Fuerte brote en Italia y dudas en Corea del Sur están provocando un correctivo hoy. Tendremos que ver lo que dura ya que cada vez que corrige, salen los inversores comprando al haber muchos agazapados debajo esperando que caiga para entrar.
La complacencia de las bolsas mundiales ante las repetidas situaciones de riesgo es llamativa. Ni siquiera la crisis sanitaria en China, que prácticamente ha paralizado su producción y sus exportaciones durante semanas, parece afectar a las expectativas de los inversores, ni a las cotizaciones bursátiles. De hecho, incluso el índice de la bolsa china se sitúa por encima del nivel existente en el momento del estallido de la crisis del coronavirus hace ya más de un mes.
A pesar de las dudas sobre la fiabilidad de los datos aportados por las autoridades chinas, y de que no se pueda dar todavía la pandemia por superada, se descuenta que la situación actual no durará demasiado y la normalidad se recuperará en breve. Aunque es evidente el efecto negativo de la crisis del coronavirus sobre el crecimiento económico chino e, inevitablemente, sobre el crecimiento global, se considera que es un evento meramente coyuntural, sin ningún impacto a largo plazo. Se tiene el convencimiento de que, gracias a los estímulos monetarios y fiscales chinos, la recuperación de la inevitable caída del crecimiento del primer trimestre será en forma de V, de forma muy rápida.
El aviso de Apple de un incumplimiento de su previsión de ventas en el primer trimestre, y consecuentemente de beneficios, marcará el camino a muchas otras compañías multinacionales en la revisión a la baja de sus expectativas de beneficios en 2020. China tiene un papel fundamental en las cadenas de producción globales, además de ser uno de los principales mercados de venta para muchas compañías. Así, en el caso de Apple, China representa el 17% de sus ventas y casi el 70% de su producción de iPhones.
Adicionalmente, China es el principal consumidor e importador global de numerosas materias primas (cobre, aluminio, níquel, hierro, entre otras). Por tanto, la paralización de gran parte de su actividad productiva durante semanas genera un efecto adverso en los países exportadores de dichas materias primas.
En un mundo globalizado, la paralización de las fábricas de componentes intermedios puede llevar a la falta de suministros en la producción de distintos sectores como la automoción o farmacia, lo que provoca distorsiones en la producción de fábricas a miles de kilómetros del epicentro de la crisis sanitaria.
Dando por bueno que el efecto final del coronavirus sobre los beneficios empresariales y el crecimiento será temporal, lo cierto es que la esperada recuperación económica global es menos visible ahora que hace apenas un mes. Adicionalmente, el anuncio de menores expectativas de beneficios en 2020 respecto a las anunciadas con anterioridad, será una constante en las próximas semanas y meses.
El convencimiento de que la política monetaria actual de liquidez abundante y tipos en mínimos o incluso negativos durará todavía años, anestesia a los inversores minusvalorando e ignorando la existencia de los riesgos.
En marzo de 2007, Ben Bernanke presidente de la Fed en aquel momento, tras una caída de menos del 10% de la bolsa americana tras la quiebra de New Century (una financiera subprime), comentó que la corrección de los mercados era un "recordatorio útil" de la existencia de riesgo en las inversiones.
Ignorando cuándo se producirá una corrección en las bolsas, la prudencia se impone. El riesgo en las inversiones no ha desaparecido, pese a la complacencia de los mercados.
Abrazos,
PD1: Siempre me sorprende el Carnaval. A la gente le gusta mucho eso de disfrazarse, a mi me horroriza, me da mucho alipori. Afortunadamente, cada uno es como es, y cada uno se divierte como quiere…
Es curioso que se mantenga, y se vitalice recientemente, lo del carnaval. Es ancestral, con una motivación tremenda. Dudo que todos sepan de qué va y vayan solo por la juerga, espero…