21 octubre 2019

¿Quién acierta ahora?

Alguno de los dos se está equivocando, o quizás, los bancos centrales han forzado la bajada de rentabilidades para relanzar la economía y las bolsas suben y suben…, o deben subir mucho más:
Ayer comentábamos que la bajada de la rentabilidad de la deuda pública de EEUU a diez años parecía haberse topado con un suelo que le impide bajar más, tras casi 40 años de descenso continuado (38 años, para ser más precisos: desde el 30 de septiembre de 1981 en que era 15,82%; ahora está en 1,73%).
En estos últimos años, esa caída de rentabilidad ha sido tan extraordinaria que, en al menos tres ocasiones, todo el mundo ha pensado que podríamos estar otra vez ante una recesión económica ya que se supone que la caída de la rentabilidad de la deuda pública se produce en momentos en que las economías van mal y se prefiere la inversión en lo que se ha llamado "la tasa libre de riesgo” que proporcionan las emisiones de bonos y obligaciones de los estados a la más arriesgada inversión en Bolsa.
La ocasión más reciente de una de esas bajadas es la que hemos vivido desde noviembre del año pasado: en los once meses transcurridos desde entonces la rentabilidad a diez años bajó desde el 3,23% al 1,43% de hace un mes y medio y al mencionado 1,73% actual.
Simultáneamente, hace un año por estas mismas fechas, las Bolsas de EEUU habían iniciado una fuerte caída que llevó el S&P 500 un 20% por debajo de su nivel máximo de septiembre de 2018. Esa simultaneidad no era muy “razonable” en el mes de octubre de 2018 puesto que, a la vez que la Bolsa caía (síntoma de que lo resultados de las empresas iban mal o se esperaba que fueran mal) la rentabilidad a diez años subía, apuntando a que la economía de EEUU iba bien.
Posteriormente, hubo un par de meses en que todo apuntaba en la misma dirección negativa: en noviembre y diciembre caía tanto la rentabilidad de los bonos como la Bolsa, lo que parecía apuntar que la economía de EEUU podría estar a punto de entrar en recesión. Sin embargo, una vez iniciado 2019, la Bolsa empezó a recuperar altura muy rápidamente (señal de que el miedo a una recesión y al deterioro de los beneficios empresariales había pasado) en tanto que los bonos seguían bajando de rentabilidad, lo que parecía ser una señal de miedo ante una desaceleración económica.
Todo el mundo empezó a preguntarse: ¿quién tiene razón, los bonos o la Bolsa?
Esa pregunta se había planteado ya en al menos otras dos ocasiones en los años transcurridos desde el inicio de la crisis financiera en 2007. En la parte inferior del gráfico de hoy están señalados esos dos momentos, además del actual, con círculos rojos y se corresponden, sucesivamente, con los meses de verano de 2012, 2016 y 2019. ¿Y que tienen en común los tres? Que en todos ellos se temió que la economía de EEUU y la global pudieran estar a punto de entrar en recesión, algo que, como es bien sabido, no se produjo ni en 2012 ni en 2016 y que aquí hemos llamado recesiones que no se presentaron a la cita.
Es curioso porque en una de esas dos fechas, verano de 2012, la economía de EEUU rozó el crecimiento cero, aunque no entró en recesión, pero sí que lo hicieron, en cambio, las economías de la Unión Europea y de Japón.
La fallida recesión que señalaba la rentabilidad de los bonos para 2016-2017 no se presentó a la cita gracias a los estímulos crediticios descomunales en China. Tras el endurecimiento de la política monetaria en China hace justo un año, la amenaza de recesión ha vuelto a presentarse.
Esas fechas de los veranos de 2012, 2016 y 2019 tienen algo más en común: que las Bolsas titubearon, pero descartaron rápidamente que la recesión se fuera a presentar. Por lo que se ve, su apuesta fue acertada: en julio de 2012 el S&P 500 cayó un 10% y lo recuperó rápidamente después; en 2016 cayó 13,5%, con recuperación rápida también, y en 2018 cayó 20% tras de lo que recuperó todo lo perdido en pocos meses. Esos momentos de caída y recuperación están señalados en la parte superior del gráfico con rectángulos rojos.
En 2012 y 2016, por tanto, parece que la Bolsa, y no los bonos, tuvo razón: ambos se asustaron pero la Bolsa descartó muy rápidamente que hubiera problemas económicos graves. En 2019 ha vuelto a descartarlo también, aunque con menos decisión que en las otras ocasiones: al fin y al cabo, el S&P 500 está estancado en los mismos niveles de principios de 2018, casi dos años después. Eso no había sucedido dos años después de sus peores momentos de 2012 y de 2016. 
¿Quién tendrá razón esta vez? Todo apunta a que la Bolsa, pero con menor contundencia de lo que lo hizo en 2012 y 2016. Quizá porque está descartando una recesión inminente pero no a uno o dos años vista. 
Abrazos,
PD1: Ayer día mundial de las misiones “DOMUND”. Nos contó el cura que el Domund lo organiza las Obras Misioneras Pontificias (OMP), dependiente directamente del Papa. Y que la ayuda que se da desde las OMP es 12 veces más cuantiosa que Caritas, otra organización de ayuda a los pobres de la iglesia, y que en ambas llega todo el dinero a su finalidad. La tercera mayor organización que da ayudas es la Cruz Roja, pero es mucho menor y es igual que el resto de todas las demás ONGs que ayudan en las necesidades de los más necesitados. Por tanto, eso que damos todos los años al DOMUND, es lo que más se esparce por todo el mundo…
A su vez, nos dijo que España es la que más misioneros tiene repartidos por ahí, un total de 11.000 misioneros y misioneras. Gran labor por ayudar al mundo la que ha tenido siempre España.
Si no te pudiste estirar ayer, si te pasas por una iglesia, recogen donativos durante esta semana…