Nada de V, ya lo intuíamos. Y
las bolsas siguen equivocadas por culpa de la masiva creación de dinero nuevo
por los bancos centrales que se acabará…
Es una pasada sin precedentes.
Un daño que será irreparable:
No puede durar esto mucho más…
¿Luego qué?
En la gestora Schroders siguen plenamente centrados en ofrecer
contenidos de relevancia elaborados
por algunos de sus mejores especialistas sobre la actual crisis derivada del
coronavirus. Uno de los más recientes análisis en este sentido
(pueden consultarse todos ellos ) lo firma Keith Wade,
economista jefe de Schroders, bajo el título: “Se desvanecen las esperanzas de
una recuperación económica en forma de V”.
Por su
interés, se reproduce a continuación:
“Los
últimos datos económicos han sido impactantes. De hecho, el reto de levantar
las restricciones en ausencia de una vacuna contra el Covid-19 conlleva
que sea menos probable que experimentemos un rápido repunte de la actividad
económica.
Entre
los argumentos sobre la falta de material de protección para los trabajadores
sanitarios y sobre si los gobiernos fueron demasiado lentos a la hora de
reaccionar, las últimas cifras muestran que la pandemia de Covid-19 se está
controlando de forma gradual. A su vez, el ritmo de crecimiento de las nuevas
infecciones y muertes en todo el mundo está disminuyendo y las curvas se están
aplanando. Se están haciendo verdaderos progresos a medida que los
confinamientos surten efecto. Sin embargo, mientras que la pandemia disminuye, la preocupación se
centra ahora en la salud de la economía, en la que se está poniendo de
manifiesto el grave daño causado por las restricciones.
Obtener
una imagen precisa y oportuna de la economía es siempre un reto, dado el
retraso en la publicación de datos. Sabemos que el mes de marzo fue débil en
actividad industrial, las ventas de automóviles y al por menor cayeron en
Estados Unidos, la Unión Europea y gran parte de los mercados emergentes. China fue una excepción, ya que la
producción y las ventas al por menor rebotaron; sin
embargo, esto siguió a caídas significativas en enero y febrero y no fue
suficiente para evitar una contracción del 6,8% del PIB en el primer trimestre,
el primer descenso registrado. El panorama para el mes de abril todavía no está
claro, pero los últimos índices adelantados de gestores de compra (PMI)
confirmaron que la actividad entró en caída libre con descensos significativos
tanto en el índice de manufactura como en el de servicios. EE. UU., la zona del
euro, Japón y el Reino Unido vieron cómo sus PMI compuestos marcaban nuevos
mínimos, con sus economías fuertemente impactadas por las restricciones. Sobre
esta base, la actual
desaceleración es única, tanto por su profundidad como por su velocidad. La
caída ha sido dura y rápida, superando a la Crisis Financiera Global en la
misma etapa en 2008.
Gráfico:
Los PMIs señalan un descenso más profundo que en la Crisis Financiera Global
Fuente: Schroders Economics Group, Markit,
23 marzo 2020
Prueba clave para la
política y el sistema bancario
Siempre
hemos advertido que el mayor impacto en la actividad económica se registraría
durante el actual trimestre. Nuestros pronósticos muestran un descenso
significativo de la actividad en el segundo trimestre, con el PIB de EE.UU.
contrayéndose en un 22% intertrimestral (no anualizado) por ejemplo, así que
los últimos PMIs no deberían provocar revisiones importantes.
Para
nosotros, dos
factores son clave para el camino de la actividad en el
futuro: en primer lugar, la
respuesta de los gobiernos y el sistema bancario; en segundo
lugar, la
velocidad con la que se pueden levantar las restricciones.
Por un
lado, a medida que se intensifica la tormenta económica es vital que se pongan
en marcha medidas políticas allí donde sea necesario. La caída de la actividad
ejercerá una fuerte presión sobre las finanzas corporativas y dará lugar a una
importante ola de quiebras y despidos. Aquí es donde los paquetes de apoyo de
los gobiernos serán vitales para amortiguar el golpe y evitar que la economía
se incline hacia una recesión mucho más profunda. Esta situación pone
particularmente en peligro a las empresas más pequeñas que no tienen el mismo
acceso al crédito que sus homólogas más grandes. Tanto EE.UU. como el Reino
Unido se han movilizado recientemente para aumentar el alcance de sus paquetes
de apoyo en este ámbito con el Congreso acordando medidas esta semana, pero
todavía hay dudas sobre si las medidas serán suficientes.
