23 febrero 2015

metodo para ahorrar

Hoy te cuento trucos para ahorrar:
El ahorro es fundamental en tiempos de incertidumbre como los actuales. Fomentarlo en cualquier ámbito es positivo y beneficioso para aquellos que toman la decisión de mirar al futuro desde el presente. Todo cuenta para que los euros no se despidan de nuestro bolsillo para no volver jamás: desde el café y el cruasán de la mañana a las copas y cenas con los amigos el fin de semana, por citar dos ejemplos.
En Japón llevan muchos años utilizando un método para mantener las cuentas personales a raya. Se trata del Kakebo, que significa “libro de cuentas para la economía doméstica”. El objetivo de este manual, mezcla de calendario y agenda, no es otro que ahorrar cada vez más y mejor.
¿Funciona? Depende de la constancia de cada uno. Si uno no se hace trampas al solitario y es constante en su empeño de querer saber en qué se gasta cada céntimo a lo largo de un periodo determinado de tiempo el método brindará sus frutos. Con este método uno puede decidir cuánto quiere ahorrar cada mes, anotando todos los gastos e ingresos, organizando todas las compras que se realicen por categorías, examinando los resultados semanalmente. Dicho en otros términos, con el Kakebo uno tratará de organizar sus gastos personales y para ello, de manera periódica, irá apuntando en qué vuela su dinero a diario.
En España este manual de control financiero personal ha sido publicado por primera vez en 2014 por la editorial barcelonesa Blackie Books, que debido a su éxito ya ha preparado una nueva edición para 2015. Existen numerosos tipos de kakebos en Japón. Los modelos se adaptan a todo tipo de público, desde familias, a solteros o a adolescentes. En algunos de estos manuales los usuarios simplemente pegan los tiquets que consumen y actualmente las generaciones más jóvenes optan por las apps kakebo en su smartphone.
¿Cuál es el origen del Kakebo?
Se trata de un invento centenario. El primero se puso a la venta en Japón en 1904 y lo creó Motoko Hani, la que se considera la primera mujer periodista del país. Fundó una revista femenina, la más antigua en territorio japonés, que se llamaba La compañera de la mujer. De hecho, tanto el Kakebo como la publicación que dirigía, tenían como objetivo que las mujeres japonesas llevaran el control de la economía doméstica. De algún modo, Motoko Hani entregaba herramientas a las mujeres para ganar independencia en una sociedad por aquel entonces en pleno proceso de modernización.
Abrazos,
PD1: ¿Qué es ahorrar?

“Ahorrar es cambiar presente por futuro”

