07 noviembre 2018

desorden de los mercados

Son estos días que tan pronto suben como bajan, sin ton ni son…, al calor de decisiones de los tribunales, de lo que diga Bruselas, de lo que hagan las FANG…, de lo que sea.

¿Se pueden leer el orden y el caos en los mercados?

En estos días, como viene siendo habitual, todo el mundo está diciendo que el mercado se cae, que si la guerra comercial, que si la guerra de divisas, que si Trump por aquí, que si los presupuestos de Italia por allí…
La cuestión es que los mercados bursátiles mundiales, a falta de que cierre mañana el mes, se han pegado una torta del 10% desde máximos (MSCI World); un 8,5% el S&P500, un 7,5% el Eurostoxx600 desde máximos de octubre, con caída de hasta el 9% durante el mes, un 12,5% el Nikkei y casi un 11% el Hang Seng chino.
Los primeros párrafos, casi anecdóticos, vienen por el hecho de que se trata de “cómo tratamos la información”. Es un tema que me gusta mucho, porque es el nexo entre la psicología individual y colectiva y los mercados con sus resultados finalistas. En medio y en todo está “cómo manejamos la información” y sobre todo “cómo la interpretamos”.

# 2015: el punto de inflexión

En agosto de 2015 se produjo una caída muy grande en los mercados, como he relatado en otras entradas, hubo un día en el que los mercados literalmente se secaron. Aquello parecía el Armagedón.
En enero de 2016 pasó casi lo mismo.
Si analizabas los mercados (bolsas) desde un punto de vista técnico aquello tenía todas las señales en grande y negrita de que se caía al averno.
Y sin embargo no lo hizo.
2016 fue un año raro, difícil para la gestión financiera, pero el último trimestre despegó como un cohete y se pegó casi año y media subiendo como un diablo.
Se estaba dando una paradoja.
Una paradoja se produce cuando nuestro conocimiento ha llegado al límite. No puede explicar lo que está ocurriendo en la realidad, y la realidad es la que manda así que hay que hacerse nuevas preguntas y generar ideas para resolverlas.
Yo había llegado a ese límite. Me di cuenta de que con las herramientas analíticas que manejaba estaba muy lejos de leer lo que estaba ocurriendo “en el momento” o en un nivel previo. Leer a toro pasado, todos lo sabemos hacer.
Algunas realidades confirmadas:
1) La información macroeconómica no sirve para leer y/o anticipar los movimientos de mercado (con precisión). Está cocinada y va con retardo.
2) Los indicadores técnicos se desarrollan sobre el precio, son muy limitados y reactivos. No nos pueden dar una lectura de contexto.
3) Los únicos movimientos que nos deberían interesar leer son los grandes, el resto es aleatorio y nos deberían dar igual porque a largo plazo la renta variable sube.
4) Hay una cosa que se llama orden y otra que se llama caos y quería entenderlas. Cuando pasamos del largo plazo al corto plazo se invierten (esto lo descubriría después).
5) Cada cierto tiempo se da una crisis, una caída prolongada de mercado. Pero cada crisis es producida y se materializa de manera distinta. Se repite con cierta frecuencia (y estacionalidad) las crisis y caídas bursátiles, pero no se repite nunca la forma en que se producen, qué las origina y cómo se materializan. Existen analogías (deducidas después) pero nunca son iguales.

# Cómo hacer frente a la paradoja

A partir de ese momento comencé a trabajar sobre información de diversa naturaleza, que tuviera un nexo y que en conjunto nos ofreciera otro tipo de información (conocimiento) clara, precisa y se adelantara a cada movimiento grande de mercado.
Lo que tenía claro es que, más allá de resultados matemáticos, porcentajes y ratios, necesitaba información visual. En otras palabras, necesitaba una experiencia directa desde arriba, no una pseudoconlusión mental desde abajo; un vistazo y una información concentrada valiosa en un contexto más amplio.
Unas veces venía porque tenía una idea y la trabajaba, otras veces por puro azar leyendo algo surgía una idea hecha que daba lugar a otra.
No era fácil, había semanas completas en las que estaba trabajando sobre una idea, con series temporales, y al finalizar la semana, tenía que tirar a la basura todo el trabajo hecho.
Si el indicador sobre el que estaba trabajando no era contundente, claro, sin lugar a dudas, entonces no valía.
Así que poco a poco comencé a trabajar sobre diferentes aspectos de la economía y los mercados financieros, que tuvieran sentido, se adelantaran a los grandes movimientos de mercado y además ofrecieran buenos resultados. Y sin darme cuenta estaba constituyendo un panel de indicadores propios y algunos ya existentes.
Como también estaba investigando sobre la complejidad, el azar y el orden, quería comprender cómo llevarlo a la práctica en el largo plazo y de manera relativamente sencilla.
Esto ya era una tarea de un nivel superior, que superaba a este blog, así que todo este conocimiento lo fui trasladando al que es ahora nuestro gran proyecto participativo: Uncommon Finance.
No es de extrañar por lo tanto que el primer punto de los “Uncommon Beliefs” que es el código “filosófico” que guía al hub, sea:
No evitamos la paradoja, salimos a buscarla.
Así que conseguimos poco a poco relacionar los siguientes aspectos, con resultados contra mercado (realidad) buenos y bastante precisos:
– Precios de renta variable a nivel global y por regiones
– Precios de renta fija a nivel global y por regiones
– Precios de materias primas a nivel global y por regiones
– Tipos de interés de largo y corto plazo
– Diferenciales de tipos de interés entre economías
– Incertidumbre de mercado
– Decisiones sobre incertidumbre de operadores profesionales
– Nivel de empleo de economías desarrolladas
– Precios inmobiliarios
– Nivel de apalancamiento para invertir
– Operativa de los grandes institucionales fuera de las bolsas
– Movimientos de fondo de los mercados
– Evolución de precios (inflación) de la economía
– Ciclo económico
Todo esto intercorrelacionado y con timing. La lectura y la experiencia directa son otra cosa.

