No cabe la menor duda…
Por qué EE. UU. no impagará su deuda
En los
últimos días está habiendo demasiado ruido, comentarios y noticias poco
acertadas respecto a un inminente "impago" de la deuda pública
estadounidense si no se llega a un acuerdo entre los dos
grandes partidos de EE. UU. para elevar el "techo de deuda".
Aunque EE.
UU. ha impagado su deuda en el pasado (leer artículo previo), esta
vez sí pagará el principal de los bonos y los intereses de dichos bonos.
El "techo
de deuda" (debt ceiling) impide al Tesoro de EE. UU. superar un determinado umbral de
deuda pública. Dicho nivel ya se alcanzó en enero de este
año. El pago del principal de los bonos a su vencimiento está
garantizado. El "techo de deuda" permite emitir
nuevos bonos para repagar los antiguos. El problema radica en
el pago de los intereses de la deuda viva y en
la financiación de los gastos de este ejercicio que exceden a los
ingresos.
Los ingresos del
gobierno federal de EE. UU. cubren alrededor del 75% de los gastos. Este
déficit de ingresos respecto de los gastos necesariamente se tiene que
financiar con emisión de nueva deuda. Si no se aumenta el "techo
de deuda", el Tesoro estadounidense no podrá pagar todas las facturas a
tiempo. Dicho esto, el Tesoro puede priorizar unos pagos respecto a otros. La
prioridad será pagar los intereses de la deuda a costa de
no pagar a tiempo otras facturas.
Se
considera un impago de la deuda (default)
no hacer frente al principal de los bonos a su vencimiento o no pagar los
intereses de los bonos en la fecha acordada. Demorar
el pago de otras obligaciones por parte del Tesoro no
se considera un impago de la deuda pública.
En
función de la capacidad de influencia (lobby) de los grupos damnificados,
la presión para alcanzar un acuerdo en el incremento del techo de deuda
aumentará. A modo de ejemplo, bajo la presidencia de Bill Clinton, las
oficinas del gobierno federal llegaron a cerrarse y más de un millón de
trabajadores fueron despedidos durante una semana hasta que se llegó a un
acuerdo en noviembre de 1995. Un año más tarde, el gobierno se
cerró de nuevo durante algunos días. Retrasar el pago de los
salarios a los trabajadores federales no
se considera impago de la deuda. Lo mismo que tardar en
pagar facturas a contratistas de la administración.
Por
lo tanto, el gobierno estadounidense puede priorizar el pago de la deuda y
de los intereses y evitar el "impago técnico" (default).
Fuente: visualcapitalist.com
Tampoco es cierto que mantener
el actual "techo de deuda" lleva necesariamente aparejado un impago.
Sólo implica que el gobierno debe gestionar un presupuesto sin déficit:
los gastos no pueden exceder a los ingresos. La realidad es que desde
1917, cuando se introdujo el "techo de deuda", EE.
UU. ha estado en esta situación más de 100 veces y siempre
se ha elevado el importe del techo de deuda.
El problema de Estados Unidos
(y de todos los países occidentales) es considerar que el nivel máximo de deuda
que se puede alcanzar no tiene límite. Desde 2013, cuando se
produjo la última gran tensión en las negociaciones para elevar el "techo
de deuda", la deuda de EE. UU. se ha doblado, pasando de 16,7 billones de
dólares (millones de millones) a casi 32 billones de dólares, mientras que el
gasto anual del gobierno federal ha pasado en el mismo periodo de 3,4 billones
a 6,2 billones de dólares.
Las
negociaciones actuales entre los dos grandes partidos estadounidenses pretenden
alcanzar un acuerdo hasta 2025. Ya puestos podrían anticipar negociaciones
futuras y decidir cuándo se volverá a duplicar la deuda actual.
Este
problema de aumento constante de la deuda se produce
tanto con presidentes del partido republicano como del partido demócrata.
Cuando se dice que ahora el partido republicano quiere recortar los
gastos, la realidad no es exactamente así. Solicita reducir
el incremento de los gastos. Ninguno
de los dos partidos habla de volver a una senda de gastos similar a la
existente en 2019, antes de la "emergencia de la
pandemia".
Fuente: U.S. Office of Management and Budget. fred.stlouisfed.org
Las presiones
inflacionistas de largo plazo harán que los tipos
de interés difícilmente vuelvan a los niveles de hace apenas año y medio.
Con una deuda permanentemente creciente, el coste
de los intereses inevitablemente se incrementará, como ya está
sucediendo.
Aumentar la deuda de forma constante evita situaciones convulsas a corto plazo e impagos de la deuda, pero nadie parece pensar en la pesada carga que se deja como herencia a la siguiente generación.
Abrazos,
PD: Por fin se acabaron las elecciones. Ahora espero que no salgan más en la televisión, que nos dejen tranquilos y que se pongan a trabajar de una vez… Hay mucha necesidad, la gente lo está pasando mal. Y la política debe servir más para el pueblo que para los gobernantes.