construction boom, fuelled by tax incentives, which ended in inevitable bust. Or take Italy. Who remembers its commitment in 1998 to run a primary budget surplus continuously at a level guaranteeing a decline in its ratio of debt to gross domestic product? When Italian interest rates fell to German levels as a result of monetary union, it reaped a dividend of tens of billions of euros. These savings were wasted. Increasingly, Germany is blamed for Italy’s miserable situation. Italian entrepreneurs can tell you where responsibility really lies.

The future of the eurozone – and that of Germany – will rest on sound economics. As well as stable money and solid public finances, that means competition, flexible labour markets and sustainable pension systems. This was the philosophy on which Europe’s monetary union was built.

Walter Hallstein, the first president of the European Commission, stressed repeatedly that the EU was based on the principle of law. Credibility in the eurozone can be restored only if treaties and rules are respected again. Those who violate rules should face sanctions. Those who wilfully continue to violate the rules should not be allowed to blackmail the others – and should consider leaving. The eurozone did not fall into a crisis because the initial rules were flawed – but because countries have constantly violated its rules.

The writer is the ECB’s former chief economist

PD2: JP Morgan alerta de que el riesgo de deflación es muy grande y no sólo en países de la periferia europea:
Los europeos temen la deflación. Interesante artículo aquí
La inflación en la UE sigue su descenso: sin actividad o con muy poca, se bajan los precios:
Ese objetivo del 2% de la inflación a largo plazo ha sido muy dañino. Parece que no afecta, pero pasan los años y la incidencia de tener todo ligado a la inflación provoca que suba el PIB y las rentas salariales… Ahora, con desinflación o incluso si llegáramos a la deflación, entonces tendrá efecto nocivos para el PIB que subirá mucho menos… (La alterbativa es entrar en deflación, como Japón, y tirarnos 20 años sin crecimiento y sin inflación…)
Pero sin embargo, el desempleo no se recupera en la UE:
Nos han faltado los estímulos financieros de los EEUU, UK y Japón, los QE:
Ojo que Alemania anda por otros niveles, muy distintos. Esta unión de países en los que cada uno somos tan diferentes…:
Y España horrible:
Y los jóvenes desastroso:
PD3: Lo que dice un economista del Real Instituto de Elcano: UFF!!!

