01 julio 2015

¡Qué rollo lo de Grecia!

No se va a acabar nunca… Se han escrito ríos de tinta, cuando nadie sabe lo que va a pasar…, y sus consecuencias. Por si acaso, de lejos…, invertir lejos.

No estamos en 2012

A pesar de las  fuertes caídas en las bolsas europeas  en la sesión del lunes éstas son equivalentes a las subidas de la semana precedente tras descontarse un acuerdo conGrecia. Afortunadamente, y pese a la incertidumbre generada por la decisión griega deconvocar un referéndum sobre las condiciones del acuerdo con los acreedores, la situación actual difiere significativamente de la existente en 2012 cuando se daba por hecho la salida de Grecia del euro. En aquel momento la amenaza de un Grexitgeneraba un elevado riesgo de contagio a otros países periféricos, entre ellos a España.
La intervención de Mario Draghi  en verano de 2012 garantizando que haría todo lo necesario para salvar el euro (Whatever it takes) y las distintas medidas puestas en marcha desde entonces, incluyendo la actual compra mensual de bonos por importe de 60.000 millones de euros limitan el riesgo de contagio y la eventual apuesta deinversores internacionales contra la supervivencia del euro.
La exposición de los inversores privados internacionales a Grecia se ha reducido significativamente. Tras la quita del 78% de los bonos soberanos griegos a los inversores privados, el 80% de los bonos griegos están en manos de inversores públicos. Un impago de Grecia e incluso un Grexit ocasionará un daño limitado a los inversores privados internacionales. La incertidumbre sobre Grecia todavía durará tiempo.
Adicionalmente, la reestructuración de la banca, cajas de ahorros en el caso español, se ha llevado a cabo recapitalizando las entidades. Aunque a paso lento se han dado pasos en la integración europea. Prueba de ello es la supervisión única por parte delBCE. El escenario europeo es de crecimiento económico, no de estancamiento. Todos estos factores limitan los efectos negativos de la situación griega para el resto de socios europeos.
La justificación de  Tsipras para la convocatoria del referéndum es la imposibilidad, tras cinco meses de negociaciones con los acreedores, de cumplir el mandato recibido en las urnas: "acabar con la austeridad y restaurar la prosperidad y la justicia social en Grecia".
De celebrarse el referéndum y salir como resultado un NO a la propuesta de acuerdo con los acreedores, la emisión de una nueva moneda en Grecia sería inevitable, con una depreciación inmediata de un elevado porcentaje. Los pensionistas en lugar de sufrir una ajuste del 2% en sus pensiones podrían ver mermada su capacidad adquisitiva en un 40% - 50%. El BCE dejaría de dar financiación a los bancos griegosprovocando la insolvencia de los mismos y obligando a la asunción de elevadaspérdidas por parte de los depositantes. El daño para la población griega sería mucho más elevado que el peor de los acuerdos que se hubiera alcanzado.
En caso de triunfar el SÍ, difícilmente podría mantenerse el gobierno actual que públicamente promulga el voto negativo en la consulta. Además, se aprobarían las condiciones a un acuerdo cuya vigencia ha caducado. Lo razonable es que llevase a la formación de otro gobierno o incluso a unas elecciones generales, existiendo la posibilidad de retomar las negociaciones con el nuevo gobierno.
Son muy malos tiempos para la población griega, la principal damnificada de la situación actual. Para el resto de la Eurozona los tres años transcurridos desde el "whatever it takes" de Draghi han servido para aislar el problema griego del resto de socios del euro y limitar las consecuencias de un evento que entonces habría puesto en grave riesgo la supervivencia del euro.
Sea cual sea el resultado del referéndum, la incertidumbre sobre Grecia nos acompañará durante bastante tiempo. Sin embargo, no parece que vaya a poner en peligro ni la supervivencia del euro, ni el crecimiento de la Eurozona, ni los beneficios de las empresas europeas.
Abrazos,
