Es difícil elegir el mejor día para comprar un fondo o para venderlo… Siempre hay nervios y siempre se actúa pensando en otros condicionantes…
¿Por qué siempre vendemos en el peor momento?
Cualquiera se quedaría con la b. Y, además, diría que es obvio… A no ser que coja una regla y las mida. Ambas líneas rectas son iguales. De hecho, exactamente iguales, porque para realizarlas se ha copiado la misma medida de una para hacer la otra y no se ha modificado. Solo se han añadido las flechas en los distintos sentidos, que alteran nuestra perspectiva.
Lo más curioso es que ahora, aunque ya lo sabes y quizá incluso lo hayas medido, sigues viendo que la flecha b es más grande. Así que no te queda más remedio que apuntarte una nota mental: cuidado con las líneas que tienen flechas en los extremos, porque no son lo que parecen.
Con este sencillo ejemplo, el psicólogo que ganó el premio Nobel de Economía en 2002, Daniel Kahneman, nos muestra en su libro Pensar rápido, despacio cómo funciona nuestra mente y cómo se organizan para tomar decisiones los dos sistemas que se reparten el trabajo en nuestro cerebro.
El doble sistema de nuestra mente
¿Y cómo funcionan estos sistemas? Uno, muy rápido e intuitivo, proporciona respuestas rápidas para agilizar los procesos y liberar energía para la siguiente tarea. Y el otro, reflexivo aunque a veces perezoso, entra en funcionamiento para resolver problemas que no puede solventar el primero o bien para corregir y aprender de sus soluciones equivocadas.
Este mismo doble sistema, esta forma de tomar decisiones que es incapaz de ver que las dos líneas del inicio del post son iguales, también está detrás de nuestra relación con el mundo financiero y de las inversiones.
Nuestro sistema irreflexivo, instintivo, tiene la primera palabra en numerosas de las situaciones que se nos presentan, lo que nos deja al albor de la irracionalidad. Por ejemplo, con la aversión al riesgo.
Los propios colores con los que se representan las oscilaciones en los mercados financieros nos dan pistas al respecto. Mientras que para las ganancias se utiliza el verde, que nos genera tranquilidad y equilibrio, las caídas se representan con el color rojo, que asociamos con el peligro, con las alertas. Por eso, la luz que indica que nos detengamos en los semáforos es de este último color, como las señales de stop y de prohibido.
Nos produce mucho más temor perder dinero, a pesar del beneficio, de lo que nos reporta ganarlo. En España sabemos bien esto. La abrumadora mayoría del patrimonio en fondos de inversión y planes de pensiones está en productos conservadores, cuando el activo con mejores rentabilidades a largo plazo es la renta variable.
Y fruto de esta tendencia, nuestro sistema acaba tomando costosas decisiones financieras por nosotros. Así, en un momento de fuertes caídas en las bolsas, como las sucedidas en este inicio de 2016, nos sentimos tentados a vender y salir corriendo.
No queremos quedar expuestos a sufrir mayores pérdidas, aunque las estadísticas históricas nos muestran objetivamente que los momentos de mayor pánico en el mercado representan un mejor momento para invertir a largo plazo. O, como mínimo, que cuando los nervios se desatan estamos ante el peor momento para vender.
Así, un inversor que hace un año estaba tan tranquilo comprando una compañía a un precio un 50% superior, ahora quiere venderla cuando está pagando mucho más baratos sus beneficios futuros. Es decir, cuando está aumentando sus expectativas de tener éxito en su inversión.
Y todo por las sensaciones que percibe a su alrededor y que van directamente al filtro de nuestro sistema más básico. Atención, todo rojo: riesgo de mayores pérdidas… ¡Hay que parar esto! Vender es la solución.
¿Y qué hace aquí el sistema 2? ¿Por qué no aplica su mayor reflexividad? ¿Por qué no actúa de controlador? Para empezar, como demuestra Kahneman en los experimentos que cita en su libro, esta parte de nuestro cerebro tiene un problema con la ‘pereza’.
