08 noviembre 2018

con los años nos hacemos más pesimistas...

No es que lo diga yo, que ya sabes lo cenizo que puedo llegar a ser, sino que el ambiente no es muy positivo en estos días. Y los mercados, muy volátiles, no se les espera un gran rendimiento para los próximos años…
Hace unos días un buen amigo me comentaba: “Según envejezco me vuelvo más antisocial. Cada vez soporte menos las multitudes. Soy más huraño. Y el problema es que eso se está trasladando a mi trabajo”.  No les comentaría esto sino fuera porque este amigo es gestor financiero de un importante banco nacional. La cartera que gestiona es de varios miles de millones de euros.  Es normal. Los estudios muestran que según envejecemos cada vez somos menos optimistas.  
En un amplio estudio “ Global Investor Study”,  elaborado por Schroders, en el que se entrevistó a más de 22.000 inversores alrededor del mundo, el retorno esperado promedio de la renta variable desarrollada en los próximos cinco años se situaba en el 10,2% anual. Los inversores más optimistas eran los más jóvenes, decayendo ese optimismo según se avanzaba en edad: 
- Los "millennials" (aquellos nacidos entre 1982 y 1999), esperan que la rentabilidad anual de la renta variable se situara en el 11,7%. 
- La generación X (los nacidos entre 1965 y 1981) esperan que la rentabilidad anual se sitúe en el 9,8% anual. 
- Los Baby Boomers (nacidos entre 1945-1964) esperan una rentabilidad del 8,6%. 
- La Generación Silenciosa (nacidos entre 1923 y 1944) esperan una rentabilidad del 8,1% 
La rentabilidad promedio del índice de renta variable global MSCI World Index, entre 1987 y 2017, se sitúa en el 7,2%. Las proyecciones financieras de Schroders esperan un 4,2% de retorno anual para el mercado de acciones en los próximos siete años, o un 2,1% después de inflación. Vemos por tanto que el optimismo inversor es claro, y que probablemente dichas expectativas se vean decepcionadas en los próximos ejercicios. 
Keith Wade, Economista Jefe de Schroders: "Las expectativas de retorno son simplemente demasiado altas. Significa que muchos enfrentarán un déficit en su presupuesto cuando se den cuenta de sus inversiones en el futuro, ya que se han basado demasiado en los retornos esperados para alcanzar sus objetivos. En el entorno actual, donde es probable que los rendimientos sean más bajos que en el pasado, la única manera de cerrar la brecha es ahorrar más". 
Es lógico que los inversores más jóvenes sean más optimistas frente al futuro. De hecho, es una actitud que la juventud presenta en todos los aspectos de la vida. La inversión es uno más. Ese grado de pesimismo, prudencia llamarían algunos, nos posibilita tomar decisiones de inversión más ajustadas a nuestro horizonte de inversión. En el muy largo plazo la bolsa ha demostrado ser la alternativa más rentable. El muy largo plazo son varias décadas. Si uno ha cumplido los 50, como mi amigo, el muy largo plazo ya no entra en su horizonte de inversión. Es por eso que ajuste sus propias expectativas. A qué se vuelva más “huraño” como él afirma.  
Los años nos dan sabiduría, dicen. Esto no lo tengo tan claro. Los años nos “desidealizan”, de esto estoy seguro. 
Abrazos,
PD1: Ayer en Misa se cantó esa bonita canción: “…no alabéis a nadie, a nadie más que a Él…”, que se repite el estribillo varias veces. La estuve canturreando todo el día. Y de eso se trata de alabarle, de tenerle por encima de todo. De pasar del consumismo extremo del Black Friday, de no poner todo el interés en los regalos, en el consumo, y de meter al Señor en nuestro corazón a todas horas… De darle gracias continuamente por lo que nos cuida y nos quiere.