PD1: Y sin embargo, lo que les pase a los griegos puede ser parecido a lo que nos venga a los españoles… Si hay un Grexit, habrá contagio o se tendrán que tomar muchas más medidas en España, algo que en estos meses no parece que se quieran tomar y cuando tengamos en noviembre un gobierno del PSOE y los de Podemos, menos todavía…
Grecia está en bancarrota y la Troika le sigue exigiendo más recortes. En particular, los acreedores europeos presionan a Syriza para que reduzca las pensiones públicas, en un ejercicio de aparente sadismo incontrolado: desde 2009, el gasto medio en pensiones de Grecia ha caído más de un 20%, y parece que para los dirigentes europeos todavía no es suficiente. Quieren más sangre y más sufrimiento entre la población helena.
Acaso, sin embargo, habría que tener presente que el Estado griego está destinando actualmente el 16% del PIB a pagar las pensiones de jubilación y viudedad. ¿Es mucho un 16%? Comparen con la media europea, que ni siquiera alcanza el 12%. O dicho de otro modo, incluso después de recortar el gasto medio en pensiones más de un 20% desde sus máximos de 2009, el gasto total en este rubro sigue ubicándose muy por encima de la media europea. En caso de que no se hubieran ejecutado tales recortes, superaría hoy el 19% del PIB.
La reducción del gasto medio en pensiones de jubilación y viudedad ha sido apreciable hasta la fecha, pero apenas ha bastado para reubicarlo en los niveles del año 2005 (descontando el efecto de la inflación). De hecho, es fácil observar que en el año 2009 el gasto medio en pensiones era mayor en Grecia (12.380 euros al año) que en España (11.870): esto es, como media, el pensionista griego le costaba más al Fisco que el pensionista español.
Semejante situación constituía una insostenible anormalidad financiera, en tanto en cuanto España ya era entonces sustancialmente más rica que Grecia (no digamos hoy). El peso del gasto medio en pensiones sobre la renta per cápita del país habla por sí solo: en 2009 representaba el 61% de la renta per cápita de Grecia, frente al 55% de España o al 49% de Alemania.
Hoy, pese a los recortes, este gasto medio en pensiones representa el 65% de la renta per cápita griega, motivo por el cual la Troika exige más reducciones del mismo como condición para proporcionar nueva financiación al Gobierno. Es verdad que el PIB griego se halla especialmente deprimido, pero aun cuando se incrementara un 20% en los próximos años el gasto medio en pensiones seguiría representando un 55% de la renta per cápita…, diez puntos por encima de Alemania. ¿Cómo exigir a los pensionistas alemanes que se sacrifiquen por unos pensionistas griegos que, en términos relativos, están cobrando mucho más que ellos? La austeridad en pensiones que la Troika reclama a Grecia no es otra que la que lleva más de una década implantada en Alemania.
Y, por cierto, si vuelven a mirar el gráfico anterior descubrirán otro país que, a no mucho tardar, requerirá de sustanciales recortes en sus pensiones públicas: España. Si bien en 2006 nuestro gasto medio en pensiones en relación con la renta per cápita se ubicaba al mismo nivel que el de Alemania, hoy estamos al mismo insostenible nivel que Grecia. Puede que el crecimiento del PIB, unido a la congelación de las pensiones, consiga rebajar en el futuro esta ratio, pero no esperemos milagros al respecto sin meter la tijera. La reciente reforma/recorte de las pensiones públicas no será la última. Ni aquí ni en Grecia.
PD2: Hay mucha gente de nuestro entorno que lo pasa mal, por dinero, por su trabajo, por sus relaciones personales, por culpa de sus hijos díscolos, por lo que sea… Debemos echarles una mano en la medida de nuestras posibilidades. Muchas veces lo que necesitan es a alguien que les escuche, a alguien a quien contarle sus penas… Para eso estamos aquí, para darnos a los demás y ayudarles en lo que podamos…, no solo para andar aconsejándoles ya que podemos no saber el trasfondo, ni deberíamos enterarnos siquiera. Hay que estar con ellos y ayudarles en lo que podamos.