No siempre está cuando se le espera y, además, tiene la costumbre de delegar en la parte más irreflexiva. Tiende a confiar en las ‘decisiones’ del sistema 1 porque, si no lo hiciera así, bloquearía muchas de nuestras actuaciones. Aumentaríamos el coste del tiempo y energía que nos cuesta tomar una determinación.
Pero, al igual que sucede con el ejemplo de las flechas, si le hacemos esforzarse puede resultarnos de gran utilidad. Cuando llegue la próxima prueba, por lo menos elevará la alerta ante las soluciones más instintivas iniciales.
¿Cómo conseguir que se active el sistema 2?
En parte, dándole elementos de juicio. Como hemos visto en el ejemplo inicial, si forzamos nuestro intelecto para que mida las dos líneas, levantará una barrera la próxima vez que se enfrente a una situación similar.
Del mismo modo, analizar el comportamiento que han tenido los índices en los 12 o 24 meses posteriores a que los mercados entren en pánico y ver que, de media, los rendimientos han sido positivos puede reforzar el sistema de vigilancia de nuestra racionalidad.
“Mirar constantemente las cotizaciones los días de grandes caídas genera ansiedad que impulsa a tomar una decisión de corto plazo”
Eso no quiere decir que no vayamos a sentirnos impulsados a vender en los próximos episodios de pánico, puesto que nos seguirá ocurriendo lo mismo. Solo que tendremos una barrera extra de seguridadque examinará si realmente estamos tomando una decisión demasiado a la ligera, sin analizar suficiente información.
También puede ayudarnos el medir qué tipo de información o de actuaciones aumentan nuestra tendencia a actuar impulsivamente. Por ejemplo, si se nos disparan las sensaciones al ver en el telediario la información financiera o al encontrar en el quiosco una portada hablando de pánico en mercado.
O si mirar constantemente en internet las cotizaciones los días de grandes caídas nos genera una ansiedad que nos impulsa a tomar una decisión de corto plazo, desligada de la estrategia que habíamos trazado a largo. ¡Recuerda el efecto del color rojo en nuestro sistema primario!
Evitando distracciones
Muchos de los grandes inversores solo miran las pantallas de cotizaciones una vez al día o la semana. Prefieren no prestar demasiada atención a los movimientos de muy corto plazo para reducir la tentación de sobreactuar con las noticias negativas.
Cada inversor debe examinarse, conocer bien cómo se relacionan estos sistemas en su toma de decisiones. No todos somos iguales, aunque a la mayoría, por desgracia, nos parece más grande la línea b de nuestro ejemplo.
Muchos intuimos, al margen de que lo confirman las encuestas, de la salida del Reino Unido de la UE. ¿Y qué? Tienen los británicos suficiente entidad como para vivir solos. La libra esterlina también. Europa será menos…, habrá riesgo de que se acabe rompiendo la UE. Pero no será mañana ni pasado. Se descuenta la noticia antes de que se produzca, como estos días, y cuando se verifique si es cierto o no, volveremos a pensar en otras noticias, el Brexit ya estará cotizado en el mercado…, y se olvidará. Abrazos,
PD1: Sigue siendo increíble que, a estas alturas, la banca comercial siga colocando estas mierdas de fondos a sus clientes, con una desvergüenza inusitada… Si te miras estos fondos de aquí, alucinas… Son las estrategias del “trágala” que las redes bancarias han hecho siempre. Se vende esto, sea interesante o no, le vaya bien al cliente o no…, da igual, es como el banco gana más que es lo importante… Esto es un horror, se benefician de la incultura financiera de siempre de los clientes españoles, que aceptan pulpo, o lo que les diga el de la sucursal. Aberrante!!! No es ético, ni profesional, ni razonable… Pero no pierden un cliente, tenemos a los clientes más fieles del mundo con su banco, que en algún momento, nos la han colado, o lo han intentado, y han hecho con nosotros lo que han querido… Y encima les sonreímos…
PD2: ¿Cómo estamos?