Del 1 al 10, ¿qué nota le pondría a la cultura del ahorro en España y por qué?
Le pondría un 6, un aprobado alto. Creo que en los últimos tiempos hemos estado aprendiendo en función de la realidad, de ir enfrentándonos, quizá con retraso, a la situación que exigía cada momento. Creo que el inversor español ha delegado su responsabilidad y cuando uno delega la asunción de riesgos se preocupa poco por dos de los factores más importantes que tiene la inversión: el riesgo -sin duda, la fuente de la rentabilidad- y cambiar presente por futuro.
¿Puede explicar esta idea de cambiar presente por futuro?
Es muy sencillo. La inversión permite afrontar gastos y alcanzar objetivos en el futuro que de otra manera quizá no se podrían aguantar porque los ingresos no son suficientes cuando se llega a la jubilación y uno se ve en la tesitura de tener que completarlos; o porque la necesidad de hacer cosas, de pagar una educación, de pagar una vivienda o de cualquier otro objetivo exige más recursos que los que uno podría obtener con el solo ahorro. Durante años hemos estado delegando nuestra función como inversores y probablemente el futuro nos exige que seamos mucho más inversores que lo hemos sido hasta ahora.
Si le hiciera la misma pregunta con la que hemos empezado esta entrevista dentro de cinco años tengo la sensación que aumentaría la nota a un 7 o un 8. ¿Es así?
Por supuesto. En el ámbito del ahorro personal todo va a ir a mejor. Creo que al inversor español se le han caído dos paraguas. El primero es el de la pensión pública. Cuando uno lleva toda la vida oyendo que las pensiones van a estar ahí cuando se necesiten para que cualquiera pueda vivir muchos años y muy bien para que ahora por un efecto demográfico y matemático esa promesa sea cada vez más difícil de cumplir de repente uno empieza a pensar que hay algo de cierto y que hay que empezar a preguntarse por el futuro de cada uno. El inversor se ha visto obligado a tomar conciencia desde ese punto de vista.
¿Y el otro paraguas?
El segundo paraguas es que la inversión favorita de los españoles hasta la fecha, el depósito bancario, ha dejado de dar retornos y ha dejado de ser interesante. Es en ese ejercicio en el que uno se da cuenta de que para alcanzar las metas futuras necesita una rentabilidad que como mínimo bata la inflación y el depósito ya no la facilita: entonces hay que empezar a preocuparse por el riesgo. Llegados a este punto es cuando se busca un asesoramiento más especializado, se intenta encontrar a alguien que ayude a entender dicho riesgo, cuánto, cómo gestionarlo y cómo hallar la estructura de inversión que permita alcanzar la rentabilidad objetivo con un nivel de riesgo razonable y bien diversificado. Una vez desaparecidos los dos paraguas, pensiones y depósitos, el inversor se ha visto obligado a buscarse la vida.
En su opinión, ¿qué productos son los más adecuados para una persona de 30 a 40 años para fomentar el ahorro?
Hay que primar el concepto de ahorro sin centrarlo en productos concretos. Lo que importa es que la gente ahorre para su jubilación pero también para comprarse una casa, para educar a sus hijos, para alcanzar un nivel de independencia económica que le permita lograr diferentes cosas en la vida. El problema es que nos dedicamos a primar productos y los productos tienen una serie de ventajas aunque al final no son buenos por sus características intrínsecas sino porque alguien lo señala. “El PPA es un buen producto”, dicen algunos. Bien, ¿y por qué no un fondo de inversión u otra cosa? Hay que primar la fórmula de ahorro y no el producto.
¿Y en cuanto a la jubilación?
Por otro lado, a lo largo de una vida tan larga de inversión para el ahorro como es el tema de la jubilación, que la inversión colectiva sea a través de fondos de inversión o pensiones es sin duda la herramienta más transparente, más segura, más versátil, la que da más flexibilidad, la que proporciona más posibilidades de poder combinar rentabilidad y riesgo…. El fondo de inversión y el fondo de pensiones a medio y largo plazo es la fórmula de ahorro más eficiente. A partir de ahí, antes de elegir qué producto escoger, debo entender bien qué combinación de activos financieros tienen esos productos por debajo que me van a permitir obtener la rentabilidad que busco con el riesgo que pueda asumir.
¿Qué recomendaciones hacen desde EFPA España para aquellos jóvenes que quieren ahorrar?
Cuando uno toma una decisión de ahorro lo que está haciendo es cambiar presente por futuro. El ahorro es consumo diferido. Cuando uno mira adelante lo que debe pensar es por qué está ahorrando, cuál es el objetivo de su ahorro. Si logra dar con el objetivo afina también con el horizonte temporal de inversión, cuánto va a necesitar. Cuando esto se tiene claro se puede comparar con la situación propia actual y con la capacidad de ahorro futura, momento para comparar cuál es el déficit ahorro que va a tener para poder alcanzar las metas. A los mercados financieros hay que pedirle ese extra en forma de rentabilidad. Esa rentabilidad permite ver el perfil de riesgo y si encaja con la situación de cada uno.
¿Qué propuesta hacen desde EFPA España sobre las pensiones?
El ahorrador lo que tiene que hacer es empezar cuanto antes. El futuro es suyo, no de otra persona. A veces nos da la sensación de que el ahorro va a pertenecer a otro. El futuro de cada uno es la responsabilidad de cada uno, como lo es el presente. Empezar cuanto antes y de la mano de alguien que vaya a acompañar en el camino para ayudar a entender el porqué de ese ahorro, del riesgo que se tiene que asumir, de las fórmulas de ahorro como los fondos de inversión y los fondos de pensiones, que son eficientes para cualquier tipo de ahorrador en cualquier etapa de su ciclo de ahorro. Hay que hacer un seguimiento continuado de las inversiones.
PD2: Recuerdas que te hable ya varias veces del RETO de unas monjas de clausura dominicas de Lerma. Este me ha gustado mucho:
“Hoy me preguntaba qué puedo hacer para que Cristo me ame y yo le pueda amar. Y, después de orar mucho, la conclusión es muy clara: NADA. Todo es gracia, sólo tenemos que acoger a Cristo en nuestra vida y vivir de Él.
El amor de Cristo es una gozada. Si no has experimentado su amor, si nunca lo has sentido, hoy es un buen día para que le pidas tener una vivencia de su amor; te aseguro que ya no querrás vivir de otra cosa.
Usa la imaginación que Cristo te ha dado e imagínate como un niño pequeño en los brazos de Cristo. Te quiere porque has nacido en su familia, eres parte suya. Tienes su sangre. Él te ha dado su vida, la vida eterna. La tienes dentro de ti. Él quería otro hijo en la familia, por eso te engendró.
Ahora tú eres ese niño en los brazos de Cristo y te está durmiendo. ¿Para qué le sirves?
Para que te mire. A Cristo le gusta mirarte.
Para que te sienta. A Cristo le gusta sentirte en sus brazos.
Para que te tenga. Cristo es un Hermano y le gusta tener hijos en su familia.
Para que te ame. Cristo es amor y le gusta amar.
¿Qué tienes que hacer para que Cristo te mire ? Nada. ¿Qué tienes que hacer para que Cristo te sienta ? Nada. ¿Qué tienes que hacer para que Cristo te tenga ? Nada. ¿Qué tienes que hacer para que Cristo te… ? Nada. ¿Qué tienes que hacer para que Cristo te ame ? N… A… D… A…
Cristo te ama porque eres suyo. Si eres bueno o malo, te ama. El padre amaba al hijo pródigo porque era su hijo. Cristo te ama porque quiere amarte, y no hay nada que puedas hacer para que te deje de amar o para ganar su amor. Su naturaleza es amar.
Por ello, hoy déjate amar por Cristo y luego verás cómo tú también puedes amar. Feliz día.”