29 mayo 2018

ciclos económicos

Se repiten sin parar. Duran más o menos, pero siempre ha sido así. ¿Será esta vez de nuevo? Las subidas de tipos implican algún tipo de crisis adicional:
Todo es una especie de bucle…

Los ciclos no han muerto

A pesar del crecimiento europeo por encima del 2%, los últimos datos reflejan una cierta desaceleración del crecimiento. Esto ha llevado a considerar que el BCE no tendrá ninguna prisa en comenzar a subir los tipos de interés. Se argumenta que el BCE no debe poner trabas subiendo los tipos de interés en un momento en el que el crecimiento económico pierde fuelle.
En la Eurozona los tipos de interés siguen en negativo: el BCE cobra el 0,4% a los bancos por el dinero depositado en el banco central; el bono alemán a dos años ofrece una rentabilidad negativa del -0,60%. Mientras tanto, en EE.UU. la Reserva Federal está en su tercer año de subidas de tipos de interés y anuncia al menos otros dos incrementos durante este ejercicio, situándose los tipos a corto a final de año en el 2,25%. Simultáneamente ha comenzado a reducir su balance dejando de reinvertir parte de los bonos en cartera que vencen.
En el proceso de normalización de la política monetaria de los bancos centrales asistimos a una divergencia total entre la actuación de la Reserva Federal estadounidense y el BCE y el resto de grandes bancos centrales. Como punto de partida, el banco central estadounidense nunca cometió la aberración histórica de situar los tipos de interés en negativo. Adicionalmente, la Reserva Federal ha sido consciente de los efectos negativos de mantener excesivo tiempo medidas extraordinarias y "heterodoxas" como tipos a cero y compras ingentes de bonos.
A pesar del buen momento de crecimiento de la economía norteamericana, la Reserva Federal es muy consciente de la existencia de los ciclos económicos. El actual ciclo de crecimiento, que ya dura 106 meses, es el segundo más largo de la Historia. En algún momento de los próximos tres años asistiremos a una recesión. Se entiende por recesión la existencia de ausencia de crecimiento económico durante al menos dos trimestres consecutivos.
Cuando esta recesión tenga lugar, algo inevitable, la Reserva Federal tendrá margen de actuación para poder actuar. El nivel de tipos de interés alcanzado le permitirá bajarlos para mitigar la recesión. La posibilidad de adquirir de nuevo bonos el mercado e inyectar liquidez será superior a la del resto de bancos centrales.
Por el contrario, el BCE parece actuar como si los ciclos fueran cosa del pasado. Sólo preocupa el crecimiento de corto plazo, ignorando que, en algún momento, aunque no sea inminente, la recesión volverá a aparecer. Con la actuación del BCE, y de otros bancos centrales, los tipos de interés a corto plazo y a largo plazo están intervenidos. Estos tipos artificialmente bajos transmiten una apariencia de tranquilidad y de crecimiento sano.
Es difícil entender que con un crecimiento de la Eurozona superior al 2% los tipos sigan en negativo. Los mensajes del BCE apuntan a una primera subida de tipos dentro de, al menos, un año. A este ritmo, cuando llegue la próxima recesión la capacidad de adopción de medidas "ortodoxas" por parte del BCE será ínfima. Deberá recurrir de nuevo a medidas "heterodoxas" como los tipos negativos y la intervención de los mercados de bonos. Los efectos perniciosos de estas medidas "heterodoxas" no se pueden despreciar. Entre otros: penalización al ahorro y minusvaloración de los riesgos, que en algún momento se materializarán. Los ciclos no han muerto.
Abrazos,
PD1: Mientras, ya tenemos el lío en Italia, con los populistas en la calle tratando de echar al Presidente italiano… Y eso que tenemos comprando todavía al BCE, ni te cuento cuando llegue septiembre y no se compre más, salvo que lo alarguen y los compren todos… (ya tienen el 40% del PIB europeo gastado en bonos).
España les ha copiado en el pasado, y ahora también. Nos ven los guiris como el mismo riesgo, aunque no lo seamos…:
Y los bancos aterrorizados de tanta posición en bonos:
Se han despeñado un 20% en dos semanas…
Los que más posición tienen de los bonos italianos son los franceses y alemanes:
Los bancos españoles tienen casi lo mismo que los alemanes. ¿Están tontos o qué? Es que rentaban algo más y tal. Son memos los banqueros españoles…
PD2: Y me entero yo ahora!!! No sirve gritar a los hijos en su educación. No es que les haya gritado mucho, pero sí les he corregido sus excesos…, y algún que otro azote se han llevado.