La Conferencia Global del Instituto Milken atrae a algunos de los más afamados analistas del mundo financiero y también a los multimillonarios inversores que han creado su prestigio y su fortuna en las últimas décadas. Pero incluso estas personas están cada vez más preocupadas por el estado de la economía mundial. Y como ejemplo vamos a destacar lo que se dijo en una conferencia que reunió a las grandes mentes del mercado (vía Fortune).
Mohamed El-Erian, asesor económico en jefe de Allianz, argumentó que el futuro de la economía mundial es ahora más incierto que nunca, ya que los bancos centrales del mundo desarrollado se han quedado sin herramientas para alimentar la reactivación. Además de eso, el modelo económico del mundo emergente de exportación de productos básicos y bienes manufacturados a los países ricos parece cada vez más inviable, ya que la demanda en los mercados ricos como Europa y Japón está ralentizándose. "El modelo de crecimiento del mundo desarrollado está agotado, y el mundo emergente se está contaminado", bromeó El-Erian.
Jay Hooley, Presidente y CEO de State Street Corporation estuvo de acuerdo con esta reflexión, argumentando que "estamos casi al final de la carretera en términos de herramientas que tienen los bancos centrales". Con las tasas en los Estados Unidos justo por encima de cero, y la de muchas otras economías avanzadas en territorio negativo, Hooley expresó su poca confianza en que las autoridades de la Fed en los EE.UU. y sus homólogos en el extranjero puedan sacar de la próxima recesión al mundo rico.
El destino de la economía mundial depende entonces de la capacidad de los países emergentes para crecer con la suficiente rapidez para proveernos con la demanda suficiente para apoyar el crecimiento allí y en los países desarrollados. El-Erian sostuvo que el mercado emergente más importante, China, "se encuentra en la etapa de recolección del desarrollo", el mismo lugar en el que países como Brasil y Argentina no han logrado escapar durante muchas décadas. La transición que China está tratando de hacer, de una economía dependiente de las exportaciones a una impulsada por el consumo interno, sólo la han podido completar un puñado de países en la historia del capitalismo. Queda por ver si China puede implementar reformas que deleguen el poder y los recursos de los exportadores a los consumidores, y esas reformas serán clave para saber si China puede convertirse en el nuevo motor del crecimiento mundial.
Los presentes en la conferencia de Milken coincidieron en una razón para el optimismo y es la esperanza de que los cambios tecnológicos puedan reiniciar el crecimiento de la productividad en EE.UU., Europa y Japón lo suficiente para contrarrestar el lastre sufrido por la caída del crecimiento de la población. Los conferenciantes se mostraron escépticos de que la enorme caída en el crecimiento de la productividad que hemos visto en los Estados Unidos durante los últimos quince años refleje en realidad lo que está pasando en la economía real. David Harding, CEO de Winton Capital Management, argumentó que no hay que creer en las cifras de productividad, mientras que Hooley también expresó su escepticismo cuando ve eso en las finanzas. "Todo el mundo está haciendo menos con más", dijo Hooley.
El-Erian subrayó ese último punto señalando que los asistentes a la conferencia sólo necesitaban mirar el Hotel Beverly Hilton en el que realizaba el evento. "La Corporación Hilton necesitó 100 años para ofrecer a sus clientes 700.000 habitaciones", dijo. "Airbnb necesitó 6 años para ofrecer 1 millón de habitaciones". A medida que los economistas nos demos cuenta de las innovaciones creadas por empresas como Airbnb - que no construye activos, sino que aprovecha los infrautilizados - veremos que la economía actual está mejor de lo que pensábamos".
PD3: Sé HUMILDE para admitir tus errores, INTELIGENTE para aprender de ellos y MADURO para corregirlos… En la vida espiritual también, la humildad en el examen de conciencia, el propósito de enmienda, confesarse para alcanzar de nuevo la Gracia y tener más fuerzas para no caer… Hacernos niños de nuevo, que se nos quite esa vergüenza de los mayores, que alcancemos una madurez en nuestra conciencia…