Este
período también será una
prueba clave para el sistema bancario que se espera que
continúe aumentando la liquidez. Cabe destacar que al publicar los resultados
de JP Morgan la semana pasada, el CEO Jamie Dimon dijo que las compañías
estaban usando sus líneas de crédito al doble del ritmo visto en la crisis
financiera de 2008. Por otro lado, los bancos han seguido las instrucciones de
los gobiernos de cancelar los dividendos y acumular capital para hacer frente a
las pérdidas y el sector bancario europeo ha perdido la mitad de su valor en lo
que va de año.
En este
escenario, no habrá rescates directos de los bancos esta vez. No obstante, al
extender la flexibilización cuantitativa (QE) al papel comercial y al crédito
corporativo, los bancos centrales como la Reserva Federal de Estados Unidos, el
Banco Central Europeo y el Banco de Inglaterra están asumiendo gran parte del
riesgo. Al igual que, por supuesto, los gobiernos a través de los planes de
garantía de préstamos.
Se desvanecen las
esperanzas de una recuperación en forma de V
De cara
a predecir cómo la economía mundial se recuperará, hay que tener presente, por
un lado, la situación actual y, por el otro, mirar hacia el futuro para ver con
qué rapidez se pueden desarrollar estrategias de salida creíbles para el
levantamiento de las restricciones. Esto es clave para la forma de la
recuperación en cuanto a si obtenemos una V o algo más cercano a una U, o
incluso una L. En este sentido, el
fuerte rebote, o la recuperación en forma de V, está en duda.
Los
países que han adelantado la vuelta al trabajo han visto la aparición de nuevas
olas de contagios y están teniendo que buscar un levantamiento gradual de las
restricciones. Singapur, por ejemplo, ha registrado un nuevo fuerte aumento de
los contagios.
También
ha habido indicios de que los consumidores se muestran reacios a volver a los
centros comerciales y restaurantes por temor a su salud física y económica. En
China, las empresas ofrecen créditos y vales de descuento para atraer a los
consumidores, mientras que a los funcionarios del Partido Comunista se les ha
pedido que se les vea salir de compras. No sería sorprendente que la precaución de los consumidores
fuera una característica de la recuperación mundial, dada la
conmoción que ha sufrido la economía y el empleo, lo que atenúa la recuperación.
Junto con un consumidor más cauteloso, es probable que veamos un gasto
empresarial más lento, ya que la incertidumbre actual inhibirá la voluntad de
hacer grandes compromisos de inversión. Un mayor ahorro y una menor inversión
reforzarían un escenario de crecimiento más lento y unos tipos de interés más bajos.
La
desventaja de la estrategia de supresión es que no crea la “inmunidad de
rebaño” generalizada que permitiría volver a la actividad normal sin el riesgo de
una nueva ola de contagios. Los análisis de la Organización Mundial de la Salud
(OMS) sugieren que sólo entre el 2% y el 3% de la población tiene anticuerpos
que muestran que han tenido Covid-19. Los estudios están en curso, pero se
necesitaría una cifra más cercana al 60% para corroborar inmunidad
generalizada. Por ejemplo, Suecia ha adoptado un enfoque diferente con menos
restricciones para lograr la inmunidad y se espera que Estocolmo la logre en
pocas semanas. No obstante, a menos que sus socios comerciales también se
recuperen, Suecia (al igual que China, Corea y Singapur, que también están
saliendo de la crisis), se enfrenta al mismo problema de falta de demanda
global.
Teniendo
en cuenta este contexto, la
presión para levantar los cierres más rápidamente se intensificará a medida que
el daño económico se haga más evidente. Sin embargo, nuestra
opinión es que la recuperación en forma de V es demasiado optimista y es
probable que en nuestra próxima ronda de previsiones revisemos a la baja
nuestras perspectivas de crecimiento mundial para 2020. La recuperación será más débil y se
retrasará, adoptando una forma más cercana a la de una U. Sin
embargo, la esperanza está en que con un levantamiento más gradual de las
restricciones la economía mundial debería ser capaz de evitar una segunda ola
significativa de contagios y la recesión de doble caída, o escenario en W.
El retorno de la inflación…
¿o la deflación?
¿Cómo
será la inflación? Hay cuellos de botella en el sistema como resultado de la
interrupción de las cadenas de suministro. Además, se teme que la magnitud del estímulo
fiscal y monetario provoque un aumento significativo de los precios en 2021 a
medida que la economía mundial se recupere finalmente. También
hay serias preocupaciones por el suministro de alimentos, en el que la escasez
de mano de obra puede ralentizar las cosechas debido a las restricciones de
movilidad.
En esta
etapa, sin embargo, vemos pocas perspectivas de inflación. Los
precios de las materias primas están cayendo y mantendrán la inflación baja en
los próximos meses. Impulsado por el colapso de los precios del petróleo, el
índice de materias primas del S&P GSCI ha bajado casi un 50% anual, cerca
de la disminución observada durante la Gran Crisis Financiera, cuando el IPC de
EE.UU. se volvió negativo en un -2% (véase el gráfico a continuación).
