Más de geopolítica:
El inadvertido petroyuán
La hegemonía
económica de EE. UU. desde el final de la II Guerra
Mundial tiene mucho que ver con el indiscutible carácter del dólar
estadounidense como la principal moneda
de reserva mundial y su masiva utilización en el comercio internacional.
La indiscutible preponderancia del dólar a nivel global supone un "privilegio exorbitante" para Estados Unidos:
-
Le permite ser el único emisor de dicha moneda, sin
necesidad de ningún respaldo físico desde que en 1971
acabó la convertibilidad del dólar en oro (motivo de un próximo artículo).
- Obliga
a los distintos países a tener reservas en dólares para
hacer frente a sus compromisos de comercio internacional.
- Facilita
la financiación de los déficits públicos americanos, al ser la
compra de bonos del Tesoro estadounidense un destino natural de los superávits
comerciales en dólares de los distintos países.
- Controla los pagos internacionales en dólares a
través del sistema SWIFT.
- Tiene
la capacidad de congelar los activos de un país considerado hostil,
como ha ocurrido con las posiciones en dólares del estado ruso tras la invasión
de Ucrania.
Aunque
nada hace pensar que la hegemonía del dólar corra peligro a corto plazo, China
y sus aliados no-pro-Occidente están dando pasos
acelerados para disminuir el peso del dólar en el comercio internacional y,
por lo tanto, reducir el privilegio exorbitante del que goza EE. UU. Los
movimientos en este sentido son muy anteriores a las sanciones internacionales
a Rusia (ver artículo),
aunque la exclusión de Rusia del sistema SWIFT y la congelación de sus
reservas en dólares ha servido de acicate
para acelerar el proceso.
Un 40%
de las reservas probadas de petróleo se encuentran
en Rusia, Venezuela e Irán. Otro
40% se localizan en los países
del Golfo, principalmente Arabia Saudita y UAE (Emiratos Árabes
Unidos). China está trabajando con ambos grupos de
países para conseguir que sus compras de petróleo y gas sean pagadas en
yuanes en lugar de en dólares estadounidenses.
Rusia proporciona
a China el 15,5% de sus importaciones de petróleo (1,6
millones de barriles por día). Todo el crudo adquirido por China a Rusia está
siendo pagado en yuanes. Dichos yuanes son utilizados por Rusia
para adquirir productos chinos, especialmente tecnología.
China e Irán firmaron
ya en 2016 un acuerdo estratégico a 25
años bajo el cual China invertirá 400 mil
millones de dólares en la economía iraní a cambio de un
flujo constante de petróleo con descuento y pagado en yuanes.
Arabia Saudita proporciona
a China el 17,1% de sus importaciones de petróleo (1,8 millones de barriles por
día). El reciente "acuerdo integral de
asociación estratégica" entre China y Arabia Saudita,
por el que China adquiere petróleo al Reino Alauita en yuanes y no en dólares,
es especialmente relevante desde una perspectiva
geoestratégica e histórica.
Estados Unidos llegó a un
acuerdo con Arabia Saudita en 1945 por el cual el país
árabe vendería su petróleo preferencialmente a EE. UU. y a cambio el
ejército estadounidense se encargaría de la seguridad militar del reino. En 1973, bajo la presidencia de Nixon, se llegó a otro acuerdo,
secreto hasta hace apenas unos años, por el que Arabia
Saudita destinaría una parte significativa de sus ingresos en dólares
procedentes del petróleo a comprar bonos del Tesoro estadounidenses sin
que transcendiera dicha posición. Cuatro años después del acuerdo, Arabia
Saudita ya poseía el 20% de los bonos del Tesoro americano en manos extranjeras.
El rial
saudí está ligado al dólar, por lo que Arabia seguirá
necesitando elevadas reservas de dólares para mantener su cotización.
Sin embargo, el alejamiento de Arabia Saudita de EE. UU. y su acercamiento a China es
evidente. El comercio entre China y Arabia Saudita alcanzó
los 87,3 mil millones de dólares en 2021, habiendo
aumentado casi un 40% respecto al año anterior. Por el contrario, el comercio
del país árabe con EE. UU. se ha reducido de 76 mil
millones de dólares en 2012 a 29 mil millones de dólares en 2021. La
formalización del reciente acuerdo entre China y Arabia Saudita acentuará esta
tendencia.
China
está impulsando el uso de la Bolsa de petróleo y gas de Shanghái (Shanghai
Petroleum and National Gas Exchange) como plataforma para
liquidar las transacciones energéticas en yuanes. A su vez, en 2014 China lanzó
la Bolsa de oro de Shanghái (Shanghai Gold Exchange Internacional Board SGEI),
donde los yuanes offshore pueden
ser cambiados por oro físico. En definitiva, China
pretende que el posible superávit comercial en yuanes de sus proveedores
energéticos pueda ser convertido a oro a un tipo de cambio
variable.
La mayoría de las noticias que
no impliquen cambios impactantes en el corto plazo, o no
tengan consecuencias inmediatas, suelen pasar desapercibidas en los medios de
comunicación. Todo aquello que no tenga consecuencias inmediatas no interesa.
Eso es así, aunque la noticia en cuestión indique el inicio de cambios de gran
calado.
Los grandes cambios suelen
producirse poco a poco y, finalmente, "de golpe". La
predominancia del dólar en el comercio energético mundial ha sido
incuestionable desde el final de la II Guerra Mundial. Algo empieza a cambiar.
Será un proceso gradual, pero de enormes consecuencias económicas, financieras y
geopolíticas.
Abrazos,
PD1: Ay de los alemanes, ay!!!