09 enero 2023

lo que nos espera en 2023...

Al menos se ha cumplido la máxima de la buena estacionalidad del arranque de año en las bolsas. Gran subida como regalo de Reyes…

Qué cambia en 2023

El nuevo año se presenta con algunas incertidumbres y con algunas certezas. En base a ambas, conviene prestar especial atención a los siguientes factores:

La crisis energética. En febrero entran en vigor las sanciones al diésel ruso y la prohibición de Rusia a sus empresas de vender petróleo y sus derivados a países que apliquen el "límite de precio" (Price cap). La crisis energética en Europa está lejos de acabar. La incertidumbre sobre los precios de la energía tendrá un claro impacto en la evolución de la inflación. 

La inflación seguirá elevada. Aunque en el mejor de los escenarios ya habríamos visto los máximos de las tasas de inflación, los precios seguirán subiendo al trasladarse el incremento de los precios de la energía a la generalidad de productos y servicios. Adicionalmente, los sueldos subirán por debajo de la inflación, pero a tasas no vistas en muchos años. Se producirá pérdida del poder adquisitivo de los consumidores. 

Los bancos centrales reducirán sus balances. 2022 ha sido el año de la subida de tipos de interés. 2023, aunque sigan subiendo los tipos de interés, será el año de la reducción de los balances de los bancos centrales. En otras palabras, tanto la Fed como el BCE dejarán de reinvertir parte de los bonos en cartera que venzan. Habrá menos liquidez disponible para ser invertida en los mercados financieros. 

Efecto Expulsión del sector público al sector privado (crowding out). Los estados, entre ellos España, seguirán teniendo déficits relevantes que deberán financiar en el mercado de bonos. Adicionalmente, el principal comprador de los últimos años (el BCE en el caso de España) no comprará nuevos bonos y además, no reinvertirá parte de los bonos que le venzan. Por lo tanto, el Tesoro tendrá que competir con el sector privado en la financiación de sus necesidades financieras. Inevitablemente se producirá un efecto expulsión y encarecimiento de la financiación del sector privado. (Este punto merece un próximo artículo). 

La eventual reapertura económica de China. En función de cuándo se produzca y con qué intensidad, tendrá notables efectos sobre la inflación y sobre el crecimiento global. Cuanto más intensa sea su reapertura, mayor la demanda de materias primas y productos energéticos, empujando al alza la inflación. Al mismo tiempo, la reapertura permitirá la mejora de los resultados de empresas europeas y estadounidenses con un elevado porcentaje de ventas en el gigante asiático. 

Geopolítica y el dólar. El reciente acuerdo entre China y Arabia Saudita para comerciar petróleo en yuanes, es una cuña en la madera hasta ahora infranqueable de los petrodólares. En caso de extenderse este acuerdo a más países, el dólar comenzaría a presentar grietas preocupantes. (Más en un próximo artículo). 

Japón. Uno de los principales riesgos de 2023. El Banco de Japón debe elegir entre mantener intervenidos los tipos de interés a largo plazo, ahora en el 0,5%, para evitar una carga financiera insostenible para el estado japonés, con la consiguiente depreciación del yen y el aumento de la inflación; o subir los tipos de interés para mantener estable el yen y luchar contra la inflación, aun a costa de poner en riesgo la solvencia financiera de Japón. Ninguna solución es buena. 

Rentabilidad sin riesgo positiva y creciendo. Las Letras del Tesoro con una rentabilidad sensiblemente por encima del 2% (y subiendo) vuelven a ser una alternativa segura y tranquila para los ahorradores más conservadores. 

Renta Fija, de pesadilla a opción de inversión. Tras la debacle de las valoraciones de la renta fija (y de los fondos de renta fija) en 2022 por la subida de los tipos de interés, ahora son una clara opción de inversión con rentabilidades a vencimiento muy aceptables. (Más en un próximo artículo). 

Revisión de los beneficios por acción. A pesar de las caídas generalizadas de las bolsas en 2022, los beneficios de las compañías cotizadas (BPA - beneficios por acción) no han retrocedido. Las empresas cotizadas han sido capaces de mantener márgenes incrementando precios de venta. En 2023, ante la inevitable desaceleración económica, difícilmente será así. 

Economía y bolsas en K. Ante un menor crecimiento económico, y menor flujo de liquidez, la economía se comportará en forma de K. Es decir, algunas empresas seguirán la evolución del brazo de la K, con crecimientos considerables y aumento de los beneficios. Lamentablemente, otras empresas se comportarán en dirección de la pata de la K, con reducción de beneficios, problemas de financiación e incluso reestructuraciones. Entramos en una fase en la que la selección y discriminación de las inversiones será más relevante que nunca. 

Como todos los años, seguro que el 2023 nos reserva algunas sorpresas imprevistas adicionales a los factores aquí comentados.

Abrazos,

PD1: Se acabó la Navidad. Vuelta al trabajo y al colegio… ¿Qué te han dejado los Reyes Magos? Cada día nos dejan un regalo muy especial de parte de Dios. 24 horas de vida para disfrutarla, amando y cuidando de los que nos rodean.