Gráfico:
Precios de las materias primas e inflación de Estados Unidos
Fuente:
Schroders Economics Group, Refinitiv, 23 marzo 2020
De cara
al futuro, es
probable que la recesión mantenga la inflación bajo control hasta bien entrado
el próximo año, dados los amplios desfases entre el crecimiento
y los precios. Durante este período, los riesgos pueden ir en sentido
contrario, de manera que se produzca un período de deflación a medida que se
abra la brecha de producción y se ejerza una presión a la baja sobre la
inflación, que ya está por debajo del 2% en muchas economías. Es evidente
que la reducción
de la probabilidad de un escenario en V aumenta el tiempo necesario para volver
a la tendencia y el riesgo de deflación.
Efectos permanentes de la
crisis
Aunque el
objetivo de la política es evitar que la pandemia tenga un efecto duradero, la
economía que surja de la crisis será diferente. Es probable que los viajes y el turismo,
por ejemplo, acusen
mayor debilidad, mientras que una mayor tendencia a teletrabajar y
hacer las compras online se acelerará a expensas de los
minoristas y las tiendas de las principales arterias comerciales. Es probable
que las empresas se replanteen las cadenas de suministro y su dependencia de
proveedores lejanos. Es
muy posible que se prefiera trasladar la producción a lugares cercanos, aunque
esto puede significar más automatización en vez de un incremento de la demanda
de mano de obra local.
Con el
tiempo, el crecimiento de la tendencia puede reestablecerse, pero de manera más
inmediata la
dislocación dará lugar a un período de actividad más débil a
medida que la economía mundial se ajuste a un nuevo equilibrio. Tal como vimos
después de la Gran Crisis Financiera, las recesiones importantes pueden tener
repercusiones duraderas en la productividad y el crecimiento con efectos
adversos en las condiciones de vida. En este entorno, los niveles de deuda
pública pueden ser permanentemente más altos.
Planeamos
continuar analizando la economía post-Covid-19 en las próximas semanas.
Mientras tanto, quisiéramos destacar que hay más malas noticias por venir sobre
la economía y la confianza en el apoyo de las políticas se pondrá a prueba,
intensificando así la presión para levantar las restricciones. Sin
embargo, aunque
creemos que la política puede ayudar a las empresas a salvar la brecha
financiera, serán las dificultades para diseñar una estrategia de salida
exitosa las que retrasen la recuperación y conviertan la V en una U”.
Panorámica de la economía
en abril
Schroders
ha elaborado su infografía sobre el panorama de la economía global para el mes
de abril, en donde advierten que, aunque su escenario principal era una
recuperación en forma de V, con probabilidad de una W si había una potencial
recaída en otoño, dado que está siendo muy paulatina la vuelta a la normalidad
de los asiáticos y las previsiones que tienen otros países sobre la mesa, los
economistas han revisado esta previsión. Ahora, la V y la W han perdido peso y
han dejado paso a la recuperación en forma de U.
A
continuación, se presenta la
infografía mensual elaborada por el equipo de Schroders sobre
la economía global para abril.
También
puede accederse a la infografía para su consulta y descarga .
Abrazos,
PD1: El Evangelio no es una ley
que nos oprime. Alguna vez hemos podido caer en la tentación de pensar que los
que no son cristianos están más tranquilos que nosotros y hacen lo que quieren,
mientras que nosotros tenemos que cumplir una lista de mandamientos. Es una
visión de las cosas meramente superficial.
Personalmente, una de mis
mayores preocupaciones es que el Evangelio se presente siempre como una buena
nueva, una feliz noticia, que nos llene el corazón de alegría y consuelo. La
enseñanza de Jesús es exigente, pero se puede, no es un imposible…
Teresa del Niño Jesús nos ayuda
a percibirla realmente como una buena nueva, puesto que para ella el Evangelio
no es otra cosa que la revelación de la ternura de Dios, de la misericordia de
Dios con cada uno de sus hijos, y señala las leyes de la vida que llevan a la
felicidad. El centro de la vida cristiana es acoger con reconocimiento la
ternura y la bondad de Dios, revelación de su amor misericordioso, y dejarse
transformar por dicho amor.
El itinerario espiritual tomado
por santa Teresita, el “caminito”, es un auténtico camino de santidad, un
camino con cabida para todos, hecho de tal manera que nadie puede desanimarse,
ni los más humildes, ni los más pobres, ni los más pecadores. Teresa anticipa
así al Concilio Vaticano II que afirma con seguridad que la santidad no es un
camino excepcional, sino una llamada para todos los cristianos, de la que nadie
debe ser excluido. Hasta el más vulnerable y miserable de los hombres puede
responder a la llamada a la santidad.