Es tanta la inyección de los bancos centrales, que los riesgos no se ven, se piensa que los siguientes años desaparecerán por arte de magia… El mercado, dopado por la liquidez inmensa, mira para otro lado, hasta que se cosque de la realidad…
En teoría, el precio al que cotizan las acciones de las empresas cotizadas en la bolsa refleja las expectativas a beneficios futuros de cada una de las compañías. Con los índices de las bolsas estadounidenses (Nasdaq y S&P) y el DAX alemán en máximos históricos, y el Eurostoxx en los niveles más elevados de los últimos 14 años, parecería que el futuro económico se presenta esplendoroso y despejado de nubarrones para las economías estadounidense y europea.
Los mercados financieros parecen ningunear los distintos riesgos a los que se enfrentan las economías y, por tanto, las empresas cotizadas. Entre otros riesgos, destacan: los altos niveles de deuda; los problemas en las cadenas de producción globales; los cuellos de botella en las cadenas de suministro; la crisis energética; los precios de los alimentos en máximos penalizando sobre todo a los países emergentes; la inflación elevada más tiempo del inicialmente esperado; o los posibles errores en la normalización monetaria.
- El nivel de deuda global post-pandemia es una losa para el crecimiento futuro. De momento, la elevada cantidad de compra de bonos soberanos por parte de los principales bancos centrales y los tipos de interés en mínimos anestesian los efectos nocivos de la excesiva deuda.
- La deuda sigue aumentando. El presupuesto anual de EE.UU. recoge gastos por $7 billones, mientras que los ingresos previstos son de $3,8 billones. Necesita financiar el 46% de su prepuesto con nueva deuda. No sería posible sin la ayuda de la Reserva Federal. Si en lugar de medir los déficits sobre el PIB se midieran sobre los ingresos públicos, las conclusiones serían escandalosas.
- Problemas en las cadenas de producción. La globalización de las cadenas de producción está llevando a problemas en numerosas industrias: desde empresas automovilísticas a fabricantes de ordenadores o muebles.
Ahora, la escasez de magnesio, utilizado para fortalecer el aluminio, amenaza de nuevo a numerosos sectores industriales europeos. El 95% del magnesio utilizado en Europa procede de China, y pone de manifiesto la dependencia de la economía europea de numerosas importaciones desde China. Los efectos adversos de décadas de deslocalización de un elevado número de industrias comienzan a atisbarse.
- Cuellos de botella en las cadenas de suministros. Cerca del 90% del comercio mundial de mercancías utiliza el transporte marítimo. La larga cola de espera en los puertos de Los Angeles y Long Beach, por donde entran el 40% de los contenedores marítimos en EE.UU., no tiene visos de solucionarse a corto plazo. Paralelamente, los costes de transporte marítimo de mercancías se han multiplicado casi por siete. Aunque de momento no hay escasez de productos en los comercios minoristas, el deseo de comprar es inversamente proporcional a la disponibilidad del producto. Lo que, a su vez, aumenta el problema de disponibilidad de determinados productos y empuja los precios al alza.
La falta conductores de camiones pesados en Europa (al menos 400.000), y en Estados Unidos, es otro factor que dificulta la normalización de las cadenas de suministros y empuja los precios al alza.
- Crisis energética. Las restricciones en el consumo de electricidad en China, obligando a parar miles de fábricas al menos un día a la semana, y la subida generalizada de los precios del gas y la electricidad, añaden un obstáculo más a las previsiones de crecimiento. Adicionalmente, los niveles de inflación quedan totalmente condicionados a la evolución futura de los precios de la energía.
- Escalada en los precios de los alimentos. El índice global de precio de los alimentos, medido por las Naciones Unidas, se encuentra en máximos de la última década. Ahora, las limitaciones de las exportaciones de fertilizantes desde China (30% del mercado mundial), podría causar escasez de alimentos y subidas adicionales de precios en países como India, Pakistán o el Sudeste Asiático. Hace una década, la escalada de precios de los alimentos provocó disturbios relevantes en numerosos países emergentes.
- Inflación elevada más tiempo del previsto. Con un nivel de inflación en España del 5,5%, del 4,5% en Alemania y del 5,4% en Estados Unidos, lo normal es que pasara a ser un elemento de preocupación para los inversores. A pesar de los mensajes de transitoriedad de los actuales niveles de inflación, la realidad muestra que los niveles elevados de inflación durarán más de lo inicialmente previsto.
- Posibles errores de la política monetaria. Con la inflación en los niveles actuales, cada vez es más difícil para los bancos centrales sostener su actual política monetaria de tipos negativos en Europa y nulos en EE.UU. La reducción de los volúmenes de compra de bonos puede causar elevados episodios de volatilidad en los mercados financieros, como ya ha ocurrido en el pasado cuando la Fed lo ha intentado. La normalización de la política monetaria no es fácil sin causar serios daños a los mercados financieros y al crecimiento económico.
A pesar de todos los riesgos anteriores, las autoridades y los inversores confían en la transitoriedad de los problemas actuales: los precios de la energía se normalizarán para la primavera; los cuellos de botella se irán solucionando; los actuales niveles de inflación serán temporales; y los bancos centrales seguirán suministrando de una forma u otra abundante liquidez. Se considera que la materialización de cualquier riesgo es cosa del pasado.
Abrazos,
PD1: Dios lo sabe todo... Aun así, siempre nos escucha nuestras plegarias y nos responde. Entendemos lo que nos dice mejor o peor, aunque hay gente que no le oye nada. Y tantas veces manda a un amigo para que nos lo cuente…Hay que tener confianza y esperanza en lo bueno que nos vendrá…