17 diciembre 2019

pueden bajar el objetivo de inflación a la zona del 1,5%

Es un imposible que el objetivo de inflación sea del 2% cuando no se alcanza y no queda margen de maniobra monetario. Ya ha avisado el BCE que va a hacer cambios en su estrategia. Y entre otras cosas va a decir que es la hora de la política presupuestaria y fiscal, que ellos no dan más de sí…
La llegada de Christine Lagarde a la presidencia del BCE ha generado una tímida esperanza de que algo pudiera cambiar en la actuación del banco central de la Eurozona con el cambio de presidente. El anuncio de una revisión estratégica del mandato asignado a la institución, lograr una inflación cercana pero inferior al dos por ciento, y de todos los instrumentos utilizados por el BCE para lograr el objetivo sonaba prometedor. De acuerdo con las palabras de Lagarde, "... se tratarán todos los temas y se removerán todas las piedras, sin ideas preconcebidas".
La última vez que se llevó a cabo una revisión estratégica en el BCE fue en 2003, apenas cuatro años después del nacimiento del euro. Es evidente que el mundo ha cambiado sustancialmente desde entonces. Las presiones estructurales sobre la inflación debidas a: la tecnología; el "efecto Amazon" que limita el precio de los numerosos bienes de consumo; la globalización; y envejecimiento de la población, deberían ayudar a poner en duda si sigue teniendo sentido seguir fijando el nivel ideal de inflación en la cercanía al 2%.
Aunque no se han aportado muchos detalles sobre la revisión estratégica, Lagarde ha mencionado que participarán representantes de la sociedad civil, parlamentos y gobiernos. Igualmente, ha hecho referencia a la necesidad de incluir conceptos como el cambio climático y la desigualdad. Con las escasas pistas dadas, tiene todo el aspecto de ser una revisión estratégica con un elevado componente político, superando incluso al componente técnico.
En cualquier caso, y aunque pueda ser pretencioso desde esta modesta tribuna me permito sugerir algunas ideas a considerar en la próxima revisión estratégica del BCE.
No toda inflación es deseable. La inflación causada por un aumento de los costes importados, como sucedió en 2008 y 2011 por aumento del precio del petróleo, es una inflación no deseada a todas luces.
- Del mismo modo, una caída de los niveles de inflación, incluso hasta niveles negativos, motivada por un fuerte descenso de costes importados es una magnífica noticia para economía de la Eurozona, como sucedió en 2015.
- Es un error asociar directamente un nivel de inflación negativo (por debajo de cero) con una deflación. La deflación implica que los consumidores y empresas posponen sus decisiones de consumo e inversión por una previsión futura de nuevas caídas de precios. De hecho, numerosos sectores de productos tecnológicos (como las televisiones o los ordenadores) están en una permanente bajada de precios con mayores prestaciones en los nuevos productos sin que los consumidores pospongan sus decisiones de inversión.
- Algunos efectos no deseados de la actual política del BCE, en concordancia con otros bancos centrales, han sido: la generación de burbujas en el precio de los activos que, por supuesto no se computan en el cálculo de la inflación; tasas de ahorro cada vez mayores ante la escasa rentabilidad del mismo; el mantenimiento de empresas zombies, que no son solventes pero al no tener que pagar apenas intereses, los bancos mantienen con vida para no tener que provisionar; y la perpetuación de una economía de baja productividad y bajo crecimiento.
- La revisión estratégica debería valorar si realmente tiene sentido comprar bonos de los Estados e incluso de las empresas, cuando la experiencia de los últimos años demuestra que, desde luego, no ha servido para hacer aumentar la inflación y corre el riesgo de convertirse en adictiva y permanente.
- Sería deseable establecer una ruta de salida de la actual política monetaria.  No se atisba en el horizonte el momento en el que el BCE reduzca su balance por la no reinversión de los bonos que venzan que actualmente están en balance.
Larry Summers, ex Secretario del Tesoro americano, cree que estamos en un "agujero negro monetario" con tipos cero (o negativos) y sin una previsión de salir de este entorno por las consecuencias que tendría una normalización de la política monetaria sin que vaya acompañada de un considerable crecimiento económico, que difícilmente tendrá lugar. Merece la pena analizar sus consideraciones en la revisión estratégica.
En definitiva, pese a la leve esperanza inicial que podría producir la próxima revisión estratégica, parece casi impensable que el BCE haga autocrítica y acabe con la aberración histórica de los tipos negativos. Difícilmente los representantes de la sociedad civil, los parlamentos y los gobiernos que participarán en la revisión le pedirán algo similar. Saldremos de dudas a finales de 2020 cuando se den a conocer las conclusiones de la revisión estratégica, pero no cabe esperar ninguna medida que genere fuertes turbulencias en los mercados.
Abrazos,
PD1: Y en casa seguimos sin poner los adornos de Navidad… Cada vez mis hijos menores son más mayores y les entra pereza. Mi mujer no da más de sí, y a mí me flojean las fuerzas, sobre todo el pensar en subir la caja de Navidad del trastero. Me han prometido que este miércoles me lo ponen, a ver si es verdad, que ya se acerca… Me gusta echar los rezos delante del Nacimiento…