# Enero y octubre de 2018

Para leer el momento en el que estamos, bajo un contexto mayor, básicamente solo miro esta información. Diez minutos al mes. Como los indicadores de manecillas en los puestos de los aviadores, o lo supervisores visuales de los modelos de predicción meteorológica. Lo que va sucediendo y sale a través de las noticias son consecuencias de problemas que llevan tiempo cocinándose en la economía, no al revés.
Por resta razón dejar de seguir las noticias es un buen ejercicio, porque cuando vuelves a leerlas un día te das cuenta cómo funciona el orden que se está formando de fondo y las aristas que van saliendo, calcificando. Ya nunca verás igual. Queremos ver ese orden de fondo que está formando una complejidad mayor y que se va a manifestar en movimientos violentos.
Y tampoco queremos empezar a hacer cábalas; si algo sobra aquí es retórica.
Experiencia si, intelectualización no. Ahora sí, ayer no.
Volviendo a los indicadores de momento, nos avisaron de que algo podía suceder con mes y medio de antelación. Llevaban dormidos desde verano de 2015.
La cosa está así:
Hay 6 indicadores estructurales (de largo plazo) y 3 de momento (corto plazo). Adicionalmente miro otro de apoyo.
La lectura de lo que está ocurriendo y puede ocurrir, en un nivel contextual, se puede hacer de muchas formas y desde muchos enfoques.
Todos pueden ser correctos.
Pero cada persona somos diferentes y enfocamos e interpretamos la realidad de una manera diferente, porque tenemos una estructura psicológica y una experiencia vital distintas.
Estoy seguro de que Ray Dalio tiene una visión mucho más precisa y acertada con información macroeconómica de la que tendré yo, probablemente, en mi vida. Como las otras grandes luminarias desde su particular punto de vista.
Pero yo no soy Ray Dalio. Soy Jorge Segura. Como tú en tu vida no vas a ser Warren Buffet, George Soros ni John Bogle. Eres “tu nombre  + apellido paterno + apellido materno”.
En mi caso el enfoque es el siguiente: complejidad/orden desde el punto de vista “ecosistema”. Luego ya entraré a valorar la empresa-negocio-activo que sea desde abajo, pero el framework es ese.
En el largo plazo las cosas van con cierto orden, pero la complejidad se va alimentando en el fondo, hasta que en cierto punto se invierte, la complejidad emerge e impone un nuevo orden. En este nuevo orden las reglas ordinarias no valen, hay que hacer otra lectura.
No me voy a extender con esto. Da para un libro.
Lo que nos estaban diciendo los indicadores de momento el 1 de septiembre es que había una muy alta probabilidad de que los mercados cayeran de manera significativa a corto plazo (caídas superiores al 8%), sin que ello implicara una crisis bursátil ni económica.
La idea de fondo es la siguiente:
En “normalidad”:
– A largo plazo existe un orden, una dinámica que funciona dentro de la “normalidad”, donde las herramientas analíticas convencionales funcionan. Esto es durante el 90% del tiempo.
– A corto plazo nos movemos en aleatoriedad y azar. Hay caos y desorden.
Cuando el caos se despliega:
– En el largo plazo se va generando otro nivel de orden, el caos, que es no lineal y no aparente. En determinado momento el caos se despliega. En estos momentos aparece el desorden y el caos. El largo plazo se convierte en caos y los mercados se vuelven “indomables”.
– El corto plazo pasa del “desorden y caos” al orden, es el que manda, pero las herramientas de análisis dejan de funcionar. Toda la teoría financiera convencional sobre gestión de carteras (Teoría de carteras eficientes de Markowitz, modelo de valoración CAPM y modelo de valoración Scholes-Merton) dejan de funcionar.
Debemos utilizar herramientas no lineales, porque las escalas han cambiado.
O utilizar herramientas lineales desde otro enfoque, desde fuera, desde la “no explicación”.
Bueno, el cuadro de indicadores de Uncommon Finance trata de leer esta complejidad, y de leerlo con tiempo y adelantarse. Todo esto va aumentando la incertidumbre.
Esta es el enfoque de los indicadores de lectura; el caos y orden en el largo y corto plazo desde una visión ecosistema.
A nivel estructural (o de orden de fondo) por ahora no nos confirma un movimiento mayor, producido por un orden más profundo (la señal de recesión/pánico bursátil), pero estaremos atentos porque no andan lejos y van en una dirección.
Nosotros seguiremos estudiando e investigando para tener una mejor comprensión de toda esta realidad cambiante. Los procesos automatizados y la economía digital han reducido la complejidad de ciertos procesos… pero llevan aparejada nueva complejidad, a la que hay que dar respuesta. Y esta es nueva.
Abrazos,
PD1: ''Si juzgas a la gente, no tienes tiempo para amarla'', Santa Teresa de Calcuta.