6 sugerencias para dejar de gritar a tus hijos

No, no existen gritos de amor

Los padres, en general, han tomado en serio los estudios que dicen que abofetear a los hijos provoca en ellos comportamientos más agresivos, pero en “sustitución” de las bofetadas la mayor parte de los padres grita.
Sí, también yo grito a los míos. No me gusta, pero lo hago. Por otro lado, debo reconocer que al día siguiente grito mucho menos.
Cuando mis primeros dos hijos tenían 2 y 4 años, un día me senté con ellos en el sofá y les grité hasta hacerles llorar. Ni siquiera me acuerdo que habían hecho. Pienso que les grité un minuto o dos, pero el recuerdo de aquel día para mí es trágico. No creo que mis hijos hayan modificado su comportamiento a causa de mis gritos. La única cosa que aprendieron es a tener miedo de mí.
Mis padres nunca me gritaron de esa forma, pero yo tenía mucho miedo a mi madre. Ella no dudaba a la hora de pegarme. Yo pensaba que era una persona mejor porque no pegaba a mis hijos, pero estoy segura de que gritarles, así como pegarles, es una solución a corto plazo que al final hace más mal que bien.
Intuitivamente, sabemos que no es de gritos de lo que nuestra familia tiene necesidad. Los buenos padres saben cómo modelar el comportamiento que desean ver en los hijos. A pesar de esto, nosotros todavía gritamos. En general lo hacemos porque estamos desesperados, cansados, frustrados e irritados , y no sabemos que más hacer.
Gritar es un mal para nuestras familias. Lo entiendes cuando los niños empiezan a gritar ellos también. No es el tipo de familia que soñabas. No es la familia amorosa que querías para tus hijos.
No estoy hablando del grito de temor que explota espontáneamente cuando tu hijo corre por la calle o suelta tu mano entre la multitud.  Estas “erupciones” de miedo transmiten a nuestros hijos un temor saludable, y los niños conocen la diferencia entre un grito de miedo y uno de rabia.
No digo que no haya que decirse la verdad cruda con un tono de voz normal. Hay momentos en los que levantar la voz forma parte del deber de padre o de madre. Hablo de gritar para expresar rabia.
Los peores gritos son los que implican insultos y ofensas. Existe un estudio que demuestra que este tipo de gritos es más nocivo que efectivo que los bofetones. La investigación destaca que los efectos negativos de los gritos ni siquiera se compensan con amor, apoyo emotivo y afecto entre los padres y los hijos, ni por la fuerza del vínculo padres-hijos. En otras palabras “gritar por amor” es una cosa que sencillamente no existe.
Mejor será que antes dejes de gritar. Aquí te ofrecemos seis elementos que me ayudaron a cambiar:
1. Planificación
Haz un la lista mental de técnicas de disciplinas alternativas. Cuando el niño se comporta de modo inaceptable, tienes que estar dispuesto a intervenir sin alzar la voz ni recurrir al castigo físico. Se necesitan años para desarrollar estrategias de disciplina familiar. Adoptamos, por ejemplo, cambios de comportamiento, suspensión de actividades, ejercicios…
2. Admite que gritar es negativo
Tu rabia puede estar justificada pero los gritos no son el mejor modo de expresarla. ¿Qué harías en el trabajo se tuvieses esa rabia? ¡Espero que no grites igual! Encuentra otras formas para manifestar a tus hijos que estás muy enfadado y reconoce que hay momentos en que es contraproducente que sepan que estás enfadado.
3. No obligues a tus hijos a competir con tu teléfono móvil para recibir atención
Un grupo de investigadores sentado en un fast food analizó lo que hacían los niños mientras sus padres navegaban por sus dispositivos digitales. Los niños de todas las edades, incluso adolescentes, se comportaban mal a propósito para llamar la atención. Tu atención, querido papá, querida mamá, es preciosa para ellos.
4. Pide perdón
Si has perdido la paciencia y has gritado, pide perdón. Sí, pide perdón, también a tus hijos pequeños. Después os sentiréis todos mejor. En el momento más tenso, cuando siento mucha rabia, nada me ayuda más a mantener la calma como pensar que después tendrás que pedir perdón.
5. Cuida más de ti.
¿Cansado?  ¿Con sueño atrasado, sobrecargado, irritable? Reconoce tus necesidades y atiéndelas. La rabia es un mecanismo de defensa extremo, que usamos cuando otros fallan. No te permitas llegar a ese punto.
6. Reza con y por tus hijos
¿Has visto el tuit del 1 de abril de Papa Francisco? ¡No, no era una broma! No conseguirmemos controlar nuestra rabia, nuestros gritos y nuestros malos comportamientos sin la ayuda del Espíritu Santo ¡Pídele entonces a Él la gracia! Y deja que tus hijos te escuchen pedir esta gracia al Espíritu Santo.