Una reestructuración preventiva de la deuda pública en Europa

Grecia tuvo que reestructurar su deuda en 2011 porque no era capaz de pagarla. Desde entonces, los países de la zona euro han insistido en que se trataba de un caso especial y que no habría nuevas reestructuraciones. De hecho, el rescate a Chipre de mayo de 2013 impuso pérdidas a los acreedores de los bancos y a los depositantes con más de 100.000 euros precisamente para que el préstamo al país fuera menor y su deuda pudiera ser considerada como sostenible.
Sin embargo, las ratios de deuda pública sobre el PIB de la mayoría de los países de la zona euro continúan creciendo. Las políticas de austeridad, por el momento, están resultando nocivas para el crecimiento (lo que reduce el denominador) mientras el numerador crece porque aumentan los gastos asociados al servicios de la deuda, las prestaciones por desempleo o los rescates bancarios, entre otros.
Así, a finales de 2013 la deuda de Grecia se situaba en el 176% del PIB, la de Italia en el 133%, la de Portugal en el 127%, la de Irlanda en el 124%, la de Bélgica en el 100%, la de España en el 95% y las de Francia y Alemania en el 93% y 80% respectivamente.
Aunque desde que Mario Draghi afirmara que haría lo que fuera necesario para salvar el euro las primas de riesgo se han relajado, los niveles de deuda pública en Europa están aún muy lejos de haberse estabilizado. Y cuanto mayor sea el nivel de deuda, más difícil será generar un crecimiento sostenido y mayor será la vulnerabilidad de las maltrechas economías del sur de Europa a las turbulencias financieras internacionales, por no hablar de los retos que estos altos niveles de endeudamiento suponen para hacer sostenibles los sistemas públicos de pensiones.
Ante esta situación, los economistas Charles Wyplosz y Pierre Paris, han lanzado una atrevida propuesta: reestructurar ya toda la deuda pública de la zona euro para colocarla en niveles mucho más sostenibles. En un informe titulado PADRE: Politicaly Acceptable Debt Reestructuring in the Eurozone plantean que los actuales niveles de deuda tarde o temprano pondrán otra vez en duda la sostenibilidad del euro. Y aún si no lo hicieran, condenarán a Europa a muchos años de crecimiento anémico, ya que la nueva gobernanza fiscal europea obligará a continuar con las políticas de ajuste hasta alcanzar niveles de deuda pública sobre el PIB por debajo del 60%. Por ello, sostienen, es necesario atajar el problema de raíz.
Proponen una reestructuración preventiva a gran escala de forma coordinada, que dejaría los niveles de deuda de todos los países del euro en la mitad, pero que no supondría quita alguna para los acreedores privados, ni tampoco transferencias entre países (eliminando así el problema del riesgo moral y las reticencias de los países del norte), ya que todas las pérdidas serían absorbidas por el Banco Central Europeo (BCE). De hecho, plantean que, más que considerarlo un impago, se trataría de demorar hasta el infinito el pago de una parte de la deuda de forma que quedara “aparcada” en el balance del banco central, que la iría afrontando con los ingresos que obtiene por señioriaje.
Se trata sin duda de una propuesta que no gustará en casi ninguno de los Tesoros de los países europeos porque supone un planteamiento muy heterodoxo que rompe con el principio de que las deudas soberanas de los países avanzados son sagradas, y que además es frontalmente rechazado por los grandes bancos europeos, que acumulan en sus balances la mayoría de la deuda pública de los estados, y temen sufrir pérdidas en caso de quitas. Sin embargo, el plan está diseñado para proteger los balances bancarios y, además, incorpora un mecanismo por el cual los países que vuelvan a superar un cierto umbral de deuda serían penalizados con la venta de sus títulos por parte del BCE, lo que debería servir para evitar la tentación de volver a endeudarse. El BCE, que según sus estatutos es totalmente independiente de los gobiernos, podría negarse a participar en la operación. Pero si esto sucediera, el Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE) podría reemplazarlo.
En definitiva, el plan está pensado para ser políticamente viable, y en eso reside su principal mérito. Sin embargo, choca frontalmente con una ortodoxia económica muy enraizada en Europa (sobre todo en los países del norte), que tal vez esté llevando a las economías europeas a una década perdida, peor incluso que la que experimentó Japón en los años noventa debido al menor dinamismo exportador de Europa, a su mayor tasa de desempleo y a la avanzada dinámica del envejecimiento de la población que experimentan la mayoría de sus países.
No es probable que la propuesta salga adelante, pero convendría explorarla para evitar que dentro de unos años el problema pueda ser incluso más difícil de tratar.
Federico Steinberg es investigador principal de Economía Internacional del Real Instituto Elcano y profesor de Análisis Económico de la Universidad Autónoma de Madrid 
PD4: Como los bancos no tienen pasta para pagar dividendos en metálico, siguen con la tónica de hacerlo a través de los scrip dividends… Es decir, en vez de pagar dividendos en efectivo, se pagan en acciones cuyos derechos se venden sin tener que tributar hasta la venta de acciones… Pero los bancos, como locos, venga a emitir acciones nuevas en vez de pagar dividendos, lo que implica una dilución importante cada año que pasa… Mira el último dividendo de la Caixa:
CaixaBank ampliará capital en 50,7 millones de euros para abonar el dividendo en acciones. Los titulares del 92,82% de los derechos de asignación gratuita han optado por recibir acciones de nueva emisión de CaixaBank como fórmula de cobro del dividendo, mientras que sólo el 7,18% ha apostado por cobrar el dividendo en efectivo. El banco catalán emitirá 50.726.824 acciones ordinarias de un euro de valor nominal cada una, por lo que el total del aumento de capital será por este mismo importe. Tras este aumento, cuya escritura pública ha quedado inscrita hoy en el Registro Mercantil, el capital social de CaixaBank está dividido en 5.078.337.106 acciones, cada una de ellas con derecho a un voto. 
No me gusta. Llevamos 6 años de crisis, mucho tiempo pagando dividendos a través de ampliaciones de capital, lo que implica que lo que vale una acción es cada vez menos…, y el esfuerzo para seguir pagando lo mismo es más grande.
El último dividendo en acciones del BBVA: BBVA ampliará capital hasta un 1,96% para pagar el dividendo complementario Pobres los accionistas de mañana, tendrán que repartir el mismo dividendo entre muchas más acciones… Y llevamos seis años y tal.
Nunca podré entender la lógica del "scrip dividend". Si el banco no puede pagar dividendos, o conviene que no los pague porque tiene que reforzar su capital, bien sea por mayores requerimientos regulatorios, bien sea porque tiene ambiciosos planes de crecimiento, que nos lo diga. Y lo aceptaremos gustosamente. Pero ponerle el nombre de dividendo, aunque sea con algún adjetivo que lo matice, a lo que es una ampliación liberada (otra figura infantil de falsa retribución), me parece pueril.
Es un problema de los bancos: nos intentan convencer de los sanos que son y no es oro todo lo que reluce:
Los extranjeros controlan ya el 85% de los bancos BBVA y Santander. Increíble pero así son las cosas. ¿Será un guiri el sucesor de Botín o FG?
PD5: Los bonos siguen bajando de rendimiento y subiendo de precios… ¡Hasta los griegos!
El bono griego a 10 años cae al 6,30%, niveles de hace 4 años. Llegó a tocar el 40% a principios de 2012, o un 12% a mediados de 2013:
¿Te apetecería comprar bonos griegos a esta rentabilidad del 6,3%? ¿Cómo es esto posible? ¿No habrá quitas? ¿Quién está comprando estos bonos? Yo te lo digo: los bancos griegos y los guiris seguro que también… De locos!!!
¿Por qué te crees que en España, Portugal e Italia pasa lo mismo? Porque hay un erróneo convencimiento de que se sale adelante sin quitas. Y eso no lo tengo yo muy claro… Los bancos irán detrás como haya quitas de deuda pública dentro de unos meses/años, ni lo dudes… Optan por comprar bonos muy rentables para generar un beneficio que no consiguen con su negocio típico, pensando que el BCE les salvará, cuando eso puede que no ocurra…
Y mientras se benefician de las plusvalías que obtienen comprando unos bonos de alto riesgo. Mala praxis!!!
PD6: Matrioskas: Ya sabes lo que son, esas mujeres rusas de madera que se meten una dentro de otra. La grande es la apariencia externa, siempre andamos aparentando lo que no somos, siempre andamos prejuzgando al otro por su apariencia, por como viste, por lo que dice, por lo que hace… Y la más pequeña, la de dentro, es como de verdad somos nosotros, como es nuestro corazón, como nos ve Dios al que nunca engañamos, ni con lo que hacemos, ni con lo que pensamos… Y más que pretender ser mirados por fuera, más que preocuparnos por nuestro aspecto externo, nos deberíamos mostrar cómo somos por dentro…, como somos de verdad