Ya se ha empezado a
instrumentalizar:
Rescates en la Eurozona
Un
Estado se ve obligado a solicitar
asistencia financiera (rescate) a las autoridades
europeas cuando
no es capaz de financiarse en el mercado emitiendo deuda
(bonos y letras) a tipos de interés razonables.
En la última década tres miembros de la Eurozona se
han visto obligados
a solicitar un rescate a las autoridades europeas: Grecia en
2010, 2011 y 2015, Portugal en
2011 e Irlanda en
2011. En todos estos casos, la financiación
otorgada a cada uno de los países ha estado sujeta a
determinada condicionalidad, que cada país debía cumplir.
Ha permitido a los países rescatados no tener que acudir, durante un tiempo, al
mercado a emitir bonos, al tener garantizada
la financiación a través de los volúmenes de ayuda
financiera acordados en cada rescate.
A
partir de 2012, con el famoso "whatever
it takes" de Draghi, el BCE abrió la posibilidad de adquirir bonos de
un determinado país por
cuantía ilimitada a través de los programas OMT (Outright
Monetary Trasactions). Como requisito previo, el país que desee
que el programa se ponga en marcha debe solicitar un rescate a las autoridades
europeas, el cual estará sujeto
a condicionalidad. El mero anuncio de la posibilidad de activar
los programas OMT fue tan exitoso, que ni siquiera tuvo que ponerse en marcha
para que los tipos de interés de la deuda periférica se redujeran
sensiblemente.
A
partir de 2015, el BCE comenzó a adquirir de forma directa y sistemáticamente bonos soberanos de TODOS los
países de la Eurozona, sin ninguna condicionalidad. Eso sí,
para que no se pudiese considerar financiación de los Estados por parte del
BCE, se estableció la argucia de obligar al BCE a comprar los bonos en la
proporción a la participación de cada Estado miembro en el capital del
BCE (clave de capital): el 26% en bonos alemanes, el 17%
en bonos italianos y el 12% en bonos españoles...
Estas compras por parte
del BCE han permitido a los Estados
miembros financiarse a tipos de interés ridículos, incluso negativos.
Ahora, con la llegada inesperada de la pandemia del COVID-19, las necesidades
de financiación adicional de los Estados, especialmente del sur de Europa, se
han incrementado sensiblemente.
En el caso de España, si el
déficit público de 2020 asciende al 10%, las necesidades de financiación
ascenderán a algo más de 200 millardos de euros. España, al igual que Italia,
vería subir sensiblemente el tipo de interés exigido por los inversores si no
fuera por la contundente actuación del BCE.
El pasado 18 de marzo el BCE
aprobó un programa
de compra de bonos de 750 millardos de euros en 2020, adicional
a los programas que ya había aprobados. De dicha cantidad, casi 80 millardos
irán destinados a la compra de bonos españoles y cerca de 120 millardos a la
adquisición de bonos italianos. Estas adquisiciones se realizan sin
condicionalidad alguna.
Lagarde manifestó su propio
"whatever it takes": "No hay límites a nuestro
compromiso con el euro. Estamos decididos a utilizar todo el potencial de
nuestras herramientas, dentro de nuestro mandato". Con
dichas declaraciones el mercado descuenta que, si es necesario aumentar el
volumen de compras de bonos, el BCE lo aprobará sin problemas.
Adicionalmente, el BCE sigue
una política de tipos de interés
negativos y de barra libre de liquidez a la banca, que empuja a
las entidades financieras a adquirir bonos soberanos incluso a rentabilidad
cero, al recibir intereses negativos del BCE por pedirle dinero prestado.
Reciben préstamos al -1% o al -0,25% del BCE y pueden invertir en Letras del
Tesoro españolas al 0% o en bonos italianos a 2 años al +0,65%. Esta política
ayuda al beneficio de la banca y permite la financiación de los Estados a tipos
artificialmente bajos.
En definitiva, ahora el rescatador es el BCE,
además, sin condicionalidad. Las tensiones en los mercados de bonos soberanos
volverán cuando los inversores pongan en duda la capacidad del Consejo de
Gobierno del BCE de seguir incrementando una y otra vez
los programas de compra de bonos
soberanos. Por eso es tan relevante el toque de atención
manifestado por el Tribunal Constitucional alemán. En cualquier
caso, mientras el bazooka del BCE siga con
munición, el Tesoro español no tendrá problemas en financiarse.
Lo que hace falta es que haya
suficiente dinero y que nuestros hijos y nietos puedan pagarlo…
Abrazos,
PD1: No seguimos un libro, no
es una doctrina, es un encuentro diario con el Señor. Es amor, reconocimiento
por su grandeza y por habernos creado, y amor a los demás como nos dijo…